La mina de agua de la Huerta de Don Marcos.

 

Galerías iniciales de la mina que tiene una sección muy característica por estar excavada sobre un gran protoconducto freático 

                 El pasado mes de Febrero fuimos invitados por nuestro compañero Pancho Gamero, investigador entre otros temas de las antiguas estructuras  hidráulicas cordobesas,  a visitar una interesante mina de agua situada en un singular paraje cercano a Córdoba conocido como Huerta de Don  Marcos.  La huerta de Don  Marcos se haya situada a unos tres kilómetros al  noreste de Córdoba, cerca del Barrio Naranjo, es un lugar con una historia realmente interesante que la ha convertido en uno de los lugares de culto en relación a  la figura del conocido escritor cordobés Luis de Góngora.

              La historia conocida del lugar se remonta al año 1.275  por referencias al que fuera en ese momento señor de esta hacienda ,un  canónigo cordobés llamado Don Marcos. En aquellos tiempos ya existía en el lugar un importante molino de aceite y una huerta , abastecidos  por las aguas de un caudaloso manantial que nacía bajo la propia hacienda  y que iba a desembocar al Arroyo  Pedroche, situado en las proximidades.
Tras la  muerte de Don Marcos la huerta pasa a ser propiedad del Cabildo de Córdoba que la arrienda sucesivamente durante siglos. Entre los arrendatarios de la huerta figura el ilustre escritor Luis de Góngora,  que disfruta de la huerta  hasta el año 1.615. Se cree que  Góngora escribe algunas de sus mejores obras en este sitio al que acudía a inspirarse y retirarse de la vida pública , entre ellas  una de sus historias más emblemáticas “Polifemo y Galatea”.

Localización de la Huerta de Don Marcos.

Aspecto actual de la Huerta de Don Marcos, la mina de agua se haya situada en un rebaje del terreno  bajo el edificio que se ve en primer término , sobre las huertas que se encuentran en la zona inferior. de la finca al fondo. Foto: José Millán.

       Se sabe desde siempre que las aguas que riegan la Huerta surgen de una canalización subterránea o mina de agua y es muy probable que el origen  de esta mina se remonte a épocas muy anteriores a la Edad Média , concretamente al siglo I de nuestra era, ya que pudo ser una de las fuentes del acueducto conocido como “ Aqua Nova Domitiana Augusta”,  construido por orden del emperador Domiciano para paliar  las crecientes necesidades de agua de la Corduba romana, abastecida hasta entonces por otro gran acueducto,  el “Aqua Betus” o acueducto de Valdepuentes. Se conservan algunos restos del Aqua Nova Domitiana Augusta  junto al Arroyo Pedroche, a unos 200 metros al este de la Huerta  que ya   fueron documentados en el  año 1.760 por Francisco Ruano en su “Historia General de Córdoba” El acueducto disponía de cuatro ramales con una longitud aproximada de 13,2 kilómetros.  Se cree que  uno de estos ramales proviene de un gran depósito o cisterna situado  junto al llamado Castillo de Maimón y del que se conservan algunos restos,  muy  cerca de la Huerta de Don Marcos. Los ramales del  acueducto estaban constituidos por canales rectangulares de 40X60 cm.  hechos de opus caementicium (cantos rodados ligados con cal) discurriendo de manera superficial hasta que en las proximidades de Corduba se unían todos en una sola conducción de 90X60 cm. elevada unos seis metros sobre el suelo.

En la foto superior se ve el acceso a la mina de agua y abajo el aspecto de la galería inicial completamente revestida con mampostería y un tosco enlucido. Fotos: José Millán.

           El acceso a la mina se realiza por una pequeña puerta abierta en una pared  situada bajo el cortijo, en un rebaje del terreno. Las aguas alimentan una alberca que parece  de factura medieval y luego circula hacia unas  terrazas donde están las huertas y los restos del molino. Los primeros metros de la galería  están formados por un conducto revestido de unas dimensiones de  1,80X0, 70 m. aproximadamente, las paredes  están realizadas con mampostería y algunos  ladrillos intercalados, cubierto con un tosco  enlucido de mortero bastardo. La cubierta de la galería esta formada por grandes losas de piedra labrada. Tras unos metros la galería cambia, estando revestida solo por la zona inferior donde se ha creado una canal que parece hecho con ladrillo y mortero. La zona superior de la galería esta excavada en una roca característica del subsuelo de Córdoba compuesta por un conglomerado de calcarenita, arenas y grabas, la llamada Biocalcarenita Miocena cordobesa. Encontramos una primera lumbrera o registro rectangular de unos 0,90 cm. de lado completamente revestida con grades piedras labradas. Tiene una profundidad de unos cinco metros.

Arriba aspecto de la la galería inicial excavada en conglomerados y revestida en la zona inferior formando una canal. Abajo se puede ver una lumbrera o registro completamente revestida con piedra labrada. Fotos: José Millán. 

       Tras este primer tramo que mide unos treinta metros llegamos a un hueco abierto entre formaciones calcáreas de forma alargada que  tiene aproximadamente  1 metro de alto por unos 50 cm. de anchura y  da  acceso a la mina propiamente dicha. Lo primero que observamos es que esta claramente excavada sobre un protoconducto freático . El  primer tramo de galería que hemos recorrido anteriormente parece claramente  posterior a la mina original. Tanto los materiales de los revestimientos como la forma de excavación  hasta la mina sugieren que debe ser una remodelación hecha en época medieval, puede que de época árabe o del siglo XIII, que es cuando hay constancia del primer uso de la huerta y del molino. La continuidad original de la galería a favor de las aguas  (al menos de la galería freática)  se encuentra  cegada a los pocos metros.

Arriba vemos un lucernario típico completamente cubierto por concreciones calcáreas, abajo vemos el acceso desde la galería revestida a la mina un paso entre formaciones. Fotos: José Millán. 

            La forma en que ha sido excavada la mina parece similar a la de las minas de agua romanas estudiadas en Los Alcores ya que el sistema ha sido seguir el trazado  del protoconducto ,que  queda en el techo,  reexcavando la zona inferior  a un ancho estandarizado de unos 60 cm. (dos pies romanos)  que es algo menor que la del protoconducto,  dando a la galería una sección muy peculiar pero que que nos resulta familiar por comparativa con otras minas similares. En los primeros metros encontramos dos galerías superpuestas, la inferior esta  claramente excavada artificialmente  y tiene  de apenas 90 centímetros de altura, la de arriba es  el protoconducto. Tras unos 10 metros  ambos conductos se unen en uno sólo. Este hecho podría estar  relacionado, bien con el encauzamiento de las aguas para desviarlas de su cauce natural  o bien por  algún sistema de frenado o represamiento de las aguas. Localizamos algunos lucernarios espaciados a distancias de varios metros y en algunos puntos se aprecian las marcas de picos que parece el clásico pico romano de punta curvada. En el principio de la mina encontramos las únicas bifurcaciones, la primera es una  galería que sale a nuestra  derecha de unas dimensiones aproximadas de   1,50X0, 60 m. y con bastante agua, que tras unos veinte metros culmina en un sifón y que  no parece excavada a favor de ningún protoconducto  previo. La galería esta cubierta por concreciones calcáreas y conserva las marcas de los  picos de hierro  y  los lucernarios  espaciados cada metro aproximadamente. No tenemos muy clara la funcionalidad de esta galería para ello habría que concluir su exploración superando el sifón, podría ser una galería de decantación de limos  o simplemente la continuidad original de la mina. Realmente podría funcionar como galería decantadora de manera similar a  las que existen en otras minas, que no es más que  una galería de corto desarrollo perpendicular  a la principal y destinada a acumular los limos y arenas que arrastra el agua. Estas galerías siempre estaban combinadas con una sistema de frenado de las aguas previo por lo que se encuentra en un lugar adecuado para ello.

Arriba aspecto de la galería en sus primeros metros, claramente excavada a favor de un protoconducto de origen  freático . El lecho se ha reexcavado a un ancho inferior a la galería freática lo que produce un caracteristico escalón sobre el que se han acumulado sedimentos. Abajo una pequeña galería lateral, que culmina en un sifón y que podría ser la continuidad original de la mina. Fotos: José Millán.

