La mina de agua del Puerto de Bencarrón.






Los Cerros del Toruño o mesa de Gandúl vistos desde el Puerto de Bencarrón.
Foto: José Millán.

 Situación y contexto arqueológico:




La antigua hacienda, ya desaparecida  y el Puerto al que da nombre “Bencarrón”, están situados a unos dos kilómetros al suroeste  del casco urbano de  Mairena del Alcor y a ambos márgenes de la llamada Vía verde de los Alcores, una  pista forestal que antaño fuera vía de ferrocarril  y que discurre paralela a la colina  en dirección al despoblado de  Gandul, a apenas un kilómetro de un característico paraje conocido como Los Cerros del Toruño o Mesa de Gandul. En la parte alta de este cerro y entre olivares se localizan  los restos de un importante asentamiento de orígenes inciertos pero que como mínimo se remontan a la etapa conocida como Bronce Final, hace más de 4.000 años, período del que aún prevalecen algunos restos como  murallas defensivas y una importante y conocida necrópolis dolménica. Este asentamiento, como otros de la zona, alcanzó su máximo desarrollo  entre  los siglos I y III de nuestra era, coincidiendo con la ocupación romana de los Alcores, momento en que según  las teorías más aceptadas hubo de llamarse Irippo y contar con una numerosa población y estratégica importancia en la floreciente  Bética romana.



Fachada de la antigua hacienda de Bencarrón, junto a la Vía Verde.
Foto: José Millám.
A pesar de que  el yacimiento principal permanece ha día de hoy sin excavar, sí se han localizado y  en algún caso excavado enclaves relacionados y cercanos  a la ciudad  como   una gran necrópolis, un posible anfiteatro y una serie de grandes Villaes o núcleos de población asociados a Irippo. Uno de esos núcleos poblacionales estaba  situado  en el Puerto de Bencarrón, formando probablemente una comunidad Rural. La ciudad de Irippo  acabó sufriendo un intenso despoblamiento a favor de otros asentamientos cercanos como el poblado de Gandul o la ciudad de  Hienipa (Alcalá de Guadaira) y  que la llevó a desaparecer por completo ya entrado el siglo V.

La Vía verde de los Alcores, a su paso por el Puerto de Bencarrón.
Foto: José Millán.
El nombre original de  Calat  Bencarrón que prevalece desde la Edad Média  puede  tener su origen en el largo  período de ocupación islámica de la zona  y  en alusión directa  al nombre del que fue señor de estas tierras Ben Haldún y  que pudo derivar con el tiempo al vocablo actual. De hecho toda la zona, desde este Puerto hasta el antiguo asentamiento romano y medieval  que conocemos como Despoblado de Gandul debió llamarse Bencarrón, siendo la denominación de Gandul y por la que ha día de hoy es conocida   más reciente, probabblemente en el siglo XIX.
En el  Puerto de Bencarrón la Colina Alcoreña esta modelada y condicionada  por uno de esos los fenómenos naturales tan própios de los Alcores y   que se han venido llamando  pasos o puertos, testigos naturales  de la erosión  de primitivos cursos de agua  y que como en muchas otras zonas constituyen enclaves estratégicos de poblamiento  y vías de comunicación entre el Escarpe y la Vega. Sobre el puerto se sucedieron muchas etapas de poblamiento desde el neólitico a la Edad Média , siendo esta zona conocida en algunas publicaciones  como «despoblado de Bencarrón» en alusión a este conjunto de grandes asentamientos de localización imprecisa.

Los  yacimientos arqueológicos que existen en la zona son  muy extensos complejos y conocidos y como ha sido habitual en los Alcores, las necrópolis los mas intensamente excavados durante el pasado siglo por arqueólogos como Jorge  Bonsor, que tras muchas campañas de excavaciones consigue recopilar, además de interesantes datos sobre los sistemas de enterramiento de estas colonias  una importantísima colección de elementos líticos y cerámicos relacionadas con el mundo tartésico, así como  infinidad de útiles neolíticos. Algunos de estos «tesoros» se conservan en las colecciones guardadas por Bonsor en la que fuera su residencia hasta su muerte , el Castillo de Luna en  Mairena del Alcor. Otros muchos objetos fueron no obstante vendidos  a la Hispanic Society of América, donde están expuestos a día de hoy.

Placa de Marfíl hayada por Gorge Bonsor en una de las  la necrópolis de Bencarrón.

La mina de agua que nos ocupa  habremos de relacionarla con el intenso período de ocupación romana de la zona, que se produjo  a partir del siglo I  de nuestra era y del que perduran innumerables evidencias como restos cerámicos ,grandes sillares de piedra, ladrillos, tégulas y restos de pavimentos de opus signinum. El yacimiento romano  del Puerto de Bencarrón esta considerado como una gran villae,  que por su situación sería la receptora de las aguas de esta mina y probablemente  la responsable de la construcción de la misma. Actualmente,  en la zona baja del puerto, perdurán  aún los restos de una especie de alberca o depósito abierto cuyas cimentaciones son claramente   romanas y que fue seguramente  restaurado y reutilizado  en época medieval. Las conducciones a cielo abierto  que trasportaban el agua desde la mina hasta esta estructura y que aún existían en  el año 1986  han sido destruidas , habiéndose encauzado el agua de la mina  por una tubería de polietileno que ha día de hoy sirve para el regadío de una de las fincas situadas en la zona. Las aguas que brotaban de la mina y que alimentaban esta estructura, han acabado generado  un característico arrollo que cruza la Vía Verde hacia la Vega.

Plano de Gandúl , donde se sitúan los yacimientos, arriba a la derecha y dentro del circulo rojo esta sitaudo el Puerto de Bencarrón. El dibujo a sido realizado por el profesor D.José Manuel Navarro Domínguez y ha sido extraído de su blog: Dolmenes y Menhires.

Historia de las exploraciones:

      Localicé esta mina en el mes de Julio del año 1986, durante una de mis prospecciones de las colinas Alcoreñas. Sus lumbreras  eran visibles gracias a unos pequeños brocales hechos de ladrillo y mortero de cal, espaciados a distancias de unos veinte metros y situados en la parte alta de la colina. Ha día de hoy los brocales han desaparecido estando los pozos tapados con losas y cubiertos con tierra, lo que hace imposible su localización.
En aquellos  tiempos esta mina era  la principal fuente de abastecimiento de agua de la hacienda agrícola  conocida como Bencarrón y que ha día de hoy son sólo unas ruinas. El agua llegaba a la finca por unos canales de factura moderna  que también  han sido destruidos. Localizada la mina pudimos realizar un par de exploraciones introduciéndonos por uno de los pozos más cercanos a la Vega  y de menor profundidad y  desde el que pudimos explorar la galería en sus dos direcciones, a favor y en contra de la corriente de agua. En aquellos tiempos la altura de agua era de un metro aproximadamente, siendo  la altura total de la galería de más de  dos metros. No llegamos a realizar ninguna fotografía pero conservo un escueto croquis y una descripción en la que se refiere que la zona final  de la mina  estaba realizada con muros de mampostería rematados con grandes losas labradas y dispuestas a dos aguas. También se recogen otros datos como  que el remate superior de los pozos estaba  realizado con piedra labrada y que sus profundidades van de algo más de diez metros en la zona alta de la colina y apenas cinco en la ladera inferior y finalmente que la distancia entre pozos era  de unos veinte metros. Actualmente la zona final de la mina que es la que estaba revestida  ha sido destruida por remodelaciones de terreno.

Estructura con cimentaciones romanas que recibía y almacenaba  las aguas de la mina en la parte baja del Puerto de Bencarrón.
Foto: José Millán.

      Durante el año 2015 y como actividad encuadrada en nuestro proyecto de exploración catalogación y estudio de las minas de agua en los Alcores dirijo una serie de salidas a la zona con objeto de intentar localizar esta mina. Cerca del cortijo de Bencarrón y hacia el puerto localizamos una tubería de polietileno parcialmente enterrada de la que mana un modesto pero constante  chorro de agua y que debe ser el rebosadero de la mina, pero no encontramos  ni una sola evidencia de los pozos. Una nueva prospección en la zona alta del puerto nos permite localizar un  pozo situado dentro de una finca de olivos que cuenta  con unas características y situación  esperanzadoras. El pozo estaba cubierto con un brocal moderno y cerrado con una plancha de acero y un candado, a partir de este descubrimiento inicio una serie de indagaciones para localizar y conocer al propietario de los terrenos y por tanto  del pozo.

Tubería de polietileno por la que  actualmente están encauzadas las aguas de la mina hacia el arroyo  en el Puerto de Bencarrón.
Foto: José Millán. 

               El propietario de los terrenos  es D. Diego Madroñal, vecino de Mairena y  con el que concerté una cita en la propia finca. Diego ya conocía  la mina de agua  que discurre bajo su finca y me comenta que hace algunos años, creo que con buen criterio, decidió  cerrar todos los pozos  con losas que luego cubrió de  tierra  con objeto de proteger la galería  inferior, dejando el pozo que nos ocupa equipado con un brocal, un cierre y una bomba para extraer agua con la que regar su olivar. Parece que afortunadamente la mina no se había  perdido así que le pido permiso para su exploración a lo que accede sin poner ningún problema, de hecho se ha mostrado muy interesado con nuestros trabajos de investigación y a colaborado en todo lo que ha podido.



Restos  de una gran villae,situada en la zona baja del Puerto y que sería la receptora de las aguas de la mina.
Foto: José Millán.

La primera exploración la realizamos en el mes de  Abril de 2015 descendemos el pozo ayudados por una escalera de hierro destinada al mantenimiento de una  bomba sumergible instalada en la base del mismo. Las coordenadas de esta lumbrera son: 254789,02. m. E. 4136972,81. m.N. 112 m.s.n.m. Lo primero que nos sorprende es el magnífico revestimiento de piedra de la  zona superior del pozo  que, como en otras minas, salva el estrato de material arcilloso que existe sobre la roca. Esta constituido  por grandes piedras  que han sido talladas y encajadas hábilmente, sin apreciarse ningún tipo de argamasa que las una, contrasta con otros rellenos observados en otras lumbreras de otras minas que por lo general están  realizados  con piedras irregulares y sin labrar. Una vez superada la zona revestida entramos en un pozo típico de mina, excavado a pico y  forma rectangular de aproximadamente 1,30 X0,90 m. la profundidad del pozo es de 11,6 metros hasta el lecho de la galería que esta casi completamente inundada, el pozo  cuenta con los característicos mechinales laterales para el apoyo de los pies.



