La mina de agua de la calle Alcores


Situación y contexto histórico  de la mina:

El único acceso que hasta ahora hemos encontrado de esta mina  se haya situado a unos 80 metros al oeste de la plaza de la  Alameda de Alfonso XIII, de Carmona,  en la zona más  elevada   de la conocida como  “Cuesta de la Garrapata”, que nace de la zona  final de la Alameda y  punto donde esta situada la calle Alcores y donde gracias a las  indagaciones realizadas por  Antonio González (miembro del equipo) teníamos constancia  de la existencia de  un  pozo con galerías. Su situación nos hace albergar esperanzas de que pueda tratarse de una de las minas que convergen en las proximidades de la Alameda. De hecho , diversos testimonios  de lugareños sitúan varias   minas de agua en esta zona.
El pozo se haya en el interior de uno de los  solares que se encuentran en esta calle y que  es  propiedad de D. Manolo Carrero. En el solar esta edificada  una vivienda construida sobre otra muy anterior y de la que se conservan el patio central , algunos muros y el   pozo citado ,  situado  actualmente dentro de una nave que hace las veces de trastero y taller. Por su situación la denominamos en un primer momento como la mina de la Cuesta de la Garrapata. Las coordenadas del pozo son en UTM. 30s 266267.25 m.E 4150155.93. N, elevación 217 m.
Vaciando la mina al desagüe del patio de la casa. Foto: José Millán.
La Calle Alcores es de corto desarrollo y desemboca por el callejón conocido como  Tranquera  a la Calle Real,  donde se desarrollaron en el pasado varias excavaciones de urgencia realizadas por el servicio arqueológico del Ayuntamiento, la más fructífera fue  la realizada en el solar nº 25  (ROCÍO ANGLADA CURADO ARQUEOLOGÍA URBANA EN CARMONA. EXCAVACIONES EN EL ÁREA FUNERARIA VISIGODA: LA CALLE REAL Nº 25. ANUARIO ARQUEOLÓGICO DE ANDALUCÍA AÑO 2000 ), Esta excavación  ha  sacado a la luz importantes hallazgos de carácter funerario de época  Visigoda y una canalización excavada en la roca de origen romano. Dicha canalización fue explorada en parte, por lo que sabemos que tenía una orientación de unos 20 grados respecto al Norte, presentando un revestimiento de opus signinum formando unos boseles laterales en la base de los hastiales lo que no tiene paralelismo con ninguna de las minas de agua estudiadas hasta ahora pero sí el hecho de estar equipada con  los típicos lucernarios excavados en  las paredes pegados al techo  y espaciados cada 60 ó 70 cm., que es el típico patrón que tienen todas la minas de agua estudiadas hasta ahora. También se habla de una bifurcación de dicha canalización con dirección este. Es evidente que no puede tratarse de la misma canalización que nosotros hemos estudiado  ya que se encontraba mucho más superficial (la canalización objeto de este estudio discurre a unos 10 metros de profundidad) pero sus orientaciones y su tipología  nos sugiere algún tipo de relación. 
Imagen de Google del trazado de la galería, a la izquierda puede verse la Calle Real, que conecta con la calle Tranquera por un corto callejón.
Otra actuación de urgencia realizada esta vez en el solar nº 21 de la misma Calle Real que es justo el solar contiguo a donde hemos explorado la mina (MARÍA TRINIDAD GÓMEZ SAUCEDO ROCÍO ANGLADA CURADO “INTERVENCIÓN ARQUEÓLOGICA PREVENTIVA EN CALLE REAL Nº 21”. ANUARIO AEQUEÓLOGICO DE ANDALUCÍA 2005). puso al descubierto entre otros hallazgos  un pozo romano que se encontraba completamente colmatado y que sólo fue excavado en parte con una orientación y dimensiones que podrían cuadrar con la galería explorada por nosotros , la distancia desde este pozo a la última lumbrera taponada (punto final de la exploración) también podría cuadrar en los parámetros habituales de distanciamiento de lumbreras.
 En la calle real hay constancia, desde hace ya tiempo,   de  la existencia de diferentes canalizaciones de origen romano, como así queda reflejado en las Aptas de la Sociedad Arqueológica de Carmona que en  1903,  descubre una canalización romana que pasaba por debajo del nº 9 de la calle Real  y salía al corral de la casa nº 9 de la calle Tranquera. Sus dimensiones de 1,80 metros de altura y  55 cm. de anchura encaja perfectamente con la tipología de la mina estudiada por nosotros en este mismo emplazamiento salvo porque parece ser que  el lecho de la galería estaba también  revestido con opus signinum. Al no tener muchos más datos de este hallazgo  no podemos afirmar  que pueda tratarse de la misma galería que hemos estudiado pero el hecho de que saliera a un patio de la Calle Tranquera la sitúa en el mismo contexto, si no esta relacionada con nuestra mina podría estarlo con la canalización descubierta en la Calle Real 25.
Preparando los anclajes para descender al pozo, situado en un muro medianero. Foto: José Millán.
Hace pocas fechas tuvimos la oportunidad de explorar una nueva canalización de origen romano, realizada con sillares y  descubierta de una manera fortuita durante unas obras realizadas por el Ayuntamiento en las proximidades de la Alameda de Alfonso XIII. Se trata casi con toda seguridad de una obra de carácter más bien industrial que de abastecimiento y de unas características extraordinarias. Las primeras exploraciones realizadas pusieron de  manifiesto que esta formidable estructura se alimentaba de tres galerías que convergen en un pozo-colector. Una de estas galerías, excavada en la roca toma una dirección paralela a la calle Real y en un rumbo y profundidad  que podría sugerir una conexión con esta galería de la calle Alcores. Si esto fuera así ya tendríamos una funcionalidad clara de esta mina pero esto es algo que habrá que confirmar en un futuro con nuevas exploraciones.
Canalización de sillares hallada recientemente en las proximidades de la Alameda de Alfonso XIII. Foto: José Millán.

Las exploraciones:

Tras solicitar la correspondiente autorización al propietario se realiza una primera inspección del pozo dando como resultado la confirmación de galerías en la base del mismo y de  sentidos opuestos, por desgracia el alto nivel de agua de la galería impide en un primer momento su exploración.
En fechas posteriores se regresa con una bomba de agua (facilitada por el servicio arqueológico del Ayuntamiento) para vaciar la galería y proceder a su exploración. Tras el vaciado podemos recorrer unos 15 metros en dirección noroeste hasta un taponamiento en un pozo y otros 17 metros en dirección sureste hasta un punto donde concluye la mina porque se dejó de excavar. Se realiza una topografía y un reportaje fotográfico de las galerías.
Imagen del pozo por el que hemos descendido a la mina. La zona superior se haya revestida con ladrillos.

Descripción de la mina:

El pozo por el que hemos accedido a la mina es de sección rectangular teniendo unas dimensiones típicas de lumbrera, 1,65 X 1,05 m. tiene una profundidad de  10,50 m. hasta el lecho de la galería. La zona superior del pozo y hasta casi los dos metros de profundidad se haya revestida de ladrillos, primero un brocal rectangular que está incluido en un muro medianero y esta equipado con  una antigua polea de hierro para la extracción de los cubos (el propietario nos comenta que este fue el pozo de la cocina en la antigua casa, hoy totalmente reformada), actualmente el pozo esta equipado con una bomba de agua moderna. Bajo el brocal observamos varias hiladas más de ladrillos unidos con argamasa y que por su apariencia deben ser mucho más antiguos que los del brocal, el pozo presenta los típicos mechinales para el apoyo de los píes.
Imagen de la base del pozo, donde se abren dos galerías en sentidos opuestos. Foto: José Millán.
En la base del pozo hay un ensanchamiento del que parten las dos galerías en sentidos opuestos. Si tomamos por la que va en dirección sur podremos recorrer unos 12 metros en línea recta hasta un pequeño quiebro donde a nuestra izquierda aparece un orificio en la pared por el que vemos una colamatación de  materiales constructivos como ladrillos, tejas etc. La apariencia es de que debe de tratarse de un venero natural o una pequeña galería excavada, el que este llena de escombros es lo curioso porque  estos no han sido introducidos desde la galería por lo que la única alternativa que vemos es que  contacte con otro pozo o galería distinto  por la que se ha producido la colmatación de material procedente de superficie. La galería tiene una sección cuadrada y unas dimensiones de 1,80 de alto por 0,60 de ancho, presenta lucernarios en el lado izquierdo del sentido de excavación, pegados al techo y a distancias regulares de 92, 86,88 y 71 cm. Los lucernarios son de un tamaño algo mayor de lo habitual, unos 20 cm. de ancho por 15 de profundidad, alguno presenta aún señales del hollín de la llama. Existen pequeñas formaciones calcáreas en los techos (estalactitas) en algunos puntos de la galería.
Detalle de un lucernario y de las típicas señales de picos en los hastiales de la galería.
Señales de herramientas en un frente de excavación que parecen producidos por una pala plana de unos 5 cm. Una herramienta que aparece muy recurrentemente  en la mayoría de minas estudiadas Foto: José Millán.
Tras el  quiebro continúa la galería 5 metros más girando algo hacia el sur y se acaba porque se dejó de excavar, estamos al final de una galería de captación de agua. Se aprecian señales de herramientas en el frente de excavación y en este caso no son picos, se trata de una herramienta muy usual compuesta por una pala plana o cincel de unos 5 cm. Los hastiales precedentes si están excavados con el clásico pico.
La galería contraria, que toma dirección norte, mantiene aproximadamente  la sección y dimensiones de la primera, en este caso 1,82 X 0,62 m. y lo mismo ocurre con los lucernarios. Mantiene un rumbo constante de unos 300 grados respecto al norte y a los 12 metros se cierra en un pozo completamente taponado por escombros recientes. Este pozo pudo ser localizado en el patio de la misma vivienda, cerrado con una arqueta de fundición muy antigua, intentamos abrirla pero fue imposible porque estaba literalmente soldada al marco. El propietario de la casa lo recuerda como un pozo abandonado y colmatado con escombros.
Orificio en la pared de la mina completamente colamatado de escombros. Foto: José Millán.

Imagen de la galería de sección rectangular. Foto: José Millán.
Conclusiones:
Parece evidente que en este caso se trata de una nueva mina de origen romano y que la zona a la que hemos accedido es el final de una galería de captación. El rumbo que toma la galería, hacia la calle Real la hace candidata ha estar asociada a otras canalizaciones  y pozos encontrados en esta calle, incluyendo en esta hipótesis que pueda ser una de las minas que abastece el colector encontrado en la Alameda de Alfonso XIII y del que parte la canalización de sillares descrita anteriormente.
Existe la posibilidad de destaponar el pozo que hay en el patio de la vivienda y que podría permitir continuar el trazado hasta la calle Real. El dueño de la casa estaría conforme con estos trabajos por lo que lo vamos a proponer como una de las tareas  pendientes para un futuro. Sería muy importante poder confirmar la conexión de esta mina con el colector de la Alameda y con  el pozo encontrado en la excavación de la Calle Real 21 y al que nos hemos referido al comienzo de este artículo. Si es una lumbrera de esta mina  ya sabemos que probablemente también lo vamos a encontrar taponado.
El equipo de exploración en este caso ha estado formado por Juanma Román (arqueólogo municipal), Antonio Gonzalez y José Millán. Queremos dar las gracias a Manolo Carrero, propietario de la vivienda y al  Servicio Arqueológico del Ayuntamiento por su apoyo y facilitación de la bomba de agua utilizada.
Taponamiento de la galería por escombros  en un pozo. Foto : José Millán.

La mina de agua del Fontanar de Cábanos.

   

Caseta de captación por la que se accede a la mina de agua. Foto: José Millán.


Contexto histórico de la mina: 

El manantial conocido como El Fontanar de Cábanos  esta situado al suroeste del casco urbano de Córdoba, en las proximidades del  Hospital Reina Sofia. En esta zona estuvieron situados  los «Arrabales Occidentales» de la Córdoba islámica, uno de los barrios más importantes en la época de máximo esplendor de la etapa Califal.  En esta zona se localiza también  un importante poblado ibérico, en la «Colina  de los Quemados»,   uno de los más importantes de la Bética y  donde  se han excavado  estructuras de habitad que abarcan desde el Calcolítico al Bronce final. La ocupación romana en la zona  no esta demasiada documentada,  habiéndose encontrado sólo restos de materiales constructivos  dispersos,  pero es posible que fuera borrada por el potente asentamiento de época Califal que urbanizó la zona de una manera intensiva durante los siglos X y XI., siendo el manantial el Fontanar uno de sus principales abastecimientos  de agua.
En épocas más recientes  la zona ha estado ocupada por importantes huertas que hicieron un  uso intensivo de este manantial ,  como es el caso del  famoso «Naranjal de Almagro».  El Fontanar ha sido  también  utilizado para el abastecimiento de unos grandes aljibes y una piscina.. Actualmente esta en desuso.

Acceso a la mina desde la casta de captación . Foto José Millán.

La exploración:

Tuvimos la oportunidad de explorar esta interesante mina de agua durante el pasado mes de  junio, gracias a la invitación del compañero Francisco José Gutierrez (Pancho) con el que ya hemos compartido otras exploraciones en minas situadas en tierras Cordobesas y   donde él  lleva años realizando investigaciones en diferentes estructuras del primitivo abastecimiento de la  ciudad . También se unieron a nosotros los compañeros Abén y Angel Martos que colaboraron en la exploración. El equipo de la AAES , lo hemos formado Antonio Gonzalez, que es geólogo y que nos ha dado su visión geológica de la mina , Manolo Bernal y yo, José Millán.

Galerías iniciales de la mina. Foto. José Millán.

El acceso a la mina se realiza por una caseta  donde están situadas las bombas que alimentan  a un aljibe moderno, del que se distribuía el agua a diferentes instalaciones lúdicas , deportivas y al própio hospital Reina Sofia que se encuentra a poca distancia de la misma. A la galería de la mina se accede por un escalón, estando aproximadamente a 1,5 metros bajo el suelo de la caseta y presidida por un arco de ladrillo.

      La exploración de la mina en un primer momento resultaba complicada porque se encontraba casi totalmente inundada a partir de unos cincuenta metros de progresión, zona donde tomaba una sección laminar con poca altura y con muy poco espacio de aire entre techo y agua.
Muestra de cangilón de noria, con una tipología  andalusí.

En una incursión posterior y tras vaciar durante horas con bombas el nivel desciende  lo suficiente para continuar la exploración hasta un punto impenetrable y explorar , tras una desobstrucción , una galería lateral que culmina en un taponamiento. Según nos comunicaron los compañeros en una exploración posterior pudo ser desobstruida una nueva galería lateral que en esta ocasión culmina a los pocos metros en un pozo de sección redonda.

Lumbrera cerrada con sillares. Foto: José Millán.

      Las secciones de la mina son muy irregulares y cambian  mucho  desde la entrada, sobre todo en  altura variando a desde más de dos metros en la zona de entrada hasta el escaso medio metro en la zona más profunda, donde se abre  la galería en anchura, alcanzando en algunos puntos hasta los cuatro metros.

La mina esta excavada  sobre materiales blandos de naturaleza  arcillosa, situados bajo un estrato muy firme de conglomerados, esta equipada con lumbreras, localizándose  un total de tres en la galería principal, a distancias de 25, 13 y 16 metros. La tipología de estas lumbreras es similar a la del putei romano, con unas dimensiones de 1,30X0,90 aproximadamente , una de ellas aparece  con un cerramiento realizado con losas labradas que también podría encajar dentro de la tipología de cerramiento de pozo de época  romana,   por similitud con otros localizados en Carmona. Las lumbreras están situadas a distancias algo arbitrarias sin que en principio se vea una relación clara con  patrones romanos. Aunque la suma de distancias entre el 2º y 3º pozo si arroja un patrón muy recurrente 29 metros.

Imagen de la galería en la zona inicial , donde se aprecia el paquete de conglomerados bajo el que se ha excavado la galería, sobre materiales arcillosos. Foto: José Millán.

 Uno de los pozos tiene una sección algo mayor,  de unos dos metros de largo por uno de ancho y ha siso claramente utilizado como pozo-noria,  apareciendo en su base y repartidos por toda la galería innumerables fragmentos de cangilones del tipo conocido como andalusí  y que podría ser medievales  o incluso árabes. La galería lateral culmina en un pozo que en este caso es circular y no rectangular.

Curioso cerramiento de una de las lumbreras a base de losas de piedra labradas: Foto. José Millán.

La naturaleza de los materiales arcillosos evita que podamos apreciar ningún tipo de marca de herramientas pero los conglomerados que forman el techo son extraordinariamente duros , formados por cantos rodados unidos por una matriz calcárea, creemos que hubieron de ser excavados con punteros y mazas. En el lecho de la galería aparecen materiales cerámicos muy variados y de tipología árabe y medieval pero también localizamos algunos materiales constructivos romanos como tégulas y un posible ímbrice.

Esta curiosa mina demuestra que no sólo la roca calcarenítica es susceptible de ser excavada para conseguir agua mediante galerías. Parece clara la utilización en este caso  de pequeños veneros de agua que circulan en el contacto entre los estratos de conglomerados y margas y la excavación de galerías a favor de estas corrientes de agua. El estrato de conglomerados por su firmeza  es lo que aporta la estabilidad .

Imágenes de la galería en la zona más profunda y donde la altura se reduce a menos de medio metro. Fotos: José Millán

Conclusiones:

        En este caso nos encontramos ante una mina de agua excavada sobre materiales de naturaleza arcillosa , buscando el agua almacenada en los mismos y bajo un paquete de conglomerados que aporta estabilidad a la galería . Las técnicas constructivas no difieren  demasiado de las de las  minas estudiadas hasta ahora salvo porque  el tipo de materiales blandos  sobre los que se desarrolla ha obligado a excavar las galerías retirando el material arcilloso y acumulándolo en gran medida en los  hastiales lo que confiere a la mina una sección peculiar, en forma de cono invertido. La única evidencia constructiva que podría apuntar a un origen romano son las lumbreras  que tienen unas dimensiones típicas de putei  y  teniendo en cuenta que todos los pozos de agua de origen islámico que se han localizado en la zona son circulares y no rectangulares (datos que hemos podido averiguar consultando las el «Anuario arqueológico de Andalucía 2005″.,»ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA C/ FONTANAR DE CÁBANOS, s/n, CÓRDOBA»)
En la mina aparecen gran cantidad de material cerámico que evidencia  una utilización muy intensiva de la mina tal como queda reflejado por la historia del lugar. Destacan los innumerables cangilones pertenecientes a al menos una noria directamente relacionada con las huertas que han existido en este lugar hasta épocas muy recientes. Puede que estemos, como en muchos otros casos, ante una mina de agua excavada en época romana y reutilizada posteriormente.