   
         La galería principal de la mina es espectacular, en principio tiene unas dimensiones normales de 1,60 X 0,60 m., como ya hemos apuntado los laterales están  reexcavados formando unos escalones sobre los que se han amontonado sedimentos, sobre las paredes y techos se han formado bonitas  concreciones calcáreas. La curiosa morfología, la textura de los materiales formados por conglomerados y los recubrimientos calcáreos dan una espectacular belleza a estas galerías. Esta peculiar morfología con escalones laterales  ha hecho innecesaria en gran medida la excavación de lucernarios ya que las  lucernas han podido colocarse fácilmente sobre los escalones formados en los hastiales (zonas laterales de la galería), no obstante encontramos algunos que tienen  dimensiones y características similares al resto de minas romanas que hemos estudiado. Como suele ser habitual en este tipo de minas la galería va ganando altura progresivamente. Esto es debido a la tendencia ascendente del protoconducto, ya que el lecho de la mina esta excavado prácticamente sin pendiente  (se buscaba una circulación lenta del agua  que no provocara desgaste ni arrastre de limos). Esto hace que  las alturas alcancen en algunos  puntos los seis o  siete metros. La anchura de la zona excavada en el lecho de la galería se mantiene entre los 50 y 60 cm. si bien la anchura de la zona central del  protocoducto  es mucho mayor, en algunos puntos de   casi tres metros. El lecho de la galería es ligeramente ascendente pero esto es debido a la  acumulación de concreciones escalonadas que llamamos gours, estos se han generado por una circulación lenta de las aguas. No hay señales de que los niveles de agua hayan sido en ningún momento muy altos, es una mina donde claramente no se ha producido acumulación de columna de agua (como en otras estudiadas en los Alcores), sólo ha existido una circulación constante. No obstante los materiales extremadamente porosos formados por los conglomerados sobre los que se ha excavado la galería hubieran impedido en gran medida esta función de almacenamiento. Recordemos que esta mina era probablemente utilizada para alimentar un acueducto por lo interesaba una circulación constante y sin retenciones.

Dos aspectos de la galería principal de la mina, donde se aprecia claramente la existencia de un gran protoconducto  freático que ha sido parcialmente reexcavado, Se aprecian perfectamente los diferentes estratos de roca, combinación de calcarenita con conglomerados. Fotos: José Millán.

        La galería esta equipada con lumbreras que llevan un patrón de espaciamiento de unos 15 metros, salvo en un par de casos que se va a 30 metros. El patrón de 15 metros puede corresponder en unidades romanas a 5 pérticas (1 pértica =2,96 m.). En los Alcores hemos encontrado estas medidas en minas construidas en el siglo I.  Las lumbreras son totalmente típicas, de sección rectangular de 1,30X0, 90 m. aproximadamente y están equipadas con mechinales para el apoyo de los pies, algunas tienen profundidades de casi  30 metros. La mayoría de lumbreras están excavadas desde el lecho de la galería hacia arriba, que es el sistema habitual cuando se reexcava un gran protoconducto. No obstante hemos encontrado una lumbrera que por su orientación sobre la galería parece excavada desde arriba, puede que sea una lumbrera de prospección por la que en una primera fase se localizara el protoconducto. Estos sistemas de excavación de lumbreras son totalmente similares a las minas de los Alcores en los sectores donde se han reexcavado grandes galerías naturales. Las lumbreras son ciertamente curiosas porque presentan  una textura de roca extraordinariamente lisa, hemos llegado a pensar que pudieran estar revestidas con mortero de cal, como algunas zonas de la galería, pero probablemente se deba a la combinación de diferentes estratos de roca propios de la biocalcarenita  formada en gran medida por pequeños  cantos rodados procedentes de corrientes fluviales unidos con una matriz arenosa. En algunas zonas de la galería estos materiales están muy sueltos y se descomponen al tocarlos, lo que resulta ciertamente peligroso sobre todo en la zona final explorada.

Arriba se ven dos lumbreras rectangulares típicas en las minas de origen romano, la mayoría parecen excavadas desde la galería hacia arriba. Foto: José Millán.

         El único revestimiento encontrado en este sector de la mina es una pequeña bóveda de ladrillos que parece estar tapando una lumbrera fallida, es decir , una lumbrera que se comenzó a excavar y por malas condiciones del terreno se abandonó, tapándola posteriormente con esta bóveda posiblemente para evitar caída de materiales a la galería. Los ladrillos están colocados de una manera algo arbitraria estando algunos colocados incluso de cara y no de canto como es lo própio de una bóveda de medio punto.
No hemos podido hacer une estudio tipológico  de los ladrillos porque se encuentra a una altura considerable sobre el suelo pero aparentemente podrían cuadrar dentro de un modulo  romano.

Detalle de una bóveda de ladrillo que parece tapar una lumbrera fallida. Foto: José Millán.

      El desarrollo total que podemos recorrer es de unos 700 metros hasta una lumbrera completamente taponada, existe la posibilidad de puentear este derrumbe por una lumbrera posterior, creemos que el desarrollo total de la mina podría superar el kilómetro. Las conclusiones que hemos sacado de esta exploración  son la de que estamos ante una mina de agua de origen romano y que por sus dimensiones y características debe tratarse  de gran obra pública, financiada por el Estado  y no una pequeña mina de abastecimiento de una colonia o Villae, lo que cuadra con que fuera parte del abastecimiento de un gran acueducto. Si  se confirma su relación con el acueducto Aqua Nova Domitiana Augusta, debería de tener una cronología similar a su construcción, es decir sobre el siglo I. Las características constructivas son similares a la de las minas romanas que existen en Los Alcores Sevillanos que también fueron construidas en un período cronológico similar y ya vamos comprobando como también son comunes estas técnicas en las minas de agua construidas en general en toda la zona de la Bética romana.
Parece que la mina fue modificada en su último tramo para derivar las aguas hacia la Huerta de Don Marcos,  sin poderse determinar si fue durante la dominación islámica o en época cristiana ya que no existe documentación al respecto antes de la fecha citada del 1.275.  En definitiva los valores patrimoniales e históricos de esta mina son extraordinarios por lo que debería instarse a su conservación, evitando las agresiones que ya ha sufrido por el taponamiento de alguna de sus lumbreras.

Arriba dos imágenes de la zona final de la galería antes del taponamiento, excavada totalmente en conglomerados. Foto: José Millán. 

Queremos dar las gracias a D. Diego Navero Navero, dueño de la finca y que nos ha permitido el acceso. Los integrantes de esta exploración han sido: Pancho Gamero, Eugenio Belgrano, Antonio Melero Godoy, David Blanco Barcala, Cristian Rubiales, Manuel Martorell Martínez y José Millán. y especialmente dar las gracias a Pancho Gamero por la invitación y por darme datos sobre la zona y la mina para poder confeccionar este artículo.

La mina de agua romana del Cortijo de la Mina o de Acinipo.

Historia de las exploraciones:

En el mes de septiembre del 2015,  D. Angel Martínez García, vecino de la localidad de  Montejaque , miembro de la  Junta Rectora del Parque Natural de Grazalema y un  viejo conocido de nuestras andanzas espeleológicas contacta con nosotros para invitarnos a la exploración de una mina de agua posiblemente romana . La mina se haya situada al Norte de la ciudad romana de Acinipo, cerca de Ronda , fuera de la zona arqueológica y en las proximidades de un cortijo conocido a tal efecto  como El cortijo de la mina. Las indicaciones de la mina habían sido facilitadas  por la señora Ani Gonzalez Dominguez, amiga personal de Angel y conocedora de la mina por haber pasado parte de su infancia en dicho cortijo. El tema nos pareció sumamente interesante ya que podría aportarnos datos comparativos con las minas que estamos explorando en los Alcores Sevillanos. Concertamos una cita con Angel y Ani en la misma entrada de Acinipo, desplazándonos seguidamente al cortijo de la mina al que hay que acceder por una pista forestal.
El cortijo de la mina. Foto: Angel Martínez.
Situación y contexto arqueológico.
Acinipo o “Ronda la Vieja”, es un importante  enclave arqueológico  situado a unos 11 kilómetros al Norte de Ronda y a  6 de Setenil de las Bodegas. Se trata de uno de esos asentamientos humanos que por sus favorables  características geofísicas y estratégicas fue  intensamente poblado desde al menos  los albores del Neolítico. La ciudad se enclava sobre una característica   meseta conocida como “La mesa de Ronda la Vieja”,  creada por acumulación  de materiales sedimentarios de origen marino durante el  Mioceno, y que se eleva a  998  metros sobre el nivel del  mar, conformando una  superficie  de casi  un kilómetro de largo por cuatrocientos  metros de ancho. Rodeando la meseta se abren grandes extensiones  que son idóneas para el cultivo. El sustento de agua a la ciudad  estaba asegurado por manantiales, arroyos y cisternas de recogida de aguas pluviales. Se han encontrado unas grandes termas abastecidas por un manantial.
Excavaciones de Acinipo, «El teatro». Foto: Angel Martínez
Las excavaciones realizadas en Acinipo hasta la fecha dan cuenta de un importante horizonte de ocupación neolítica, abarcando la Edad de Bronce y Cobre, conformado por restos de cabañas , necrópolis y murallas de cerramiento y  al que sucedió tras un período estéril  un importante oppidum ibérico  en el siglo V a.n.e. y que  perduró hasta la ocupación romana.  
Acinipo acabó siendo uno de los muchos enclaves íberos que fueron  romanizados tras las Guerras Púnicas y su estratégica situación  le hizo  desempeñar un importante papel en todas las vías de comunicación entre Málaga, Gibraltar, la depresión del Guadalquivir y gran parte de Andalucía.
A partir de su romanización la ciudad de Acinipo  alcanza su máximo esplendor, llegando a contar,  según algunas fuentes, con más de 4.000 habitantes. La ciudad fue edificada con una arquitectura muy peculiar, adaptada a la orografía del terreno en pendiente que obligó a utilizar un sistema de terrazas artificiales. Se conserva gran parte del  teatro, cuyo graderío ha sido excavado directamente en la roca madre, así como restos de otras edificaciones  menores  y algunas viviendas, la mayor parte de la ciudad esta aún sin excavar.
Plano de las excavaciones de Acinipo. Extraido de Wikipedia.
Como todas las grandes ciudades romanas Acinipo comienza su decadencia hacia  el Siglo III d.n.e. perdiendo su importancia a favor de la cercana ciudad de Arunda (Ronda)   hasta quedar desabitada hacia el Siglo VII.
La mina de agua  que nos ocupa no se encuentra dentro de  los límites de la ciudad, esta situada a algo más de un kilómetro al Norte de la misma, entre el paraje conocido como Puerto de Sauco y los Villalones, en las proximidades de un antiguo cortijo conocido como “Cortijo de la mina” por alusión a la misma. Este manantial ha sido recogido, junto con otros de la zona en la página web de la Junta de Andalucía. “Conoce tus fuentes”, esta  encuadrada en  lo que sería un  entorno Rural, relacionado con las grandes explotaciones de cereal. Puede que fuera  la fuente de abastecimiento de una Villae o pequeño núcleo urbano. Se conserva una canalización muy deteriorada que conduce el agua de la mina hasta un abrevadero, cuya cimentación podría ser romana.