Descendiendo por el único pozo abierto de la mina. Se puede apreciar el magnifico revestimiento de piedra labrada de la zona  superior que es similar al de resto de pozos estudiados.
Foto: José Millán.

De la base del pozo parten dos galerías con direcciones opuestas y decidimos explorar la que lleva dirección suroeste (hacia la Vega). La altura de la galería es de unos 2,5 metros pero esta inundada hasta casi el techo, quedando apenas unos veinte centímetros en algunas zonas. Podemos recorrer unos cuarenta metros nadando y realizando algunas fotos,  hasta un punto donde la galería se sifona porque el techo desciende , observamos los  característicos  lucernarios excavados a distancias regulares de entre 60 cm. y 1 metro. La morfología del techo sugiere que la galería esta excavada en gran parte  siguiendo un venero natural. Tras esta primera exploración decidimos esperar a finales de verano para volver, presumiendo con ello que los niveles de agua deberían estar más bajos, como parecían indicar las marcas existentes por debajo del nivel actual. Realizamos una nueva exploración a finales del  mes de septiembre y efectivamente encontramos el nivel de agua a casi un metro por debajo del que conocíamos por lo que pudimos completar la exploración y la topografía completa de la mina.

Detalle de la galería de 2,5 metros de altura y casi inundada.
Foto: José Millán.

Descripción de la mina:

 La mina esta formada por una galería de unos 260 metros de longitud, equipada con 10 pozos o lumbreras, las distancias entre lumbreras son muy similares. Nosotros hemos registrado las de la zona de la galería accesible a día de hoy, ya que existe un tramo final que esta taponado y del que sólo tenemos un croquis realizado en el año 1986 y  donde estas distancias no están medidas con precisión aunque sabemos que también rondaban los 20 metros. Las distancias correlativas desde la lumbrera más alejada a la salida en metros son: 18,54. 19,9. 19,74. 19,9. 20,5. 19,44. 19,8. Esto en cuanto a longitud exterior se refiere, las longitudes internas son similares salvo en tres casos en los que se producen quiebros de la galería. Las lumbreras son todas iguales, de sección rectangular y unas dimensiones aproximadas  de 1,30 m x0.90 metros, estando alineado el lado largo con la galería.
Imagen aérea del Puerto de Bencarrón donde se indica el trazado de la mina y la localización de las lumbreras.

Las profundidades de las lumbreras  están condicionadas a la pendiente del terreno ya que la galería de la mina, como suele ser habitual en los Alcores, mantiene un nivel prácticamente constante y va de  los 11,6 en las lumbreras superiores hasta apenas 5 metros en las inferiores, lo que corresponde exactamente a la pendiente del terreno que en la cumbre del puerto esta a 112 m.s.n.m. y en la parte baja a 106 m.s.n.m. La salida de las aguas se produce en la zona donde el nivel de la galería se iguala al terreno, es decir a unos 101 m.s.n.m. y es donde encontramos los restos de construcciones romanas referidos anteriormente, no obstante hay que señalar que en todo el puerto, incluida la zona más alta, están presentes innumerables vestigios, tanto de cerámicas como de restos constructivos: tegulas, ladrillo, etc.

Arriba aspecto general de la galería, donde se aprecia un pequeño quiebro que debe ser una corrección del rumbo de excavación. Justo al comienzo del mismo observamos en el detalle de la foto inferior un hueco u hornacina para la colocación de la vasija de aceite con la que recargar las lucernas y que era habitual al comienzo de una jornada de excavación. También observamos las marcas de los  susesivos niveles de agua de la mina.
Foto: Manuel Bernal.

La mina esta compuesta por una galería sin ramificaciones que recoge el agua de un solo manantial, que brota de la base de una lumbrera, las paredes presentan una fuerte erosión  que ha borrado en gran medida las huellas de herramientas si bien son parcialmente visibles en algunas zonas donde se aprecia el característico pico de hierro curvo y un sentido de excavación hacia el manantial. En muchos puntos es claramente visible un conducto natural preexistente, sobre todo en los techos, donde apreciamos algunas formaciones calcáreas de pequeña entidad. La galería ha sido equipada con lucernarios de un tamaño normal de entre 11 y 15 cm. de profundidad y que en algunos casos se encuentran a ambos lados de la galería y a distancias que varían desde los 60 cm. al metro. También hemos encontrado huecos u hornacinas más grandes destinados a la colocación de vasijas de aceite y a distancias regulares.

En las fotos se aprecia un sector de la galería muy erosionado por el agua pero con incipientes formaciones cálcareas. Todo el recorrido de la galería esta equipado con lucernarios a distancias de entre 60 cm. y 1 metro.
Fotos: Manuel Bernal.

En cuanto al trazado de la galería apreciamos como se han realizado pequeños quiebros entre lumbreras que parecen errores o modificaciones de rumbo para la conexión entre los pozos, siendo el más destacable un quiebro de galería entre  la 1º y 2º lumbrera en la zona inicial de la mina que puede ser, como en otros casos, para frenar la corriente de agua de la surgencia. La galería mantiene una altura considerable de unos 2,5 metros si bien esta va disminuyendo hacia la salida, siendo poco antes de la última lumbrera explorada de 1,80 metros y sabiendo por el croquis realizado en el año 1986 que en los últimos veinte metros de galería mantiene una altura de apenas 80 cm., estando este tramo completamente revestido por muros de mampostería y cubierta de piedras planas dispuestas a dos aguas.

Sector de la galería donde se aprecia el conducto natural preexistente y a favor del que se ha excavado la mina.
Foto: Manuel Bernal.

 Conclusiones:

 Estamos ante una mina algo atípica ya que recoge las aguas de un solo manantial, en contra de la mayoría de las exploradas hasta ahora que recogen las aguas de varios veneros  y por tanto cuentan con ramificaciones. Las técnicas constructivas concuerdan con las de otras minas romanas observando distancias similares entre lumbreras  y técnicas de iluminación similares consistentes en  la excavación de lucernarios y hornacinas para depositar tanto las pequeñas lucernas para iluminar el frente de excavación  como las vasijas de aceite con las que recargarlas.


Detalle de la galería donde se aprecia un trazado algo sinuoso que parece propio de una galería natural previa a la mina.
Foto: Manuel Bernal. 

Destaca la esmerada forma en que se han revestido las  zonas  superiores  de los pozos que no obstante son similares a las encontradas en otra mina situada en Carmona, concretamente  la de la finca de Trigueros y que tiene ciertas similitudes como un desarrollo total  de unos doscientos metros  y  que  se haya integramente  construida bajo un terreno en pendiente hacia la Vega. Por contra en esta mina sí existen varias ramificaciones que conectan pequeños veneros con la galería principal. En relación al cuidado revestimiento de los pozos cabe destacar la existencia  de un gran curso  de agua de carácter  estacional y que sigue de una manera precisa el trazado de la mina y que sugiere que la mina haya podido ser en algún momento también un recolector de aguas pluviales a trabes de sus lumbreras. Lo que podría justificar la esmerada labor de revestimiento de la zona superior de los pozos.

Detalle de una lumbrera, todas tienen sección rectangular de aproximadamente 1,30×0,90 metros y están equipadas con mechinales para el apoyo de los pies.
Foto: Manuel Bernal.

Una longitud cercana a los veinte metros entre puteis es un parámetro muy recurrente en la gran mayoría de minas romanas estudiadas en los Alcores y ya hemos realizado alguna interpretación de esta magnitud relacionándola con el passus romano que equivale a cinco pies y tiene un valor aproximado de 1,48 metros, en este caso las distancias podrían corresponder aproximadamente a unos 13 passus, unos 19,5 metros. 

Otro hallazgo curioso ha sido el de un pequeño símbolo grabado en la roca, al lado de un lucernario  y que  identificamos como una especie de  “X” modificada y  que podría representar el número 100 o quizás una “marca característica” de algún trabajador de la mina.
Detalle de un curioso grabado en la roca, situado junto a un lucernarío.
Foto: Manuel Bernal.
 Otro hecho interesante, constatado en esta mina y en otras estudiadas  es la utilización de “quiebros” intencionados en el trazado de la galería, En el caso concreto de la mina que nos ocupa y en el tramo  de galería que llega al manantial resulta que este no se ha excavado en línea recta entre las dos lumbreras, variando significativamente los rumbos y  provocando un quiebro de casi  90º en la zona intermedia y  cuya finalidad no parece otra que la de frenar la corriente de agua que brota del manantial. Ya hemos apreciado estas técnicas en minas como la de Alcaudete , en Carmona.
Otro hecho recurrente en muchas de las minas estudiadas es la excavación a favor de una galería natural preexistente lo que induce a pensar que la finalidad de estas minas era básicamente el acondicionamiento o modificación mediante galerías excavadas de manantiales naturales con objeto de darles  mayor capacidad de almacenamiento y volumen de agua al poner varios manantiales  en contacto  mediante galerías.

Zona final de la mina , justo antes del taponamiento y en la base de una lumbrera y donde la altura se reduce a apenas 1 metro.
Foto; Manuel Bernal.

 La mayor parte del trazado de la mina cuenta con una altura de unos  2,5 metros y esto  sugiere que se buscaba conseguir una importante altura de agua y por lo tanto capacidad de almacenamiento, si bien también puede deberse, sin excluir lo primero,  a la necesidad de ir  reexcavando  el lecho de la galería para igualar niveles con el venero de agua, ya que la excavación se realiza, según las marcas de picos,  hacia el manantial y no ha de ser casualidad que la altura aumente a medida que nos aproximamos al dicho manantial. Este hecho ocurre frecuentemente en muchas minas en los Alcores.  El tramo de galería final y emisivo de la mina (unos 40 metros) tiene una altura reducida y esta  revestido. El revestimiento debe haberse realizado  por la presencia de materiales blandos y arcillosos y , como en otros casos, esta ejecutado  con muro de mampostería elaborado con material de excavación  para las paredes y grandes  losas de piedra talladas en el techo. Cabe en este caso resaltar la disposición de las losas de cubierta a dos aguas que nos es habitual, de hecho es el único caso que hemos encontrado hasta ahora aquí en los Alcores. Por desgracia actualmente no podemos acceder a este sector de la mina para realizar un estudio más detallado.
 No hemos visto evidencias, como en otras minas ,de una excavación inversa (de abajo arriba) de las lumbreras, mas bien parece que han sido excavadas primero y conectadas después  por la presencia de los pequeños quiebros o errores en la excavación entre ellas.