Imagen de la zona final de la mina. Foto: José Millán

Vídeo grabado durante la exploración.

Conferencia sobre las minas de agua de Carmona.

El pasado día 7 de octubre tuvimos el honor de presentar los resultados de los trabajos realizados por nuestra Asociación AAES en las minas de agua romanas situadas en el subsuelo de Carmona contando con una muy buena afluencia de público. Esta charla vino acompañada de la apertura de una sala en el Museo arqueológico de Carmona donde se han expuesto una serie de paneles explicativos sobre nuestras exploraciones y algunos materiales encontrados en las minas , destacando dos lucernas de hierro mineras de posible origen romano. Todas estas exploraciones están amparadas por un convenio firmado con el Ayuntamiento de Carmona para la exploración y estudio de las minas de agua romanas existentes en la ciudad. Dejamos algunas fotos del evento y un vídeo presentación realizado en la mina de agua De San Antón.

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La mina de agua de San Antón.

Imagen histórica de la Fuente Pública tomada sobre los años 40. 
Extraída de «Carmona en la memoria», Miguel  Medina Rodriguez.


Situación y contexto histórico:

Esta extraordinaria mina de agua es sin duda una de las más importantes  que hayamos estudiado hasta la fecha ya que ha sido durante muchos siglos, probablemente desde época romana, uno de los principales suministros de agua de la ciudad  de Carmona. Sus aguas  abastecieron a la que fue conocida como “Fuente Pública”, situada en la primitiva  Plaza de Abajo, que luego fuera Alameda Vieja y que actualmente se conoce como la Alameda de Alfonso XIII, tras ser remodelada en el año 1929, coincidiendo con la Exposición Universal.
La Plaza de abajo fue durante  la Edad Media un importante centro de reunión y  celebraciones de festejos y  mercados populares que en contraposición a los de la “Plaza de arriba”, situada en lo que hoy es la Plaza de San Fernando daban cabida a gentes de clases más humildes constituyéndose como un singular espacio urbano extramuros situado  junto a la estratégica  Puerta de Sevilla, en el Barrio  conocido como El  Arrabal. Ya nos  hemos referido a  la historia de este singular enclave carmonense  en un artículo anterior donde estudiábamos otra mina de agua situada en la Avenida de Portugal, “La mina de La Alameda de Alfonso XII o de Felipe”. 
Se trata de una pequeña mina que podría haber sido parte de esta mina de San Antón. El nombre de San Antón lo hemos tomado de uno de sus pozos, situado junto al convento del mismo nombre, al Sur de la actual avenida de San Antón y que es uno de los pozos con más historia de Carmona. En diferentes escritos y artículos podemos encontrar alusiones a esta mina en las que se la llama con diferentes nombres como “Complejo hidráulico de la calle Real”, “Galería de la fuente pública” o Cañería de la Fuente, el hecho de no existir un consenso en cuanto al nombre es lo que nos ha llevado a llamarla como “Mina de San Antón”. Hay que hacer notar que en la Alameda de Alfonso XII convergen varias galerías que han de ser diferentes minas y que actualmente están en exploración.
Imagen histórica del Pozo de San Antón, junto a la ermita que le da nombre y del que hemos tomado el nombre de la mina.
Extraída de «Carmona en la memoria», Miguel  Medina Rodriguez.

El elemento más emblemático de la Alameda es sin duda la Fuente de los Leones, construida en el año 1.515 por orden de la reina Doña Juana I de Castilla estando la fuente  alimentada por las aguas de la mina de San Antón, de la misma forma que la fuente publica, situada a escasos metros de la misma y que actualmente ha desaparecido. En la actualidad las aguas de la fuente de Los Leones provienen  de la red general de abastecimiento. De hecho tanto la mina de San Antón como las otras galerías han dado servicio durante muchos años  a las fuentes de la Alameda (existe una segunda fuente situada en el extremo puesto de la Alameda y que actualmente esta seca) , a los servicios públicos construidos en la zona en los años 20  y a un gran pilar. “El Pilar de los Caballos”, situado en uno de los márgenes de la Alameda. Gracias a  nuestras exploraciones hemos podido recorrer y estudiar parte de las canalizaciones subterráneas de ladrillo que alimentaban la fuente en el siglo XVI; una estructura rectangular que recogía las aguas y que debía de tener una función de arenero o decantador y una aljibe construido probablemente en los años 20 para el servicio de las instalaciones existentes en la Alameda.

Imágenes históricas de  la Fuente de Los Leones y del Pilar de los Caballos, dos importantes  infraestructuras alimentadas por las aguas procedentes de las galerías de la Mina de San Antón.
Extraída de «Carmona en la memoria», Miguel  Medina Rodriguez.

            

 La gran importancia histórica de esta mina permite que se puedan encontrar referencias a determinadas obras de reforma o limpieza realizadas en la mina para asegurar el suministro de agua, como las que reflejan las actas capitulares archivadas en el Ayuntamiento, siendo la más destacables las realizadas en los años 1.759 ,  1. 819  y 1.849, donde se alude a una serie de obras de urgencia para garantizar  el suministro dado la alarmante disminución de caudal. Las galerías de esta mina pudieron también servir de refugio durante la Guerra Civil, tal como cuentan algunos carmonenses. Durante nuestras exploraciones hemos encontrado evidencias de lo que parecen zonas de habitad o vivacs improvisados que podrían corresponder a este uso.

            Por otro lado la mina ha sido ya objeto de curiosidad y estudio por parte de vecinos de Carmona, destacando los trabajos realizados por Manuel Buzón Fernández a finales de los años 80 y principio de los 90, recorriendo y midiendo, ayudado por el famoso pocero carmonense  «Ignacio  el Barillero» gran parte de la galería principal de la mina, además de  reivindicar ante el Ayuntamiento la importancia de esta obra y denunciar determinadas agresiones a la misma.

Las exploraciones:
        Los trabajos de exploración y estudio de esta mina se enmarcan en el convenio de colaboración firmado entre  la AAES (Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas) y  el Ayuntamiento de Carmona en Juliode 2016, con objeto de realizar la exploración de las galerías subterráneas existentes bajo el subsuelo de la ciudad . Una de las minas más conocidas e importantes es la galería que en su día abasteció a la Fuente Pública y a la Fuente de los Leones situada en las proximidades de la Alameda de Alfonso XIII, por lo que presentamos ante el Ayuntamiento un proyecto de exploración de la misma. El único acceso conocido por nosotros  en ese momento era el situado en una casa que se encuentra en el cruce entre la Calle Real y el Paseo del Estatuto. Realmente este ha sido siempre el acceso público a la mina para todas las obras de mantenimiento y  que  estuvo situado  en la misma acera de la calle,  hasta que en los años 90 se edificó una casa sobre el mismo. Tras diversas gestiones con la actual propietaria del inmueble se consigue el permiso para la exploración, que se realiza  a principios del mes de octubre de 2016. En estas exploraciones nos acompañaría el arqueólogo municipal Juanma Román. En fechas anteriores ya se había podido realizar una primera inspección de la galería por tres miembros del equipo, pudiendo recorrer unos 800 metros hasta un taponamiento y dejando atrás tres bifurcaciones. 
Accediendo a la mina por una trampilla situada en el salón de una vivienda situada en la esquina entre la calle Real y el Paseo  del Estatuto.
Foto: José Millán.
La bajada a la mina se realiza desde una trampilla que se encuentra en el salón de la vivienda y que da paso a una galería descendente de unos dos metros de alto por noventa centímetros de ancho equipada con unas escaleras realizadas con ladrillo. Parte de las paredes están enlucidas con mortero de cal y donde no aparece el ladrillo visto. La bóveda superior es también de ladrillo, apreciándose las señales del encofrado hecho de palos o cañas. La escalera da paso, tras bajar unos cinco metros, a un pequeño arco por el que accedemos a una cámara con aspecto de aljibe, tiene un largo de unos cinco metros por un metro y medio de ancho por unos tres de alto, parece construido a base de pilares de ladrillo y enlucido de cal.  En la parte superior de la bóveda se aprecia un cerramiento de ladrillos que parece posterior. Todo lo que veo me recuerda a una alusión leída en un interesante trabajo titulado “Apuntes para la historia de nuestra Alameda” de Joaquín Rueda Muñoz,  en el que habla de estas infraestructuras, refiriéndose a depósitos o areneros previos a la fuente pública y de cómo fueron tapados durante el reinado de Carlos III en el siglo XVIII para protegerlos de las plagas de filoxera que eran trasmitidas por los insectos. Toda esta obra que observamos en el subsuelo puede ser la referida en las actas capitulares del siglo XVIII  ejecutadas bajo el mandato de Carlos III.
Imagen de la bóveda de ladrillos de la galería de bajada y  que  da acceso a la mina, donde se puede apreciar el encofrado hecho de de palos o cañas..
Foto: José Millán

Estructura con aspecto de aljibe que se encuentra bajo la vivienda.
Foto: José Millán.
 Sabemos, por referencias populares recogida por historiadores que en este punto convergen dos minas; la de San Antón y otra galería más profunda que se ha convenido en llamar la mina de agua de la calle Sevilla ya que discurre bajo la misma. Según se dice el agua  de esta segunda mina no era  potable,  como sí era la de San Antón,  por lo que se usaba para alimentar el abrevadero conocido como Pilar de los Caballos, situado en uno de los márgenes de la Alameda. Los accesos a ambas minas se hayan en la misma escalera de bajada a la cámara, en el lado izquierdo. La primera  es la que da acceso a la galería de la mina de San Antón, se trata de una pequeña entrada excavada en la roca de un metro de alto por unos setenta centímetros de ancho  y que se encuentra cerrada  con ladrillos superpuestos  sin ningún tipo de argamasa. En este punto se ha realizado una derivación de las aguas que circulan por la mina  hacia la escalera por una conducción de tejas, discurriendo por las mismas un pequeño caudal de agua que acaba de desaparecer en el suelo de la cámara inferior por una pequeña arqueta tapada con un sillar, a trabes del sillar podemos vislumbrar una canalización de ladrillos. ¿Dónde van estas aguas? Discurren a un nivel más profundo que la mina de San Antón y que coincide en cota con el pilar de Los Caballos por lo que nos inclinamos a pensar que lo alimentan. De hecho el Pilar de los Caballos sigue contando con un buen caudal de agua en la actualidad, incluso en épocas de sequía. Un poco más abajo  de la entrada a la mina de San Antón y sobre los escalones  se observa una nueva puerta tabicada y en este caso con ladrillos y cemento. La propietaria de la vivienda nos dice que este era el acceso a la mina que discurre bajo la de San Antón, la de la Calle Sevilla y a la que ella tuvo la ocasión de acceder hace ya años, incluso nos enseña fotos de la galería.  Por las fotos nos parece que se trata de una mina de agua excavada en la roca muy similar a la de San Antón con la única característica que se hallaba  completamente seca. Puede que la derivación de parte de las aguas de la Mina de Santón a la que nos hemos referido y que discurre por las escaleras se realizara para mantener el caudal del pilar.

Arriba  el aspecto actual de la Fuente de los Leones, situada junto a lo que antaño fuera Fuente Pública  y abajo el pilar de los Limones, situado en uno de los márgenes de la Alameda. Los puntos donde habrían de converger las minas de San Antón y la de la calle Sevilla.
Fotos: José Millán.

Para acceder a la mina es necesario retirar los ladrillos que  como ya  hemos referido están sueltos sin ningún tipo de argamasa Al retirarlos dejamos libre un incómodo paso de unos treinta centímetros de alto. Al otro lado se abre la galería que tiene una altura de 2,30 metros y un ancho de 62 centímetros, esta equipada con pozos o lumbreras cada treinta metros aproximadamente. Se desarrolla en una dirección muy constante de unos 200º respecto al Norte. 
Las labores topográficas y de exploración se realizan durante los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2016 y  febrero, marzo y mayo de 2017, con un total de 12 entradas en la mina. A partir de la primera exploración el acceso a la mina se realiza por un pozo situado en la casa nº 10 de la calle Real, propiedad de José Antonio Escamilla, que además de facilitarnos el acceso por su propiedad se une y colabora con el equipo de exploración. Desde este pozo podemos topografiar unos 850 metros de galería principal, hasta un pozo completamente taponado situado bajos unos edificios de la calle Velásquez. Para facilitar la exploración y topografía de varios ramales laterales se recurre al acceso por una arqueta situada sobre el asfalto  a la altura del nº 33 de la Avenida de San Antón, que esta a unos 580 metros del inicio de la mina.

Arriba  acceso a la mina por una pequeña puerta cerrada con ladrillos, situada sobre la escalera de bajada al «aljibe», abajo acceso desde un pozo de  una casa propiedad de José Antonio Escamilla.
Fotos José Millán.
En la galería principal se localizan cuatro galerías laterales; la primera esta situada a unos 480 metros del inicio de la mina, se trata de una galería que a los 10 metros con dirección noroeste,  culmina en un pozo y un venero que ha día de hoy esta seco. La siguiente bifurcación la encontramos a unos 510 metros de iniciada la mina, toma dirección suroeste y se trata de una galería de gran desarrollo y que cuenta con tres bifurcaciones; dos de corto desarrollo y acabadas en veneros y otra algo más larga que culmina en un pozo taponado. El final de esta galería es un cruce con dos ramales en sentidos opuestos, que culminan en dos pozos taponados, en la que toma dirección sur encontramos un extraordinario revestimiento realizado completamente con tégulas. El desarrollo total de este ramal es de unos 450 metros.
A los 540 metros del inicio de la mina encontramos un nuevo ramal con dirección oeste y que tras unos 40 metros culmina en una cueva natural de grandes dimensiones y que pudo tener un acceso al exterior por la gran cantidad de esqueletos de animales que se localizan en esta zona. La última de las bifurcaciones la encontramos a unos 600 metros de iniciada la mina, es una corta galería de captación de unos 12 metros que toma una dirección completamente perpendicular a la galería principal.

Accediendo a la mina por una arqueta situada frente al nº 33 de la Avenida de san Antón.
Foto: José Millán.


Debido al taponamiento de la galería principal nos vimos obligados a intentar continuar la exploración por otro pozo que pudiera cortocircuitarlo y dicho pozo existe; fue  localizado en la barriada conocida como Los Pintores, contigua a la calle Velazquez. Este pozo se encuentra junto a un portal y dentro de un pequeño seto o zona verde, esta cubierto por una característica cúpula hecha de piedra tallada y no ladrillo (como es habitual). Este pozo ya había sido inspeccionado con anterioridad levantando la cúpula e introduciendo una cámara que confirmó la existencia de dos galerías contrapuestas, aunque aparecían casi totalmente taponadas. Esta nueva exploración se realiza en el mes de Febrero de 2017 y tras la desobstrucción de las galerías se consiguen  explorar unos 50 nuevos metros de galería en sentidos contrarios, llegando (en contra de las aguas) a un pequeño venero revestido con tégulas y ladrillo y a una galería lateral que cambia de dirección girando hacia el oeste y que culmina a los pocos metros en un pozo taponado donde se localiza un arco de ladrillo extraordinariamente ejecutado y de datación y funcionalidad imprecisas. En esta zona se han producido  desprendimientos de las paredes que son arcillosas siendo  visibles las limpiezas realizadas así como restos de vigas de madera que parecen destinadas a hacer de contrafuertes sobre las paredes para evitar su colapso. Se extraen muestras de madera para su datación. A favor de las aguas recorremos unos 25 metros de galería hasta un taponamiento en un pozo. Las paredes de la galería han sido reforzadas con tégulas en algunos puntos  y algunas zonas de los hastiales  se han desprendido, llegando casi a cerrar la galería.
Acceso a la mina por una lumbrera situada en la barriada de Los Pintores.
Foto: José Millán.
Cerrada la continuidad por la galería de los Pintores buscamos alguna lumbrera situada en el trazado lógico de la mina encontrando que todas estaban cerradas y bajo el asfalto de la calle. Sin embargo localizamos un pozo privado situado en el nº 99  de la calle Vista Alegre ,que según nos comenta su propietario D. Juan Matallanes no es de la mina pero conecta con ella, ya que  se excavó hace unos cuarenta años para comunicar el agua de la mina con el  pozo. También nos comenta que la galería de la mina continúa en dirección oeste , hacia los terrenos de Los Villa y que llega hasta las proximidades del antiguo instituto de los Salesianos. Además de darnos esta valiosa información esta dispuesto a colaborar con nuestras exploraciones y permitirnos su exploración.
Concretamos su exploración en el mes de mayo y efectivamente confirmamos que tras una corta galería de unos seis metros el pozo conecta con la mina. Desde este punto podemos explorar unos cuarenta metros de nuevas galerías en sentidos opuestos hasta nuevos taponamientos. La galería que nos encontramos es similar a las anteriores y no posee ningún tipo de revestimiento. Tiene un nivel de agua de casi un metro.
Pozo situado en la calle Vista Alegre y que nos permitió explorar un nuevo sector de la mina.
Foto: José Millán.

Desde la calle Vista Alegre hasta donde nos dicen que llegaría  la mina distan aún unos 300 metros pero por desgracia parece que todos los pozos existentes en este sector han sido tapados. Tenemos la duda de si uno de los Pozos-noria situados más al sur de los Villa, en el llamado Puerto de Matahacas  o un pequeño pozo situado a ras de suelo en la misma zona  y que fue inspeccionado por el servicio arqueológico calificándolo como posiblemente romano pertenecen a la mina, ya que están más o menos en la línea. Estos pozos están actualmente dentro de los terrenos comprados por la constructora que recientemente ha edificado el supermercado Aldi y el Burger King, aunque están fuera del recinto construido. Los pozos por desgracia están taponados. Es posible que en un futuro, estos terrenos pasen a ser del Ayuntamiento y se pueda proceder a su destaponamiento y culminar así la exploración de todo el trazado de la mina.
No podemos saber actualmente con precisión cual era la longitud total de la mina debido a los taponamientos  pero si sabemos que superaba los 2.000  metros   por lo que estamos ante una gran obra pública  destinada, sin duda, al abastecimiento de una población importante, como siempre fue Carmona, desde hace al menos 3.000 años.

Imágenes del pozo localizado a ras de suelo en la zona de los Villa y que fue catalogado por el servicio arqueólogico como posiblemente romano. Se encuentra en la línea de la Mina de San Antón.
Fotos: Juanma Román.

