La mina de agua de Alcaudete es sin duda uno de los acueductos subterráneos más impresionante y poco conocido que podemos encontrar en Andalucía. La mayor parte de su trazado discurre bajo las tierras de la Finca de Alcaudete, situada a un kilómetro de la salida de la Población del Viso del Alcor en dirección a Carmona. Las aguas de esta mina movían los rodeznos de cuatro molinos hidráulicos construidos a principios del siglo XVIII y a los que pertenecen los restos que existen en la actualidad.
La finca es un enclave arqueológico excepcional, sobre el terreno destaca la elevación artificial conocida como “Túmulo o Motilla de Alcaudete”, realizada por acumulación de piedras y tierra en forma de pirámide truncada y base elipsoidal, de unos veinticinco metros de altura por unos ciento treinta metros en su base más ancha y situada en un punto estratégico dentro de la finca, que es justamente el puerto natural entre la Vega y la Colina.
Las primeras referencias de la Motilla y del entorno arqueológico de Alcaudete que hemos encontrado datan del año 1885 y proceden de la conocida como “Sociedad Arqueológica de Carmona”que dirige una serie de visitas a la zona con objeto de explorar la Motilla. El afamado arqueólogo y miembro de la Sociedad Jorge Bonsor realiza varias excavaciones en una de las laderas y dibuja un plano en planta de la misma. Los hallazgos de origen romano encontrados en estos primeros sondeos inducen a Bonsor a considerar el túmulo como romano, teoría que posteriormente ha sido rebatida por arqueólogos modernos como Fernando Amores que la considera como un bastión defensivo asociado a un poblado calcolítico (al menos 1500 años antes de Cristo) situado en su base y del que ciertamente Bonsor ya encontró evidencias, como fragmentos de cabañas y cerámica. Existen restos de una muralla de piedras (que se aprecia en la foto siguiente) y que podría ser parte del cerramiento defensivo o de la necrópolis de dicho poblado.
El caso es que la interpretación arqueológica de la Motilla es muy complicada y esta lejos de aclararse, sobre todo por la ausencia de excavaciones y estudios más profundos, existiendo diferentes teorías en cuanto a su origen y funcionalidad. Lo cierto es que los numerosos fragmentos cerámicos encontrados en sus laderas, que abarcan un amplio estadio de tiempo de la Edad de Bronce a la Época Íbera, Romana y en menor medida Islámica sugieren por su tipología un lugar de culto más que defensivo o de habitad. Por otro lado algunos sillares que delatan la primitiva existencia de un edificio y dos grandes silos situados en la parte superior sugieren su uso como almacén de grano protegido por su altura de la humedad de la vega y de los posibles saqueos, cosa que concuerda con un establecimiento rural-agrario de mucha importancia como atestiguan los restos existentes. Sin dejar de lado la idea, sugerida por algunos investigadores de que fuera un templo de culto a alguna divinidad. En sus laderas han aparecido innumerables enterramientos íberos y romanos lo que induce a pensar en su sentido religioso. Lo más probable es que tuviera diferentes usos a lo largo de la historia y que haya sido reutilizado e incluso transformado.
Bonsor realiza diferentes excavaciones en zonas próximas a la Motilla que evidencian un primitivo asentamiento de la Edad del Bronce. También excava varios túmulos funerarios de cremación con matices considerados orientalizantes o Tartesicos fechados en la primera mitad del siglo VII a.C. Estas excavaciones han constatado una ocupación continuada hasta momentos Íberos.
Sobre estos primitivos asentamientos se superpone una clara e intensa ocupación romana desde Época Republicana, atestiguada por innumerables restos visibles sobre el terreno (grandes sillares, tégulas, ladrillos y cerámica). Estos restos asociados a Villaes dan constancia de al menos cuatro grandes núcleos de poblamiento en la zona desde el siglo I que parecen evidenciar que Alcaudete fue uno de los establecimientos rurales que más perduró en el tiempo tras el sucesivo abandono de las estaciones agrícolas romanas manifestado en todo los Alcores a partir del siglo III. Es por este motivo que los arqueólogos lo consideran uno de los principales enclaves agrícolas de la Carmo Romana. Entre las razones de este hecho se alega su situación estratégica y la abundancia de agua, pero lo cierto es que en los Alcores hay muchos enclaves que también cumplen estos requisitos. Otro factor que en mi opinión no se suele tener en cuenta es el hecho de que si Alcaudete cuenta con un suministro de agua tan importante y caudaloso es fundamentalmente por la mina de agua allí existente y esto va a colación de los que opinan que toda la infraestructura hidráulica de Alcaudete es de naturaleza islámica, basándose en que sobre la finca también esta presente una clara ocupación islámica, atestiguada por algunos restos de edificios y gran cantidad de cerámicas vidriadas, lo que sugiere la existencia de una alquería de cierta importancia.