Zona de la mina y donde se ha producido un taponamiento que impide explorarla en su totalidad, afortunadamente contamos con un croquis realizado en el año 1986 que refleja el sector taponado.
Foto. Manuel Bernal.

Finalmente consideramos que, como en otros casos, esta mina habría de ser protegida y puesta en valor como parte importante del gran patrimonio arqueológico que existe en los Alcores. Hay que destacar que las labores de cerrado de lumbreras realizadas por el dueño de los terrenos D. Diego Madroñal  ha permitido la conservación de la mayor parte de la galería que en otro caso podría haber sido destruida por taponamiento como así ha sucedido en la zona final.

Queremos agradecer muy especialmente la colaboración del propietario de los terrenos D. Diego Madroñal que como ya hemos referido ha colaborado de una manera activa para la realización de este trabajo. 

Fuentes consultadas:
«Bases del patrimonio inmueble de Andalucía». Instituto Andaluz del patrimonio histórico. Consejería de cultura. Junta de Andalucía.
AMORES CARREDANO, Fernando. Carta arqueológica de Los Alcores: Sevilla. Diputación Provincial, 1982. 84-500-8180-7.                                                                                              
PONSICH, Michel. Implantation rurale antique sur le Bas-Guadalquivir. V. I. 1974, 256.






 

Exploración y topografía de la zona final de la galería del Manantial en la Mina de agua de Alcaudete:

En fechas recientes hemos podido concluir toda la exploración y topografía de esta interesante zona de la mina. Inicialmente realizábamos el acceso por un pozo de 25 metros situado en el margen de la carretera y cuya cabecera, realizada con grandes piedras encajadas no ofrecía demasiada seguridad. Casualmente pudimos conocer y presentarnos  al dueño de la finca por la que  discurre la mina desde este punto, D. José Romero que se interesó por nuestros trabajos y nos permitió el acceso por los pozos que están en el interior de la finca que si bien tienen una factura similar presentan un estado más estable y seguro que el pozo de la carretera. Estas  exploraciones han permitido topografiar completamente el sector de la mina que discurre desde el pozo nº 67, taponado por escombros hasta el manantial, sumando un total de 210 metros de galería. Igualmente han permitido explorar y topografiar por completo la que hemos llamado Cueva del Manantial , una gran cavidad natural a la que se accede por una pequeña gatera situada en el techo de la galería y que ha resultado tener un desarrollo total de 153 metros.
Conversando con el dueño de la finca D.José Romero en los momentos previos a la exploración.
Foto: Manuel Bernal.
El sector de galería topografiado tiene una altura reducida que en principio es de entre 1.30 a 1.20 metros, siendo el ancho estandar de unos 65 cm. Creemos que esta altura puede ser debida a la acumulación de sedimentos debida al taponamiento del pozo, encontramos los lucernarios típicos espaciados a distancias de unos 60 cm. y las marcas de los picos indican una excavación hacia el manantial. Destacable en este sector  es el hallazgo de una cruz tallada de la que ya  dimos cuenta en un anterior artículo y de un pequeño fragmento de mineral de hierro que identificamos como pirita y  que ha sido analizado para intentar concretar su uso y origen. El mineral tiene un alto porcentaje de hierro, más de un ochenta por ciento, y apenas cobre que sólo esta en trazas por lo que no se trata de una calcopirita. El desgaste que presenta por uno de sus bordes induce a pensar que pudo ser usado como mechero, ya que al golpear este mineral  de hierro con un pedernal se producen chispas que pueden encender una yesca o mecha , al  encontrase en la base de un pozo sería parte del sistema de encendido de las lucernas de aceite.
Fragmento de mineral de hierro hayado en la base de uno de los pozos y que pudo haber sido usado como encendedor.
Desde el pozo 67 al final de la mina encontramos cuatro nuevos pozos que están distribuidos a distancias de 47,3. 36,95. 44,8. y 54,37, distancias que parecen algo arbitrarias si bien están próximas a las encontradas en otros sectores anteriores. Todos los pozos son rectangulares y estan alineados con la galería  tienen unas dimensiones similares de 1.30X0.90 netros y cuentan con mechinales para el apoyo de los pies.
Descendiendo un pozo o putei. En la zona final de la mina la profundidad de estos pozos alcanza los 25 metros
Foto :Manuel Bernal.
En cuanto al trazado la galería mantiene en principio un rumbo más o menos constante de unos 45º, con ligeros quiebros que parecen producto de pequeños errores en el rumbo de excavación, tras 84 metros de desarrollo y llegados al pozo 69  la galería gira hacia los 17 grados y así se recorren 42 metros más, distancia a la que  por correlación con el resto debería estar un pozo, pero en vez de un pozo encontramos un giro de 90º y una galería de escaso desarrollo que sale hacia la izquierda, me pregunto si en este punto estaban buscando conectar con un pozo al que finalmente no localizaron, de hecho tras un sinuoso recorrido de unos treinta metros enlaza la galería con el pozo nº 70. que esta muy desplazado de este punto ¿Estamos ante un gran error en el rumbo de excavación que hubo de ser corregido con treinta metros de galería auxiliar o se trata de un sistema para frenar la corriente de agua?, me cuesta trabajo creer que pudieran equivocarse de tal manera, máxime cuando vemos que otros  tramos de galería están  excavados con rumbos muy precisos. Sabemos que a veces se utilizaban estos quiebros de 90ª y galerías trazadas con formas sinuosas para frenar la fuerte corriente de agua. Además tenemos la misteriosa galería ciega, tiene apenas unos metros y no parece conectar con ningún manantial, no es una “equivocación” como las que existen  en otros sectores de la mina porque no fue cegada con piedras de la excavación, quisieron dejarla abierta y se me ocurre que podría servir como galería decantadora de limos, de hecho el suelo de la misma esta completamente cubierto de arcillas.
Desde el pozo nº70 la galería discurre en un rumbo uniforme de 20º hasta que recorridos 54 metros llegamos al  pozo nº 71. En este pozo se produce un hecho peculiar y es la elevación de la galería desde el metro escaso a los cinco metros y, como en sectores anteriores, apreciamos un conducto natural preexistente en el techo. Es en este punto donde nace el manantial de varios boquetes situados en la pared y aquí culmina la galería y empieza la que hemos llamado Cueva del manantial. Desde el pozo 71 al final de la mina hay unos 67 metros de galería. Este tramo habría de servir de colector de las aguas del manantial y es por eso que se excavó a gran altura.
Zona final de la galería del manantial entre los pozos 69-70 y donde la altura apenas supera el metro.
Foto: José Millán.
La Cueva del Manantial:
El acceso a la cueva se realiza desde el mismo lecho de la mina y a unos seis metros ante de terminar, donde habremos de trepar un par de metros  por un caos de bloques y pasar una pequeña gatera que nos deja en las primeras salas de la cavidad. Realmente la mina  ha cortado la galería estando esta divida en dos. La parte de más desarrollo y volumen discurre en dirección Este, se trata de una galería claramente freática de unas dimensiones considerables, 6 metros de ancho por tres de alto en su eje medio, el suelo esta ocupado por bloques de piedra de diferentes tamaños y gran cantidad de guano de murciélago.

Base del pozo nº 71, que da acceso a la zona final de la mina y a la cueva del manantial, arriba puede verse el tramo de galería final que alcanza una altura de 5 metros.
Foto: Manuel Bernal.

acceso desde la mina a la Cueva del manantial.
Foto: Manuel Bernal.

La galería discurre con sucesivas elevaciones y depresiones, típicas de los niveles freáticos formando varias salas que a los 70 metros de desarrollo aproximado queda  cerrada por un derrumbe, entre los bloques y superando unas gateras podemos acceder a un nuevo sector de la galería que culmina tras unos veinte metros en una galería taponada por sedimentos por la que se escapa cierta corriente de aire y un sonido que parece agua circulando. De hecho el agua que llega al manantial de la mina circula bajo esta galería por conductos que son impenetrables. Aproximadamente a mitad de su desarrollo la galería ha sido cortada por un pozo de captación moderno que ahonda unos seis metros por debajo del lecho de la misma, hasta el nivel por el que circulan las aguas. No hemos llegado a bajar a la base de este pozo, que es redondo y tiene unos dos metros de diámetro pero hemos podido comprobar que mantiene un nivel de agua de al menos 1 metro.



Imágenes de la galería principal de la Cueva del Manantial.
Foto: Manuel bernal.
 Volviendo hacia  la mina encontramos un paso elevado que conecta con el otro sector de la cueva, a este sector que discurre en dirección opuesta, es decir,  Oeste, se accede por este paso o desde el mismo lecho de la mina trepando por una gatera, tiene un escaso desarrollo, a penas unos 13 metros y una dimensiones reducidas de 1,5 metros de altura por dos en la zona más ancha. Al final hay dos posibles continuidades pero impenetrables. En esta zona de la galería encontramos un afloramiento de calcita (caliza cristalizada) de una espectacular belleza.
Afloramiento de calcita en el sector Oeste de la cavidad.
Foto: Manuel Bernal
 La corriente de agua en la cavidad circula de Este a Oeste y como hemos comentado en la actualidad se limita a un pequeño caudal que, como hemos comprobado, se ve afectado por las captaciones  de las fincas cercanas, existentes en las proximidades  de la mina, llegando en épocas de máxima utilización de agua a casi secarse.