Descripción de la mina:
La zona inicial de la mina (desde la salida de sus aguas) esta muy modificada por diferentes reformas realizadas desde el siglo XVI hasta casi la actualidad por lo que es difícil saber cual era su aspecto original. La galería excavada acaba aproximadamente en la entrada existente desde las escaleras de acceso en la casa de la esquina de la calle Real con el paseo del Estatuto y a partir de este punto hacia el este encontramos una galería de ladrillo abovedada que en principio tiene 1,70 m  de alto por 65 cm. de ancho pero que al poco se transforma en un conducto de un metro de anchura siendo la bóveda de ladrillos  sustituida por grandes losas de barro. La tipología de estas estructuras sugiere, por comparativa con otras encontradas en Carmona, que pudo ser construida en el siglo XVI, aunque presentan reformas más recientes.

Arriba la zona inicial del conducto de ladrillo en el que desemboca la mina, abajo zona donde cambia la bóveda y se reduce la altura.
Fotos: José Millán.
A los 10 metros del inicio la  canalización se ve interrumpida por una rotura donde se ha colocado un gran tubo de PVC para el paso del agua y en este punto gira a la derecha. Tras el tubo  sigue la galería con las mismas características  durante diez metros más hasta una arqueta taponada que  por su dirección parece el conducto que pudo abastecer antiguamente a la Fuente Pública . La zona previa a la arqueta es un conducto hecho de sillares y no de ladrillos. A la derecha de este conducto encontramos un aljibe de unos cinco metros de largo por dos de ancho y  que  recibe las aguas de la mina, no se encuentra  ningún acceso al exterior desde el aljibe. Por el aspecto puede haber sido construido en los años 20, con las reformas de la Plaza de la Alameda. Este aljibe se haya  frente del edificio situado en el nº 1 de la calle Joaquín Costa , que es propiedad del Ayuntamiento y donde actualmente existe un aljibe moderno  alimentado por aguas de la red. Es probable que este sea el aljibe que distribuía el agua a los servicios públicos de la Alameda, situados en este mismo edificio.

Zona final de la mina de San Antón previa a la Fuente Pública, donde se dibujan sobre la foto satélite las estructuras que  se han podido investigar.
En cuanto a la galería excavada en la roca  esta comienza aproximadamente bajo la esquina de la Calle Real con el Paseo del Estatuto tomando en principio  un rumbo casi constante de 205 grados respecto al Norte. La galería tiene una altura de 2,30 metros por un ancho de 62 cm. el techo esta compuesto por una suerte de bóvedas y cerramientos de diferentes materiales y épocas, vemos ladrillos modernos y una curiosa bóveda de capuchina hecha con losas de piedra arenisca similares a los que se usaban en época romana para los acerados de las calles. También se aprecian falsas bóvedas de ladrillo combinadas con grandes losas encajadas, algunas zonas parecen inestables y en peligro de derrumbe. Parece que todo este tramo de galería estuvo en algún momento abierto por su parte superior, no creemos que fuera desde origen y quizás fuera  por una excavación posterior, cubriéndose posteriormente y edificando sobre la misma ya que lo que hay sobre la galería son edificios situados en el Paseo del Estatuto.
Huellas de encofrados en el cemento en una bóveda situada al inicio de la galería.
Foto: José Millán
En el suelo y antes de que el agua se enturbie por nuestro paso localizamos  una canalización  hecha de tejas que se va a mantener un buen trecho de galería. A unos cuarenta centímetros de altura desde el suelo se aprecia una discontinuidad en la roca que parece una reexcavación  más reciente. Toda esta zona de bóvedas se prolonga durante unos 40 metros hasta que la galería ya empieza a tener un techo firme de roca.

Es en este punto donde encontramos el primer pozo, que es redondo y de apenas medio metro de diámetro, esta completamente tapado con ladrillos. Todas las lumbreras de esta mina son rectangulares por lo que este pozo podría ser posterior. En las paredes de la galería aparecen  los típicos lucernarios, excavados a la izquierda de nuestro avance y  espaciados cada 70 ó 80 cm., aumentando la altura de la galería  hasta los tres metros. A los 15 metros de este pozo encontramos una pequeña represa que parece muy antigua, es la única de todas las que localizamos en la galería que no se encuentra bajo un pozo. A los diez metros de esta represa encontramos la primera lumbrera de dimensiones típicas 1,40X0, 90 m. Para nosotros será el P-1. Esta reutilizado como pozo e agua y tiene realizado  un «vaso» o reexcavación para almacenar agua, como todas las lumbreras esta equipado con los clásicos mechinales para el apoyo de los píes, también esta equipado con una escalera de hierro teniendo  una profundidad de  6,64 metros. Se trata del pozo perteneciente a la vivienda de D. José Antonio Escamilla y por el que accederemos a la mina en la mayoría de las exploraciones.

Arriba una falsa bóveda de ladrillo combinada con losas de piedra y abajo una bóveda capuchina realizada con losas de piedra arenisca . Estructuras situadas en los primeros metros de la galería.
Foto: José Millán,

Imagen de la galería tras la zona de bóvedas.
Foto: José Millán.

A partir de este pozo vamos a encontrarnos con sistemas de excavación habituales en las minas romanas. Lumbreras espaciadas a distancias estandarizadas y con dimensiones similares  que en este caso son unos 29 metros, 100 pies romanos o 10 actus (un actus son 10 pies romanos). Las señales de excavación y los lucernarios nos indican que las galerías se fueron excavando desde cada pozo por equipos en sentidos contrarios que se unían aproximadamente en el centro entre los dos pozos. En los puntos de unión  se aprecian pequeños quiebros provocados por el error en el rumbo de excavación así como la igualación de niveles por las ligeras diferencias de altura entre las dos galerías,  La altura de la galería es considerable, (tres metros)   y se aprecia  una excavación en dos fases por los lucernarios superpuestos en vertical a dos niveles. También encontramos las clásicas hornacinas para la colocación de las vasijas de aceite con las que recargar las lucernas que se encuentran preferentemente en la base de las lumbreras que son los puntos desde los que se iniciaban las excavaciones. La siguiente lumbrera esta también reutilizada como pozo de agua. Las paredes del pozo presentan un gran desgaste por el rozamiento de los cubos y el fondo aparece igualmente  reexcavado, se trata de uno de los pozos del convento de Santa Clara.
Este primer tramo de galería inter- lumbreras nos ha proporcionado un  importante descubrimiento que es la utilización del  mortero opus signinum para el sellado de diferentes grietas sobre  las paredes de la galería. Este mortero es genuinamente  romano y por tanto nos data sin ninguna duda la mina, confirmando lo que ya para nosotros era evidente. Siendo además  la primera vez que encontramos este material en una mina. La canalización de tejas continúa en este tramo y nos inclinamos a pensar  que podría ser  una obra de época medieval ya que no tenemos constancia que en época romana se construyeran  estas canalizaciones en las minas que no puede estar destinada más que a canalizar un pequeño caudal, bien por una sequía o por el represamiento de la mina. Además la tipología de la teja parece medieval. 



Arriba; canal hecha con tejas, probablemente en época medieval. Abajo Revestimientos de opus signinum utilizados para la impermeabilización de la galería.
Foto: José Millán.
La galería discurre sin cambios entre los pozos siguientes que también presentan señales de reutilizaciones y desgaste de las paredes. La dirección de la galería en estos nuevos tramos es muy constante y oscila entre los 201 y 203 grados respecto al Norte. Entre el pozo 3 y el pozo 4 encontramos un pozo lateral desplazado de la galería y conectado con ella por un pequeño hueco. Es redondo y de un metro aproximadamente de diámetro, parece completamente ajeno a la mina pudiendo ser posterior o incluso anterior. La señal de reexcavación que esta presente en esta zona a unos 50 cm. del fondo de la galería muestra que se  ha respetado el pozo porque hace un quiebro en este punto y por tanto el pozo puede ser  anterior a esta reexcavación.
En el pozo número 5 encontramos una pequeña represa de ladrillo que parece muy reciente y esto hace subir el nivel de agua de la galería. En el siguiente pozo también existe una nueva represa de factura similar y algo más alta por lo que sube aún más el nivel superando ya en esta zona  el metro de altura.

Arriba imagen de una lumbrera con las dimensiones típicas y abajo una hornacina para depositar las vasijas con aceite para  recargar las lucernas, situadas preferentemente en la base de las lumbreras.
Foto: José Millán. 
A partir del pozo número 4 empezamos a encontrar formaciones calcáreas  cubriendo las paredes  y  algunas zonas del techo de la galería. También apreciamos  las típicas marcas de herramientas, fundamentalmente picos de hierro  y de como la excavación esta en parte orientada por determinados estratos de roca muy visibles en el techo. También  observamos el curioso hecho (muy habitual en la mayoría de minas) de que algunas galerías a pesar de tener un rumbo constante tienden a tener trazados ligeramente meandriformes y no rectos como sería lo lógico. Esto puede ser debido a una excavación condicionada por pequeños flujos de agua o veneros, quizás el adaptarse a estos facilitaba la excavación y evitaba una excesiva acumulación de agua en la galería.

 No hay cambios importantes hasta el pozo número 8, situado a unos 271 metros del inicio de la mina, aumentan mucho las formaciones calcáreas  y se reduce la altura hasta apenas dos metros, dejando de apreciarse la reexcavación y la canal inferior. Algunos pozos de esta zona no han sido reutilizados y están completamente tapados con lo que parecen cerramientos originales hechos con losas de piedra arenisca. En el pozo número diez encontramos un importante aporte que cae de la zona superior  lo que ha cubierto el mismo de impresionantes coladas que casi han llegado a cerrar el paso de la galería. Estamos llegando a  una de las zonas más espectaculares de la mina, situada entre la calle León Felipe y la  Avenida de San Antón.

Arriba imagen de la galería a unos 200 metros del inicio donde empiezan ha aparecer formaciones calcáreas en paredes y techos. Abajo grandes coladas producidas por un aporte a la altura del pozo número diez, a unos 300 metros del inicio de la mina.
Fotos: José Millán
En este tramo la galería mantiene unas dimensiones medias de 2,30 m. de alto por 65 cm. de anchura y los techos y paredes se encuentran cubiertos de formaciones; pequeñas estalactitas en los techos y coladas en las paredes. Son identificables los sucesivos  «encuentros», (puntos de unión de los dos equipos excavando en sentidos contrarios). Estos puntos son muy  reconocibles por quiebros, cambio de lucernarios de una pared a otra y cambio del sentido de excavación de las huellas dejadas por los  picos. Los puntos de encuentro están aproximadamente en el centro de la galería entre  lumbreras lo que puede indicar que los equipos excavan a la vez, partiendo al mismo tiempo de la base de cada pozo. Los pozos 11 y 12 se encuentran bajo la plaza del Paseo de san Antón y están  parcialmente taponados  de tierra, quedando sólo un pequeño hueco para pasar sobre los sedimentos.

Arriba galerías previas a la 1º bifurcación, abajo pequeño aporte de agua entre coladas en el cruce de la 1º bifurcación.
Fotos: José Millán.

En el pozo nº 15, a unos 480  metros del inicio de la galería, encontramos la primera bifurcación de la mina, es una  galería que sale a nuestra derecha según avanzamos. En la entrada encontramos un pequeño aporte de agua de un venero que chorrea por unas bonitas coladas. Se trata de una galería de pequeño tamaño, 0,42 X1, 48 m.  Y que tras avanzar unos tres metros con un sentido de excavación hacia el interior quiebra y vemos un empalme con otra galería excavada en sentido contrario y tras unos nueve metros conecta con una galería completamente perpendicular. Hacia la derecha se cierra a los pocos metros porque se dejó de excavar y a la izquierda conectamos con un pozo. Se trata de un pozo rectangular algo mayor de lo habitual y  que  parece reexcavado.  Tiene que pertenecer a una vivienda  ya que vemos una  pequeña trampilla y una bombilla colgada desde la parte alta del pozo que tiene 13 metros de profundidad. El pozo esta claramente  reexcavado en profundidad y corta un venero natural de gran tamaño que se localiza a unos dos metros del fondo. La longitud total de este tramo es de unos 25 metros y se trata claramente de un venero de agua localizado previamente mediante un pozo y unido a la mina mediante excavaciones en sentidos contrarios.
En la imagen vemos un característico lucernario  excavado para albergar las pequeñas lámparas de aceite (lucernas).
Foto: José Millán. 
En el siguiente pozo tras esta bifurcación encontramos una nueva galería que sale a nuestra izquierda y que se trata de la bifurcación más larga de la mina y que a su vez cuenta con varias bifurcaciones. Estamos bajo el edificio situado en el nº 21 de la Avenida de San Antón, donde actualmente existe una floristería. La bautizamos como «La galería de las cucarachas» por razones que creo sobra explicar. A parte de cucarachas encontramos una gran cantidad de tritones de gran tamaño, animal acuático conocido popularmente como «gallipato» pariente de la salamandra  y que habita en completa oscuridad.
La dirección de este ramal es muy constante, unos 114 º respecto al Norte y tiene un nivel de agua de más de un metro. Empieza teniendo  unas dimensiones medias de 0,60X2 m. y una sección algo irregular , están presentes los lucernarios espaciados a distancias regulares de unos 80 cm. y techos y paredes aparecen cubiertos por bellas formaciones calcáreas. A los 9 metros del inicio de la galería encontramos un pequeño ramal lateral que sale a nuestra izquierda, se trata de una galería de una sección de 0,70X1, 80 m. y de trazado irregular ya que esta excavada sobre un venero de agua que es claramente visible en el techo, a los 10 metros termina la galería excavada y prosigue el venero ya impenetrable.

El primer pozo, que tiene la misma tipología que los de la galería principal, lo encontramos a los 32 metros. La galería esta claramente excavada con la misma técnica de dos equipos en sentidos contrarios. Bajo este pozo encontramos evidencias de contaminación y filtrado de aguas fecales, agravado por la presencia de innumerables cucarachas que hacen muy desagradable la exploración. El siguiente pozo lo encontramos a 29 metros, repitiéndose exactamente el patrón de la galería principal y encontrándonos en este punto la segunda bifurcación, esta vez a nuestra derecha. 

Arriba pozo nº 16, situado a la altura del número 21 de la Avenida de San Antón y desde donde parte el ramal lateral más extenso de la mina. Abajo galerías de inicio del ramal lateral, completamente cubiertas por formaciones. En las formaciones son apreciables las señales de contaminación en forma de manchas de color negro.
Fotos. Agustín Díaz.
Esta nueva bifurcación esta también excavada claramente sobre un venero natural que es visible en la zona superior de la galería. El conducto natural  ha condicionado las dimensiones de esta galería  y su trazado ya que tiene una altura de casi tres metros y un ancho de 80 cm. A los 15 metros aproximadamente finaliza el conducto  porque se dejó de excavar. Hay un  venero de agua que surge de una grieta unos metros antes del final. En el pequeño manantial hay colocada una teja para canalizar el agua y que debe de llevar muchos años colocada  ya que aparece cubierta por formaciones.  En la pequeña sala que forma el final de la galería hay colocada sobre el suelo una especie de lámina metálica muy deteriorada que no parece tener otra función que la de aislante. Las paredes en este punto parecen reexcavadas a lo ancho para ganar espacio por lo que parece que estamos ante una zona  de vivac que pudo ser  utilizada para esconderse durante un tiempo. Ya hemos hablado de la función de refugio que esta mina pudo tener durante la Guerra Civil y que ha sido corroborada por testimonios populares. 

Posible zona de vivac situada al final de la 2º bifurcación de la galería lateral, donde encontramos una lámina aislante y una teja colocada sobre un pequeño manantial.
Fotos: Agustín Díaz. 
La zona que sigue a esta bifurcación esta reexcavada a lo ancho, alcanzando casi los tres metros y esto es debido a la mala consistencia de las paredes, formadas por arcillas, que parece se han ido derrumbando, quedando sólo firme el techo, compuesto por un estrato firme de calcarenita. Esta circunstancia se va a repetir en diferentes puntos a lo largo de la galería lo que va a generar unas secciones muy características en forma de cono invertido. Pasada la zona arcillosa la galería recupera sus dimensiones normales de 0,64X1,65 m. El siguiente pozo lo encontramos a 34,6 metros, variando por tanto el patrón de espaciamiento  y el siguiente a 31 metros, punto donde se localiza la 3º bifurcación de este ramal que es una galería que sale a nuestra derecha, con un rumbo respecto al Norte de 200º. En principio tiene  dimensiones normales 0,65X1,85 m. hasta que a los 26 metros alcanzamos un pozo. Se trata de un pozo reexcavado, tanto en anchura como en profundidad teniendo unas  dimensiones de unos tres metros de largo por 1,5 de ancho  por lo que ha sido reutilizado probablemente como pozo-noria, tiene una morfología muy peculiar ya que ha cortado los estratos de calcarenita situados sobre las capas de margas  que son muy visibles en las paredes del pozo. Tanto los lucernarios como las señales de excavación indican que  parte de este ramal  esta excavado  hacia la galería principal por lo que estamos ante una nueva conexión de un manantial localizado previamente con la mina. Tras este pozo la mina mantiene el mismo ancho pero gana en altura, hasta los 2,13 metros y a los 29 metros (volvemos al patrón normal) culmina en un pozo completamente taponado por escombros, a pesar de los escombros podemos apreciar que también se trata de un posible pozo-noria por sus dimensiones. Estamos junto al número 16 de la calle Castilla y este pozo esta ahora bajo el pavimento en la zona central de la calle, no sabemos con seguridad  si es el punto donde acababa la galería o no ya que las informaciones que tenemos son contradictorias.
Imagen del pozo situado en la 3º bifurcación de la galería de las cucarachas donde se aprecian los estratos de calcarenita que han sido cortados por la excavación del pozo.
Foto: José Millán.