Otro elemento representativo de Alcaudete son sin duda los restos de sus molinos hidráulicos, diseñados mediante el sistema de origen islámico de atarjea y cubo típicos de los Alcores. Los molinos datan de principios del XVIII, época en la que se produce en la zona un intenso crecimiento demográfico unido al desarrollo de explotaciones de cereal por toda la vega.
El conjunto está compuesto por un total de cuatro molinos que reciben sucesivamente el caudal de agua transportado por las atarjeas en tramos aéreos y otros cubiertos. Los molinos se nombran por orden hacia la Vega como San José, Santa Bárbara, San Nicolás y San Antonio. Hay evidencias de que se construyeron sobre estructuras ya preexistentes que se presuponen islámicas. En la foto aparece una imagen de uno de los molinos y su atarjea, a la izquierda se puede ver la atarjea de un segundo molino, tomada de J.M. Espejo.
A finales del SXIX Alcaudete deja de ser una explotación cerealistica y se incorpora de forma muy intensa el cultivo del olivo, construyéndose en esta época una almazara de aceite que aún se conserva en el cortijo. La historia más reciente de la finca está bien documentada por figurar en el Repartimiento de Carmona como el mayor donadío de tierras, siendo asignada a Doña Juana de Ponthieu, segunda esposa de Fernando III. A comienzos del XVIII pasa a ser parte del patrimonio rustico de los Lasso de la Vega y al Sevillano Monasterio de San Benito. Actualmente es propiedad de la familia Blázquez Fernández. Sobre la historia antigua de la finca no hay prácticamente datos a parte de las evidencias de poblamiento desde la Edad del Bronce y que debió ser un importante enclave rural romano. En referencia a momentos islámicos sólo se sabe que perteneció a un alto funcionario musulmán y poco más.
Los molinos se abastecían de la mina de agua excavada en la calcarenita que recoge y encauzaba el agua de al menos seis manantiales subterráneos, alguno de los cuales esta a más de un kilómetro de los molinos. El sentido de la mina en ausencia de un gran núcleo urbano es abastecer a los molinos y por lo tanto siempre ha existido una asociación lógica entre ambas construcciones, datar el origen de la mina es por tanto datar también el origen de los molinos.
Exploré por primera vez esta mina en el año 1995 , pude recorrerla en parte y topografiar un sector de los conductos auxiliares que suministraban el agua al colector principal.
En fechas recientes hemos retomado su exploración no sin algunas dificultades burocráticas que estamos pendientes de resolver .Hasta la fecha hemos realizado dos largas incursiones en la mina que nos han permitido topografiar parte del conducto principal, recabar datos morfológicos y reconocer las estructuras de ladrillo y mampostería existentes en su interior. Cuando accedí a la mina para estudiarla lo hice con la premisa de que probablemente estábamos ante una obra de origen islámico por paralelismo con los supuestos orígenes de los molinos, sin embargo las evidencias encontradas en el interior apuntan en otra dirección muy distinta.
La entrada más cómoda y accesible a la mina es una pequeña caseta de captación situada cerca de la Ermita de Santa María del Alcor, dentro del terreno donde se celebra la Romería del Viso del Alcor, está rotulada como «agua de Alcaudete». Sus coordenadas son 260701X, 4143875Y.