Las dos zonas finales de la cavidad en los sectores Este y Oeste, ambas con posibilidades de continuidad.
Foto: Manuel Bernal.
Con estos trabajos damos por concluidas las exploraciones en este sector, si bien sería posible intentar desobstruir los pasos finales de la cavidad en sus dos sentidos, proyecto que quizás abordemos en un futuro.
Queremos dar las gracias a D. José Romero, que nos ha facilitado el acceso al interior de la finca y  los pozos y también al arqueólogo D. Mark Hunt, que ha colaborado  analizando muestras recogidas en la mina y finalmente publicamos la topografía completa de la Cueva del manantial.

El acueducto subterráneo de la Cartuja de Jerez.

Galería del acueducto de la Cartuja de Jerez, realizada con ladrillo tocho rematado con bóveda de cañón.
Foto: José Millán.
Bajo la barriada Jerezana de Los Albarizones discurre una red de túneles que captan y conducen el agua de manantiales subterráneos  y  que viene a ser conocida como «El acueducto de la Cartuja de Jerez»,  del que ya hemos hablado en un artículo anterior y donde hacemos referencia a los trabajos realizados por el investigador Eugenio Belgrano. A diferencia de otras obras similares sus orígenes han quedado registrados gracias a una documentación escrita del S.XVI donde se da fe de un pleito entre el Ayuntamiento de Jerez y los Cartujos por la utilización y propiedad de estos manantiales.
En dicha documentación se refiere de la  existencia previa de  una captación de agua mucho más antigua, descubierta de manera fortuita en el año 1.534  cuyos origenes habrían de ser probablemente romanos o árabes. Las canalizaciones fueron  reutilizadas  tanto por el Ayuntamiento Jerezano como por los Cartujos que derivaron sus aguas por sendos túneles, uno hacia Jerez, donde alimentaba una fuente conocida como «La Alcubilla» y   otro hacia el Monasterio de la Cartuja. Las captaciones Cartujas acabaron por desecar las que iban hacia Jerez y por tanto de ahí se originó dicho pleito en el año 1563 , siendo finalmente los Cartujos los que lo ganaron. Una vez ganada la contienda por la propiedad de estos caudalosos manantiales los Cartujos reformaron y afianzaron las galerías dándoles una extraordinaria consistencia, de tal forma que siguieron en perfecto uso hasta la actualidad. Aún se conservan parte de los conductos originales antes de esta reforma que tienen unas dimensiones mucho más reducidas y estan ejecutados con sillares de piedra. 
 En fechas recientes hemos sido invitados por nuestro compañero Eugenio Belgrano a recorrer estos túneles y a fotografiarlos. Discurren por un terreno arenoso por lo que están completamente revestidos con muros y bóveda de cañón de ladrillo tocho unido con mortero de cal y parcialmente enlucido. Los ladrillos en paredes se han colocado alternandos en hiladas horizontales y verticales.
La galería tiene algunas peculiaridades que son propias en acueductos construidos en estos terrenos y es la existencia a distancias regulares de grandes sillares de piedra cruzados de una pared a otra con objeto de evitar el colapso de las paredes. Son técnicas muy similares a las que existen en las galerías de captación de los Manantiales de la Piedad, que abastecían al Puerto de Santa María. Sus dimensiones medias son de 0,75 cm. de anchura por unos dos metros de altura y en el lecho de la galería se ha ejecutado una canal por la que circulan las aguas así como de una serie de captaciones laterales que recogen el agua que aflora del subsuelo. Se ha dotado de pozos de registro espaciados a unas distancias regulares y también revestidos. El acceso a las galerías se realiza por uno de estos registros situado en una finca particular. La profundidad de los pozos y de la galería es de unos cinco metros.
La información sobre las caracteristicas e historia de estas galerías me han sido facilitadas por Eugenio Belgrano. 
Pozo de registro y de acceso a las galerías en una finca privada de Los Albarrizones.
Foto: Manuel Bernal.
  

Entrando por el pozo de registro completamente revestido.
Foto: José Millán.

Detalle de la galería donde se aprecian los refuerzos con sillares y el aparejo de ladrillo tocho.
Foto: José Millán.
A distancias regulares de han ejcutado captaciones para recoger el agua que aflora del subsuelo.
Foto: Manuel Bernal.



Detalle del conducto original , realizado con sillares y cuyos origenes podrían ser árabes o romanos.
Foto: Manuel Bernal.

Detalle de pozo circular revestido con ladrillo.
Foto: José Millán.

 Dejo un enlace a un video de Eugenio Belgrano sobre estas interesantes galerías.

La mina de agua del Puerto de Brenes o de la Fábrica de Anís.


Imagen del Puero de Brenes desde el pozo de entrada de la mina. Foto: José Millán.

Situación y contexto arqueológico:

La mina de agua que nos ocupa se haya situada a la entrada de la Localidad Sevillana de Carmona, en un paraje conocido históricamente como “Puerto o paso de Brenes”, y no por alusión a la cercana localidad de ese nombre. Se desconoce con precisión la etimología del vocablo “Brenes”, tan común en Andalucía, si bien algunos estudios consultados lo asocian al vocablo de origen islámico “breña” que significa “valle agreste y quebrado” lo que podría perfectamente ser aplicable en este caso, ya que el Puerto de Brenes esta formado por una especie de barranco que cae desde la zona alta de la colina en dirección Suroeste, hacia la Vega. Como todos los pasos naturales que existen en la colina de los Alcores constituye un lugar estratégico y no sólo como vía de comunicación también por la abundancia de agua procedente de unos conductos subterráneos que son el objeto de este estudio .
En toda la zona existen vestigios de  asentamientos primitivos, que abarcan desde el neolítico hasta la ocupación romana y muy posteriormente preindustrial cuando se construyeron dos molinos hidráulicos harineros que aprovecharon  el caudal de agua preexistente y destacando que se haya  a apenas 700 metros de la  conocida y singular “Necrópolis rormana  de Carmona” en el extrarradio de la ciudad. Actualmente la zona se haya muy deteriorada por  su antiguo uso como cantera de limo, más recientemente como vertedero y por las grandes remodelaciones que se han realizado sobre el terreno  para el soterramiento de una conducción de aguas residuales que han destruido la casi totalidad del yacimiento.
En la zona se haya situado el  singular  edificio  conocido como  “Fábrica de anís los Hermanos”, destilería creada  el año 1.880 sobre los restos de  un molino hidráulico construido probablemente  a finales del siglo XVII. Uno de los aspectos más  destacables  de este peculiar edificio excelentemente conservado son  que sus cimentaciones y parte de la sala subterránea donde se situaban  los rodeznos parecen de origen romano, tal como ya constató el arqueólogo Gorge Bonsor hace más de un siglo y que consideró que originalmente pudieron ser unas termas. 
Plano del Puerto de Brenes con la Fábrica de Anís donde se puede ver la atarjea que abastecía el molino hidráulico. Foto:José Millán.
Sala de rodeznos del Molino de la Fábrica de Anís, donde se identifican las cimentaciones romanas. Foto:José Millán
Interior del molino de la fábrica de Anís. Foto extraida del archivo de «Los Hermanos anís»

El agua que alimenta al molino de la Fábrica de Anís llega por una atarjea elevada que capta las aguas de la mina a trabes de una acequia enterrada. Dicha acequia es un conducto elaborado  con muro de ladrillo  y cubierta de piedras planas. Tiene  una sección  de unos cincuenta centímetros de alto por apenas cuarenta  de ancho.  Junto a este conducto hemos descubierto una arqueta parcialmente enterrada y que según parece era una derivación ya anulada de las aguas hacia unas fincas cercanas.  La atarjea esta realizada combinando mampostería e hiladas de ladrillo con terminaciones de enlucido de cal,  técnica habitual en todos los molinos harineros construidos a finales del S.XVII en los Alcores. Todo el edificio que abarca tanto las dependencias del molino como la casa del molinero esta hecho  de ladrillo, si bien también existen muros de mampuesto en las zonas inferiores. El edificio ha sufrido algunas restauraciones recientes para darle su funcionalidad de fábrica de licores, usándose parte del caudal de agua de la atarjea para el enfriamiento de los alambiques, si bien una gran parte del mismo sigue ejerciendo su primitiva función de alimentar el cubo que desemboca en la sala de rodeznos.  La atarjea , al igual que las fachadas del molino,  presenta señales de diferentes restauraciones más antiguas, como la que hemos podido registrar por una inscripción hecha a carboncillo sobre el mortero de cal interior del canal de la atarjea  y que reza “se arreglo el 1926”. No hemos encontrado referencias históricas concretas sobre la fecha de construcción de  este  molino, sólo en lo referente a su transformación en destilería. Existe la creencia de que fue un molino árabe pero nosotros no hemos encontrado ni referencia escrita  ni prueba física que lo demuestre.

Interior de la acequia que lleva el agua hasta la atarjea que alimentaba el molino de la fábrica de anís. Foto: José Millán
Grafiti hecho a carboncillo de una restauración de la atarjea realizada en 1926. Foto:José Millán.

 A apenas cien metros del Molino de la Fábrica de Anís y en dirección a la Vega  encontramos los restos de otro molino similar pero totalmente destruido por el abandono y el hundimiento de los terrenos arcillosos sobre los que está edificado. Este molino utilizaba  el mismo caudal de agua  que era derivado por atarjeas de molino en molino, manteniendo la altura hasta el cubo. Este  sistema de molinos consecutivos suele ser habitual en los Alcores. En la catalogación arqueológica que hemos consultado  reza, al igual que la fábrica  como un edificio  de “época preindustrial”.

Zona superior de la atarjea del Molino de la Fábrica de anís. Foto:José Millán.

   Para encontrar las primeras  referencias arqueológicas de este Puerto de Brenes  hemos de remitirnos, como en muchos otros casos, a finales del siglo XIX , tiempos en que   el afamado arqueólogo Bonsor, miembro de la conocida por entonces “Sociedad Arqueológica de Carmona” realiza diferentes prospecciones arqueológicas  en la zona que se centran  como era  habitual en las necrópolis, excavándose diferentes túmulos prerromanos en los puntos más  elevados del Puerto y  reconociéndose a este enclave como un asentamiento romano de cierta importancia en base a los innumerables restos de edificios presentes sobre el terreno. La referencia  más interesante en relación a nuestra mina que hemos encontrado  son  los estudios realizados muchos años más tarde  por el profesor Collantes de Terán. Transcribo  un interesante párrafo extraído de la “Base de datos del patrimonio inmueble de Andalucía” refiriéndose al Puerto de Brenes y  que resume estos  trabajos arqueológicos.