Arriba se ven  restos de canalizaciones situadas en las proximidades de la mina ,. Foto: Angel Martínez. Abajo, abrevadero abastecido por la mina. Extraido de la web «Conoce tus Fuentes» autores A. Orozco y S. Rodriguez.
Descripción de la mina:
Se trata de una mina de escaso desarrollo, unos ochenta  metros formada por una galería  excavada en una dirección  más o menos constante de unos 160 º respecto al Norte, siguiendo probablemente un pequeño manantial natural. La mina esta cerrada por una construcción abovedada hecha  de mampostería y factura moderna de unos 2,5 metros de altura por un metro y medio  de ancho, al que se le ha colocado una cancela, que actualmente ha sido arrancada y esta tirada en el suelo. Sabemos que estas obras de cerramiento fueron realizadas por el Ayuntamiento de ronda hace algunos años.
Estructura reciente construida por el Ayuntamiento de Ronda  para proteger la mina.
Foto: Angel Martínez.
Detalle del pasillo de acceso a la mina desde el interior del cerramiento.
Foto: Angel Martínez.
 Tras este corto pasillo encontramos lo que fuera la entrada original de la mina que empieza  siendo  una  pequeña cámara excavada en la roca y  enlucida completamente con mortero de cal de carácter hidrófugo, probablemente para su consolidación ya que la roca en este punto parece de poca consistencia. La sala tiene un ancho de unos dos metros y una altura de apenas un metro, estando  el suelo completamente ocupado por el agua que tiene una altura de unos treinta centímetros. Todo este revestimiento así como las pequeñas presas realizadas en el suelo y también revestidas parecen haber sido restauradas en épocas recientes.
Pequeña sala que precede a la mina. Las paredes han sido enlucidas con un mortero de cal.
Foto Manuel Bernal.
Entrando a la mina desde la sala precedente. En el margen superior derecho se puede ver el detalle del revestimiento que está parcialemnte desprendido. Foto: Angel Martinez.
 Tras esta primera sala recolectora comienza  la mina de agua. Esta  excavada a pico  sobre un estrato de roca caliza  mucho más consistente que el precedente y esta   presidida por una espectacular colada de casi un metro de altura formada por el constante flujo de agua desde la pequeña represa. La altura de la galería es en principio  de apenas 30 cm. debido a la elevación del suelo  por  precipitaciones  calcáreas en forma de espectaculares  gours, generados por el represamiento de la galería y un regimen de flugo de agua lento . El ancho de la galería es de unos  60 cm., que concuerda con el patrón habitual. La altura original  de la galería es muy  difícil de determinar pero suponemos que sería  de entre 1,60 a 2 metros, que es el tamaño  normal de este tipo de galerías. Cada 60 cm. aproximadamente encontramos lucernarios excavados en ambos lados, también encontramos huecos más grandes para depositar vasijas con aceite con las que recargar las lucernas.
Detalle de la galería al comienzo de la mina. Todo el lecho inferior esta ocupado por gours escalonados. Foto: José Millán.
Accediendo la la galería. Foto: José Millán.

 La galería parece tener un sentido ligeramente ascendente aunque también es posible que, como pasa en otras minas, la altura de la galería valla aumentando progresivamente, quedando el lecho a una misma cota. Tras avanzar unos veinte metros la galería empieza a cubrirse completamente por formaciones, tanto techos como paredes,  producidas por una fuerte infiltración de aguas muy carbonatadas que han generado formas espectaculares  de aspecto cristalino.

Detalle de la zona de la mina totalmente cubierta por formaciones.
Foto: José Millán.

 La galería sigue en esta tónica hasta contactar con un estrato de roca blando formado por margas y  que se haya en parte derrumbado, lo que forma una sala de mayores dimensiones y completamente cubierta de formaciones y tras la que culmina la mina en un pequeño manantial que brota del suelo tras  un corto tramo de galería y  bajo una bonita colada. Todo el trayecto de la galería esta recorrido  por una corriente de agua de flujo lento que ha generado todas las formaciones del suelo, de hecho, este flujo lento y laminar constante es el responsable de los espectaculares gours que la cubren. Las filtraciones producidas desde los techos han hecho el resto.

pequeña sala formada por un contacto con una cavidad natural completamente cubierta de formaciones. Foto:José Millán.
Detalle de formaciones. Foto: José Millán.
Conclusiones:
Sin duda se trata de una mina  origen romano, la galería ha sido excavada con el clásico pico de hierro curvo, que deja su característico trazo. Las técnicas de iluminación empleadas tanto por la excavación de lucernarios como de hornacinas son también típicamente romanas, como las dimensiones del ancho de la galería. En este caso no se han excavado puteis o lumbreras auxiliares y la galería no tiene ninguna bifurcación. Se trata de una  galería excavada en parte a favor de un pequeño manantial preexistente y que no debió aportar un caudal excesivo como demuestra el increíble desarrollo de las concreciones calizas que no sería posible en un régimen de agua turbulento.
Lucernario: las distancias entre lucernarios son las habituales de entre 60 cm y 1 metro. Foto: Manuel Bernal.
Huellas del caracteristico  pico de hierro curvo romano.
Foto. José Millán.
La mina ha sido represada para conseguir un cierto volumen de almacenamiento en la  pequeña sala- colector inicial  que se encuentra revestida con un mortero de cal  hidrófugo que no parece el  clásico opus signinum romano por lo que creo puede ser una obra posterior.

Espectacular colada que cierra la galería sobre un pequeño manantial .
Foto: José Millán.

La zona final y más espectacular de la mina. La  extraña sección de la galería se debe a que ha sido excavada en el contacto con un conducto natural . Foto: José Millán.

El increíble desarrollo de las  formaciones que cubren la galería  ha de deberse a unas condiciones muy favorables: un agua muy cargada de carbonato cálcico y anhídrido carbónico, fuertes filtraciones por estar bajo un terreno permeable  y una temperatura alta. En este caso, como en otros, vemos presente en estas galerías  la inequívoca “cultura del aprovechamiento del agua” que caracteriza al imperio romano que se afanó por dominar los recursos hídricos subterráneas creando galerías donde ya existían manantiales, con la única intención del mejor control, dominio y aprovechamiento de estas corrientes subterráneas.

Extrañas señales de herramientas  entre una mancha que parece de una llama de lucerna. A la derecha pude apreciarse lo que parece una punta de un pico rota que quedó incrustada en la roca.
Foto: José Millán.
A pesar de ser una mina  de escaso desarrollo, las  espectaculares formaciones que contiene  le dan  un interés que sobrepasa el puramente arqueólogico. El excelente estado de conservación de estas ha de deberse a que no ha recibido practicamente visitas a lo largo de su historia o que estas han sido muy puntuales. Esto es debido a que el acceso al interior de la mina es complicado por la estrechez de la galería y la necesidad de introducirse en el agua para explorarla. La mina debería ser protegida convenientemente restaurando la cancela de hierro.
No hemos realizado un levantamiento topográfico de la mina pero adjuntamos un croquis.
Fuentes consultadas:
Wed Conoce tus Fuentes de la Junta de Andalucía:  http://www.conocetusfuentes.com/home.php
Bases del patrimonio inmueble de Andalucía:

La mina de agua de los Manantiales de la Piedad en el Puerto de Santa María

En fechas recientes hemos sido invitados por nuestro compañero Eugenio Belgrano a explorar la conocida como Mina de Agua del manantial de la Piedad en el Puerto de Santamaría, una de los abastecimientos de agua más importantes de Cádiz desde el siglo XVII. La mina es realmente interesante y representa todo un hito en la historia de la ingeniería hidráulica en Andalucía. Por desgracia actualmente esta en desuso y se encuentra en un lamentable estado de abandono y degradación. Es increíble que desde las instituciones no se pongan medios para proteger esta colosal infraestructura donde esta enterrada parte de la historia de Cádiz. Por desgracia esto suele ser una constante en lo que a patrimonio histórico se refiere en Andalucía, sobre todo si a estructuras y canalizaciones subterráneas se refiere.