En este punto la galería discurre a unos cuatro metros de profundidad existiendo una escalera de madera para bajar a la mina. Desde aquí el agua se encauzaba a la atarjea de los molinos .Actualmente en este punto existe un aljibe subterráneo moderno desde donde se distribuye el agua a las fincas. Desde la base de este pozo la galería se desarrolla en dirección noroeste (contraria a la Vega) y comienza como un túnel excavado a pico de unas dimensiones de casi tres metros de alto por ochenta centímetros de ancho, la altura de agua es de medio metro. Al poco de avanzar encontramos un cruce que trae agua de la zona noreste donde hay un entramado de galerías de más de trecientos metros de longitud que recogen agua de varios manantiales situados bajo el mismo cortijo de Alcaudete y la colina. Este sector tiene unas galerías de dimensiones y secciones muy cambiantes que en algunos sitios llegan a ser rectangulares. Las galerías cuadradas se suelen excavar en terrenos blandos para facilitar su encofrado con madera, es una técnica genuinamente minera. Las anchuras son muy constantes, de unos 60 cm. pero las alturas varían desde un metro a dos metros. Los pozos o lumbreras están distribuidos arbitrariamente no superando los seis metros de profundidad, además suelen ser pozos redondos y de pequeña sección . No hay construcciones internas de refuerzos pero en algunos puntos existen lucernarios ( pequeños huecos excavados a diferentes alturas y que servían para albergar las pequeñas lucernas de barro alimentadas con aceite con las que iluminar el frente de excavación). El trazado tan cambiante y sinuoso de la galería sugiere que se excavó buscando un venero de agua ya preexistente. Existe un punto donde la galería se ha colapsado y se ha hecho una obra moderna con tuberías para que el agua circule. Este sector está topografiado pero queda pendiente un estudio más a fondo para intentar determinar si pertenece a la obra original de la mina o puede ser un conducto posterior o ampliación. Lo seguro es que su función es aportar agua de tres pequeños veneros cuyo caudal es muy exiguo en la actualidad.
Volviendo a la galería principal vamos encontrando pozos a distancias que oscilan entre los 11 y 30 metros y que poco a poco van ganado en profundidad al mismo tiempo que aumenta la altura de la galería. En este sector se ven muchas remodelaciones recientes incluso un derrumbe total de la galería que ha sido reexcavado y coincide que está bajo el trazado de la carretera y el cruce del camino de entrada al cortijo cosa que no debe ser casualidad. Hemos de tener en cuenta que la mina alimentó los molinos construidos a principios del siglo XVIII y es posible también que molinos árabes. Algunas de las reformas y limpiezas del acueducto debieron de realizarse en estas épocas y por supesto tambien en tiempos recientes .Este tramo de galería presenta peculiaridades como sucesivos cambios de dirección y distancias entre pozos que no concuerdan con los patrones que luego observamos, por lo que pienso que este sector es el más alterado respecto a la mina original.
Recorridos unos ciento setenta metros llegamos a un muro de ladrillo moderno realizado para represar el agua y sobre el que se abre un pozo cubierto con una nueva caseta de captación la primera vez que accedimos a la mina lo hicimos por este pozo en el que existe una escalera de hierro en muy mal estado y a la que le falta la parte inferior por lo que descendimos rapelando. En este punto la mina ya adquiere unas dimensiones uniformes de unos cinco metros de alto por setenta de ancho y los pozos se distancian entre ellos a patrones constantes de 18.7 metros siendo la profundidad de los pozos también muy constante de unos 10 a 11 metros (la galería de la mina es prácticamente horizontal por lo que a discurrir bajo un llano la profundidad es más o menos constante). Se aprecian lucernarios a diferentes alturas y espaciados algunos metros unos de otros. Recorridos 236 metros a una dirección casi constante que oscila entre los unos 315 y 340 grados la galería gira para tomar una dirección casi exacta de 360 grados, es decir al Norte. Es en este sector donde encontramos la primera obra de refuerzo consistente en una bóveda de ladrillo de medio punto con sustentación a base de muro de mampostería todo unido con argamasa y con unas dimensiones de unos siete metros de largo por unos cuatro de alto. Los ladrillos que hemos podido medir son todos de factura romana con unas dimensiones de 29,6X22X0,6 cm. un pié romano de largo por medio pie más un cuarto de ancho, un ladrillo muy común de la Bética romana de época Imperial. La siguiente foto es un detalle de uno de los ladrillos extraídos de la mina para su estudio y que se encontraba suelto.