Imagen  de Google donde se dibuja el trazado del ramal lateral más largo de la mina «La galería de las cucarachas·»

El siguiente pozo tras esta bifurcación se encuentra a 31 metros, tiene un largo de unos dos metros y un ancho de un metro con una profundidad similar a todos los pozos de esta zona, unos 15 metros. En el suelo de la galería se localizan  curiosas formaciones hechas sobre el barro debido a la erosión diferencial del agua y que los geólogos llaman «chimeneas de hadas». Ya las hemos visto en las cuevas pero verlas en una mina es toda una novedad. A partir de esta zona nos encontramos con uno de los sectores más espectaculares de la mina por la existencia de formaciones calcáreas de diversos tipos y de enorme belleza. Encontramos en esta zona  algunos refuerzos de las paredes arcillosas con ladrillos que parecen de tipología moderna. El siguiente pozo esta a 30 metros,  encontrándonos en su base  con  algo poco habitual,   un salto  o cambio de altura en forma de rampa,  ya que la galería tras este pozo se encuentra a un nivel más alto, 1 metro aproximadamente. La caída del agua a provocado formaciones espectaculares, siendo las más llamativas las llamadas «perlas de las cavernas» o pisolitas que aparecen dentro de pequeños gours. Sobre techos y paredes tenemos espectaculares coladas y estalactitas, también aparece alguna estalagmita a nivel del suelo. Algunas de estas formas geológicas son totalmente inéditas en el interior de una mina, al menos para nosotros. La galería a partir de este punto tiene una morfología muy peculiar, influenciada por conductos freáticos y estratos arcillosos con una altura media de 2,5 metros y un ancho de más de un metros en algunos puntos, así pasamos por dos nuevos pozos a distancias de 30 y 35 metros y en este último pozo contactamos con una galería que cruza perpendicularmente con la que llevamos. Se trata de una galería de unas dimensiones de 1,20 metros de ancho por 2,5 de alto y que esta claramente reexcavada por limpiezas de  los desprendimientos de las  paredes que son arcillosas , siendo el techo un estrato firme de  calcarenita. Esta circunstancia genera secciones muy particulares en forma de cono invertido. Los pozos en esta zona tienen 18 metros de profundidad. y en las paredes de la galería localizamos  marcas de lo que parecen costeros de madera utilizados probablemente para evitar derrumbes.

Arriba imagen en detalle de las «Chimneas de hadas» Foto: Agustín Díaz. Abajo detalle de las pisolitas y de una colada.
Fotos: José Millán.

La galería que sale a nuestra derecha tiene una dirección de 192º respecto al Norte, culmina a los 20 metros en una extraordinaria estructura de refuerzo para evitar el derrumbe de las paredes realizada completamente con tégulas, tiene un largo de algo más de nueve metros hasta un taponamiento en lo que parece la base de un pozo. Ya habíamos encontrado estructuras de refuerzo en otras minas donde se habían utilizado tégulas, combinadas con ladrillo o piedras, pero que toda la estructura sea de tégulas es algo excepcional. La galería esta formada por 18 hiladas verticales de tégulas dispuestas a soga ,  no aparece ningún mortero de unión, siendo la bóveda también de tégulas en forma de falsa bóveda y de un ancho de tres hiladas la medida media de las tégulas es de 59X39 X 6 cm. El alto medio de la galería es de 1,52 m. y el ancho de 44 cm.
La galería que sale a la izquierda es algo más larga, tiene una dirección completamente contraria a la anterior,  de unos 4º respecto al Norte , a los 29 metros encontramos una lumbrera  que  a pesar de estar completamente taponada por sedimentos parece haber sido  reexcavada por la zona inferior, por lo que la galería queda completamente libre. Recorridos otros 31 metros alcanzamos un pozo totalmente obstruido donde culmina la exploración. La longitud total explorada de este ramal alcanza los 405 metros, sin duda debió de ser mucho más extenso, por desgracia de momento no podemos saber cuanto.

Arriba cruce de dos galerías en la zona final de la galería de las cucarachas donde se aprecia una morfología muy peculiar,debido al material blando presente en las paredes. Abajo dos imágenes de la formidable estructura de refuerzo realizada totalmente con tégulas situada antes de un pozo taponado.
Fotos: Agustín Díaz.
Volviendo a la galería principal desde la bifurcación nos encontramos con un tramo de galería donde la altura se eleva hasta los 2,78 metros manteniendo un ancho de 56 cm. y a los 30 metros alcanzamos un nuevo pozo, el número 17 de la galería principal,  que esta situado a la altura del  nº 22 de la Avenida de San Antón. En este pozo encontramos una nueva bifurcación que sale a nuestra derecha según avanzamos, se trata de una galería de dimensiones normales 0,58X1, 75 m. y que esta excavada hacia el interior con un rumbo de 240º respecto al Norte. La galería va perdiendo altura a medida que avanzamos por acumulación de arcillas  en el suelo hasta que a los 33 metros desemboca en una cavidad natural de grandes dimensiones. En la cavidad nos encontramos con  dos galerías paralelas que parten de una misma sala y que guardan un rumbo similar a la galería excavada. La galería principal, que es la continuidad de la galería excavada, se desarrolla entre un caos de grandes bloques,  tiene un ancho de unos dos metros y un alto de tres culminando a los 22 metros  en un taponamiento. La galería lateral es de dimensiones mucho más reducidas, 0,70X0, 45 cm. concluyendo igualmente a los 15 metros en un taponamiento. 

Arriba vemos la galería de acceso a la cueva natural  cuyo fondo esta parcialmente colmatado por arcillas. Abajo vemos dos imágenes de las galerías de la cueva con diferentes secciones.
Fotos: José Millán.

Es habitual que las  minas de agua contacten con grandes galerías naturales que están presentes en gran número en el subsuelo y que debieron aportar  importantes caudales de agua,  que eran canalizados hacia la mina. Es destacable el hallazgo de innumerables huesos de animales dentro de la cavidad, identificando entre los restos a  cerdos, perros y ovejas, además de un cencerro de hierro muy oxidado. La posición de los restos,  diseminados por toda la cavidad sugiere que los animales llegaron vivos, muriendo posteriormente por inanición. Las señales de garras en algunos puntos de las paredes parecen confirmar este hecho. Son animales domésticos y debieron de llegar a la cavidad por alguna entrada tapada actualmente, constituyéndose esta cavidad como una trampa mortal de la que no pudieron salir. Actualmente la zona superior de la mina es suelo urbano por lo que  los animales debieron entrar cuando esto era una zona rural. De hecho toda la zona de la Avenida de San Antón estuvo fuera del casco urbano hasta épocas recientes. Aunque también aparece en la zona la cabeza de un muñeco de plástico que aunque antiguo no debe de tener más de 30 años lo que sugiere que la cueva pudo estar abierta hasta no hace mucho.

Imagen histórica de lo que hoy es la Avenida de San Antón  donde podemos apreciar las pequeñas cúpulas blancas que cerraban los pozos de la mina de San Antón y que actualmente han desaparecido, siendo sustituidas por arquetas.

Extraída de «Carmona en la memoria», Miguel  Medina Rodriguez.

Tras cruzar esta última bifurcación nos encaminamos a otra de las zonas más espectaculares de la mina que es la zona previa y posterior al famoso pozo de San Antón.  La galería baja su altura a 1,90 metros y aparece completamente cubierta por formaciones calcáreas de una extraordinaria belleza. Las distancias entre pozos se mantienen entre los 29 y 30 metros y las galerías siguen claramente excavadas por dos equipos en sentidos contrarios, todo sigue sin cambios destacables  hasta llegar  al famoso  Pozo de San Antón, que hace el número 23. En la base del pozo aparecen muros  de refuerzo de ladrillo sobre  las paredes de la galería. Los ladrillos están cubiertos por concrecciones calizas  y el  muro esta  compuesto de hiladas de ladrillo que no están trabados entre sí por lo que se aprecian desplazamientos de los paños, generados seguramente por los movimientos sísmicos acaecidos en Carmona  en la antigüedad. Los ladrillos son de tipología romana  midiendo aproximadamente  29X21X7 cm. el típico ladrillo de pie romano tan común en Carmona   El  pozo  tiene 15 metros de profundidad  y esta  equipado con una escalera de hierro muy oxidada y con los restos de estructuras de soporte para bombas de agua. Aparece  el característico desgaste de las paredes por los cubos propio de los pozos muy utilizados. Ya hemos referido que este pozo de San Antón es el que  da nombre a la mina siendo  uno de los más famosos y utilizados de Carmona hasta épocas muy recientes.

Arriba uno de los pozos previos al Pozo de San Antón, cubierto por extraordinarias formaciones calcáreas al igual que la galería precedente. En medio vemos los refuerzos de ladrillo de tipología romana en las proximidades del pozo y abajo una imagen del Pozo de San Antón donde podemos ver una escalera de hierro y una deformación de las paredes laterales del pozo debido al rozamiento de los cubos para la extracción de agua.
Fotos: José Millán.

Tras el  Pozo de San Antón prosigue la galería sin cambios  importantes hasta que superamos el pozo  nº 24, donde  apreciamos un cambio tanto en la morfología como en el tamaño de la galería debido a la poca consistencia  de las paredes que son blandas y están reexcavadas. La altura sube a 2,5 metros y el ancho aumenta a 1,2 metros. Se mantiene un nivel de agua de más de un metro en toda la zona y aparecen muchos restos de plásticos y algo de basura. En el pozo 25 nos encontramos un taponamiento con escombros que en un primer momento detuvo  la progresión,  pero  tras un  rato retirando arena y piedras  conseguiros forzar el paso y continuar con la exploración. Estamos a la altura del número 6 de la calle Velásquez, bajo un bloque de pisos. El tramo de galería que nos encontramos tiene 29 metros hasta el siguiente pozo, la galería en este punto  tiene una altura de 2,2 metros y  un ancho de casi un metro,  las paredes están parcialmente derrumbadas. En el pozo nº 27 nos encontramos la misma situación de taponamiento parcial  y tenemos que volver a desobstruir, consiguiendo explorar un nuevo tramo de galería hasta el pozo nº 28, que ya se encuentra completamente taponado y esta vez  sin posibilidades de desobstrucción. El nuevo  tramo de galería que encontramos es similar al anterior pero presenta unos refuerzos de las paredes  hasta media altura con una especie de muro o contrafuerte realizado con pequeñas piedras unidas con arcilla. Este sistema de retacado con arcilla ya lo hemos encontrado en otras minas, incluso utilizando tégulas o ladrillos. Estamos en este punto  a unos 860 metros del inicio de la mina, bajo la  conocida como barriada de Los Pintores.


En la foto vemos la zona entre los pozos nº 27 y 28, punto donde concluyó la exploración por un taponamiento y donde encontramos estructuras de refuerzo de las paredes arcillosas utilizando pequeñas piedras y arcilla..
Foto: José Millán.

En meses anteriores a la exploración de la mina habíamos tenido la ocasión de inspeccionar una lumbrera situada en la barriada de los Pintores, junto a un portal y dentro de un pequeño seto. Se trataba de un pozo muy interesante porque se hallaba cubierto por una cúpula de piedra muy característica y que parecía igual a las que en su día cerraban los pozos de las lumbreras de la Avenida de San Antón. Se levantó la cúpula y se inspecciono la lumbrera con una cámara de vídeo confirmando la existencia de galerías, aunque aparecían parcialmente taponadas por escombros. La lumbrera contaba con una especie de brocal hecho con piedras talladas sobre las que encajaba la cúpula, realizaba en piedra maciza, con la intención dejar el pozo registrable.
La situación de esta lumbrera, en línea con la galería explorada hasta ahora la convirtió en objetivo preferente para poder continuar las exploraciones. El acceso por esta lumbrera nos permitió, tras una desobstrucción, explorar nuevos tramos de galería. A favor de las aguas pudimos recorrer el ramal que ha de conectar con el pozo nº 28, donde se hallaba detenida la exploración, por desgracia a los 22 metros nos encontramos con un derrumbe que nos lo impide , quedando un tramo de 30 metros entre lumbreras por explorar. La galería aparece llena de formaciones calcáreas en forma de estalagmitas y coladas y las paredes están, como en tramos anteriores, parcialmente derrumbadas, siendo visibles los trabajos de limpieza realizados para liberar el flujo de agua. Apreciamos hiladas de tégulas situadas bajo el nivel de agua y que sirven de refuerzo de las paredes y junto con ellas restos de costeros de madera muy deteriorados y que parece que cruzaban la galería de una pared a otra, por lo que podrían tener una función de contención, para evitar el colapso de las paredes. Se toman muestras de la madera para su datación.

En las  fotos  vemos arriba la característica cúpula que cerraba la lumbrera de Los Pintores, en medio vemos el acceso al pozo por un hueco redondo entre dos losas de piedra labradas y abajo vemos los restos de los costeros de madera que debieron ser colocados  para evitar derrumbes, lo que vemos bajo las madera son hiladas de tégulas..
Foto: José Millán y Manolo Bernal.

En sentido contrario y siguiendo la galería principal entramos en una pequeña galería de unos once metros de longitud y poco más de un metro de altura cuyas paredes aparecen revestidas con tégulas y ladrillos, suponemos que en la parte final conecta con un manantial que no es visible, debiendo estar por debajo de las aguas.
Volviendo a la base de la lumbrera encontramos semitaponada por escombros una nueva galería lateral que se desvía del rumbo de la galería principal, tomando una dirección de 255º respecto al Norte (la galería principal discurre en un rumbo aproximado de 190º respecto al Norte). En principio es una galería normal de 60 cm. de ancho por 1,60 de alto pero a los 7 metros entramos en una zona mucho más amplia de casi dos metros de ancho por lo mismo de alto, este aumento de tamaño esta provocado por el derrumbe de las paredes, existiendo también costeros de madera similares a los anteriores y que claramente se encontraban cruzados en la galería, incluso distinguimos unas pequeñas pletinas de madera en el apoyo de los mismos con la pared. A los 22 metros alcanzamos un nuevo pozo que se encuentra completamente taponado, en la zona previa al pozo encontramos un formidable arco de ladrillo que ha de ser antiguo ya que se encuentra completamente cubierto por formaciones calcáreas de cierta envergadura. Las capas de concreciones han impedido hacer un estudio a fondo de los ladrillos por lo que no podemos asegurar su antigüedad. En las paredes del arco aparecen huecos que parecen destinados a soportar algún tipo de encofrado que facilitara su construcción. El muro que sustenta el arco tiene unas dimensiones 92 cm. de ancho por 1,22 de alto (hasta el suelo de sedimentos), el arco tiene 56 cm. de anchura.


Arriba vemos la zona final de la galería principal de la mina que culmina en un pequeño manantial donde las paredes han sido reforzadas con tégulas y ladrillos. En medio y abajo vemos dos imágenes del arco de ladrillo de antiguedad y funcionalidad inciertas que constituye el punto final de la galería lateral.
Fotos. José Millán.

Con estas exploraciones damos por concluido el estudio de la galería principal centrándonos ahora en la nueva galería lateral o «Galería del Arco» por donde claramente ha de continuar la mina. La topografía apunta que esta galería discurre desde los Pintores hacia la calle Vista Alegre, debiendo ir la mina aproximadamente por el centro de esta avenida. Por desgracia todas las lumbreras que debieron existir en el trazado están completamente tapadas y se encuentran debajo del asfalto. Por suerte para nosotros un vecino de esta calle de Vista Alegre, que vive en la casa el nº 99 nos informa de que tiene un pozo moderno, excavado hace unos 30 años, que fue conectado con la mina por una galería. Tras pedirle el correspondiente permiso podemos explorar su pozo y conectar desde la base de este con la mina, explorando y topografiando 40 metros de galería, hasta dos taponamientos en sentidos contrarios. Este nuevo tramo de mina es muy similar a los anteriores pero no presenta ningún tipo de revestimiento, tiene una altura media de 1,70 metros y un ancho de 70 cm. manteniendo una altura de agua de más de un metro. Este es el último sector de la mina que se ha conseguido explorar hasta la fecha, si seguimos el trazado de la mina y consideramos que no cambia de rumbo esta habría de llegar a la zona trasera o más próxima al escarpe de los terrenos conocidos como Los Villa, conocido popularmente como Puerto de Matahacas, donde hemos realizado ya algunas exploraciones que hemos publicado en este blog:
https://aaes.es/blog/2017/03/08/la-mina-de-agua-de-los-villa-o-del-puerto-de-matahacas/
De hecho en estos terrenos de los Villa parecen converger varias minas importantes como la de la Fábrica de Anís o la de la calle Sevilla y probablemente también esta de San Antón. Las expectativas que tenemos en la actualidad pasan por poder destaponar y explorar alguno de estos pozos que están localizados pero que no son accesibles sin realizar la correspondiente limpieza y destaponamiento y que actualmente se encuentran dentro de los terrenos donde se han costruido un Burger King y un supermercado Aldi.


Imagen de la galería localizada bajo el nº 9 de la calle Vista Alegre.
Foto. José Millán.



En la imagen  vemos uno de los taponamientos por piedras y tierra  de la galería localizada bajo el nº 9 de la calle Vista Alegre.
Foto. José Millán.


.Imagen de Google de la zona final de la mina en la barriada de Los Pintores. En rojo las galerías exploradas y en amarillo los trazados a los que no se ha podido acceder por taponamientos.

Conclusiones:

Los resultados de las investigaciones no dejan  ninguna duda del origen romano de esta mina en base a las innumerables evidencias encontradas; las tipologías constructivas tanto de las galerías como de las lumbreras, los  materiales utilizado en los refuerzos, el ladrillo de pie romano o la tégula.y el  uso del signinum como mortero impermeabilizante. En este caso  la mina ha sido reutilizada intensivamente durante la Edad Media y moderna quedando esta reutilización  bien reflejada en las galerías de ladrillo y bóvedas  situadas a la salida de las aguas, que deben corresponder a las reformas originales de la Fuente Pública y construcción de la Fuente de los Leones en el siglo XVI , no queda tan clara  la antigüedad  de la  reexcavación de las galerías iniciales  y de la canalización de tejas existente pero podrían haber sido acometidas sobre la misma época.


                                 .Imagen de Google donde se superpone el trazado completo de la mina 


Además hemos  encontrado evidencias de limpiezas y apuntalamientos con maderas  en zonas donde se han producido  desprendimientos de las paredes. Los análisis de radio carbono  de la madera apuntan a finales del siglo XVIII o principios del XIV estando avalados  por lo que dicen  las Actas Capitulares que se conservan en los archivos del Ayuntamiento. Algunas lumbreras se han reutilizado como pozos de agua de casas particulares que han sido  reexcavados para acumular agua  o  construido pequeñas represas, estas lumbreras  son justamente las situadas desde el final de la Calle Real con el Paseo del Estatuto hasta el  principio de la actual Avenida de San Antón, que es justamente donde acababa el casco urbano hasta épocas muy recientes. La estructura de la mina es simple, esta compuesta por una galería principal o acueducto que se desarrolla durante unos 880 metros en un rumbo muy constante de unos 189º respecto al Norte, discurre más o menos paralela al cantil rocoso que separa la elevación de Carmona de la Vega y no debe ser casualidad y se pretende captar las corrientes de agua que fluyen perpendicularmente desde las terrazas a la Vega. La galería principal esta excavada con patrones  inter.-lumbreras  muy constantes de unos 29 metros (100 pies romanos) y con el sistema de excavación más recurrente en los acueductos subterráneos, que es el construir las galerías entre lumbreras mediante  dos equipos excavando en sentidos contrarios hasta encontrarse más o menos en el centro,  corrigiéndose en el punto de unión los pequeños errores de rumbo y la pendiente de la galería que es uno de los parámetros clave en una mina de agua ya que ha de mantenerse  durante toda la galería  una pendiente mínima, la justa para que el agua circule por gravedad y no se produzca arrastre ni erosión.