Restos romanos parcialmente excavados en la zona de paso o Puerto de Brenes. Este puerto contiene gran cantidad de agua de manantial. Collantes efectuó una excavación en lo que siempre se creyó fueran unas cisternas romanas.
Según Collantes, «vemos el camino jalonado a la derecha e izquierda por numerosas basas de columnas de buen tamaño y otros elementos constructivos trabajados en la piedra del país, que formaron parte de unas termas romanas que existieron en aquel lugar, según se deduce de los escasos restos conservados, de los que pudimos explorar, aunque muy superficialmente, algunos a manera de baños o pilones de mampostería con el característico enlucido de cal y pequeños fragmentos de cerámica y grava menuda. Uno de estos pilones está pavimentado con ladrillos romboidales. También observamos un conducto formado por dos hileras de sillares, cubiertos por losas. Todavía recuerdan algunos carmonenses haber visto las basas a que antes nos referíamos ordenadamente dispuestas en sus primitivos emplazamientos, formando un atrio o patio porticado, y en el corte del alcor, que forma el puerto, existió hasta hace poco, no muchos años, un conducto tallado en la roca calcárea que era practicable en un largo trecho”
El conducto que describe como “compuesto de sillares cubiertos por losas” es sin duda una conducción de origen romano y por desgracia ya ha desaparecido , pero es seguro que  recogía el agua de la mina y la encauzaba a los edificios que describe Collantes. Hay que señalar que actualmente toda el agua que circula por la mina brota por la atarjea de la fábrica.  El conducto tallado en la roca que se menciona  no es más que una de las galerías de la mina que se dirige hacia el cantil rocoso. Nosotros hemos podido  localizar esta entrada ha día de hoy taponada desde el interior, ya que  hemos accedido a la mina por uno de los pozos o puteis superiores.
Molino asociado al de la Fábrica de anís en un total estado de abandono.Foto: José Millán.
Historia de las exploraciones y descripción de la mina:          
 En enero de 2013, D. Jose Antonio Rodriguez, gerente y dueño de la Fábrica de Anís Los Hermanos propuso a la AAES  la posibilidad de investigar las conducciones subterráneas de agua  que abastecían la fábrica y que según nos comentó provenían de una mina excavada en el alcor, cosa sabida por  referencias verbales de los anteriores propietarios de la fábrica. Estos túneles habían sido objeto de mantenidos y reparaciones en el pasado para garantizar el caudal de agua que alimentaba a los molinos y posteriormente a la fábrica,  pero  ya hacía mucho  tiempo que esta actividad de mantenimiento había cesado, tapándose las bocas de acceso a la mina por lo que se desconocía cual era su estado actual. Lo cierto es que el caudal de agua que circula por la atarjea es ciertamente importante y sobre todo constante durante todo el año, así que al menos los conductos subterráneos  no debían estar colapsados.

 Intentamos acceder a la mina  por la estrecha acequia que alimenta la  atarjea pero la invasión  de parte de la galería por grandes raíces y el mal estado de algunas losas de la cubierta nos hicieron desistir, no obstante pudimos comprobar, tras avanzar unos metros que era un conducto de una gran longitud. Seguidamente exploramos la zona inferior del molino donde se encontraban en su día los rodeznos, examinando todas las estructuras de origen romano que están en parte sumergidas, realizando algunas fotos y una grabación. El siguiente paso fue el reconocimiento de dos pozos o lumbreras situadas sobre la colina que preside el Puerto a una distancia de unos cien metros una de otra  y que seguro debían ser registros de acceso a las galerías. Para ello tuvimos que levantar las dos grandes  losas de hormigón con las que se habían cubierto en épocas recientes. La primera de ellas y más próxima a la fábrica  era un pozo típico de mina  de sección rectangular y de unos 15 metros de profundidad. La zona superior estaba rematada con un arco de ladrillos sobre muros del mismo material, la tipología de los ladrillos podría ser  romana aunque no los llegamos a medir. La estructura se encontraba en muy mal estado estando el muro parcialmente desprendido, las paredes del pozo se habían derrumbado en gran parte y algunas zonas aparecían en un estado muy precario y descompuesto, los escombros habían tapado casi por completo la galería inferior. En tales condiciones no nos atrevimos a bajar pero introducimos una cámara de video con la que pudimos grabar el agua circulando por un pequeño hueco existente  debajo del derrumbe.

Cabecera de uno de los pozos de acceso a la mina rematada con un muro de ladrillo y bóveda parcialmente derrumbada.Foto:José Millán.

 El otro pozo tenía unas características similares pero  no era tan profundo, tan sólo unos siete metros, las paredes  no estaban  en tan mal estado pero la cabecera en este caso estaba  compuesta, como suele ser lo habitual, por piedras encajadas que se encontraban sueltas y en una estabilidad precaria, por lo que desistimos de descender. Cuando introducimos la cámara pudimos comprobar  la existencia de una galería de mina por la que circulaba un exiguo hilo de agua. Con esto concluimos la primera fase de la  exploración, quedando pendiente volver e intentar afianzar la cabecera de este pozo para descender a  la galería con seguridad.

Durante el año 2013 y casi todo el 2014, nuestras exploraciones han estado centradas  en la cercana Mina de agua de Alcaudete, donde ya hemos podido topografiar y estudiar  un total de casi cuatro kilómetros de galerías por lo que no ha sido hasta finales de este pasado 2014 cuando hemos retomado la exploración de esta interesante mina. A finales del mes de  Diciembre nos desplazamos a la zona para intentar realizar  la primera exploración del pozo de mina menos profundo. Teníamos el  objetivo de afianzar la cabecera  y descender con la ayuda de una estructura de acero que colocaríamos sobre la vertical. Una vez destapado el pozo y mientras valorábamos los trabajos descubrimos que a apenas tres metros del  pozo abierto  existía  una sospechosa losa de hormigón de pequeño tamaño y  que parecía tapar un nuevo pozo. Su cercanía nos despistaba bastante  ya que no es habitual encontrar pozos de mina tan cercanos pero decidimos probar suerte. Cuando descubrimos la losa nos encontramos con un nuevo pozo cuya cabecera en este caso estaba formada por un muro de ladrillos rectangular de un metro por cincuenta centímetros de ancho y de al menos tres metros de profundidad, aparentemente  se encontraba en un excelente estado de conservación a pesar que se observaba un ligero desplazamiento de algunas hiladas de ladrillo por movimientos del terreno. Cuando medimos la  profundidad total del pozo  observamos con sorpresa que era  unos cinco metros más hondo que el pozo paralelo, la mina tenía dos niveles.

Accediendo al pozo revestido con ladrillos. Foto: Miguelangel  Bernal.

Detalle del revestimiento superior de ladrillo. Foto Manuel Bernal.

 El muro de ladrillo esta formado por piezas colocadas en una sólo hilada  con unas dimensiones  que va de 28,9 a 30 cm. de largo  y un ancho que va de 21,3 a 22 cm. para un grosor bastante constante de unos 6 cm. El aparejo es mixto alternando hiladas de ladrillos a soga y a tizón, se han utilizado ladrillos rotos o cortados en algunos puntos No se aprecia ningún tipo de argamasa que los una y los muros  tienen  una profundidad de unos tres metros y unas dimensiones en la base de 1,20 m. por 80 cm. y en la coronación de 1 m. por 50 cm. La tipología de estos ladrillos es claramente romana y totalmente similar a los  encontrados en otras minas como la de Alcaudete o Alcalá. Tanto en el muro de ladrillo  como en el resto del pozo excavado en la roca  existen  mechinales  dispuestos a ambos lados para introducir los pies o costeros, algunos de los ladrillos de base del muro se habían quedado casi totalmente “volados” y sin sustento por la degradación de la roca, no obstante este hecho no parecía hacer peligrar la estabilidad de la estructura.  Se trata sin duda de un pozo muy  peculiar y que debía de tener una funcionalidad distinta a la de un “putei” convencional. La primera circunstancia extraña es que se encuentra  a apenas tres metros de otro pozo que tiene un  remate superior normal de putei, a base de piedras encajadas. Los revestimientos superiores de los pozos son normales en todas las minas  de agua  en los Alcores ya que suele existir  un estrato  de arcillas rojas  de un grosor variable sobre la roca calcarenítica que es salvado utilizando piedras de la propia excavación y normalmente sólo encajadas entre sí sin ningún tipo de argamasa. Lo llamativo en este caso es la utilización del ladrillo con idea de dar una mayor solidez a la estructura. Otro aspecto curioso es su forma cónica, siendo la base mayor que la coronación.