En uno de los extremos del arco se aprecia una zona que parece reforzada o restaurada y se ven algunos ladrillos que podrían ser árabes o medievales. El nervio central del arco (dovela) presenta un relleno con argamasa sin ser visible el ladrillo. Sobre el arco se abre un gran espacio relleno de piedras en algunos puntos y que debió ser el responsable de la construcción del arco ya que las paredes son firmes, puede que una gran beta de material blando. Unos treinta metros más adelante de la bóveda aparece una bifurcación de la galería con dirección Este que es la que actualmente aporta toda el agua a la mina. La galería principal continúa con las mismas características y dimensiones pero girando un poco más hacia el Este, el agua desaparece en este punto y la mina se seca completamente . Este sector queda pendiente de explorar y topografiar.
Volviendo a la bifurcación que aporta el caudal de agua entramos en un sector muy distinto al precedente, la galería se ha excavado sin pozos de ventilación con unas dimensiones normales de 1,80 a 2 metros por 0,60 cm., a falta de pozos para extraer el material de excavación se han aprovechado galerías ciegas ensanchamientos y oquedades naturales para rellenar con escombros y al ser la roca muy dura son muy visibles las huellas de herramientas (picos y cinceles de hierro). Los luceranrios en estas galerías están muy juntos lo que sugiere largos turnos de excavación (parece que los lucernarios también servían como sistema de controlar dichos turnos). Por otro lado el hecho de que aparezcan en diferentes lados de la pared (derecho o izquierdo) así como las huellas de las herramientas en distintos sentidos y cámaras de mayor diámetro en diferentes puntos sugieren equipos excavando en sentidos contrarios para encontrase en un punto.
Hemos encontrado algunos números romanos grabados en la roca que podrían corresponder a mediciones o marcas de los constructores pero esto habrá que estudiarlo más afondo.
La galería se desarrolla sin pozos al menos un centenar de metros hasta que conecta con un nuevo sector donde se recuperan las grandes alturas y los pozos situados a distancias regulares de unos veinte metros. La explicación que puede tener esta galería de conexión sin pozos y de menores dimensiones entre dos grandes sectores de la mina puede ser simplemente la de ahorrar trabajo. Parece evidente que la galería en esta zona se desarrolla en un estrato de caliza muy compacta y dura, es casi como hormigón. La excavación en este punto debió de ser costosísima. Al no poder «puentear» este estrato y siendo necesario para alcanzar nuevos manantiales se optó por atravesarlo excavando lo mínimo y sin pozos hasta llegar a una zona de roca arenisca más blanda. ¿Como se orientaban los trabajadores para llevar la galería en la dirección correcta excavando bajo tierra es aún un misterio?, puede que se guiaran por veneros de agua ya existentes o que utilizaran métodos trigonométricos.
En el nuevo sector de grandes galerías encontramos nuevas obras de refuerzo de mampostería pero el arco de medio punto ha sido sustituido por grandes piedras y creo que porque el arco original de ladrillo se derrumbó, ya que sobre los muros de piedras persiste la forma y el hueco vacío del arco en la roca. En las oquedades y salientes de esta zona aparecen muchos ladrillos sueltos quizás provenientes del desplome de dicho arco. En todo este sector aparecen una gran cantidad de ladrillos reforzando algunas zonas de la galería, todos con las mimas medidas que los anteriores . Este ramal se dirige paralelo a la carretera del Viso a Carmona, es decir con dirección Noroeste y es el más largo de la mina, estando pendiente de explorar y topografiar completamente. Hemos localizado en esta zona un antiguo manantial, situado a unos metros por encima del cauce de la galería con acceso al exterior mediante una rampa y que actualmente está completamente seco.