 Plano realizado en el año 1825 donde se puede ver la mina de San Antón y sus lumbreras, dibujado su trazado desde el final de la calle Real y donde hoy empezaría la Avenida de San Antón, en el plano se la llama como «cañería de la Fuente » y tiene el número 89.

Las lumbreras son todas rectangulares y tienen unas  dimensiones típicas de putei  romano, aproximadamente 1,30X0, 90, m. si bien algunas  han sido reexcavadas, aumentándose normalmente el lado largo,  para su uso como pozo-noria. Todas las lumbreras están equipadas con los característicos mechinales para el apoyo de los píes. La profundidad de las lumbreras va variando con la cota de nivel del terreno, siendo la profundidad mínima la que encontramos al final de la calle Real, unos 3 metros y la máxima la que registran los pozos situados al final de la Avenida de San Antón que alcanzan los 18 metros. Hay lumbreras que parecen permanecer cerradas desde origen mediante losas labradas de piedra.
 En cuanto a las señales de herramientas distinguimos los habituales picos de hierro en las zonas duras y una especie de cincel plano de unos 5 cm., de pala que en las zonas muy blandas aumenta hasta llegar a ser de unos 10 cm. a modo de azadón. 

Se ha utilizado en toda la galería el típico sistema de alumbrado mediante pequeños  lucernarios excavados a la altura de la cabeza  y  que en ocasiones aparecen en ambas paredes y no sólo en la pared izquierda según el sentido de excavación (que es lo habitual). En las galerías más altas, que superan los tres metros, aparecen hiladas verticales de lucernarios,  lo que puede indicar que la galería se excavó ha esta altura desde origen, esto es algo normal en las minas de agua romanas,  donde, como hemos explicado el lecho  se mantiene prácticamente horizontal excavando  en altura para adaptar la mina o bien a los estratos de roca del terreno (buscando la estabilidad y firmeza de los techos) o bien a los manantiales que se iban captando. Las distancias entre lucernarios suelen ser las normalizadas de entre 60 ó 70 cm. si bien, como en otras minas, se pueden apreciar distancias muy pequeñas, de apenas 10 cm. Hemos intentado dar explicaciones a este acortamiento entre lucernarios achacándolos a factores como la dureza de la roca o la falta de ventilación que provocaría  un recurrente apagado de la lucerna obligando al excavador a ponerlas muy juntas por seguridad. También aparecen las llamadas hornacinas que están destinadas a albergar los recipientes para recargar las lucernas. Estas  aparecen preferentemente en la base de las lumbreras (punto donde se iniciaban  las excavaciones) o más raramente en los puntos de unión de galerías. Los refuerzos encontrados en la galería principal para salvar zonas arcillosas son de tres tipos; o bien están hechos con ladrillo de pie romano, con tégulas,  o con mampostería, en ninguno de los casos se ha encontrado mortero de unión. En los casos de los contrafuertes de mampostería estos se han consolidados con arcilla. 




En la galería principal de la mina aparecen cinco bifurcaciones,  cuatro de ellas situadas  en la zona central y la última al final de la galería principal, todas tienen la finalidad de aportar agua, siendo dos de ellas de gran desarrollo. Encontramos tres galerías de corto desarrollo que conectan con veneros, y  una de ellas conecta con una cavidad natural de gran envergadura. En al menos dos  casos parece que el manantial fue localizado previamente con un pozo y luego conectado con la mina.
 La bifurcación más larga explorada es la Galería de las Cucarachas que debió tener en su día un desarrollo de más de 500 metros pero actualmente se encuentra taponada y no sabemos su longitud original, su estructura y modo de construcción  es similar a la galería principal, con varios aportes laterales que conectan con veneros salvo porque  los patrones Inter.- lumbreras aumentan en algún caso a los 35 metros (120 pies, que es denominado como actus). El hecho de que en las galerías laterales de una mina romana se produzcan variaciones en los patrones Inter.-lumbreras es muy habitual y normalmente suele ser al alza, es decir, que las distancias tienden a aumentar. No tenemos todavía una explicación segura a este hecho pero sí varias teorías relacionadas con cambios de criterio por la  excavación en fases distintas o las diferentes necesidades de ventilación (menores en galerías laterales por el llamado efecto Venturí, que provoca la galería principal sobre la lateral y que aumenta la ventilación). En esta galería lateral encontramos una extraordinaria estructura de refuerzo  realizada completamente con tégulas y que nos afirma en la autoría de este sector de la mina que al igual que la galería principal ha de encuadrase en la época de dominación romana y probablemente en época Imperial, siglos I y II de nuestra era, que es cuando se llevan a cabo las grandes obras públicas en la Carmo romana. 
La última de las bifurcaciones es la situada en la zona final de la galería principal que parte desde la última de sus lumbreras, no sabemos cual era su longitud total ya que sólo hemos podido explorar una pequeña parte pero sospechamos que durante siglos debió ser el aporte principal de agua de la mina por las estructuras encontradas en la zona,   que parecen destinadas a preservar los caudales procedentes de este sector, entre ellas el formidable arco de ladrillo ya descrito y los costeros de madera para evitar el colapso de las paredes. Si sabemos que dirección lleva esta galería que es  hacia los terrenos de los Villa, bajo cuyo subsuelo existen importantes manantiales situados a poca profundidad y que por las evidencias debieron ser utilizados para alimentar  a varias de las minas de agua más importantes de Carmona. Por lo explorado y por las estimaciones que ahora podemos hacer estamos ante un acueducto subterráneo de al menos dos kilómetros. La homogeneidad constructiva sugiere que la mina se construyo en una única  fase, sin ampliaciones a lo largo del tiempo.
Si esta mina se construyó en época romana habría de estar destinada a dar servicio  a algún tipo de infraestructura industrial de abastecimiento  o lúdica situada extramuros de la Carmo romana  y de la que no tenemos ninguna evidencia actualmente. Cabe la posibilidad de que el agua fuera almacenada en grandes cisternas o incluso elevada hacia la ciudad, que esta  situada por encima de salida de estas aguas. Este segundo caso nos parece poco probable porque nuestras investigaciones parecen indicar que la ciudad intramuros contaba con sus propias minas de agua, que en algunos casos pudieron incluso abastecer a los grandes baños públicos o térmas existentes en el interior de la ciudad. No obstante la mina dirige sus aguas a las proximidades de un estratégico enclave que es ni más ni menos que la entrada principal de la Carmo romana y  la que hoy conocemos como Puerta de Sevilla y esto seguro que tiene algo que ver. Además hay evidencias de que no era sólo la mina de San Antón la que desembocaba en lo que hoy es la Alameda, sumándose a estas aguas las que transportaban otras minas como la de la calle Sevilla, lo que intensifica la idea de que lo que hubiera en este enclave debía ser muy importante para necesitar tanta agua.
Una mina de agua es sin duda el sistema de abastecimiento más eficiente que se pueda construir, proporciona caudales de agua constantes, limpias  y libres  de las contaminaciones que el agua almacenada pudiera sufrir lo que sin duda fue bien aprovechado por la civilización romana, una cultura para la que el agua fue un elemento tan vital. Por tanto creemos que  las minas de agua debieron probablemente  ser el eje fundamental sobre el que se sustentó el abastecimiento de la Carmo romana. Al menos del agua de consumo directo. Ya que la gran cantidad de aljibes  construidos en Carmo  constatan un importante uso del agua almacenada, quizás para usos no directamente de consumo humano.  

Por último quiero hacer hincapié en el increíble valor tanto patrimonial como histórico y geológico que tienen estas galerías. En ellas no sólo hemos encontrado el fabuloso  legado dejado por nuestros antepasados,  también hemos encontrado formas geológicas excepcionales que han sido creadas por la acción de la naturaleza durante dos mil años y que aumentan más si cabe  el valor de esta colosal obra. Es por tanto muy necesaria su protección y si cabe su puesta en valor siendo posible en un futuro e exponer al público una parte del trazado de las galerías que ofrezcan las condiciones de seguridad necesarias.

Agradecimientos:
Agradecer finalmente la colaboración de las personas que en muchos casos han facilitado el acceso a los pozos: D. Antonio Escamilla , D. José Antonio Escamilla y  D. Juan Matallanes, al Ayuntamiento de Carmona por facilitarnos el acceso por los registros de la Avenida de San Antón y colaborar en las labores de señalización y viguilancia de la zona. 
El equipo de exploración ha estado compuesto por:
Manolo Bernal, Agustín Díaz, Enrique Peña, Antonio González, Francisco Zambrano, José Antonio Escamilla, Jesús Moreno , José Millán y el arqueólogo municipal Juanma Román. 


La mina de agua del Pocito Saco en el Viso del Alcor.

El pasado mes de  febrero la AAES firmó un convenio marco de colaboración  con el Ayuntamiento de El Viso del Alcor para la exploración  y estudio de todas las galerías subterráneas que existen bajo el subsuelo de esta localidad, a partir de entonces se han realizado algunas actividades de localización de posibles entradas a diferentes galerías la mayoría de ellas  son minas de agua que  alimentan las distintas fuentes que existen en la localidad.
Uno de estos enclaves es el paraje conocido popularmente como “Pocito Saco” que da nombre a un manantial que según las informaciones que recopilamos  provenía de una mina de agua excavada en el Alcor.

Momentos de la firma del convenio de colaboración con el Ayuntamiento de El Viso.

Localización y descripción:
La entrada a la  mina del Pocito Saco esta situada de cara a la Vega y  sobre  la ladera  externa del  escarpe, bajo la histórica barriada visueña de El Calvario.  La galería de la mina  discurre bajo la calle Cristo del Amor, donde se ha construido un mirador, conocido popularmente como “El mirador del Calvario”  y se haya situada dentro de los terrenos de una finca agropecuaria  por lo que para su exploración es necesario solicitar el correspondiente permiso a los propietarios de la misma. No se trata de un manantial muy importante, siendo el caudal que aporta bastante exiguo,  pero si que es muy popular y conocido entre los lugareños y como sucede con otros manantiales de la zona no carece de sus correspondientes leyendas  populares que lo aluden y no sólo al manantial sino a la zona, encuadrada en el ya referido barrio del Calvario, barrio moderno pero  asociado a importantes fiestas religiosas como la de la Santa Cruz.
Zona de acceso a la mina, desde una finca agropecuaria situado bajo el Mirador del calvario. Foto: Manolo Bernal.
Hemos de agradecer los  trabajos previos  de localización  y gestión que han realizado los miembros de la asociación Fuente del Sol y especialmente a Armando Rueda. Gracias a los cuales se ha podido llevar a cabo esta exploración.
El acceso a la mina se realiza por una pequeña entrada sobre la pared del escarpe, donde se ha construido una pequeña represa y desde donde parte una canalización que alimenta un pequeño pilar y una alberca. La galería de entrada tiene una sección muy irregular debido a derrumbes de las paredes provocados por una roca de poca consistencia y la invasión de grandes raíces de higuera. Existen  una gran cantidad de escombros procedentes  de estos desprendimientos en el suelo. La galería inicial   tiene una sección media   de 1,20X1, 8 metros.  Recorridos 12 metros llegamos a un pozo desde el que la galería quiebra a 90 grados y luego retoma el rumbo original, que es  hacia el noroeste. Justo en el quiebro la galería sigue unos tres metros más con el mismo rumbo  hasta un punto donde se dejó de excavar. Unos dos metros antes de llegar al pozo encontramos una excavación en la pared izquierda que parece un pequeño venero o manantial que a día de hoy esta seco. El pozo parece de sección  rectangular ya que esta  reexcavado o bien sus paredes se han derrumbado parcialmente,  lo que le confiere una sección irregular, tiene unas dimensiones aproximadas de unos 2 X 1, 5 metros  y una profundidad de unos 5 metros, esta tapado con una cubierta de vigas de hierro y rasillas.
Entrada a la mina, situada sobre la pared del escarpe. Foto: José Millán.
 La galería que parte tras el pozo tiene en principio unas características muy similares a la anterior pero a los pocos metros cambia y adquiere la sección típica de mina con unas dimensiones  de 0,55X1, 70 metros y sección rectangular, cambiando respecto a las galerías iniciales que tienen una sección ovalada. La roca es mucho mas consistente en esta zona por lo que conserva su morfología original. Se aprecia una excavación a favor de un estrato horizontal de roca muy consistente que esta presente en el techo y que fuerza una sección rectangular de la galería en este punto.
Encontramos  los típicos lucernarios excavados en el lado izquierdo y espaciados cada 80 cm. aproximadamente. Se aprecian también en algunos puntos las típicas marcas de herramientas de hierro, fundamentalmente picos, que marcan un sentido de excavación hacia el interior. 

La galería tiene una clara pendiente positiva y las paredes y el suelo aparecen completamente cubiertos de bellas formaciones calcáreas, coladas en las paredes , pequeñas estalactitas en los techos  y microgours en el suelo, formados por la lenta circulación de las aguas cargadas de carbonatos. Recorridos 23 metros con un rumbo de 352 grados  la galería quiebra ligeramente hacia la izquierda y disminuye tanto su altura como su anchura quedando su sección en 0,44 X 1,4 metros. Tras este quiebro recorremos 12 metros más hasta que la galería culmina en un pequeño manantial completamente cubierto por formaciones calcáreas. El desarrollo total de la mina es de 58 metros.


Arriba imagen de la zona final de la mina que tiene una sección rectangular excavada a favor de un estrato de roca horizontal presente en el techo y donde se pueden apreciar los lucernarios y las marcas de las herramientas de excavación, las paredes están parcialmente cubiertas por espeleotemas.
Abajo los últimos metros antes del manantial final con la galería completamente concreccionada. Fotos: José Millán.

Conclusiones:
            Se trata de una pequeña mina de abastecimiento que capta las aguas de al menos dos veneros, por su localización ha de estar asociada a algún asentamiento de carácter rural situado en las proximidades de la Vega. La parte inicial esta muy deteriorada por derrumbes por lo que es imposible apreciar tipologías constructivas pero en la  galería final si apreciamos claramente una tipología muy familiar, tanto por los sistemas de iluminación a base de lucernarios como por las herramientas y medidas de las secciones que nos sugieren un origen posiblemente romano. La longitud de galería excavada desde el pozo o lumbrera intermedia es de 35 metros, que es exactamente un actus, una medida muy habitual en la ingeniería romana. En cuanto a la longitud del primer tramo de galería, que es de 15 metros, también puede encajar en unos parámetros de medición romanos pero no muy habitual  en los Alcores, aunque  nos inclinamos a pensar que la entrada original de la mina no es la que tenemos actualmente porque da la impresión que el cantil ha sufrido rebajes que la han acortado. En cuanto a la lumbrera también encontramos un patrón muy habitual en las minas romanas a pesar de que las paredes presentan un ensanchamiento claramente posterior  a su construcción y  vemos presentes los típicos  mechinales para el apoyo de los pies.
Imagen de un lucernario que conserva las marcas del hollín  de la llama. Foto: José Millán.
             
Imagen del suelo de la galería completamente concrecionado. Foto: Manolo Bernal.
Finalmente consideramos que aún siendo una mina de dimensiones modestas  su posible origen romano y las espectaculares formaciones calcáreas que alberga la hacen de especial interés siendo importante instar a su protección. La debemos de encuadrar en la tipología de pequeña mina para el abastecimiento de una Villae o de pequeño  poblado rural  de las que tenemos ya algunos ejemplos como la Mina de Martín Pérez o la de Trigueros, ambas situadas en el término municipal de Carmona.
Queremos agradecer la colaboración de los propietarios de la finca los hermanos Jesús y Santiago.
Detalle de formaciones calcáreas, en este caso microgours. Foto Manolo Bernal.
Imagen del manantial final de la mina. Foto: José Millán.
Este es el enlace a un vídeo grabado durante la exploración.

La mina de agua de Los Villa o del Puerto de Matahacas.

Localización y características:

La mina de agua de los Villa o del Puerto de Matahacas se haya situada dentro del casco urbano de Carmona, en unos terrenos conocidos como “Los Villa”, un gran espacio sin urbanizar, de unos 50.000 m2, situado antes de la intersección de la calle “Carretera Llerena-Utrera” y la Avenida del Doctor Villegas, entre los Terrenos de la Feria y los Salesianos. Dichos terrenos han tomado su nombre de la familia que hasta hace unos años fueran propietarios de este solar , y donde tenían construidas varias naves industriales destinadas al negocio de la aceituna. Los Villa están delimitados hacia el suroeste (la Vega) por uno de esos accidentes geológicos tan peculiares en los Alcores que llamamos Puertos y que permiten un cómodo acceso hacia la Vega, se trata del Puerto de Matahacas, que no siendo históricamente uno de los más importantes de Carmona no deja de tener, como en el resto de puertos en Los Alcores, una cierta importancia estratégica. En la zona del Puerto aparecen diversos restos de ocupaciones que abarcan desde el neolítico hasta la Edad media, siendo destacable los restos de una gran Horno de datación imprecisa pero que podría ser de época romana, siendo probablemente  reutilizado y restaurado en la Edad Media.

Vista general de Los Villa, sobre el Puerto de Matahacas, donde se marcan las diferentes lumbreras localizadas y el trazado de las galerías de la mina. En trazado verde las galerías que ha día de hoy son inaccesibles y en rojo el trazado que se ha podido explorar.

Uno de los Pozos- noria de los Villa antes de las obras  y sobre el que se han efectuado las obras de limpieza y vaciado. Antiguamente estuvo equipado con una noria y un sistema de canales, probablemente para el abastecimiento de una gran Huerta. Foto: José Millán. 

En la zona existieron importantes huertas (evidentemente relacionadas con todos los pozos de agua  ) de origen probablemente medieval. En antiguos mapas del siglo XVIII, encontramos ya la zona de Los Villa como un lugar llamado “Huerta Pineja”, formando parte de todo el conjunto de grandes huertas situadas en la Edad Media alrededor de la ciudad.
Sabemos que bajo el subsuelo de Los Villa existe un sistema de galerías de captación y conducción  de agua cuyos trazados se presuponen por una serie de pozos alineados (lumbreras). Algunos de ellos son grandes pozos- noria, utilizados antiguamente para el suministro de las huertas citadas, dichas galerías nos han sido descritas en parte por miembros de la familia Villa, que las recorrieron cuando los pozos eran aún accesibles. Por desgracia hace unos 20 años los pozos se taparon, rellenenándolos primero con escombros y cubriéndolos luego con cúpulas o cerramientos de ladrillo, y así han permanecido hasta nuestros días.