          Entrada a la mina junto a un pozo de registro.

La mina de agua de los manantiales de la Piedad está situada a unos seis kilómetros al noroeste del Puerto de Santa María, en las proximidades del Cerro de san Cristóbal, lugar conocido por sus impresionantes canteras subterráneas de calcarenita concretamente en el llamado Pinar de La Piedad y a apenas quinientos metros de las excavaciones del Poblado Fenicio de Doña Blanca. En este caso se trata de una mina construida en el siglo XVI para abastecer de agua a la ciudad del Puerto de Santamaría e indirectamente a Cádiz, ciudades que no disponían en la antigüedad con un eficiente suministro de agua potable y donde era habitual abastecerse de agua de lluvia que era recogida en aljibes. En el caso de la ciudad de Cádiz, por ejemplo, sólo existía un manantial de agua potable que databa de época romana y conocido como “Pozo de la Jara”. Era habitual que el agua procedente de manantiales fuera vendida a los ciudadanos en barriles y normalmente a un alto precio. El gran crecimiento de las ciudades con la consecuente demanda de agua y la necesidad de abastecer tanto a la Armada como a la Flota de Indias que amarraban en los puertos de la Bahía de Cádiz obligó a la búsqueda y canalización de manantiales desde las sierras cercanas y este fue el caso de Los manantiales de la Piedad. En el año 1588 se acometen las primeras obras de captación y canalización subterránea que no consiguen la eficiencia necesaria debida, entre otras causas, a un incorrecto diseño de las galerías conductoras que no fueron dotadas de los registros necesarios para su mantenimiento. Durante un siglo la conducción funciona a duras penas, quedándose por fin obsoleta y casi sin utilidad a principios del S.XVII. 

                    galería excavada en la calcarenita.

En el año 1633, las crecientes necesidades de agua obligan a la Corona a ordenar que la mina fuese objeto de reformas para mejorar su funcionamiento. En estas reformas intervienen prestigiosos ingenieros de la época como Cristóbal Rojas o Cristóbal Aguilera (maestro de fuentes de Madrid). La mina empieza a dotarse entonces de una mejor infraestructura, añadiendo aliviaderos, pozos de registro (cauchiles), entibaciones y refuerzos con sillares y arcas de agua distribuidas a lo largo de la conducción (las arcas de agua son edificaciones de mayor tamaño que los registros y dotadas de escaleras para bajar a la mina, tienen  la función, a parte del acceso a la mina  de retener los limos y sedimentos). La conducción alcanza su máximo desarrollo y funcionalidad en el siglo XVIII en que se convierte por derecho en la obra hidráulica más importante de Cádiz, siendo entonces conocida como “La obra de la fuente” en alusión a la famosa “Fuente de las galeras reales”, donde se cargaba el agua tanto a los barcos que iban a las Indias como a los que suministraban agua a la ciudad de Cádiz. La gran importancia de esta obra compuesta por un acueducto subterráneo de más de cinco kilómetros de desarrollo se puede deducir de su presupuesto que ascendió a 1,8 millones de reales, una cantidad ingente para la época y que se pudo pagar, tal como pasaría hoy en día gracias al pago de una tarifa a los usuarios, que gracias a un elaborado y eficiente sistema de conducción urbana, recibían el agua en sus domicilios a trabes de cañerías.

                           galería con escalón lateral.

El desarrollo principal de la mina, tal como ha perdurado hasta hoy y su construcción quedan medianamente claros en base a escritos conservados de la época, lo que no sabemos es si cuando se iniciaron las obras en el S. XVI ya existía una captación más antigua ya que se han perdido los documentos de la obra original. La arqueología de la zona evidencia una primitiva ocupación paleolítica y neolítica, evidenciada por el hallazgo de instrumentos líticos en la zona. En los estratos inferiores del Poblado de Doña Blanca se han registrado fondos de cabañas de la última etapa de la Edad del Cobre (III milenio antes de Cristo). Hemos de destacar que durante nuestra exploración y en una galería de aspecto natural y en apariencia procedente del exterior que había sido sellada con un tabique (probablemente para evitar la contaminación con aportes exteriores del agua del manantial) encontramos fragmentos de silex tallado que según los arqueólogos consultados pueden datar del paleolítico superior y que probablemente llegaron por arrastre de un curso de agua  a la mina.

                       grafiti del año 1791.

Las excavaciones del poblado de Doña Blanca, situado a escasos quinientos metros de la mina han puesto de manifiesto un intenso y continuado asentamiento fenicio desde el S.VIII, hasta el S.III antes de Cristo, momento en que se produce la conquista romana de la Península Ibérica. No hay constancia de una ocupación romana de la zona (al menos del poblado) por lo que se supone que queda abandonado hasta época islámica en la que se construye en la zona una alquería almohade. Parece probable que toda la zona de San Cristóbal y concretamente ésta, conocida como Sidueña, fuera un importante enclave islámico. Algunos historiadores como Miguel Angel Borrego sitúan aquí la ciudad andalusí conocida como Shidûna, que con el tiempo daría origen al pago conocido finalmente como Sidueña. Se conservan escritos de un historiador árabe llamado Ahmad ibn Muhammad al-Razi que vivió en el siglo X y que parecen referirse a esta ciudad citada como “Xere Sadunia” y que la define como “llena de fuentes que echan muchas aguas”. Sea como fuere lo cierto es que las características de algunas de las galerías de captación excavadas directamente en la calcarenita deja la duda de un posible origen muy anterior al S.XVII , muy difícil de determinar por la gran cantidad de transformaciones que las galerías han sufrido con el paso de los siglos. 

                        galería con revestimiento lateral.

La mina esta compuesta por un primer sistema de galerías de captación, excavadas en la roca sedimentaria y a apenas cinco metros de profundidad. Los pozos de registro están coronados con edificios rectangulares construidos a base de bloques de cantería y cerrados con una bóveda, tienen unos 3 metros de altura y 1,5 metros de lado. Por el interior están enlucidos con un estuco de cal de color blanco que llega hasta el fondo de la mina. El acceso actual a la mina se realiza por un hueco generado por el derrumbe del techo de una bóveda situada cerca de un registro y que originariamente sería una sala lateral de la galería. Del el fondo de esta sala parte la mina en direcciones opuestas este-oeste. En esta zona la pared del fondo esta reforzada con un paramento de bloques de piedra y mortero, seguramente para evitar filtraciones o por contener betas de material inestable. Tomado en dirección oeste avanzamos por una galería excavada, de unos dos metros de altura y algo más de un metro de anchura que poco a poco va ganado altura. A tramos regulares aparecen pequeñas galerías laterales, de escaso desarrollo y situadas siempre en el lado derecho y de unas dimensiones más reducidas que la galería principal. La misión de estas excavaciones sería probablemente la de recoger agua desde filtraciones del mismo lecho de la galería.

                                     sala revestida con sillares y cimientos de arcos.

El agua es encauzada por un canal excavado en el fondo del conducto. Sobre la pared lateral se aprecian amontonamientos de escombros extraídos de la canal en labores de limpieza. Al recorrer unos cincuenta metros pasamos por un tramo de unos seis metros de largo construido con sillares y rematado con una bóveda de cañón, supongo que la finalidad es de refuerzo por alguna beta de material blando o como punto de separación entre dos sectores. Tras este paso la galería va ganando altura y cambia visiblemente su morfología inicial ya que se ha excavado dejando en el lateral izquierdo un gran escalón de casi dos metros de altura y un metro de fondo que parece destinado a facilitar el paso de personas sobre la conducción, además hay huecos regulares en la pared contraria que parecen destinados a la colocación de  vigas de madera, puede que para la instalación del  andamiaje necesario  para excavar la bóveda superior que llega a alcanzar los seis metros de altura. Tras recorrer unos metros la galería hace un pequeño quiebro y el escalón cambia a la pared contraria y se hace más elevado. La galería alcanza aquí sus máximas dimensiones  llegando a los seis  metros de altura y tres de anchura y  culminando en una pequeña sala de la cual parece que manaría agua en su día, ya que hoy, como el resto de la galería, esta completamente seco. Todo este sector parece, por su morfología, haber tenido una función de almacenamiento, de hecho se aprecian antiguos niveles de agua coincidentes con la altura del escalón, que en algunos puntos llega a los 2,5 metros. Puede que fuera el sector de la mina donde se almacenaba el agua para luego distribuirla.

  galería completamente revestida con sillares.