Lo que más sorprende de esta mina son las alturas de las galerías del colector principal que llegan a los cinco metros, cosa que no cuadra en absoluto con la morfología habitual de los conductos de conducción que suelen ser de unos dos metros de altura por ochenta centímetros (el frente de mina era excavado por un solo hombre que iba siendo relevado). Lo primero que pensamos es que esto podía ser por una reexcavación sucesiva del lecho de la galería durante siglos, pero esto quedó descartado al comprobar que los refuerzos de mampostería de los tramos artificiales partían del mismo lecho de la galería y sustentaban bóvedas de medio punto de ladrillo que conservaban esta altura. Además encontrábamos galerías de conexión entre sectores que sí guardaban estas dimensiones normales y por las que habría circulado los mismos volúmenes de agua.
La altura de la galería principal es sin duda la que sus constructores habían querido. La pregunta era ¿por qué? Si lo que queremos es transportar agua hasta un punto para utilizarla basta excavar con las medidas normales de una galería de conducción, aumentar la altura de esa manera es multiplicar a más del doble el ingente trabajo tanto de excavación como de desescombro (cada metro de galería excavado a esa altura genera casi siete toneladas de escombros) tenía que haber un motivo. La única explicación coherente es que la mina no sólo tuviera una función recolectora y de conducción de agua sino también almacenadora, es decir, que fuera también un aljibe. Hemos comprobado como las antiguas marcas de agua llegan casi hasta el techo en las galerías principales lo que podría confirmar esta hipótesis. Si tapamos la salida de la mina con una compuerta y dejamos que toda la longitud, que es de varios kilómetros se inunde tendremos una bolsa de agua considerable con gran presión hidrostática por su altura y que proporcionaría fuerza motriz hidráulica para los molinos durante muchas horas. La gran longitud de la mina esta también condicionada por la búsqueda de manantiales que puedan cargar la mina en un tiempo corto y que hiciera rentable la actividad de molienda. Creo que estamos ante una mina de carácter industrial, condicionada a la explotación de cereal y su trasformación en harina para abastecer a los grandes núcleos de población que ocupaban los Alcores en el Alto Imperio Romano. El pan era sin duda uno de los alimentos vitales y esto explicaría tan y costosa y faraónica obra subterránea.
Siempre ha existido cierta controversia en el sentido de considerar que los primeros molinos hidráulicos hayan sido romanos, pero el registro arqueológico es claro en el hecho de que la mayoría de molinos anteriores al siglo VII se construyeron en el Alto Imperio romano. La lectura de los clásicos también indica que los molinos eran ya conocidos en el siglo I a.C. (Estrabón o Vitrubio) y que para Plinio estaban ya bastante extendidos:
Un claro ejemplo lo tenemos en Barbegal, población francesa cercana a Arlés en el sur de Francia, en donde los romanos construyeron en el siglo II o III un gran complejo industrial harinero, formado por 16 molinos, del tipo conocido como aceña. Los molinos de aceña no tienen atarjea, ni cubo y se alimentan directamente de un embalse de agua con la suficiente capacidad para mantenerlos funcionando durante horas.
Los molinos árabes evolucionaron añadiendo la atarjea y el cubo lo que permitía que la fuerza de la gravedad sustituyera en gran parte a la del agua, pudiendo moler con caudales pequeños. El modelo árabe de atarjea fue el que perduró hasta casi el SigloXX cuando los molinos hidráulicos fueron sustituidos por molinos modernos a motor. El diseño de la mina de Alcaudete es por tanto el más adecuado para mover molinos de aceña aunque por supuesto sirviera en épocas más recientes para mover molinos de atarjea y esto creo que es una evidencia más de su origen romano.
Los ladrillos utilizados en la mina son un elemento fundamental y decisivo para su a datación, al menos aproximada. Se podría plantear la posibilidad de una reutilización pero esto es bajo mi punto de vista absurdo cuando todas las piezas encontradas son iguales. Hay otro dato importante y concluyente que es la existencia de estos mismos ladrillos de refuerzo en la Mina de Agua de Alcalá de Guadaira, donde el grupo GEOS viene realizando un importante estudio desde hace ya más de diez años
http://www.traianvs.net/pdfs/2010_08_geos.pdf
La mina de Alcalá es de origen romano y construida en el Alto Imperio, si bien ha sido remodelada y ampliada desde época árabe hasta la actualidad . Son también estos ladrillos los que habitualmente suelen encontrarse en restos de villas rurales romanas asociadas al núcleo poblacional de Alcaudete. Los hemos medido y registrado en yacimientos cercanos como los que se ven en las siguientes imágenes tomadas en las proximidades del cortijo abandonado de “Marileón”. En las fotos se aprecia una solería de ladrillos de medidas 29X22 cm. un gran ladrillo de 60X60 bipedalium, así como restos de tégulas y pavimento opus signinum. Estos restos están diseminados sobre una superficie cultivada de unas tres hectáreas sobre la colina y pertenecen a uno de los núcleos rurales romanos asociados a Alcaudete.