Foto aérea del año 1957 de la zona de Los Villa, la zona que se ve oscura es donde se encuentran la mayoría de pozos noria y que debería estar ocupada por las huertas.

       Cabe destacar el hallazgo fortuito, en el año 2013, y en la zona próxima al puerto de un pequeño pozo rectangular con dos galerías en su base que fue probablemente destapado por alguna máquina y que por sus características tipológicas fue considerado por el servicio arqueológico como posiblemente romano y perteneciente a algún tipo de conducción de agua. El pozo y la galería se encontraban completamente secos y casi totalmente taponados con escombros por lo que no se pudo hacer un estudio más detallado. Se tapó con albero para evitar su deterioro y el peligro para los viandantes:

http://www.20minutos.es/noticia/1756640/0/

Desde la AAES siempre tuvimos un especial interés por la zona de Los Villa, ya que las exploraciones realizadas hasta ahora en zonas próximas como El Puerto de Brenes o la Avenida de San Antón nos habían permitido explorar parcialmente una importante red de galerías que parecían dirigirse precisamente hacia este enclave. Por lo tanto teníamos a esta zona como el probable  origen de al menos dos de las minas más largas e importantes exploradas en Carmona. La de la Fábrica de Anís y la Mina de San Antón, con desarrollos de varios kilómetros. De hecho era sorprendente la gran cantidad de pozos (hasta 13) que pudimos localizar he inspeccionar parcialmente ya que se encontraban o bien taponados o inundados y todos situados dentro del recinto de los Villa,  siendo relevante que las profundidades de los pozos variaran de una línea de lumbreras a otra, por lo que todo indicaba que había de tratarse de al menos dos minas distintas.

Obras de limpieza del pozo noria realizadas por el Ayuntamiento y que permitió la exploración de las galerías: Foto José Millán.

En la zona de los Villa se está construyendo actualmente un supermercado Aldi y en fechas recientes se concluyó la construcción de un Burger King. Dichas obras han supuesto la realización en la zona de importantes movimientos de tierras y cimentaciones, que por las evidencias de restos de origen romano en el subsuelo han contado con el preceptivo seguimiento arqueológico. Los pozos existentes en la zona de obras han sido tratados con un especial interés para instar a su preservación, como parte de este sistema de conducción de aguas de más que probable origen romano. Tras un acuerdo entre la constructora y el Ayuntamiento se procedió a la limpieza y vaciado de uno de los pozos principales, un gran pozo noria situado en la zona central de los terrenos y que tras las obras iba a quedar bajo la nave del supermercado. Dicha limpieza fue realizada por poceros y sufragada por el Ayuntamiento con objeto de poder investigar las galerías existentes. En estas exploraciones hemos intervenido miembros de la AAES, en base al convenio subscrito con el Ayuntamiento y un miembro del servicio arqueológico. Finalmente  se pudieron explorar y catalogar unos 80 metros de galerías hasta dos nuevos taponamientos.


           Poceros realizando la limpieza y vaciado del pozo-noria: Foto José Millán.

La exploración; descripción de la mina:

Los trabajos de exploración fueron coordinados con la empresa de limpieza de tal manera que fueron realizados en el momento en que la base del pozo fue limpiada de raíces que lo habían colmatado y se encontraba ya  vacío  de agua. De la base del pozo parten dos galerías; una en dirección oeste y otra en dirección noreste. La primera esta alineada con el pozo y la segunda parte de una de las esquinas haciendo casi un ángulo recto con la dirección del pozo, que tiene unas dimensiones de 3,73X 1 metro y esta alineado en el eje este-oeste. El sentido de circulación del agua es de este a oeste.


                Imagen de la galería con dirección oeste : Foto José Millán.

Se trata de un típico pozo-noria que puede que haya sido reexcavado hacia el lado largo desde una típica lumbrera de mina, algo  más pequeña. Vemos como  los mechinales (huecos para el apoyo de los pies que facilitan el acceso al pozo) están en un lateral del pozo y no en el centro y esto podría ser indicativo de esta reexcavación. La orientación de las galerías señala que es una lumbrera utilizada para realizar un cambio de rumbo de la galería, cosa muy común en las minas de agua, por lo tanto nos inclinamos a pensar que es la reutilización de una lumbrera primitiva. La galería que toma dirección oeste (a favor del agua) tiene una altura de 2,5 metros y un ancho de apenas 45 cm. a los dos metros da un quiebro a la izquierda y tras otros dos metros a la derecha para recuperar el rumbo. El fondo esta muy colmatado de limo por lo que es muy penoso avanzar. Estamos en una típica unión realizada por dos equipos excavando en sentidos contrarios, de hecho vemos los típicos lucernarios que empiezan estando en la pared izquierda y tras el quiebro pasan a estar en la derecha. Los espaciamientos entre lucernarios siguen los patrones comunes de entre 15 y 70 cm. Las marcas de herramientas también indican este cambio de sentido de excavación. En el punto de unión se aprecia la disparidad de alturas que indica una igualación de niveles en el punto de unión. Tras esta zona  sigue la galería con una altura de 1.64 metros y un ancho de 62 cm. con un rumbo constante de 263 grados y a los 16 metros (22 metros desde el pozo) alcanzamos una lumbrera taponada por escombros. El agua ha reexcavado entre los escombros un pequeño hueco por el que podemos ver la galería posterior, incluso medir su longitud con el láser, que es de 15 metros hasta un quiebro o taponamiento, la dirección es de 246 grados, es decir gira un poco hacia el Sur. En este punto culmina la exploración de este sector de la galería. Cabe destacar que es una lumbrera circular, lo que no es muy común, ya que es la forma rectangular la que predomina en este tipo de minas.


                  Imagen de un lucernario : Foto José Millán.


La galería con dirección noroeste presenta unas dimensiones que en principio son  de 2,3 metros de alto por 61 cm. de ancho,  en el suelo hay más de 40 cm. de lodo. Las paredes están cubiertas de un limo rojizo que debe ser restos de arcillas depositadas por inundación.  Aparecen lucernarios en el lado izquierdo según avanzamos que junto con las huellas de herramientas marcan un sentido de excavación hacia el interior, que se mantiene hasta el final de esta galería. Los espaciamientos entre lucernarios son similares al de la otra galería, guardando un patrón recurrente. El rumbo es más o menos constante de 33.5 grados , girando ligeramente hacia el este. Avanzamos 30,52 metros hasta una nueva lumbrera taponada por escombros, el agua que discurre por la galería brota de la zona superior de los escombros por lo que suponemos que la galería esta inundada al otro lado del taponamiento. A mitad de galería la altura desciende hasta los 1.74 metros permaneciendo el ancho constante. En el techo de la galería aparecen unos curiosos conductos que parecen pequeños veneros naturales y que están completamente concrecionados, es la única zona de la galería donde aparecen formaciones calcáreas. 


        Imagen de una lumbrera taponada, en este caso de sección circular, lo que no es habitual. : Foto José Millán.


                                Las galerías desde la base del pozo-noria. : Foto José Millán.

Conclusiones:

Sólo hemos podido explorar unos 80 metros de galería pero los datos obtenidos confirman que se trata de una galería tipológicamente igual a las que encontramos en el resto de minas de origen romano estudiadas en los Alcores. Los pozos taponados a los que hemos llegado están perfectamente situados en superficie por lo que se podría realizar su limpieza en futuras actuaciones en la zona y así seguir completando el estudio de la mina. El sentido de flujo de agua y la dirección de la galería nos indica que efectivamente debemos estar en la galería que suministra agua a la mina de la Fábrica de anís. Por lo tanto tenemos un desarrollo de 323 metros desde el punto taponado hasta la conexión con la misma, en otro taponamiento. Todo este tramo de galería discurre paralela a la calle Bonifacio IV, cruzando toda la barriada hasta el Puerto de Brenes. Estos datos confirman lo que ya suponíamos y es que la mina de la Fábrica de Anís supera con creces el kilómetro de desarrollo. Desconocemos el estado de la mina en este largo tramo pero seguro ha de encontrarse taponada en más de un punto. La galería oeste presenta una excavación típica de dos equipos en sentidos contrarios corrigiéndose los errores de rumbo y altura  en el punto de unión,  pero no guarda un patrón normal de espaciamiento de este tipo de minas  con la siguiente lumbrera, que debería ser de unos 30 metros (unos 100 pies romanos), quedándose en 22 metros, además la lumbrera es circular lo que tampoco es muy común. Sospechamos que esta lumbrera taponada es un colector, donde converge otra galería que viene del sur (eso parece indicar la posición de las lumbreras localizadas en la zona).

               Imagen de la galería con dirección noroeste : Foto José Millán.

Esta galería podría ser un aporte a la principal que viene a traer agua desde manantiales situados cerca del Puerto, donde ha aparecido el pozo descrito en la introducción de este artículo y desde donde viene una línea de lumbreras. A veces hemos encontrado pozos circulares en colectores donde convergen varias galerías, esta forma circular facilita esta conexión.
En cuanto a la galería con dirección noroeste si presenta un espaciamiento típico con la otra lumbrera, en este caso de 30 metros, esta excavado en una única dirección, cambiando la técnica respecto a la otra galería. Es claramente la galería principal y que aporta el mayor caudal a la mina, por la posición de las lumbreras localizadas sabemos que desde el taponamiento se dirige con una dirección de unos 41 grados hacia la esquina entre la Avenida Doctor Villa y la carretera Llerena- Utrera, donde existe una lumbrera que ha sido inspeccionada, encontrándose la galería completamente inundada. La distancia es de unos 90 metros lo que sugiere que mantiene un patrón de espaciamiento de lumbreras de 30 metros, que es lo típico en las galerías principales de este tipo de minas.


                                     Ascendiendo por el pozo-noria : Foto José Millán.

Con esto queda más o menos resuelto el trazado y funcionalidad de la galería que discurre al norte de Los Villa, paralela a la carretera Llerena-Utrera pero nos queda pendiente determinar tanto el trazado exacto como la funcionalidad de la galería que discurre al este, hacia el Puerto y de la que tenemos localizada una línea de lumbreras de poca profundidad. Tenemos la teoría que pueda estar relacionada con otra gran mina de agua que actualmente esta en exploración, la de San Antón, pero esto será objeto de futuras investigaciones.
Esta exploración ha servido finalmente para confirmar lo que ya suponíamos y es que bajo el subsuelo de Los Villa existe un sistema de galerías captadoras y conductoras de agua de origen romano y que habría que poner en valor continuando en un futuro con la limpieza de las lumbreras y con la exploración y catalogación de las galerías.
El equipo de exploración ha estado compuesto por: Juanma Román (arqueólogo), Antonio Gonzalez (geólogo) y Marcos Alexis Portillo y José Millán (espeleólogos).
Queremos dar las gracias tanto a la constructora como al Ayuntamiento por colaborar y en el caso del Ayuntamiento especialmente por financiar la limpieza de este pozo, sin la que hubiera sido imposible esta exploración.

Un enlace a un vídeo realizado durante la exploración:

El pozo romano de la finca del Molino de Viento

Introducción:
            En este caso presentamos el  estudio de uno de los sistemas  de captación de agua  más comúnmente  utilizado en Los Alcores desde tiempos muy remotos y que paradójicamente resulta ser uno de los menos documentados en lo que al  período de ocupación romana  se refiere, entre otras causas por la intensiva reutilización de todos estos primitivos pozos, que en gran medida han sido  modificados en épocas posteriores.
La avanzada civilización  romana desarrolló en los Alcores toda una cultura  de elaboradas técnicas de captación de aguas subterráneas, que, basándonos en las evidencias, debieron ser llevadas a cabo por auténticos profesionales  “fossores”, con amplios conocimientos tanto de minería como de técnicas de  captación y aprovechamiento de veneros de agua y  que pusieron en practica un conjunto de técnicas y sistemas que se repiten de manera sistemática en todas las galerías subterráneas  estudiadas hasta ahora.
 Ya hemos tenido ocasión de explorar y documentar  una serie de minas de agua (algunas de grandes desarrollos) destinadas al abastecimiento, tanto de grandes núcleos poblacionales como de importantes asentamientos agrícolas. En este caso se trata de  una simple estructura compuesta por un pozo y una galería de captación y que, por evidencias, debió ser construido para el abastecimiento de una Villae situada  en el  ámbito rural de las Terrazas, situadas al Oeste de de la ciudad de Carmo,  zona que estuvo intensamente poblada en el Alto Imperio Romano.

Lo cierto es que  la construcción de este tipo de pozos con galerías captadoras es muy común en Los Alcores, y se han venido utilizado hasta la actualidad , pero las características tipológicas y constructivas  de la galería de captación son inequívocamente romanas, lo que sumado a otras evidencias existentes en los terrenos  anexos al pozo nos permiten situar su  construcción  en este intenso y fascinante período de “romanización” de Los Alcores.
Localización del Pozo romano de la finca del Molino de Viento


Situación y contexto arqueológico:
            El pozo se haya situado en una finca  situada a unos tres kilómetros al Suroeste del casco urbano,  frente a los terrenos que albergaron  el zoológico de Carmona ya desaparecido. Esta zona conocida  popularmente como «Siete caminos» , estuvo ocupada desde la Edad Media  por una gran cantidad de huertas y molinos que perduraron  hasta épocas muy recientes. El acceso se realiza  por una pista conocida como “Camino de los Graneros” que arranca desde la Ronda Sur,  frente al Polígono Industrial de Brenes. Las  coordenadas en “universal transversal de mercator”  son: 30S  264137,80 m. E,   4149100,80 m N. y a una altura de 199 m.
El nombre por el que se conoce a la finca “Molino de Viento”, debería aludir precisamente a la existencia de un molino eólico, cosa  muy excepcional en Los Alcores donde tradicionalmente los molinos y norias que se construyeron  fueron de tracción animal (salvo los hidráulicos situados todos en la zona del escarpe) . Hemos de decir que no hemos encontrado documentación que pueda confirmar la existencia del molino de viento citado  basándose esta nomenclatura sólo  en testimonios verbales.
Toda esta zona es arqueológicamente muy interesante por los innumerables restos romanos  que aparecen, acompañados en muchos casos por minas de agua que actualmente están en proceso de investigación. Se trata de una zona muy rica en agua subterránea y  que aparece a profundidades someras, lo que sumado a sus  excelentes condiciones para el desarrollo de la agricultura  debieron ser motivos mas que suficientes para su intensiva ocupación, tanto en época romana como en épocas preindustriales, donde sobrevino una intensiva actividad agrícola y ganadera en la zona. 
Acceso al pozo por un brocal adosado a la vivienda.
La zona donde se haya situada la finca “zona de terrazas”, esta  bien diferenciada de la Vega por sus características orográficas y geológicas pero parece claro , por los múltiples yacimientos que aparecen en la zona,  que también  estuvo intensamente poblada en época romana. Diferentes estudios realizados por algunos investigadores  parecen demostrar la existencia de una parcelación rural romana en esta zona (“ESTUDIO PRELIMINAR DE UNA POSIBLE PARCELACIÓN RURAL ROMANA EN EL TERRITORIO DE CARMO”; Manuel Rubio Valverde) 
http://www.ugr.es/~arqueologyterritorio/PDF8/Rubio.pdf
La zona de Siete caminos  se encuentra también relacionada por proximidad  con una  importante vía  de comunicación entre Carmona y Sevilla conocida como «Vereda del  Álamo» cuyos orígenes hubieron de ser al menos romanos , siendo de vital importancia durante la Edad Média  por ser el camino más corto entre ambas ciudades.
Es muy probable que los  actuales caminos, a cuyos márgenes se sitúan toda una serie de grandes fincas  fueran ya vías de comunicación romanas. La mayoría de investigadores coinciden en que las terrazas estuvieron prácticamente  despobladas hasta que se produjo el intenso período de ocupación romana de los Alcores a partir del Alto Imperio, en el siglo I de nuestra era. Siendo toda la zona ocupada por grandes Villaes y aglomeraciones dedicadas fundamentalmente al cultivo de cereal.