Detalle del ladrillo de tipología romana con que estan hechos los muros superiores del pozo , sus medidas son 29X21,5X0,6 cm. Foto:José Millán

 Parece  claro que este pozo tenía una funcionalidad especial, quizás estos muros sirvieran de base a una construcción  superior ya desaparecida, ya que en las inmediaciones  encontramos restos de lo que parecen muros o cimentaciones  hechas con toscos sillares de piedra.  Las coordenadas de este pozo y que para nosotros será el punto de referencia y origen de la topografía  son: 265123,4 X,  4149272,4 Y, 240 m.s.n.m,  USO 30. El pozo esta situado en una zona elevada a unos veinte metros a la derecha de la pista que baja desde la rotonda conocida como “Rotonda de los Caballos” en la carretera A-398 Viso-Carmona a la Fábrica de Anís y al Cortijo de la Bóveda. El pozo da acceso a dos galerías situadas a diferentes niveles; Cuando descendemos encontramos una galería colgada  situada a  6,4 metros de profundidad y con una dirección de 295º por la que cae un hilo de agua, si seguimos descendiendo alcanzamos la galería inferior situada a 10,8 metros de profundidad y por la  que circula actualmente toda el agua de la mina. En las paredes del  pozo se aprecian huellas  de  desgaste en la roca producidas por los  intensos caudales de agua que se han precipitado desde la galería superior a la inferior. La pared inferior esta cubierta por gruesas formaciones generadas por chorreo  y que evidencian  una gran antigüedad.  En la ventana que comunica la galería superior con el pozo  hay restos de un muro de ladrillo  de un metro de altura  que podría haber tenido la función de represa para conseguir un cierto nivel de agua, lo que queda evidenciado por las marcas de antiguos niveles de agua, que superan el metro de altura. La tipología de estos ladrillos es similar a los del pozo. Empezaremos describiendo la mina por la galería más alta:

Detalle desde la base del pozo de entrada a la mina , a la derecha se aprecia la galería colgada que accede a la zona superior de la mina.Foto: Pilar Orche.
Galería superior:
La galería superior  esta excavada en la roca que  presenta una consistencia más  blanda de lo normal pues parece contener una importante cantidad de arcillas. Empieza teniendo unas dimensiones típicas, 1,80 metros de altura  por un  ancho de 70 cm. (las galerías romanas típicas suelen tener un alto aproximado de 3 pies romanos por seis pies de alto, un pie romano son 0,296 cm.)  y  una sección rectangular. Ya hemos observado en otras minas como en los terrenos más blandos se opta por secciones rectangulares que facilitarían una eventual entibación con costeros de madera, piedra o ladrillo.  La galería toma un rumbo de entre 280 a 300 grados, pasando por debajo de la carretera A-398. Presenta lucernarios de tamaño normal (10X20 cm.) excavados en la pared izquierda según avanzamos y a distancias regulares de unos sesenta centímetros, algunos aún conservan restos del hollín de la llama. El sentido de excavación hacia el interior  esta  bien identificado   por las marcas de herramientas y la situación de lucernarios en el lado izquierdo. En la pared derecha y espaciados a distancias de unos diez metros encontramos grandes huecos u hornacinas excavadas para depositar vasijas con aceite. Estamos ante una técnica de excavación de minas  genuinamente romana y que es la siguiente:

Galería superior de la Mina de la fábrica de anis. Foto: José Millán.

 Cuando un equipo  iniciaba la jornada de trabajo en el frente de  mina se  excavaba una  hornacina en la pared derecha para depositar una vasija de aceite con la que recargar las lucernas durante toda esa  jornada, luego se excavaba un lucernario pegado al frente de excavación  y a la altura de la cabeza con idea que estuviera lo más próximo posible a la pared y delante de la cabeza para no generar sombras, lo que dificultaría una buena visión. Creemos que al agotarse  el aceite de la lámpara y en el momento de recargarla se excavaba un nuevo lucernario casi a ras del nuevo frente de excavación y así sucesivamente. Esto explica que donde la roca es más dura o la galería es más alta  los lucernarios estén más juntos y viceversa. Este sistema permitiría además controlar los turnos de excavación simplemente contando lucernarios y relacionándolos  al tiempo que tarda en gastarse el depósito de una lucerna. Las distancias entre hornacinas nos dan idea de cuales eran las distancias de roca excavadas por jornada o equipo. Ya hemos hablado de estas técnicas de minería romana en los  estudios de lucernarios  que hemos podido realizar  en  la mina de agua de Alcaudete, donde hemos encontrado distancias entre lucernarios de apenas 12 centímetros  cuando la roca es muy dura, y hornacinas espaciadas a mayores distancias cuando también aumenta el espaciamiento de los lucernarios. 

Lucernarios distribuidos cada 60 cm. al lado izquierdo del sentido de excavación. Foto: Manolo Bernal.

  

Hornacina para depositar las basijas con aceite. Foto Manuel Bernal.

  La galería discurre sin cambios durante treinta metros hasta un quiebro de casi  90º grados que tras unos tres metros  conecta con un primer pozo o puteis, el quiebro puede ser debido a un error en el rumbo de excavación ya que la galería esta excavada en un único sentido hacia el pozo. También podría haber sido realizado a drede para frenar la corriente de agua. Al partir del pozo  y  como era de esperar la galería recupera el rumbo inicial. El pozo es  de sección rectangular, guardando la relación usual de aproximadamente  1.5X0,90 m. (los puteis en las minas romanas suelen guardar una relación aproximada de 3 pies de ancho por cinco de largo) y esta equipado con  los típicos  mechinales de apoyo  a ambas caras  del lado más corto del pozo. La cabecera   esta  tapada  con una losa de hormigón reciente  y su  profundidad es similar a la del  pozo anterior, unos siete metros. El patrón de medida entre puteis  oscila entre los 30 y 29 metros. Estas medidas no son muy  usuales aunque las hemos registrado ocasionalmente en otras minas y que podría corresponder a un patrón de 10 perticas o 20 passus, (1 pertica son 10 pies  romanos que  son aproximadamente tres metros). 
 

Putei fotografiado desde su base. Foto: Pilar Orche.


 Las marcas de herramientas de hierro  también nos parecen  algo peculiares en esta zona   ya que no observamos los típicos  picos curvos tan presentes en otras minas y canteras romanas , se  destacan las  huellas de punteros de percusión y lo que parecen cinceles o cuñas  con los que se atacaron fundamentalmente los techos. En la pared derecha encontramos una sucesión de grandes alcayatas de hierro clavadas en las rocas dispuestas probablemente para colocar candiles o sujetar un cable eléctrico, por su aspecto y estado no deben de tener muchos años, sabemos que la mina fue durante mucho tiempo objeto de revisiones y mantenimientos por parte de poceros. 

Huellas de herramientas. Foto Pilar orche.

  Desde este punto recorremos otros treinta metros de galería sin cambios morfológicos ni de rumbo  hasta alcanzar un nuevo putei.  Se trata de un pozo similar al anterior y también tapado, en la base del pozo hay una acumulación de escombros que obliga a pasar sobre ellos arrastrándose y en la galería  posterior y debido al taponamiento  ya encontramos una altura de agua de unos 20 cm. El agua esta estancada pero limpia. Entramos en un nuevo  tramo de 29 metros hasta un nuevo putei, en este caso  con ligeros quiebros y un rumbo que vira hacia los 320º. La boca superior de este nuevo putei de unos ocho metros de profundidad esta abierta (se encuentra en el interior de una finca particular). La galería en este sector gana altura llegando a los 2,2 metros y las secciones superiores  de las galerías son ovaladas probablemente porque la roca es más dura apreciándose, como era de esperar, que las distancias entre lucernarios se reducen a unos 40 cm. Empezamos a distinguir  las típicas señales de picos curvos sobre la roca. En la base de este pozo  la mina contacta con una cavidad natural o manantial  subterráneo cuyo lecho esta completamente seco en la actualidad. En el techo de la galería se observan cúpulas de disolución que sólo se forman en inundación total y que forman parte de un conducto natural reexcavado al construir la mina. Estamos ante lo que fue una de los “manantiales madres» de la mina.

 La  cueva forma una sala de unas dimensiones aproximadas de 3X4 metros  desde la que encontramos tres continuidades posibles. Dos galerías excavadas y una gran oquedad elevada un metro del suelo  que da paso entre bloques de piedra  a un conducto natural, el hecho de que este conducto na haya sido tapado demuestra que era emisivo, probablemnet el principal aporte de este colector.
La primera de las galerías esta excavada siguiendo una galería natural preexistente a la que simplemente se la ha reexcavado el lecho inferior y consecuentemente  tiene una forma irregular ,toma una dirección de 300 grados y a los siete metros culmina en un venero impenetrable. La galería natural que es un conducto de origen  freático tiene sección laminar de unos 1.5X0,4 metros, desarrollado a favor de una pequeña falla horizontal , que sigue un rumbo de unos 70º y del que se han podido explorar unos cuarenta metros.

Zona donde la mina contacta con una galería natural,  Foto:José Millán.

La tercera de las continuidades  es una  galería artificial de dimensiones normales que toma un rumbo de 360 grados y que tras recorrer unos quince metros desemboca en un nuevo putei  similar a los anteriores pero  con su base a unos dos metros por debajo del lecho actual de  la galería superior. Esta zona ha sido claramente modificada desde su estructura original, estando  suelo de la galería recrecido con piedras y  depósitos de arcilla, acumulados por el agua. En el acceso desde la galería al pozo se ha construido una especie de represa para retener un  buen nivel de agua . El pozo  esta equipado con una bomba eléctrica sumergible . La continuidad de la mina la encontramos descendiendo al agua, donde arranca una nueva galería con un rumbo de unos 280º. Al inicio de esta nueva galería existe una acumulación  de piedras y barro que represa el agua en el pozo y  que provoca que  los primeros metros esten secos, recuperando el nivel de agua a los pocos metros de recorrido.  Este  último sector de la mina  es  una  galería es similar a las anteriores con una sección en principio algo más alta  de lo normal  de  2,20X0,70 m, los lucernarios están espaciados cada cincuenta  centímetros  y esta también excavada hacia el interior. En este sector si apreciamos las huellas típicas de picos curvos tanto en paredes como en techos y la roca es mucho más consistente  que en las galerías iniciales,  tiene las secciones superiores predominantemente   ovales  y una altura de agua de unos setenta centímetros. Recorridos 17 metros alcanzamos un nuevo putei, en este caso rectangular y con medidas típicas, esta tapado por una losa de hormigón  y su  profundidad es de unos ocho metros. A partir de este punto la altura de la galería se va reduciendo poco a poco, pasando de los 2,20  a 1,40 metros  hasta llegar a un nuevo putei similar al anterior y situado a treinta metros. Desde aquí sólo nos quedan unos 29 metros para llegar al final penetrable  de la galería, producido por un taponamiento de escombros que coincide con un pozo. Estamos a la altura del polígono de Brenes, delante de unas naves industriales. La dirección de la galería en todo este tramo es de 300 grados, el desarrollo total hasta el taponamiento es de 196 metros y la profundidad prácticamente constante. A lo largo de la galería se aprecian antiguas marcas de niveles de agua de algo más de un metro de altura.

Zona final de la galería superior de la mina antes del taponamiento. Foto: José Millán.
Trazado de la mina superpuesto a la foto aérea.