Otro elemento importante para la datación de la mina son los lucernarios , algunos de estos huecos, como el de la foto, aún tienen las marcas del humo de la llama . Este es un sistema genuinamente romano y desarrollado, como el resto de técnicas de excavación de túneles en las minas de mineral, como en el caso de las Médulas en León, donde estas técnicas romanas han sido muy bien estudiadas:
La mayoría de pozos son de sección cuadrada, morfología preferida sobre la redonda y muy utilizada por los romanos cuando se excava en un sustrato blando como la calcarenita por la facilidad de encofrarlos con madera. Las técnicas de excavación de minas de agua son totalmente similares a las empleadas en las minas de mineral.
En la siguiente foto aérea de Google hemos dibujado el trazado de la mina sobre la finca. En trazo más grueso están los conductos ya topografiados que suman unos ochocientos metros y en un trazo fino una aproximación de las galerías pendientes de topografiar en las que encontramos algunas bifurcaciones que no están reflejadas. Las primeras estimaciones nos inducen a pensar en una longitud total de al menos tres mil metros pero podría ser mucho más según conversaciones mantenidas con poceros y dueños de la finca que la han explorado en su totalidad.
Ahora creo por todas las evidencias que estamos ante un acueducto subterráneo de origen romano y si es así los molinos hidráulicos de Alcaudete fueron originariamente romanos.
Esta mina, como otras, esta en un serio peligro de degradación y destrucción y creo que es prioritario protegerla. Sabemos que desde el Ayuntamiento de Carmona hace tiempo que se ha tomado interés en la protección del partimonio arqueológico de Alcaudete incluyendo la mina y los molinos. Actualmente nos hayamos gestionando un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Carmona para la exploración tanto de la mina de Alcaudete como de otras minas cercanas. Los estudios de esta mina están sólo en su fase inicial, sus increíbles dimensiones y complejidad pueden generar años de estudio.
Todas las futuras exploraciones y novedades que sobre esta increíble mina se vallan produciendo las iré reflejando en este blog.
Fuentes consultadas:
«LA SOCIEDAD ARQUEOLÓGICA DE CARMONA»
Carmona : [s.n.], 1887 (Imp. de La Verdad)
«APROXIMACIÓN AL MUNDO RURAL ROMANO EN EL TERRITORIO DE CARMO»
Elisabet Conlin Hayes, Alejandro Jiménez Hernández.
ROMULLA, 11, 2012, páginas 27-57. Revista del seminario de arqueología de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
«EL POBLAMIENTO ORIENTALIZANTE DE LOS ALCORES (SEVILLA) HIPOTESIS DE UN COMPORTAMIENTO»
Fernando Amores Carredano.
«LA SECUENCIA CULTURAL DEL II MILENIO A.C EN LOS ALCORES (SEVILLA)»
Alejandro Jiménez Hernandez.
«LOS MOLINOS HIDRÁULICOS EN LA ANTIGUEDAD»
Juan Palomo Palomo y María Pilar Fernandez Uriel. Espacio tiempo y forma, serie 2, historia antigua t.19-20, 2006-2007, pág. 499-524
“EL ACUEDUCTO A SEVILLA DESDE ALCALÁ DE GUADAIRA».” Asociación “Sociedad Espeleológica GEOS”. AQVAE
«MINERÍA ROMANA», Roberto Matías Rodríguez, «articulos de opinión»
«BASE DE PATRIMONIO INMUEBLE DE ANDALUCÍA»
Consejería de Educación Cultura y Deporte. Instittuto Andaluz de Patrimonio Histórico. Junta de Andalucía.
Adjunto un vídeo grabado durante una de las actividades de exploración de la mina.