(APROXIMACIÓN AL MUNDO RURAL ROMANO EN EL TERRITORIO DE CARMO;  Elisabet Conlin Hayes. Alejandro Jimenez Hernández. ) 

https://www.upo.es/revistas/index.php/romula/article/view/410/358
Descendiendo al pozo que tiene una profundidad de 20 metros.
Historia de las exploraciones:
El descubrimiento y exploración de este pozo debemos de agradecérselo al actual propietario de la finca D. Roberto Beurno Reguero, que siendo conocedor de nuestras investigaciones de minas de agua en Carmona se pone en contacto con nosotros para que procediéramos a investigar su pozo, ya que piensa que pudiera ser de origen romano, en base a una gran cantidad de materiales de esta época que aparecieron durante las obras de construcción de la casa. También nos comenta que la finca actual esta construida probablemente sobre un antiguo molino y que dicho pozo estuvo equipado con una noria que ya no existe. El tema me parece sumamente interesante así que realizo una visita a la finca para examinar el pozo, y bajar la cámara de vídeo y comprobar la existencia de galerías. Efectivamente la grabación revela que existe una galería penetrable en una de las paredes del pozo así que acordamos proceder a la exploración y estudio de la misma, cosa que hacemos unos días después.
Descendiendo el pozo que ha sido reexcavado sobre un pozo primitivo más pequeño.
Descripción y estudio del pozo y la galería:
            Se trata del típico pozo de noria tan común en Los Alcores,   con unas dimensiones de 3,6 metros de largo por 1,70 de ancho y una profundidad de 20 metros. Actualmente esta cubierto por una pequeña habitación desde la que se  accede al pozo  por una trampilla en el suelo, estando equipado con una escalera de hiero para bajar a las plataformas inferiores, donde en su día se instalaron unas bombas. Existe otro acceso al pozo  consistente en un pequeño brocal adosado al muro exterior de la casa y por el que  decidimos bajar , ya que esta justo encima de la vertical de la galería. El pozo esta equipado con una bomba sumergible  y tiene  dos plataformas situadas sobre la superficie del agua donde en su día debieron de estar colocadas bombas de extracción. Nos llama la atención que en una de las paredes del pozo aparezca una única línea de mechinales (los mechinales son pequeños huecos excavados en los laterales del pozo para el apoyo de los píes) ya que el ancho del pozo no permite el descenso con esta técnica, además están justo sobre la galería. También observamos un claro cambio de textura y color de la roca en este punto que delimita perfectamente la existencia de un pozo primitivo sobre el que se excavó el pozo actual, un pozo que según las huellas  debería haber tenido  unas dimensiones muy familiares para nosotros de aproximadamente  1,50  x 0,90 m.  , que son las típicas de un putei romano.
Dos imágenes de la galería que tiene 32 metros de longitud.
La galería se abre a unos 50 cm. por encima del fondo del pozo que en el momento de la exploración estaba en unos niveles de agua de apenas 1 metro. Se trata de una galería excavada a pico de un ancho medio de 0,65 m. y un alto de 1,85 m. teniendo una sección rectangular provocada por el ataque de los techos con una herramienta plana similar a un cincel  de unos 5 cm. de anchura y estando los hastiales abiertos  con el típico pico curvo.
Presenta lucernarios excavados en el lado izquierdo, según el sentido de excavación que es hacia el interior y pegados al techo, en principio a una distancia estandarizada de unos 60 cm. pero a la mitad del pozo cambia este patrón a apenas 15 cm. La causa parece ser un estrato de roca muy dura que aparece en el techo y que se ha respetado parcialmente. Este hecho es muy habitual ya que una excavación más lenta y costosa genera normalmente menores distancias entre lucernarios. También aparecen las típicas hornacinas destinadas a albergar las vasijas llenas de aceite  con la que recargar las lucernas. Existe una primera hornacina a la entrada de la galería y otra aproximadamente a la mitad, justo antes del estrato de roca más sólido. Esto induce a pensar que la galería fue excavada en dos turnos ya que las hornacinas suelen estar excavadas al inicio de un turno de trabajo. La longitud total de la galería es de 32 metros y mantiene una dirección constante de 351 º, culmina en un pequeño venero de agua situado a media altura y que parece haber sido agrandado o barrenado, teniendo una forma sensiblemente circular. Sobre el venero vemos un lucernario que debió ser utilizado para realizar este trabajo de barrenado. Toda el agua que abastece el pozo sale de este pequeño venero y toda la zona se encuentra cubierta de concreciones calcáreas.
Arriba el final de la galería de captación donde se ha realizado un barrenado para facilitar el flujo de agua desde un pequeño venero. Abajo un detalle de los lucernarios en una zona de la galería donde aparecen muy juntos.
Conclusiones:
            Parece muy evidente que estamos ante un pozo romano reutilizado. Esto es un hecho bastante común y que venimos observando en un gran número de pozos-noria, que han sido reexcavados sobre primitivos puteis romanos y que en muchos casos no son más que lumbreras de minas de agua. Las características tipológicas de la galería son inequívocas ya que presenta las dimensiones, técnicas de  excavación, huellas de herramientas y disposición de lucernarios propios de todas las galerías romanas estudiadas. Nos llama mucho la atención  el barrenado que se ha realizado en el final de la galería para la captación del manantial, ya que no es algo habitual. Introducida la cámara en el interior del orificio no llega a verse el final del mismo y nos planteamos que tipo de herramienta pudo utilizarse para realizarlo. 
Arriba vemos una hornacina , excavada para albergar las vasijas con aceite y abajo una imagen del interior de la barrena realizada en el final de la galería.
Las galerías de captación son muy comunes en las minas de agua y suelen estar excavadas en la base de las lumbreras y con un trazado perpendicular a la galería principal, teniendo longitudes  equivalentes de entre 20 y 30 metros. La misión de las mismas es principalmente la captación de pequeños veneros o filtraciones para añadirlas al cauce principal,  pudiendo también tener funciones secundarias como el  almacenamiento de agua,  alivio de la presión de la corriente  o la decantación de sedimentos. Es el primer caso que encontramos de la aplicación de este tipo de galería a un simple pozo de agua en época romana. La labor de construcción de estas galerías debió de ser acometida por profesionales “fossores”, que aplicaron técnicas y sistemas totalmente similares. Se trata de una obra de relativamente bajo coste en relación a las largas minas de centenares de metros que existen en Los Alcores y que parece apropiada para el sustento de una pequeña Villae de carácter agrícola. Los abundantes restos romanos  aparecidos en las zonas anexas al pozo, tanto constructivo como cerámico,  confirman este hecho.

Finalmente queremos dar  las gracias al dueño de la finca, D. Roberto Beurno Guerrero por contactar con nosotros y permitirnos realizar esta exploración. También a los integrantes del equipo de exploración: Manolo Bernal, Julio Guijarro, Adrián Bustos y Antonio Gonzalez.

Mina de la Alameda de Alfonso XIII.

La plaza de la Alameda de Alfonso XIII.


El contexto histórico y arqueológico:

      La Alameda de Alfonso XIII esta situada a unos 200 metros al Oeste de la emblemática Puerta de Sevilla en Carmona, en los extramuros de la antigua ciudad en un barrio conocido   históricamente  como “El Arrabal”. En tiempos medievales fue llamada  “Plaza de Abajo”, en contraposición a la “Plaza de Arriba”, situada intramuros en lo que hoy es la Plaza de San Fernando, siendo estratégicamente importante como lugar de parada en el camino a  Sevilla  probablemente  ya desde época romana,  por lo que solía ser  ocupada por comerciantes que  ofrecían sus productos a los viajeros en improvisados tenderetes. También fue punto clave para las primeras ferias de ganado y para la celebración de múltiples actos festivos populares.

    La primitiva plaza de abajo  se organizaba  alrededor de un importante punto de agua procedente de varias canalizaciones subterráneas que desembocaban a un  gran pilar situado en uno de sus márgenes. Desde este pilar  se distribuía el agua hacia dos fuentes; la emblemática  y más primitiva Fuente de los Leones  y  posteriormente  a una nueva  una fuente de piedra situada en el extremo opuesto de la Alameda. El pilar que se conserva fue construido entre los siglos XV y XVI si bien probablemente sobre alguna estructura anterior. En cuanto a la fuente sabemos que su aspecto actual se debe a una importante remodelación realizada en tiempos del reinado de Juana I (siglo XVI) sobre una fuente más modesta.
El Pilar de la Alameda de Alfonso XIII, cuyas aguas provienen de una mina de agua de gran desarrollo y origen probablemente romano.
La remodelación más importante de la Alameda se realiza a partir del año 1929 coincidiendo con la  celebración en Sevilla de la Exposición Universal, es por esto que se realiza en el  estilo regionalista de Aníbal González, dotándola de jardines, bancos decorados con azulejos sevillanos, servicios públicos, alumbrado etc. También se construye un aljibe junto a los servicios públicos que aún sigue en uso. 
Tenemos muchas referencias de la importancia de esta plaza en tiempos modernos pero no así del importante papel que este enclave sin duda  pudo representar en épocas anteriores,  ya que las investigaciones que hemos realizado hasta la fecha parecen demostrar que las canalizaciones subterráneas que la abastecían son de origen romano. La presencia de importantes puntos de agua extramuros y junto a las puertas principales de la Carmo romana ya han sido constatadas  en el caso de la Puerta de Córdoba y este puede ser un caso similar, siempre asociado a la importante vía de comunicación que representó la  Vía Augusta y que arrancaba desde las dos puertas principales de la Ciudad. Actualmente tenemos registrada la existencia de al menos cuatro canalizaciones subterráneas que convergen en las proximidades de la Alameda siendo  dos de ellas  de origen romano, estando las otras pendientes de exploración y catalogación. 

La Fuente de los Leones presidiendo la Plaza de la Alameda.

Algunas referencias arqueológicas atribuibles a Gorge Bonsor  hacen referencia a  la existencia en la zona del Arrabal  de los restos de lo que pudo ser parte de un acueducto de origen romano del que por desgracia ya no queda ningún rastro.
  La Alameda y todo el barrio del arrabal  se encontraba extramuros de la ciudad romana y a una cota de nivel de unos veinte metros más bajo que el casco urbano de la misma  por lo que sus fuentes de agua no parecen adecuadas para su  abastecimiento , máxime cuando se han encontrado manantiales y canalizaciones situados directamente bajo la ciudad.  Algunas excavaciones arqueológicas de urgencia realizadas en la zona de la Calle Real, próxima a la Alameda, han revelado la existencia de estructuras  funerarias romanas y canalizaciones asociadas a las mismas pero esto tampoco  explica la construcción de estas minas. 
Sabemos que rodeando a Carmo existieron toda una  serie de grandes asentamientos de naturaleza rural y a los que han aparecido asociados complejos sistemas de galerías de gran desarrollo y este puede ser el caso. El agua era un elemento vital que fue utilizado para todo tipo de labores industriales y lúdicas,   de las que ya hemos hablado en anteriores trabajos realizados en importantes  enclaves  romanos situados  a lo largo de toda la colina de los Alcores.

Imagen aérea de la Plaza de la Alameda y el barrio del Arrabal, están  marcadas las dos minas estudiadas hasta la fecha, la «Mina 1», situada en la parte inferior de la foto es a la que se refiere este estudio y su trazado esta marcado en rojo estando con trazo amarillo un hipótetico trazado que la uniría con la «Mina 2» antes de los rebajes del terreno realizados  para la construcción de la Alameda. También se marca en trazo azul  el trazado del agua desde la mina a un Aljibe y al Pilar de la Alameda.


Historia de las exploraciones:

Actualmente nos hayamos inmersos en un proyecto de exploración de minas de agua  bajo el casco urbano de Carmona, ya que tenemos constancia de la existencia de una vasta red de de estos túneles,  que hasta ahora no han sido ni catalogados ni estudiados y de las que sólo existen referencias a trabes de poceros y lugareños.
La Alameda es uno de los puntos claves para estas exploraciones ya que desde ella parten varias de las galerías principales de algunas de estas canalizaciones. Los compañeros y vecinos de Carmona Antonio González Cantero y Enrique M. Peña Pérez  que colaboran con las exploraciones de la AAES me dan referencias, entre otras  de varias de estas minas,  una de ellas  situada en el interior de una antigua carpintería, en el número 6 de la Avenida de Portugal que es  propiedad de D. Felipe Rodriguez de los Santos. 
Fachada de la carpintería propiedad de Felipe  Rodriguez de Los Santos en la Avd. de Portugal.
A principios del mes de abril concretamos una visita con el propietario para la exploración de la mina que se encuentra situada en un patio a cielo abierto en la zona trasera del taller. La entrada esta elevada unos dos metros sobre el suelo sobre un cortado y el escaso caudal que brota de la mina es utilizado pata el mantenimiento de un pequeño jardín-huerta. La mina resulta tener un escaso desarrollo y esta constituida por dos galerías de morfología y estado de conservación muy desigual. Realizamos la exploración completa, un croquis topográfico y un reportaje fotográfico. La impresión es que estamos ante lo que queda de una mina que fue cortada por un talud o rebaje del terreno realizado en la zona para la construcción de la propio Alameda. Toda la zona, como pasa en otros enclaves de Carmona situados extramuros, ha sido transformada  durante la Edad Media, dándole la morfología actual de gran explanada o espacio abierto donde se organizaron  todo tipo de eventos como ferias de ganado, zocos,   lugares de rezo o esparcimiento y esto hubo de realizarse  ganado terreno a la colina. La mina que nos ocupa debió formar parte de otras canalizaciones de origen romano  situadas en la zona, probablemente como galería de aporte a una mina más grande y estas obras la dejaron aislada y “colgada” sobre un talud. 
Entrada a la mina desde el patio trasero del local.
Descripción de la mina:
La entrada a la mina esta constituida por una construcción de ladrillo y mortero que forma un pasillo de 1,50 m. de largo por 1,90 de alto  y unos 65 cm. de ancho abierta sobre el  muro de contención del talud. El revestimiento exterior de dicho muro es de factura reciente compuesto de hormigón y ladrillo rasilla, de hecho el padre de Felipe nos confirma que fue construido hace unos 30 años  para reforzar la pared que era de roca poco consistente . La construcción interna parece mucho más antigua, ha perdido parte del enlucido quedando los ladrillos vistos . En tiempos anteriores a la carpintería esto fue una vivienda , en los antiguos muros de la misma aparecen ladrillos iguales a los presentes a la entrada de la mina. La mina por tanto debió utilizarse desde siempre  para el abastecimiento de esta vivienda. Actualmente aporta muy poca agua y sólo se utiliza para riego. Felipe nos dice que desde tiempos remotos se vienen realizando  limpiezas de las galerías para mantener el flujo de agua que se ha visto mermado por sucesivos derrumbes de la galería.  Bajo la entrada a la mina y sobre el muro parte una tubería que conduce el agua recogida en una pequeña arqueta hacia unos depósitos. Traspasado el pequeño pasillo de entrada accedemos a una cámara irregular  de unas dimensiones de unos 3X4 metros , producida por derrumbes sucesivos, debido a la mala consistencia de la roca, de hecho existe un gran boquete en el techo. por el que entra la luz. Sobre las paredes se extienden una gran cantidad de raíces que han favorecido este proceso de descomposición de la roca. 

Dos imágenes de la entrada al interior de la mina a trabes  de una pequeña construcción de ladrillo.
Desde este punto existen dos continuidades posibles, una galería con dirección oeste  que presenta muy buen estado de conservación. Esta excavada a pico de hierro  curvo, se aprecian huellas de cincel plano en los techos. Tiene una sección cuadrada con unas dimensiones medias  de 1,70 m. de altura por 60 cm. de ancho, presenta una línea de lucernarios en el lado izquierdo (que es el sentido de excavación que marcan las huellas de herramientas)   espaciados a distancias de entre 60 y 70 cm. A los 20 metros concluye porque se dejó de excavar, no se aprecia el contacto con ningún manantial pero por el suelo corre un pequeño hilo de agua. Las características métricas los lucernarios y las características huellas de herramientas en hastiales y techos   indican un  origen romano. se trata de una típica galería de captación, excavada perpendicularmente a la galería principal y cuya finalidad suele ser recoger aguas difusas procedentes de filtraciones o pequeños veneros. Estas galerías suelen estar en la base de las lumbreras por lo que es probable que la entrada actual de la mina fuera una lumbrera antes de las remodelaciones del terreno.

Imágenes de la galería lateral que se encuentra en muy buen estado de conservación y culmina a los 20 metros de desarrollo.
La otra continuidad es hacia el Sur  y en este caso se trata de una galería que se ha derrumbado parcialmente  por la mala consistencia de la roca, por sucesivas limpiezas se han ido acumulando escombros en el lado derecho según se avanza y tiene unas dimensiones medias de 1,5 metros de ancho por 2 de alto. A causa de los derrumbes han desaparecido las huellas de herramientas o lucernarios. Resulta peligroso avanzar por esta galería y  hay que hacerlo con extrema precaución ya que las paredes y techos están muy descompuestos. Creemos que originariamente era una galería  similar a la anterior pero al estar excavada en unos estratos de roca muy blandos a acabo por colapsar.


Imágenes de la sala de entrada y de la galería que lleva dirección Sur, que se haya parcialmente derrumbada.


   Cuando avanzamos unos 9 metros encontramos lo que parece un pozo completamente taponado y desplazado de la galería, concretamente  en el lado izquierdo según el avance. Hay  mucho material constructivo entremezclado con arena y piedras, distinguimos algunos ladrillos de tipología medieval. Tras este pozo avanzamos otros 9 metros con una dirección similar hasta que la galería culmina en un pequeño pozo lleno de concreciones que parece un manantial, de hecho de la base del mismo parte un pequeño hilo de agua que es el que circula por la mina y  se recoge en el exterior. Desde este punto sale una pequeña y corta galería, de unos  2,5 metros y dirección este que culmina en un muro de ladrillo, los ladrillos parecen ser similares a los existentes en la obra de la entrada a la mina. En este punto culmina la exploración de la mina que tiene un desarrollo total de 43 metros.

Restos constructivos en la base del relleno  de un pozo taponado.

Conclusiones:
La tipología de la mina que se puede apreciar perfectamente en la galería que no se ha derrumbado es claramente romana. Lo que nos parece es  que se trata de una pequeña mina o uno de los sectores laterales de una mina mayor. De hecho si prolongamos  la galería desde la salida (donde esta cortada con el talud) siguiendo la dirección que lleva de 334 grados vemos que acabaría convergiendo en la esquina de la Calle Real con el Paseo del Estatuto que es justamente donde se encuentran las canalizaciones que abastecían tanto al pilar de la Alameda como a las Fuente de Los Leones, justo en este punto encontramos una nueva mina que tiene varios kilómetros de desarrollo y que actualmente esta en exploración y que es la que actualmente abastece el pilar. Las cotas de altura  similares a las que se encuentran ambas galerías podían avalar esta hipótesis. 
Invasión de grandes raíces de higuera que han favorecido el colapso de la galería principal de la mina.
Zona final de la galería principal de la mina, cerrada con un muro de ladrillo.
Como ya hemos dicho al principio de este trabajo parece que nos encontramos ante un gran sistema de minas de origen romano que abastecían a algún asentamiento situado en la zona donde hoy esta la Alameda de Alfonso XIII. Todo este gran sistema fue claramente reutilizado en épocas posteriores como delatan las diferentes reformas que se han realizado en las minas que hemos explorado hasta la fecha. En este caso concreto el pequeño sector de la mina que quedó tras los rebajes de terreno fue reutilizado para el abastecimiento de una o varias viviendas de la zona. En próximas fechas seguiremos investigando las diferentes minas que existen en la zona y esperamos con ello poder realizar un plano y estudio detallado de las diferentes galerías para ponerlas en su contexto histórico y poder elaborar alguna hipótesis sobre cual fue su funcionalidad original.
Finalmente queremos dar las gracias a D. Felipe Rodriguez de los Santos por habernos permitido realizar esta exploración.
  

Croquis topográfico de la mina.



La mina de agua de la Puerta de Córdoba.