Galería Inferior:

 La galería inferior se desarrolla en dos direcciones, más o menos paralelas al cantil rocoso del puerto. El agua circula desde  un conducto de ladrillo situado en la zona inferior de una galería casi totalmente taponada por sedimentos,  pasa por la zona inferior del pozo y entra en un nuevo conducto de ladrillo similar  que tiene una dirección de  220º. Las dos galerías están revestidas con una bóveda de ladrillo de 60 cm. de ancho y apenas 40 cm. de altura. Hemos podido estudiar con detalle la parte revestida de la galería que recibe el agua ya que la otra esta prácticamente oculta por sedimentos. En la zona superior del arco de ladrillo  se aprecia la galería original excavada en la roca y  que ha sido rellenada por completo con tierra. Hemos podido comprobar  que el conducto artificial   tiene una longitud  de unos tres metros tras los que se abre de nuevo la galería en una especie de sala,  para volver a cerrarse en un nuevo conducto de ladrillo similar al precedente. Sabemos que esta es la galería que lleva agua a la Fábrica de Anís, ya que tras la exploración el agua estuvo saliendo embarrada por la acequia  durante varios días. Parece que la mala consistencia de la roca muy arcillosa obligó a construir las conducciones de ladrillo y cegar la galería original  por lo que la exploración de este sector es por ahora inviable. Los conductos de ladrillo son muy interesantes; están construidos con varias hiladas de ladrillos dispuestos a soga en los laterales sobre los que se sustenta el arco de medio punto. Los ladrillos  son similares  a los que forman el muro de entrada al pozo con unas medidas de 29,2X21,8X6 cm. Entre los ladrillos de la zona superior  encontramos algunas  piezas algo más pequeñas de 14,8X27X3 cm.  que estan rotas y  puede ser una restauración posterior ya que no existen en el resto de arcos de ladrillo que hemos podido estudiar . No hemos apreciado ningún tipo de mortero que los una.

Detalle del conducto de ladrillo de la galería inferior. Foto: Manolo Bernal.

 En  el  sentido contrario , que es de  donde viene el agua, encontramos un conducto de ladrillo similar, enterrado bajo sedimentos arcillososque tienen el aspecto de ser  acumulaciones de  sucesivas  limpiezas de la galería. En este caso la galería no esta totalmente taponada y  podemos acceder  por un hueco entre el sedimento y el techo,  que tiene un metro de ancho y  apenas treinta centímetros de altura. En este punto encontramos una bifurcación a la derecha  de dimensiones muy reducidas que no es mas que una antigua galería excavada en la roca y  colmatada casi hasta el techo por los mismos sedimentos que la anterior  y de la que hemos podido recorrer unos ocho metros, hasta un paso impenetrable  pero tras el que se aprecia  la continuidad de  la galería. En el techo se han formado gruesas estalactitas de una longitud de al menos 20 cm. lo que sugiere que este conducto  en este punto puede  llevar taponado muchos años. No descartamos que bajo el sedimento pueda existir un conducto de ladrillo que en su día llevara el agua al exterior.

Galería semi taponada que en su día salia al cantil rocoso del puerto. Foto: Manolo Bernal.

Sabemos por la topografía que es esta  la galería que sale al cantil rocoso del puerto  y debe ser a la que alude Collantes. La salida al exterior de este conducto ha de estar localizada en un recodo en la roca, a la derecha de la pista que baja hacia la fábrica y  en la  que existe una higuera y restos de lo que parece una antigua acequia, de hecho en el suelo de la galería y en el último punto explorado existen grandes raíces procedentes probablemente de esta la higuera. Por las descripciones que hace Collantes esta debía de ser la galería que suministraba agua al conducto de sillares y losas que se describe en el articulo citado lo que nos induce a pensar que esta debía de ser una de las salidas originales de la mina.

Punto en el cantíl del Puerto donde según la topografía estaría una de las salidas de la mina, hoy taponada. Foto: José Millán

 Volviendo al conducto inicial habremos de continuar “arrastrándonos” unos 18 metros más  hasta que conectamos con una nueva galería de  1,80 X0,70 m. donde aparece el otro lado del conducto de ladrillo. Sobre los sedimentos de relleno encontramos algunas tégulas amontonadas. La pared de la galería esta muy erosionada y no son visibles las huellas de herramientas pero si los lucernarios, situados  en el lado izquierdo según se avanza a distancias de entre 60 y 80 cm. la zona superior de la  galería tiene una sección ovalada. Tras recorrer doce metros encontramos lo que parece un pozo inacabado y excavado desde abajo aunque tambien podría ser una pequeña cavidad natural reexcavada.Ya hemos hallado lo que parecen pozos a medio hacer en otras minas como la de Alcaudete y que sustenta la teoría de que algunos pozos pudieron ser  excavados desde el interior. Tiene una sección sensiblemente rectangular y de dimensiones normales  de 1X0,5 m. En este caso y como pasa en los casos de la mina de  Alcaudete  la profundidad de la galería respecto al suelo es de apenas 5 metros lo que por supuesto favorece esta “excavación inversa”. El pozo esta lleno de formaciones por el intenso goteo que existe ene esta zona, algunas tienen un grosor considerable, de hecho encontramos formaciones muy desarrolladas a lo largo de todo este tramo.

Detalle del conducto de ladrillo cubierto por sedimentos. Foto: José Millán.

Restos de tégulas entre los sedimentos. Foto José Millán.

 Tres metros mas adelante encontramos un putei completamente taponado por piedras que parecen colocadas desde el interior formando una bóveda, el taponamiento es muy antiguo porque las piedras están cubiertas de formaciones. Desde este puteis taponado recorremos un largo  tramo de 42 metros de galería hasta el siguiente , con un rumbo constante de 20 grados y  con alturas que oscilan entre los 1,5 y 1,8 metros para un ancho de entre los 50 y 60 centímetros. Hay niveles de agua muy marcados en la roca que están un metro por encima del nivel actual. Las paredes de este nuevo pozo están completamente cubiertas de formaciones, tiene una profundidad de unos cinco metros y la cubierta esta tapada con una losa de hormigón. La base del pozo esta parcialmente cubierta de bloques de piedra y al otro lado encontramos un tramo de galería de cinco metros cuya altura se reduce a apenas 1,20 m. y que acaba en un nuevo conducto de ladrillo de unos 20X30 cm.  pero en este caso rectangular  ,la zona superior de la galería esta completamente taponada con bloques de piedra, en este punto culmina la exploración. El agua no parece brotar del conducto sino del suelo, quizás exista  un taponamiento y el agua haya acabado por buscar su camino bajo el suelo.

Detalle de las formaciones parietales que se han desarrollado a lo largo de la galería inferior. Arriba a la derecha se puede apreciar lo que podría ser un pozo inacabado y excavado desde abajo. Fotos: José Millán.

La galería tiene un desarrollo total de 84 metros y una dirección muy constante de unos 25 grados. La posición de los lucernarios y marcas de herramientas indica un rumbo de excavación hacia el interior. Las distancias entre puteis en principio siguen el mismo patrón que en la galería superior, unos treinta metros, 10 pérticas,  pero luego esta distancia aumenta hasta los 42 metros, distancia que también nos resulta común por haber sido  registrada recurrentemente en uno de los sectores finales  de la mina de Alcaudete, 42 metros son 14 pérticas o 28 passus. Esta galería discurre paralela a la carretera y pasa por debajo de un grupo de viviendas en la Calle Bonifacio IV. Sabemos que alguna de estas viviendas tiene pozos de acceso a la mina aunque de momento ningun propietario nos ha  permitido  acceder a ellos. Pasado este grupo de casas y  a 350 metros del último punto explorado de la mina encontramos un pozo  tapado con una cúpula al lado de unas estructuras del Siglo XVIII. compuestas por aljibes y acequias,  podría tratarse de un putei de la mina así que haremos gestiones con el Ayuntamiento para poder destaparlo  y explorarlo y así intentar completar el trazado aproximado de la mina.

Detalle de dos sectores de la galería inferior donde se pueden apreciar la diferencia de alturas y las marcas de antiguos niveles de agua muy superiores a los actuales. Foto: José Millán
Conclusiones:
Estamos sin duda ante un sistema de captación y conducción de agua destinado a alimentar grandes edificios de origen romano y que no han podido ser, por falta de excavaciones y estudios  identificados claramente. El Puerto de Brenes fue sin duda un enclave  importante en el ámbito rural de la Carmo Romana. Collantes habla del hallazgo en el lugar de basas de columnas, cisternas, baños y pilones de mampostería y lo que cree fueron unas termas por los restos del característico enlucido de cal  impermeabilizante “opus signinum”  y pequeños ladrillo romboidales; sin  olvidarnos de  las cimentaciones de la Fábrica de Anís que habría que incluirlas dentro de este potente  yacimiento que ha de  encuadrase cronológicamente  en el Alto Imperio Romano. Algunos investigadores han puesto en entredicho  que estos grandes edificios fueran realmente termas, proponiendo la hipótesis de que fueran  curtidurías, establecimientos que estarían más en concordancia con un enclave rural, máxime cuando ya han sido hallados restos de  grandes termas públicas como las de las  Calles  Pozo Nuevo o Juan de Ortega en el centro de la ciudad o las del Cortijo de la Bóveda, que están situadas a un kilómetro de esta emplazamiento en dirección a la Vega.
De todas maneras, bien fueran termas curtidurías o simplemente grandes Villaes rurales lo que existiera en este puerto  habría de ser lo suficientemente importante para justificar la construcción de un sistema de abastecimiento de agua  de las características de esta mina. En cuanto a los sistemas constructivos observados vemos como son casi totalmente coincidentes con los existentes en otras obras subterráneas similares y que hemos tenido la oportunidad de estudiar en los Alcores. Creo que a estas alturas ya podemos  a considerar que el los Alcores se desarrolló una intensa y eficiente  cultura de ingeniería minera hidráulica por parte de  las comunidades romanas que se asentaron en estas tierras a partir del siglo I antes de Cristo. 