Volviendo sobre nuestros pasos y tomando el ramal que se dirige hacia el este entramos en un sector de menores dimensiones y que presenta continuos revestimientos con sillares de cantería exquisitamente tallados, tanto en los pozos de registro como en la pared derecha que está completamente sellada. Al poco llegamos a un cruce bajo un pozo de registro que conecta con la galería de conducción que llega al Puerto. Esta galería está completamente revestida con muros de sillares y ladrillos y  rematada con un arco de medio punto realizado con dobelas de cantería .Tiene una dimensiones medias de algo más de dos metros de altura por un metro de anchura. El agua va canalizada por una arqueta de unos veinte centímetros de fondo revestida con mortero. Presenta pozos de registro a distancias variables, en algunos casos más de doscientos metros. Existen dos arcas de aguas en este sector. La primera está en el mismo punto por donde accedemos a la mina , tiene los accesos tapiados y esta muy deteriorada, faltando la cubierta. La segunda se encuentra a unos trescientos metros de distancia siguiendo la galería y aún conserva la escalera de acceso al exterior y toda su estructura en pie. El resto de la galería recolectora que se desarrolla hacia el este tiene una morfología algo compleja y curiosa, está revestida con sillares en muchos puntos y en las paredes enlucidas con estuco se conservan, entre pintadas recientes, multitud de grafitis, algunos fechados desde el siglo XVII al XIX y realizados, la mayoría, por los ingenieros que visitaron la mina durante sus consecutivas reformas.

                              pozo de registro.

El  canal inferior está ejecutado en un lateral, dejando al otro lado un paso más amplio para transitar más cómodamente. Hay tramos completamente revestidos y tramos excavados en la roca, en la parte izquierda según avanzamos se abren una serie de salas de mayores dimensiones excavadas en la roca que conectan mediante pozos con un nivel de galerías inferiores situadas a unos tres metros por debajo del nivel que llevamos y paralelas a la galería principal. Estos conductos están en parte revestidos y en parte excavados a pico en la roca, no poseen canaleta y recogen el agua de un manantial que es el único aporte de agua que tiene actualmente la mina y que es captada actualmente por tuberías para abastecer a  localidades cercanas. En un tramo de galería sin revestir hemos encontrado posibles lucernarios que aún conservan las manchas de hollín de la llama. Lo curioso es que no están a lo largo de la galería y sólo en algunos puntos muy concretos lo que sugiere que quizás se colocaran para señalizar determinados puntos del trazado  y lógicamente no fueran el sistema de iluminación principal. Las lucernas de aceite son el sistema más primitivo de iluminación en minas y fueron ampliamente utilizadas como iluminación principal por los mineros romanos que dotaban a todas sus galerías de lucernarios. Con el tiempo fueron cayendo en desuso con el desarrollo de sistemas mucho más eficientes y de mayor autonomía aunque se continuaron utilizando puntualmente.

     sala lateral con un pozo de acceso a la galería inferior.

Como particularidad interesante es de estacar que es la primera vez que observamos en una mina de agua un nivel inferior. Se trata de un conducto que va paralelo al principal y que puede tener dos posibles funciones. La primera captar el agua que se pierde o filtra por el lecho de la galería principal, que no es completamente impermeable para que esta se pueda también aprovechar. Por otro lado el continuo descenso de los niveles freáticos en la zona a lo largo del tiempo ha acabado dejado seca la mina principal de tal forma que hoy sólo circula agua  por la zona inferior .Puede que este sector se excavara en una última etapa de la mina cuando este fenómeno de descenso del acuífero fue más evidente. Lo más destacable de toda esta zona por su belleza es un pozo colector cubierto con una formidable bóveda y realizado enteramente con sillares, sin ningún tipo de revestimiento y que forma parte de las últimas reformas realizadas en el S.XIX. A este pozo-colector llegaba el agua de una canalización exterior, abandonada en la actualidad. La zona final de la mina es una galería excavada en la roca, muy descompuesta por la acción de raíces y que parece una traída de agua de algún manantial hoy seco. Es un sector muy peligroso de explorar y curiosamente no ha sido revestido pero debió ser uno de los aportes mas importantes de la mina.

        galería inferior, zona sin revestir.

En resumen el sector de captación de la mina, bien diferenciado de las galerías de conducción que llegan al Puerto, tiene una longitud total de unos cuatrocientos metros. Esta constituido por un conjunto de conductos morfológicamente muy distintos y que captan agua de al menos dos manantiales situados en los extremos del sistema. El sector oeste presenta una morfología que parece indicada en gran medida para almacenar agua. El sector este son claramente galerías de captación y donde se ven las principales obras de revestimiento y consolidación. Se han excavado grandes salas laterales para facilitar la construcción del nivel inferior paralelo que capta agua de niveles más profundos y las recoge en pozos. En suma es un colector donde convergen al menos tres fuentes distintas de agua. Todo este sistema ha sido también dotado en tiempos recientes de un aporte exterior mediante una canalización aérea y cuyas aguas se unirían a las de la mina para desde aquí canalizarla por la galería de conducción hasta El Puerto.

galería de 5 kl. que llega al Puerto de Santa María.

Hemos encontrado un interesante trabajo en la “revista de historia del Puerto” en relación a estas minas firmado por Miguel ángel Caballero Sanchez y titulado “El primer abastecimiento integral de agua potable al Puerto de Santa María, (Siglo XVII), http://www.revistadehistoriade-elpuerto.org/contenido/revistas/37/37_estudios_01.pdf   Trabajo que recoge interesantes datos sobre las obras realizadas y su cronología, así como citas de los ingenieros en relación a la forma de construcción de las galerías. Por otro lado nuestro compañero Eugenio Belgrano http://cuevasdemariamocos.jimdo.com/, lleva ya algunos años explorando y recabando datos sobre esta mina que actualmente se encuentra en un lamentable estado de abandono y que ha reflejado en diferentes videos y publicaciones. Creo que una obra hidráulica de esta envergadura e importancia histórica debería ser protegida y puesta en valor. Hay determinado elementos en la mina muy interesantes y que son susceptibles de estudios más profundos como los innumerables grafitis que pueden proporcionar valiosos datos históricos o la realización de una planimetría detallada y estudio de todas las galerías que puedan aportar más detalles técnicos de esta grandiosa infraestructura subterránea. 

          pozo colector y bóveda de sillares del S.XIX.

Video grabado durante la exploración de la mina.

La mina de agua de Villaluenga del Rosario

Hace ya más de veinte años que frecuento la Localidad gaditana de Villaluenga del Rosario y casi siempre ha sido para explorar las numerosas cuevas que se encuentran en la zona. Villaluenga es una localidad excepcional, encuadrada en el mismo corazón del P.N. de Grazalema, rodeada por abruptas montañas al Oeste  y la formidable Manga hacia el Este.

                                foto. Diego Mendoza
En toda la zona existen claros vestigios de un intenso poblamiento en el Paleolítico superior y Neolítico, siendo un claro ejemplo las llamadas “Cuevas de la Manga”, cultura que aprovechó e utilizó intensamente los numerosos abrigos y cavidades de la zona. Existen también numerosas evidencias de poblamientos fenicios, íberos y romanos, como el caso de los yacimientos cercanos de Acinipo y Ocuri, perviviendo hasta nuestros días importantes vías de comunicación construidas en estas épocas como los restos de calzadas romanas que comunican Ubrique, Benaocaz y Villaluenga. Los orígenes de Villaluenga son inciertos y no se puede descartar que ya fuera un poblado íbero o romano antes de la llegada de los árabes que la ocupan desde el año 716 al 1.485 cuando es conquistada por Rodrigo Ponce de León.

Siempre he sabido (por ser muy visibles)  de la existencia de una serie de antiguos registros elaborados con piedra y ladrillo,  distribuidos regularmente por la manga  y que formaban parte de un sistema de conducción hidráulico que  abastecía la población desde muy antiguo. Recientemente leí en un interesante  blog sobre Villaluenga llamado “Cuaderno de campo Payoyo” un articulo sobre lo que calificaba como  “qanat de Villaluenga”,
http://cuadernodecampopayoyo.blogspot.com.es/2009/11/un-paseo-por-la-mina-y-el-camino-de-
las.htmlel hecho de llamarlo qanat me llamo enormemente la atención ya que implica hablar de un sistema de galerías subterráneas y esto resultó realmente interesante y algo desconcertante para mi. ¿Será posible que haya estado tantos años tan cerca de una mina de agua y no haya conocido su existencia? En el blog no hablaba nada sobre estas supuestas galerías subterráneas, sólo se centraba en las estructuras o registros  y  como es lógico quise saber algo más. Consulté al compañero y amigo  espeleólogo Diego Mendoza,  gran conocedor de la zona y propietario de una casa en Villaluenga  que me mandó un interesante trabajo sobre este Kanat firmado por el arqueólogo  Alejandro Pérez Ordóñez para del Consejo Superior de Investigaciones  Científicas (CSIC)   y titulado “Infraestructuras hidráulicas andalusies en la Sierra de Cádiz”: El qanat de Villaluenga del Rosario”. http://digital.csic.es/bitstream/10261/29589/1/2010-10-10-QanatVillaluenga.pdf
 El trabajo es ciertamente interesante ya que recopila abundante e interesante  información sobre Villaluenga y su historia  deduciendo que  el origen de las infraestructuras hidráulicas debe ser islámico y es por este motivo por el que lo llama qanat. En su artículo aporta interesantes argumentos del arqueólogo  Basilio Pavón sobre las características de los qanat y su naturaleza. Lo que queda claro a parte de que un qanat es una obra de origen islámico para la captación y transporte de agua  es que  debe de estar constituido por galerías subterráneas.