La Puerta de Córdoba esta situada al Norte de la ciudad de Carmona y fue  uno de los principales accesos al recinto amurallado de  la ciudad desde época romana. Su construcción se remonta a la época de máximo esplendor de la Carmo romana, el en siglo I d.C. Se trata de una puerta con un importante  valor estratégico dada su extraordinaria visibilidad cuando se accede a la ciudad desde la  Vía Augusta. Quizás por eso se le dotó del carácter  monumental que tendría un «Arco del triunfo»  como un símbolo del  Imperio Romano ya que fue  decorada con columnas y con un gran  podio interior  de más de dos metros de altura.
 La puerta esta integrada en el flanco Este de la muralla defensiva , justo en el punto donde finalizaba  el Cardo Máximo y donde comienza la citada Vía Augusta, una de las  principales vías  de comunicación y de transportes  de toda la  Bética romana. Hemos de decir que la puerta original era mucho más espectacular que la actual, ya que contaba con un cuerpo superior desaparecido a día de hoy lo que le daba una altura aproximada de unos veinte metros por un ancho de unos treinta. Esta constituida por dos torreones octogonales realizados con sillares de roca calcarenítica, que originalmente estaban cerrados con tres arcos, uno central para el paso de carruajes y dos laterales para el paso peatonal. Cabe destacar que para su  construcción en época romana  hubo de realizarse un importante rebaje del terreno y el acondicionamiento de la vaguada o puerto  excavando sobre la roca  calcarenítica que lo forma
La puerta a sufrido innumerables reformas a lo largo del tiempo pero el aspecto que tiene actualmente es debido a una importante remodelación  realizada en el año 1796 por el arquitecto José de Echamorro. Mirando desde la cara externa de la puerta y a nuestra izquierda se localiza una fuente hecha de ladrillos y  compuesta por un pequeño caño y un abrevadero. Por su  tipología  podría haber sido construida o reformada con las obras realizadas sobre la puerta en el siglo XVIII.
La fuente de la Puerta de Córdoba. Foto. José Millán
 A finales del  pasado mes de marzo el compañero Angel Escamilla Aparicio, vecino de Carmona y colaborador de nuestro proyecto de exploración de las minas de agua en los Alcores,  nos informa de la existencia de una posible mina de agua  situada en las proximidades de la citada puerta y que parece ser que la alimenta. El acceso a dicha galería se encontraba en la misma fuente, en  un pequeño registro realizado sobre uno de los muros de la misma y que se encuentra en el interior de una finca. Solicitados los correspondientes permisos gestionados por Ángel realizamos una primera exploración de la galería.
Acceso al interior de la fuente. Foto: José Millán.
Accedemos a trabes de una pequeña ventana rectangular de hierro de unos 50X50 cm.  colocada en un hueco abierto sobre  uno de los muros de ladrillo de la fuente que da acceso  al interior de la estructura compuesta de un pasillo de 1,70 X0,70 m. realizado con ladrillo de tipología medieval y un enlucido muy tosco de mortero de cal. La zona superior esta cerrada por una bóveda de cañón sin enlucir. La base de la galería esta compuesta por una canalización  hecha de obra de ladrillo y mortero. Hacia la salida de las aguas  el pasillo culmina en especie de torreta circular de unos  tres metros de altura equipada con  un registro superior que esta cerrado. Esta zona ha sido restaurada o modificada porque vemos que los enlucidos son diferentes y están en mucho mejor estado, presentando incluso un revestimiento de cal hidrófugo.
Desde este espacio, que hace de colector, sale el agua por un canal hacia la fuente. Existe una antigua puerta de acceso desde la calle (zona exterior de la fuente) que esta tabicada. Desde este punto recorremos 13,5 metros llevando una  dirección de  200º, es decir al  suroeste llegando a un punto donde acaba  la  galería artificial,  conectando con el cantíl rocoso y comenzando una mina de agua excavada en la roca.

Cuerpo interior de la fuente compuesto por un pequeño torreón circular. Foto. José Millán.
Galería revestida sobre la canalización que lleva el agua a la fuente. Foto. José Millán.

La roca tiene poca consistencia ya que se trata de una roca calcarenitica con un alto contenido de margas.  En el punto de unión de la mina  con la galería existe un pequeño pozo de registro reforzado con ladrillo y rasilla moderna, esta parcialmente desprendido de la roca y entra luz  por una gran grieta existente entre esta estructura y la roca. .
La galería por la que penetramos esta excavada a pico de trazado curvo y con sentido de excavación hacia el interior, tiene  apenas  10 cm. de altura de agua y una altura inicial de 1,70 m. por un ancho de 60 cm. presenta lucernarios excavados en el lado izquierdo según el sentido de excavación espaciados  cada 80 cm. aproximadamente, mantiene un rumbo similar al de la galería precedente pero girando un poco al oeste, hasta los 205º. La sección de la galería es rectangular y los techos están abiertos con la típica herramienta plana que encontramos en otras minas estando las paredes de la galería  (hastiales)  abiertos a pico. Recorremos unos 12 metros hasta que la galería hace un quiebro a 90º donde vemos claramente que estamos en un punto de empalme de dos galerías,  ya que tras recorrer dos metros en dirección perpendicular vuelve a recuperar la dirección original y entramos en un  nuevo tramo donde las marcas de excavación, siendo las mismas herramientas, vienen hacia nosotros y los lucernarios pasan a estar en el lado contrario (derecho). La dirección de este nuevo tramo gira un poco al este a los 191º.

Imagen de un lucernario. Foto. José Millán.

Imagen de la galería de la mina de sección rectangular, se aprecia la excavación de los techos con una herramienta plana y los hastiales con pico curvo. Foto. José Millán.

En este nuevo sector de la mina  se han producido varios derrumbes de la  zona inferior, causados por la acción del agua y la poca consistencia de la roca lo que hace que los anchos de la galería aumenten en algún punto hasta casi un metro, la altura permanece más o menos constante a 1,80 metros. Desde este punto podremos recorrer 19,4 metros hasta una lumbrera taponada completamente por escombros, no obstante podemos apreciar que se trata de una lumbrera rectangular y por sus dimensiones de tipología romana. Cerca de la base de la lumbrera existe una gran hornacina excavada en la roca para depositar las vasijas con aceite con las que recargar las lucernas.

Zona de la galería donde se han producido derrumbes. Foto. José Millán.

Hornacina excavada para depositar vasijas de aceite con las que recargar las lucernas. Foto. José Millán.

Las primeras conclusiones es que estamos ante una mina de origen romano. Las marcas de herramientas, los  lucernarios, las hornacinas y el putei taponado son inequívocos en este aspecto. Desconocemos si originalmente abastecía a una fuente pública o a alguna canalización pero me inclino más por la primera hipótesis dado su lugar estratégico como punto de avituallamiento a la salida de la ciudad. La fuente actual se construyo adosada  al cantil rocoso para captar las aguas de la mina mediante una galería, no hay ningún rastro de las estructuras romanas que seguro existirían en esta zona. La tipología de la fuente y del conducto concuerda con la reforma realizada a la puerta en el siglo XVIII por lo que probablemente sea una obra contemporánea a esta y puede que una  reforma de una fuente más primitiva pero  no hemos encontrado ninguna referencia  al respecto.

Representación tridimensional de la mina.
Zona inicial de la galería de la fuente. Foto. José Millán,

En cuanto al sector de la mina explorado  hemos comprobado como esta excavada por dos equipos en sentidos contrarios,  lo que es una técnica  habitual cuando se conectan galerías, esto permite hacer las correcciones precisas en el punto de empalme, tanto de rumbo  como de profundidad.
La galería viene trazada desde  la zona del Alcazar donde sabemos que existen aljibes y manantiales , un equipo vino excavando desde ese sector y en las proximidades de la puerta otro equipo excavó buscando esta galería hasta el punto de empalme que hemos descrito. En este caso no se trata realmente de una mina de agua como tal ya que no esta siguiendo el trazado de un manantial previo sino que se trata más bien de  un acueducto cuyo  objeto es dotar a este importante enclave de un punto de agua, por desgracia la lumbrera taponada no nos ha permitido continuar la exploración pero sabemos que existen más puntos de acceso (lumbreras)  situadas entre este punto taponado y el Alcazar. Vamos a realizar gestiones para intentar acceder a la mina por alguno de estos puntos y completar su exploración y topografía. Acompañamos este artículo con una foto de satélite de la zona donde se dibuja el trazado de la mina y una representación tridimensional de las galerías topografiadas.

Superposición del trazado de la mina a la foto de satélite.

Damos las gracias a Angel Escamilla por hacer de mediador en esta exploración y a los propietarios de las fincas anexas a la fuente por permitirnos el paso. Los trabajos topográficos han sido realizados utilizando un DIXTO (medidor electrónico mediante láser), y todo el trabajo de exploración y topografía por Julio Guijarro y José Millán.

La cueva del tabaco o de Marileche,

La cueva del Tabaco o de la Marileche se haya situada en el barrio carmonense del Almendral, por su situación se trata de  una cavidad conocida popularmente, aunque  no hemos encontrado referencias escritas sobre ella , sólo verbales, y siempre por parte de lugareños, la mayoría residentes en el barrio señalado. Las primeras referencias sobre esta  cueva nos llegaron por parte de D. Ángel Escamilla Aparicio, vecino de Carmona y colaborador en la exploración de minas. Ángel nos comenta que se trata de una cueva de gran longitud, con varios lagos y de origen desconocido, lo que evidentemente despierta nuestra curiosidad. Parece que algunos pensaron que debió  ser  una cueva utilizada  para secar el tabaco, de ahí su nombre,  también nos dicen  que hace algunos años existían   entradas a la cueva  desde el mismo barrio del Almendral y  que fueron tapadas. Ángel nos comenta  que la entrada a la cavidad, situada en el escarpe, fue dinamitada hace años  para intentar taparla, pero que se podía acceder a ella entre los bloques. Hemos de decir, para situarnos,  que dicho barrio se haya situado en la zona sur de Carmona, justo encima del escarpe rocoso que  da paso a la Vega, se trata de  una barriada edificada a principio de los años 90.

Foto satélite de Carmona donde se señala la localización del barrio del Almendral donde se encuentra la cavidad.
Sabemos que en  la zona del escarpe donde se encuentra la cueva existen una serie  de covachas que hace  tiempo estuvieron habitadas. Tanto en la zona donde hoy esta la barriada como en la ladera hacia la Vega han aparecido innumerables vestigios de asentamientos y necrópolis que abarcan del  calcolítico a  la época romana. La zona esta también asociada por proximidad  a un importante e histórico enclave arqueológico carmonense conocido como Campo Real. 
El pasado mes de marzo realizamos una  primera inspección de la cavidad acompañados por Ángel que nos lleva hasta la entrada que es de difícil localización. Lo primero que nos sorprende son sus características, ya que pronto comprobamos que no era una cavidad natural sino una mina excavada sobre materiales muy blandos. Igualmente nos sorprende no encontrarnos las características huellas de picos de hierro propias de las minas alcoreñas   sino las  de una especie de azada  de unos 9 cm. de ancho y con la que claramente se han abierto todas las galerías. Entendemos que esta debe ser la herramienta más adecuada dada  la poca consistencia de la roca arenosa.
Zona de entrada a la cavidad desde el cantil rocoso. Foto: José Millán.

Acceso a la mina por una pequeña galería entre derrumbes. Foto: José Millán.
La entrada a  la cavidad esta situada sobre  el cantil rocoso y  en una zona que no tiene un acceso muy cómodo, se trata de  una  pequeña cueva de aspecto natural por la que tras avanzar unos metros entre bloques  de derrumbe  se alcanzan las galerías de la mina. Toda la zona de entrada se encuentra en un estado algo precario, estando constituida por  la parte superior de la primitiva galería, que en esta zona esta completamente enterrada bajo escombros.
Las galerías tienen un tamaño medio de 3 metros de ancho por dos de alto, aunque en algún sector llega a alcanzar los cuatro metros de anchura.  Apreciamos como las galerías  están dispuestas formando una especie de enrejado formado por galerías paralelas  de entre 25 y 30 metros de longitud y con con una orientación similar  de entre 60 y 70 grados respecto al norte.  En algunas zonas se ha producido el derrumbe de los techos en parte favorecido por la invasión de raíces y es necesario superar estrechos pasos entre los escombros. De estas  galerías principales salen a distancias de unos seis metros  galerías perpendiculares a derecha e izquierda de entre 6 y 3 metros de longitud. Las galerías principales están conectadas entre sí por galerías más pequeñas. Todas las galerías han sido excavadas con azadas. En el lateral de una de las galerías aparece una pequeña gatera que da acceso a  un pozo de unos 9 metros y  que  parece tener una función de ventilación .  El brocal superior parece estar  tapado con losas de piedra . Las dimensiones del pozo rectangular  nos resultan totalmente familiares , tiene 0,90X 1,50 m. y esta equipado con mechinales.  Se trata de un pozo idéntico a los que encontramos en todas las minas de agua  que estudiamos en los Alcores, es decir el clásico putei romano. El hallazgo de este pozo por tanto  nos hace sospechar que estamos ante una obra de origen romano.

Huellas de azadas en los hastiales de la mina. Foto: José Millán.

Azada romana muy similar a las actuales que pudo ser la herramienta utilizada.
Vista la estructura de la mina , sus dimensiones y su más que probable origen romano nos parece sumamente interesante realizar una exploración completa acompañada de un levantamiento topográfico. La función de la mina no parece otra que la de  extracción de calcarenita en un estado terroso, material que vulgarmente llamamos albero. A lo largo de las galerías se ven rocas de pequeño tamaño que han sido desechadas lo que da muestras de que sólo se buscaba el material blando que era excavado con grandes azadas como muestran las visibles huellas de la pared. La forma de enrejado parece producida porque se fueron siguiendo las betas de material blando entre la roca más compacta. Localizamos algunos fósiles propios de esta roca en las paredes de la mina, pequeñas conchas de moluscos bivalvos. También encontramos una gran hornacina excavada en la pared con la misma herramienta de excavación y que debe estar relacionada con la iluminación de la mina, quizás para depositar una vasija con aceite para recarga de lucernas.
Entre la roca aparecen fósiles de bivalvos. Foto: José Millán.
Hornacina excavada en la pared que pudo ser utilizada para albergar una vasija de aceite con la que recargar las lucernas. Foto: José Millán.
Una de las galerías principales o «calles» de la mina, en el suelo se aprecian pequeñas rocas que han sido desechadas en la excavación. Foto. José Millán.
Pozo de tipología romana fotografiado desde su base y situado en uno de los laterales de la galería de la mina. Foto: José Millán.
Una vez avisada  a la delegación de patrimonio del  Ayuntamiento de Carmona  del  descubrimiento y de la importancia que podía tener volvemos a la cavidad  acompañados por el  arqueólogo municipal D. Juanma Román, que inspecciona las galerías de la mina e identifica las estructuras excavadas  y algunos restos cerámicos como de origen romano. Juanma nos indica que la mina tiene una justificación evidente ya que   el albero fue un material muy utilizado en la construcción de la primitiva ciudad de Carmona, tanto para  los turdetanos como para  los romanos posteriormente. El albero era  la base principal  de los ladrillos de adobe, mucho más baratos que los de barro y  profusamente utilizados en todo tipo de construcciones  y también la materia prima para  la construcción de los muros de tapial que eran realizados mediante encofrados de madera y albero compactado. Una gran parte de los edificios realizados en la Carmona romana fueron levantados en gran medida  con este  tipo tapial.

En algunas zonas las raíces han provocado derrumbes. Foto. José Millán.
Se han realizado  varias salidas topográficas a la mina que finalmente ha alcanzado un desarrollo total de 513 metros, estando formada por un total de ocho galerías principales o “calles” interconectadas entre sí. Su desarrollo original debió ser mayor ya que algunos sectores son inaccesibles por derrumbe. Creemos que pudo tener varias salidas al exterior ya que en el cantil se localizan varias entradas que están tapadas a los pocos metros. Pensemos que todo este cantil ha sufrido grandes modificaciones y derrumbes de manera natural o intencionada. En las proximidades del cantil también hubo de existir un sistema de infraestructuras y caminos para procesar el material extraído y transportarlo a la ciudad. Creemos que todas las covachas localizadas en esta zona pudieron ser  entradas a galerías de extracción de albero.También se ha localizado un segundo pozo o pueti totalmente colmatado por sedimentos y situado al final de una de las galerías principales.

Representación tridimensional de la mina.

A efectos descriptivos hemos dividido la mina en tres sectores:
Un sector central, más accesible y claramente más visitado por lo que es el que esta más deteriorado. Esta compuesto por cuatro de las ocho calles que forman la mina. En este sector encontramos el pozo de ventilación que según la topografía se encuentra en mitad de una de las calles de la barriada, entre dos portales. Su situación lo convierte en un posible punto de acceso a la mina, más seguro que la entrada desde el cantil.
Otro sector de dos calles situado al norte y al que se accede por unas pequeñas gateras entre derrumbes, este es un sector donde vemos que las galerías principales son más anchas, llegando a los cuatro metros y que probablemente conectaría con un nuevo sector inaccesible porque esta completamente colapsado.  En esta zona ha habido grandes derrumbes, quizás provocados por las obras de construcción de las casas que están justo encima sumado a  que la roca es muy poco consistente
El último sector esta al sur y se accede desde casi la misma entrada por unas gateras, es el sector mejor conservado ya que apenas hay derrumbes, quizás porque  la roca tiene una consistencia algo mayor que en el resto. Es en este sector donde encontramos el segundo pozo completamente taponado. No hay evidencias de continuidad de esta zona hacia el sur.

Zona final del sector central  donde se ha formado un pequeño charco por agua infiltrada. Foto José Millán.
Zona final del sector Sur que es el mejor conservado y  donde se aprecian  dos galerías laterales y perpendiculares que son de corto desarrollo y que siguen las betas de material blando. Foto: José Millán.
Se ha instado al Ayuntamiento a que se interese por esta mina y sea protegida dada su importancia y antigüedad. El hecho que esté  situada bajo una barriada creemos que  hace  más necesaria  esta conservación, ya que un colapso de estas galerías, que son de gran volumen, podría afectar a la estabilidad de los edificios que hay encima. Por otro lado es una mina muy peculiar por el tipo de material extraído no teniendo constancia de que existan minas similares en la zona, al menos que hayan sido estudiadas. Creemos necesario un estudio a fondo de toda la zona y determinar si realmente existieron una sucesión de explotaciones subterráneas similares como parecen indicar las covachas que aparecen a lo largo del cantil, Próximamente publicáremos una topografía detallada de la cavidad junto con estudio  más extenso sobre esta mina.

Superposición de la mina a la foto de satélite donde se aprecia la estructura de enrejado.
Los trabajos topográficos de la mina han sido realizados por Julio Guijarro  y por mi,  utilizando  un DIXTO, el procesamiento de los datos ha siso realizado por Julio.
Agradecemos la colaboración de Ángel Escamilla que nos ha mostrado la mina y la participación del arqueólogo  del Ayuntamiento  Juanma Román. También agradecer la colaboración  del geólogo Antonio Gonzalez Cantero, vecino de Carmona y colaborador de nuestro proyecto de exploración de las minas carmonenses.
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