En el articulo se describen  los diferentes registros y su trazado así como su peculiar arquitectura que la califica como  claramente andalusí  denominándolas qubba por paralelismo con otras estructuras similares de este período. Sobre el terreno se  distinguen  claramente dos tipos de estructuras muy bien diferenciadas y son sobre las que el autor basa su estudio; unas de pequeño tamaño que son claramente registros y otras de gran tamaño y funcionalidad incierta. La longitud total de las canalizaciones ronda el kilómetro.

Reconociendo la calidad e interés  de este trabajo en mi modesta opinión  le falta dar respuestas a  lo que a los investigadores del subsuelo más nos interesa ¿Qué tipo de galerías existen?, ¿Qué son las estructuras  de gran tamaño?, ¿son realmente islámicas o puede que pudieran ser anteriores y reutilizadas como pasa en otras zonas? ¿Hay sólo una conducción o son varias? Contestar a estas preguntas no resueltas nos motiva a realizar un estudio más conciso y centrado en el tipo de canalización y no en las estructuras que lo cubren y por lo tanto veíamos muy interesante su exploración para determinar si realmente estamos ante una qanat o mina de agua.

Con estas premisas nos hemos desplazado a Villaluenga   acompañados a parte de por miembros de la AAES por  los investigadores del subsuelo de Cádiz Eugenio Belgrano y Antonio Melero Godoy, dos compañeros con una amplia experiencia en la exploración de galerías subterráneas con idea de realizar una primera inspección y comprobar las posibilidades de exploración de este qanat. Las referencias que teníamos por parte de lugareños con los que habíamos consultado no eran muy halagüeñas ya que  nos indicaban que los registros habían sido en su mayoría cegados y nadie daba referencias de ninguna galería subterránea.
Ya sobre el terreno vamos inspeccionando todos los registros empezando desde la fuente principal del pueblo, donde llegan las aguas de la mina con un caudal importante en ese momento ya que en la zona ha estado lloviendo recientemente. Todos los registros cercanos al pueblo están completamente tapados excepto un pozo que esta algo desplazado del trazado y tiene una puerta de registro, no sabemos si tiene algo que ver con el acueducto ya que presenta una morfología muy distinta siendo una pequeña caseta rectangular, enlucida y encalada. En la web «Conoce tus fuentes» este pozo aparece designado  como «Pozo del Prado» y está calificado como surgencia.  En el fondo del pozo,  que esta lleno de agua hasta casi el borde observamos a trabes del agua cristalina  unos sospechosos arcos que podrían ser el arranque de un túnel. Como no podíamos quedarnos con la duda el compañero Antonio Melero se sumerge buscando dicha galería pero en el fondo del pozo sólo encuentra una cámara excavada en la roca de unos cuatro metros de anchura  y reforzada con arcos y muro de ladrillo si alguna vez existió un túnel esta tapado.

 La parte final del acueducto es una acequia elevada o “atarjea” para salvar el desnivel y la irregularidad del terreno y  por la que cae el agua hacia la fuente. Vamos siguiendo registros y no es hasta que no estamos a unos doscientos metros a  las afueras del casco Urbano cuando encontramos uno abierto. Lo que vemos es una arqueta a la que convergen tuberías cerámicas que van casi a ras de suelo, de hecho entre algunos registros se aprecia una estructura de piedras que protege dicha conducción ¿Dónde esta el qanat?. Los registros están perfectamente alineados y se dirigen hacia el Este espaciados unos cincuenta metros. A unos quinientos metros del casco urbano y sobre el trazado del acueducto  encontramos una primera estructura de mayores dimensiones completamente cerrada ya que la puerta ha sido clausurada con ladrillos ¿Qué hay bajo esta gran estructura? Es una construcción soberbia para una simple canalización de agua, tiene planta hexagonal realizada con ladrillo y esta cerrado con una magnifica bóveda también de ladrillo que alcanza unos seis metros de altura. Desde aquí observamos que al Norte, a unos cien metros, se levanta una estructura similar pero fuera de la línea de registros ¿es otra canalización?.

Tras esta estructura siguen los registros con el mismo espaciado recorriendo unos quinientos metros más hasta una nueva estructura de gran tamaño, esta vez rectangular y de similar altura. Por el camino hemos divisando, también hacia el Norte, otra gran estructura fuera de la línea de registros. Cobra fuerza la hipótesis de que estamos ante dos conducciones distintas pero ¿Dónde están los registros de la canalización que esta más al Norte? ¿Será en este caso un conducto subterráneo? En cuanto a la estructura rectangular es aquí donde parece que nace la canalización está en el punto más alejado y elevado del acueducto. Por desgracia también esta clausurada  pero deducimos que en su interior debe de existir un gran aljibe de captación, alimentado por manantiales o agua de escorrentía ya que se encuentra muy cerca del arroyo y bajo la ladera de un cerro. Vemos como brota agua a presión del suelo, así que debe estar a tope de carga. Existen un total de 16 registros pequeños y cuatro estructuras  grandes, dos de las cuales están fuera de la línea del acueducto y que sería lo próximo a inspeccionar.

La más cercana al pueblo esta también clausurada  con un muro de ladrillo pero en la más alejada existe una pequeña puerta de hierro por la que por fin podríamos ver que ocultaba, al menos una de las estructuras. Esta es también octogonal, de unos seis metros de lado más o menos lo mismo de altura. Tras los muros de ladrillo  se abre una cámara que  cubre  un pozo cuyas paredes han sido enlucidas con un mortero que parece hidrófugo y de aspecto bastante moderno. Las esquinas están reforzadas con arcos de medio punto. Esta claro que se trata de un aljibe. Lo interesante es que bajo las paredes y ya dentro del agua  se abre lo que parece una cavidad parcialmente natural o excavada de forma muy irregular . Le calculamos al menos unos seis metros de profundidad y en el fondo la claridad del agua dejaba ver lo que parece el arranque de dos galerías en direcciones opuestas. Puede que al final si exista una mina pero esta bajo las aguas. Habrá que volver más equipados ya que hay que descender con cuerda hasta el agua e inspeccionar el fondo de este aljibe, sólo así podremos salir de dudas.

Las conclusiones de esta primera exploración son alentadoras en el sentido de que no se ha descartado la existencia de conductos subterráneos. Parece claro que dentro de todo este sistema hidráulico hay elementos que sugieren que podemos estar  ante dos conducciones  distintas, no sabemos si de diferentes épocas. Los registros son de una canalización mediante tuberías que están alimentados por dos captaciones. Una alta y el inicio y fuente principal del acueducto y otra más abajo, a mitad de camino hacia la población. Estas captaciones están formadas por excavaciones en el terreno, buscando los niveles freáticos y se alimentan seguramente de surgencias  de agua naturales y del propio arroyo que discurre paralelo a los  registros. Estas captaciones son también aljibes y deben tener un cierto tamaño, y profundidad. Han sido cubiertos con estructuras muy elaboradas y costeadas (las cúpulas están ejecutadas con una gran destreza). Hay diferencias constructivas evidentes entre las cuatro estructuras y esto puede ser porque hayan sido remodeladas a lo largo del tiempo ya que se aprecian elementos mucho más modernos que los originales islámicos o porque se hayan construido en épocas diferentes.  Separado de esta captación hay dos estructuras que parecen aisladas y que son similares, no se aprecia la existencia de canalizaciones ni registros, bien porque hayan sido destruidos o porque nunca han existido y bajo ellos existan canalizaciones subterráneas. Todos estos puntos habrá que investigarlos. Creo que hasta que estas galerías subterráneas no sean descubiertas y se confirme la existencia de una mina de agua las estructuras hidráulicas de Villaluenga no debería de ser consideras como un  qanat, claro que esto es sólo una opinión personal. Sea lo que sea volveremos a seguir investigando y desvelando los misterios de esta curiosa obra de captación hidráulica. La siguiente foto aérea extraida de Google heart  muestra la localización de las estructuras grandes y el trazado de la canalización desde la fuente al punto de captación más alejado.

Fuentes consultadas:

Infraestructuras hidráulicas andalusies en la Sierra de Cádiz”: El qanat de Villaluenga del Rosario”. Alejandro Pérez Ordóñez.
Blog.»Cuaderno de campo Payoyo»
las.html
«Wikipedia», Villaluenga del Rosario.  
Web «CONOCE TUS FUENTES», Junta de Andalucía :

La mina de agua urbana del Coronil (SEVILLA)

En el verano del 2012 la Asociación Cultural Ágora de El Coronil se puso en contacto con la A.A.E.S proponiéndonos el estudio y exploración de una mina de agua situada bajo el casco urbano y sobre la que (como suele pasar en estos casos) corrían todo tipo de leyendas, también nos propuso la exploración y estudio de una pequeña cueva situada en el caso urbano llamada “Cueva de la Coscorrona”. El tema me pareció sumamente interesante como no podía ser de otra manera
La Asociación me proporcionó toda la información que pudo recopilar sobre esta curiosa mina, de siempre conocida por los lugareños pero a la vez tan desconocida y poco estudiada, que no existían datos precisos ni de su longitud real ni en que época se construyó.
Los pozos de acceso a la mina se hayan situados en una calle llamada por razones obvias “cuesta de la mina”, según testimonios orales podría tener una longitud de unos 250 metros, con tramos naturales y otros hechos de ladrillo pero que ninguno de los que lo cuentan habían visto jamás. Se sabe que las aguas de la mina llegan al llamado Pilar del Barranco, situado a unos 100 metros más abajo de esta calle, en las afueras del pueblo, donde, junto con otras aguas dan origen al arroyo del Pilar. En la Asociación creen que la mina debía nacer de un gran manantial subterráneo situado en una zona conocida como “El Parpagón”, situado a unos ciento cincuenta metros al Noroeste de la calle Cuesta de la Mina. Esto es lo que se deduce de un plano dibujado por el párroco D. Agustín González de Mendoza en el año 1788 y donde, entre otros elementos destacados del pueblo como calles e iglesias aparece dibujada la mina y su trazado aproximado que según se ve discurría desde el Parpagón cruzando por las calles del Bosque y Cuesta de la Mina hasta el Pilar del Barranco.
Como dato a tener en cuenta existe constancia de que durante unas obras de acondicionamiento de la calzada realizadas en el cruce de la calle Cuesta de la Mina con la calle del Bosque había aparecido una gran bóveda de ladrillo subterránea que podría ser parte de la mina de agua. Aunque esta zona queda fuera del trazado dibujado en el antiguo plano. Por desgracia esta curiosa bóveda no se estudió, ni siquiera hay imágenes. Otros datos importantes y constatados son el misterioso pozo tapado situado unos cincuenta metros más abajo de la antigua fábrica de harina y que según constató la Asociación no pertenecía a la red de saneamiento. Una vez inspeccionado resultó tener unos cuatro metros y en el fondo aparecía un cauce de agua limpia que circulaba por un conducto artificial de ladrillo de reducidas dimensiones. Se supuso que era parte de la mina de agua. Por otro lado y durante las obras de pavimentación de la calle y justo en el cruce entre la calle cuesta de la mina y la Avenida de Andalucía, que se sitúa unos veinte metros más abajo de dicho pozo apareció lo que parece una antigua acequia elaborada con piedras y de unas dimensiones de 40X30 cm. y que por lógica debe ser también parte de la mina. Esta acequia desemboca al ya nombrado Pilar del Barranco.
Entre los dichos populares en relación a la mina se cuenta que un trabajador de la antigua fábrica de Harina, situada en el número 9 de la calle que nos ocupa, se introducía por el pozo y desde la galería subterránea accedía a los pozos de las casas cercanas donde los vecinos dejaban el vino y la fruta antes de almorzar para que estuviesen frescos y que se bebía el vino, para sorpresa de sus dueños. Otros hablan de la existencia de otros accesos a la mina más alejados de la fábrica de Harina, como el caso de una casa en la calle del Bosque nº 13 (hay que decir que hay un gran número de pozos de agua en esta zona) pero las versiones son contradictorias, porque mientras algunos decían que sólo eran pozos de agua, otros aseguraban que bajo ellos circulaba la galería de la mina.
 El caso es que el único plano del trazado de la mina existente era el realizado en el año 1788 y no había evidencias constatadas e inequívocas de que realmente ese fuera su trazado real por lo menos desde la calle Cuesta de la Mina al Parpagón. En la zona del Parpagón están actualmente los colegios y el polideportivo, estas construcciones se han visto afectadas por la naturaleza del subsuelo compuesto de arcillas expansivas y que han generado problemas de cimentación. En un terreno arcilloso no hay por tanto posibilidad de la existencia de ninguna cavidad y muy difícilmente de ninguna galería subterránea, a menos que sea artificial claro. La Asociación cree que lo que refleja ese plano debe ser una especie de bolsa de agua de grandes dimensiones.

 Con toda esta información, realmente motivadora, concertamos una cita en el verano del 2012 para valorar la posibilidad de acceder a la mina y ver si el estado de la misma permitía su exploración. La Asociación nos localizó el acceso a la mina situado en la antigua fábrica de Harina, propiedad de la familia Algarín Corbacho que nos facilitó el paso sin problemas. Para bajar a la mina es necesario levantar una pesada losa de hormigón que daba paso a un pozo de unos nueve metros equipado con una escalera de hierro en muy malas condiciones, al fondo se veía un curso de agua y lo que efectivamente parecía la mina. Introducimos primero un medidor de gases que nos dio una lectura de aire limpio y luego la cámara de video que grabó efectivamente una galería de unos dos metros de altura, excavada en la roca en dos direcciones opuestas desde la base del pozo. Tras la inspección de este acceso nos trasladamos al registro situado calle abajo, a unos cincuenta metros de la nave y donde se localizó, tal como antes contamos otro supuesto pozo de la mina. Levantado el registro vimos efectivamente un pozo de unos cinco metros, más estrecho que el anterior y por el que corría agua limpia. Introducida la cámara grabamos una galería artificial hecha de ladrillos de unas dimensiones de unos 30 X40 cm.

 A todas luces parece que efectivamente el trazado de la mina discurría calle abajo hasta el pilar y que esta parte era una acequia tapada. Los ladrillos podrían ser romanos por su aspecto pero habría que estudiarlos a fondo para confirmar este hecho. Ante esta posibilidad, es decir que la mina pudiera ser romana La Asociación nos indicó que no hay constancia arqueológica de un asentamiento romano, fechándose los orígenes del pueblo por escritos antiguos en el siglo XIII. No obstante algunos destacables historiadores como Pellicer o Collantes de Terán piensan que el Coronil pudo ser un importante asentamiento romano, incluso se le asocia algún topónimo relacionado con este asentamiento como Cala, Calla o Callet.
El día 25 de septiembre del presente año nos reunimos con un representante de Ágora y con el propietario de la nave pare realizar una primera exploración, como la escalera metálica esta en muy malas condiciones decidimos instalar una cuerda y usar técnica alpina. Lo primero que llama la atención al bajar por el pozo es que la boca original del mismo esta a más de un metro de profundidad respecto al suelo actual, siendo toda la parte superior de relleno de piedras irregulares acumuladas sin ningún tipo de argamasa. La mina esta formada en la base del pozo por un conducto excavado a pico en la roca de unos dos metros de altura por setenta centímetros de ancho, el nivel da agua llega a la cintura. Sobre la mina, como a unos dos metros hay un arco de ladrillo moderno realizado para el sustento de una bomba de elevación de agua. Las paredes del túnel están concrecionadas y a distancias regulares aparecen lucernarios (orificios para la colocación de lucernas de aceite) excavados en la roca. Primero exploramos el túnel aguas a bajo donde la galería toma un rumbo de 235º más o menos paralelo a la calle y tras recorrer unos quince metros llegamos a un pozo de unos siete metros con la boca completamente tapada. La galería esta claramente excavada a favor de un cauce natural de agua que sigue siendo visible en el corte de la roca, son espectaculares los estratos completamente planos del techo y las cúpulas de disolución naturales que se forman en los niveles freáticos.

 La galería nos parece de una gran belleza, más parece un conducto natural que una excavación humana. Tras este pozo el nivel de agua va subiendo y a otros quince metros más o menos llegamos a un nuevo pozo, también tapado y donde la altura se vuelve a reducir en unos dos metros, vamos calle abajo y esto es lógico. Desde aquí lo que sigue es una galería artificial compuesta en principio por piedras y argamasa aunque al fondo parecen verse ladrillos, sobre la entrada a la galería hay un muro de mampostería que parece de refuerzo. Sin duda en esta zona el terreno era arcilloso y blando y no hubo más remedio que hacer una galería artificial. Las dimensiones son mucho más reducidas que el conducto precedente, poco más de un metros de alto y el agua llega casi al techo, así que decidimos acabar aquí de momento la exploración y volver equipados con neoprenos. ¿Es posible que esta galería artificial haya sido construida desde arriba mediante una profunda zanja? , es algo que habrá que confirmar, por otro lado ¿es esta la misma galería que aparece en el pozo de registro calle abajo? bueno podría parecer que es así por lógica pero lo cierto es que la galería en la que estamos transporta un gran volumen de agua y por el conducto artificial de ese registro apenas circula un pequeño venero. Algo no cuadra.
Volviendo al pozo por el que accedimos tomamos la galería aguas arriba con un rumbo aproximado de 69º. La galería es similar aunque en este tramo no se aprecian los estratos planos y el techo es muy irregular formado por roca sedimentaria marina (calcarenita). A unos veinte metros llegamos a un pozo que debe estar situado en el nº 7 de la calle, es un pozo abierto y en este punto apreciamos un fuerte olor a gasoil y el fondo de la galería esta llena de sacos y basura que desprende metano que burbujea sobre la superficie del agua, entre el olor a gasoil y el de metano la cosa se pone fea. A pocos metros del pozo la galería se cierra en un recodo excavado sobre la roca y bajo el que nace un manantial que es el que alimenta la mina.

La mina es muy interesante porque tiene las características propias de las minas romanas que tenemos repartidas por toda Andalucía, los lucernarios, la forma de excavación, las reconstrucciones calcáreas propias de una cueva y generadas a lo largo de muchísimos años, todo induce a pensar en que estamos ante una obra de ingeniería hidráulica romana. Los romanos fueron grandes constructores de minas, tanto de mineral como de agua y en ambas usaban técnicas similares. En cuanto a la teoría de que la mina llegara al Parpagón pues a mi personalmente me parece poco probable ya que normalmente cuando se alcanaza el venero o surgencia la mina se acaba porque nace desde este punto. No obstante habría que investigar más pozos situados tanto en la calle Cuesta de la Mina como en la Calle del Bosque porque si nos basamos en el plano antiguo la mina era mucho más larga. ¿era una suposición del párroco o realmente llegaban los túneles hasta el Parpagón?.
Queda pendiente realizar un plano detallado de la mina, tanto de su trazado como de su morfología y quizás podamos sacar a la luz datos más concluyentes. Por supuesto queda también pendiente intentar realizar una datación aproximada. El estudio de los ladrillos puede ser concluyente. Los ladrillos romanos son muy característicos y se pueden distinguir de los utilizados en siglos posteriores. Existen otras técnicas de datación algo más sofisticadas y aplicables en este caso como es la datación de las formaciones calizas que podría proporcionar una cronología bastante precisa y que ya se han utilizado para datar otros túneles artificiales.
Finalmente y como conclusión creo que esta mina puede tener mucha más importancia de lo que aparentemente parece porque si podemos confirmar sin género de dudas que es romana, podría ser la prueba de que, como algunos historiadores piensan, El Coronil fue en sus orígenes un asentamiento romano. Pensemos que la construcción de una mina subterránea implica un gran esfuerzo tanto material como humano, sólo propio de un asentamiento humano de cierta importancia. Adjunto un viedo grabado durante la exploración.
Fuentes consultadas:
Acosta Muñoz, David. “Patrimonio urbano en pequeños municipios. El Coronil (Sevilla)”. Trabajo fin de máster MARPH. Universidad de Sevilla. 2013.
López, Tomás; Segura Graíño, Cristina. “Diccionario geográfico de Andalucía. Sevilla”. Ed. Don Quijote. 1989

Kanats y minas de agua

Es probable que fuera Asia donde se desarrollara el arte de construir pozos y galerías de captación de aguas subterráneas. Las poblaciones humanas que habitaban  estas desérticas regiones basaban su economía casi exclusivamente en la agricultura y las necesidades de agua eran vitales. La ausencia de agua superficial  empujó a estas civilizaciones a buscar el agua donde era más abundante, en el subsuelo.
Parece que fueron los Persas una de las primeras civilizaciones dedicadas a construir obras subterráneas de captación de aguas  y un  buen ejemplo de ello son los túneles de  Yfrikilya, en Irán, cuya antigüedad puede superar los 3.000 años. Estos largos túneles, que podían llegar a los veinte kilómetros y que captaban el agua de los conos aluviales  de las rocas calcáreas y la transportaban hasta núcleos urbanos  son conocidos como Kanats o viajes de agua. La construcción y el uso de  kanats se generalizaron con el tiempo a regiones próximas como Afganistán o Egipto. En estas regiones los kanats siguen en uso en la actualidad, siendo utilizados para labores agrícolas y abastecimiento humano.

Las primitivas técnicas de construcción de estos kanats son sólo en parte conocidas. Es seguro que primero se buscaba el agua mediante un pozo vertical y una vez localizada se excavaba un túnel hacia la zona a irrigar. El lecho de la galería era dotado de una mínima pendiente que facilitara la circulación del agua y en intervalos que oscilan entre los cinco y veinte metros se excavaban pozos verticales, para facilitar la extracción de materiales y la ventilación.

Estos sistemas fueron adoptados en siglos posteriores por la floreciente cultura islámica asentada en el mismo marco geográfico y  que los amplía y  mantiene durante los siglos posteriores. Se ha constatado la existencia de Kanats en zonas de América latina como México, Perú o  Chile y también en Europa. En España tenemos  algunos ejemplos de kanats construidos probablemente  durante el reinado de la  dinastía islámica de los  Omeya como puede ser el caso de la conducción subterránea encontrada casualmente en Fuentelapeña (Zamora).   http://www.fuentelap.com/historia/qanat/qanat.htm
Esto demuestra que la construcción de túneles subterráneos para captar agua fue una técnica muy utilizada y desarrollada en la antigüedad y no sólo por parte de la cultura islámica, también la desarrollaron los romanos que la utilizaron en muchas zonas de la Península Ibérica. Hay muy pocos estudios sobre minas de agua en nuestro país pero tenemos algunos ejemplos muy destacables aquí en Andalucía como la “Mina de Alcalá de Guadaira”,  http://www.traianvs.net/pdfs/2010_08_geos.pdf que se desarrolla en gran parte bajo el casco Urbano u otras menos conocidas y cercanas como la de Alcaudete. Las minas de Alcalá de Guadaira y Alcaudete  son de unas dimensiones sorprendentes ya  que en ambos casos superan ampliamente los cuatro  kilómetros de desarrollo pero también existe un interesante conjunto de minas más pequeñas  distribuidas a lo largo de la Colina de los Alcores, que se extiende desde Alcalá hasta Carmona. También encontramos  minas  de agua en  diferentes pueblos de Andalucía como El Coronil, Osuna, Aguilar de la Frontera (Córdoba), Ronda (Málaga) etc. Y por supuesto también podemos encontrar estas estructuras subterráneas en diferentes puntos de toda nuestra  Península.
La estructura de las minas de agua o kanats es  similar en todas las culturas antiguas, encontrado sólo pequeñas variaciones condicionadas por la funcionalidad de la mina o el terreno donde se construían. Son frecuentes las obras internas de refuerzo mediante bóvedas, bien de ladrillo o de piedras cuando la mala consistencia del terreno así lo requería. Las estructuras internas realizadas con ladrillos son una importante referencia para ayudar a la datación de la mina, pero también tenemos otros  aspectos más difíciles de valorar pero también útiles como las técnicas constructivas la  morfología de las galerías, las huellas de las herramientas o los indicios de los  sistemas de iluminación utilizados.

Pienso  que de  entre todas las grandes obras de ingeniería que realizaron nuestros antepasados las minas de agua son sin duda  las más desconocidas y probablemente sea por la naturaleza subterránea de las mismas. Esto es precisamente la motivación principal que ma ha animado a escribir este blog.
Fuentes consultadas:
“La civilización clásica del Islam” Dominique Sourdel, Janine Sourdel, Dolores Sánchez Aleu.  Editorial Juventud S.A. 1981.
El acueducto a Sevilla desde Alcalá de Guadaíra” Asociación “Sociedad Espeleológica GEOS”.  AQVAE    http://www.traianvs.net/pdfs/2010_08_geos.pdf
blog “biombo histórico”. El Islán la civilización del agua”

Presentación del blog

La exploración subterránea es una actividad apasionante, tanto en su faceta aérea como la de cuevas sumergidas o Espeleobuceo. Desde que me inicié en esta actividad hace más de treinta años no ha dejado de aportarme satisfacciones, también algún que otro mal rato o situación comprometida ya que es una actividad donde el riesgo siempre esta presente. En este mundo quedan pocas zonas por explorar y el mundo subterráneo es una de ellas.

Desde nuestra Asociación www.aaes.es no hemos dejado de divulgar y dar a conocer desde hace ya algunos años  este increíble patrimonio subterráneo que tenemos en nuestra tierra y del que tan poco se sabe a veces. Desde nuestra Asociación  hemos también dedicado parte de nuestro tiempo al estudio de las minas de agua. Las minas de agua que ocupan por entero  este blog  no son cuevas naturales, sólo comparten con las cuevas el ámbito subterráneo pero tienen en su favor  el  enorme interés arqueológico que de su estudio deriva y que por desgracia suele ser  tan poco reconocido y valorado.

En las minas de agua  me inicié en la espeleología  hace mucho, mucho tiempo cuando exploraba los Alcores Sevillanos, una zona  donde abundan las mina y se superponen   importantes yacimientos arqueológicos y  es que una cosa en este caso implica a la otra. Durante muchos años dejé de lado las minas para dedicarme de lleno a las cuevas naturales, ahora he decidido retomar lo que empecé y recomenzar  con la exploración de estas increíbles obras de ingeniería de nuestros antepasados. Las motivaciones ya no son la exploración simplemente es el deseo de conocer e investigar lo que antiguas civilizaciones realizaron con sobrehumano esfuerzo hace cientos o miles de años. Las minas de agua son un patrimonio no sólo prácticamente desconocido sino que en muchos casos se encuentra en un lamentable estado de abandono y destrucción. Desde que empecé a estudiar y explorar las minas hasta hoy, muchas ya  han sido destruidas o  contaminadas sin que nada ni nadie haya hecho lo más mínimo por impedirlo. Un patrimonio que, como tantos otros, acaba perdiéndose para siempre y es muy lamentable porque las minas guardan  en su interior innumerables datos sobre los hombres que las construyeron. Son un lugar que por su naturaleza  subterránea  ha permanecido casi inalterado durante siglos y siglos. Como pensamos algunos, conocer y estudiar lo que nuestros antepasados  construyeron bajo tierra nos ayuda a conocer la historia de nuestra civilización y de esto trata este blog, de intentar aportar algo más de información  que ayude a comprender y poner en valor este formidable patrimonio subterráneo.