Punto final de la galería inferior en un conducto impenetrable de ladrillo. Foto: José Millán

 Las  dos galerías de la mina nacen de  acuíferos situados a distinta cota y  que se han conectado en un pozo colector. Las galerías están excavadas siempre  hacia los manantiales lo que podría dar a entender que primero se localizaban estos,  utilizando seguramente técnicas zahoríes y luego se excavan los túneles desde el colector de salida  hasta el manantial, no hay evidencias (salvo en el caso de una galería de corto desarrollo)  de que las galerías hayan sido excavadas, como pasa en otras minas, siguiendo galerías naturales preexistentes con los característicos  trazados sinuosos y «equivocaciones» (galerías que tras ser excavadas han sido tapadas).
 Las dos galerías parecen haber sido excavadas con técnicas y patrones similares por lo que deben haber sido construidas  en una misma época. La mala consistencia de la roca en gran parte de la  galería inferior ha obligado a la construcción de conductos de ladrillo para salvaguardar la corriente de agua, rellenándose la galería superior de estas conducciones con sedimentos arcillosos, probablemente de sucesivas limpiezas.
Los ladrillos empleados en la construcción de los conductos y las tégulas vienen a reafirmar el origen romano de la mina y de las obras de refuerzo. He de decir que hemos realizado una comparativa tipológica  de ladrillos de todas las estructuras medievales existentes, molinos, atarjeas, etc. con los de la mina sin encontrar ninguna coincidencia, correspondiendo las piezas medidas en los molinos al ladrillo típico de 28X14X0,3 cm.  o 29 X14,5X0,3  utilizado en la  Edad Media. Sólo hemos observado reutilizaciones de grandes sillares de origen probablemente romano  en los cimientos de los molinos.

 Las galeríasque hemos podido explorar no parecen presentar remodelaciones notables y  posteriores a su construcción, salvo algunas evidencias de labores de mantenimiento recientes y un pozo que ha sido parcialemnte modificado. El desarrollo total explorado es de 387 metros de galerías artificiales  y 40 metros de galería natural. Parece que pudieron existir dos salidas de la mina; la primera situada antes del pozo colector y actualmente  taponada y la segunda la que ha día de hoy alimenta a la fábrica de Anís a través de la atarjea. Por tanto creemos que la mina habría de abastecer a dos edificios o asentamientos  situados a una distancia de unos cien metros. El primero el que identificó Collantes junto al camino del Puerto y el segundo el que esta bajo la fábrica de anís. Collantes habla de grandes cisternas, depósitos y conductos  desde los que se distribuiría el agua, esto puede justificar que en la mina no encontremos evidencias de que se haya buscado capacidad de  almacenamiento y sólo de conducción, hecho que si esta presente  en otras minas donde las galerías han sido excavadas a grandes alturas como en el caso de la de Alcaudete. La mina  ha sido reutilizada y mantenida  por los sucesivos asentamientos humanos de  la zona, siendo el más destacable el que corresponde a la construcción de los molinos hidráulicos preindustriales en el  S.XVIII. y en casos puntuales la finalidad lógica  de abastecimiento a fincas y viviendas
Las posibilidades de continuar la exploración son difíciles pero no imposibles ya que tenemos pendiente la apertura de un putei cerrado con una cúpula y  situado a unos 350 metros de la punta de exploración de la galería inferior  que podría ampliar el desarrollo o al menos darnos información sobre el trazado total. En cuanto a la galería superior no hemos encontrado ningún nuevo putei en las proximidades del taponamiento final y  el hecho de que se desarrolle bajo un polígono industrial limita mucho esta posibilidad porque los que hubiera seguro que  han sido tapados.
Por último creemos que esta mina habría de ser protegida y puesta en valor como el gran patrimonio arqueológico que es. Desde la AAES haremos todo lo posible para que esto suceda, ya están comprometidos con la causa  los propietarios de la Fabrica de Anís, esperemos que también lo hagan las autoridades pertinentes.

Fuentes comsultadas:

«Base de datos patrimonio inmueble de Andalucía». 

«CARTA ARQUEOLOGICA DE LOS ALCORES» de Fernando Amores Carredano.

«Brenes y Guadajoz. Nombres de lugar sevillano de filiación mozárabe». Stefan Rustaller. http://institucional.us.es/revistas/philologia/6/art_13.pdf

«Sociedad y mundo funerario en Tartessos»  Mariano Torres Ortiz.

«CARMONA ROMANA».  Excmo Ayuntamiento de Carmona y Universidad de Sevilla.




Nuevas exploraciones en la Mina de Agua de Alcaudete, resultados y conclusiones.

Durante el  pasado verano  realizamos  una serie de salidas a la mina para completar  la exploración y topografía de la que hemos llamado «Galería del manantial», que es  el sector de mayor desarrollo y que aporta el mayor caudal de agua a la mina . La   galería comienza en un cruce sin pozo (la mayor parte de los cambios de rumbo o conexión de galerías se hacen en la base  de pozos) situado  a 420 metros desde la entrada actual de la mina (creemos que la entrada  situada en la caseta que hay dentro de los terrenos donde se celebra la Romería de el Viso no es la salida original de las aguas de la mina  que debería estar unos setenta  metros más abajo. hacia la Vega, donde el nivel de la galería se iguala con el del terreno) y se separa de la vía principal que hemos llamado «Galería Norte»,  cruzando  en dirección noroeste a traves de los terrenos de cultivo de la finca Viñas Viejas y  pasando por delante de la entrada a  la urbanización “Los Frutales del Alcor” ,  discurriendo luego  paralela a la carretera. Es el ramal de mayor longitud  superando  con creces el kilómetro   pero del que desconocíamos su desarrollo exacto, ya que  la exploración se hallaba  detenida en la base de un pozo, para nosotros el pozo número 67 y que al estar  taponado por escombros  no pudimos superar. Pozo que  estaba localizado por la  topografía en uno de los márgenes de la carretera Viso-Carmona , a unos 1.600 metros de desarrollo desde el inicio de la mina y una vez pasada la entrada a la urbanización .Estaba cubierto  por una estructura de hormigón en forma de enrejado  en muy mal estado. Inspeccionamos el pozo  descendiendo   hasta  la zona superior del tapón de escombros y valorando su posible  desobstrucción  pero consideramos que no  merecía la pena porque podíamos  puentear la galería por un pozo posterior a este . Dimos aviso al Seprona  para que lo taparan  con una losa de hormigón por el peligro que suponía que estuviera abierto  y así lo hicieron.


Superposición de la zona final de la mina a la foto aérea donde se marca el pozo taponado.


Imspeccionando el pozo taponado con ayuda del trípode, en la foto inferior se puede ver el interior del pozo y los mechinales  laterales presentes en todos los pozos.
 La Galería del Manantial comienza su desarrollo con  una altura de algo más de dos metros y un ancho «estándar» de  sesenta centímetros. Recorridos  treinta metros la altura  se eleva hasta los tres metros y tras  ciento noventa metros de desarrollo alcanza  los cuatro metros, manteniendose con estas dimensiones unos trescientos metros más. Estos cambios de altura coinciden con cambios de dirección y de rumbo de excavación y por lo tanto de equipos trabajando en sentidos contrarios lo que no debe ser casualidad. Estos  primeros 450 metros presentan un trazado peculiar . Los trayectos de galería  entre pozos, que para ser más puristas llamaremos a partir de ahora «puteis», van  describiendo  curvas y no parecen seguir una dirección preestablecida, alternados con tramos rectos que finalmente  siguen un rumbo de unos 46 grados respecto al Norte. Los puteis no sólo tienen la función de ventilación y desalojo de escombros, tambien marcan el rumbo a seguir, algo muy importante cuando no se cuenta con instrumentos de orientación como la brúgula.
Las galerías que  unen los puteis  pueden ser rectas o como en estos casos seguir trazados extraños. Es muy posibe que estos trazados sean el resultado del seguimento de  veneros de agua y estos veneros tambien hayan sido a veces la guía para conectar pozos entre sí. Sabemos que los  fossores (en el mundo romano eran los encargados de excavar túneles) se guiaban  a veces por  veneros de agua preexistentes cuando buscaban manantiales , sin un  rumbo preestablecido de excavación.  Sabían que los pequeños veneros de agua pueden marcar el camino hacia  corrientes mucho mayores que son las que en definitiva aportan los grandes  caudales a la mina. Para frenar la velocidad de las aguas los ingenieros romanos  utilizaban una sucesión  de  quiebros de la galería  en ángulo recto situadas   en las zonas cercanas al manantial. En Alcaudete hemos constatado la utilización de esta técnica.
En este sector no existen construcciones de refuerzo de ningún tipo  ya que  la roca es muy firme y no presenta  importantes betas  de arcillas como es el caso de la Galería Norte. Las huellas de herramientas, que en toda la mina estan generadas por  picos de hierro  curvos en las pareeds  y cuñas en los techos, estan muy marcadas en la roca, facilitando la identificación de las mismas y los sentidos de excavación. En algunos  tramos de galería   donde existen   filtraciones constantes  se han generado concreciones calcáreas de un grosor considerable en forma de blancas coladas parietales,  siendo  homogéneas desde el techo hasta la base  , incluso en las galerías que alcanzan los cuatro metros de altura , dimensiones tan inusuales que podrian ser debidas a una  reexcavación  para ganar profundidad. Esto induce a pensar que esta reexcavación, si se hizo, no fue en una  época muy posterior al resto de la mina o que realmente ya se excavaron desde su origen a esta altura.
Superposición sobre la foto aérea del inicio de la «galería del manantial» donde se observa un trazado sinuoso que parece seguir veneros de agua preexistentes, en el plano se han marcado los pozos.


Concrecciones calcáreas de la «galería del manantial», son homeogéneas desde los techos hasta el suelo.

 En cuanto a las distancias que hemos medido entre  puteis  cabe destacar que  los  dos puteis  iniciales  estan a la mayor  distancia registrada en la mina  que es de   62,18 metros  (por el exterior), siendo la longitud de galería entre ambos de más de setenta metros debido a su trazado irregular. A partir de este punto los pozos se distribuyen a distancias que  oscilan entre los 30, 36  y 42 metros, esto  en cuanto a medidas exteriores  entre pozos ya que el desarrollo de galería suele ser algo superior  por no tener trazados rectos. Hemos buscado posibles patrones a estas medidas y resulta que  36 metros son aproximadamente  un Actus, medida muy utilizada por los ingenieros romanos y que equivale a 120 pies (1 pie romano son 29,6 cm.), treinta metros son 100 pies y 42 metros son aproximadamente  140 pies. Ya vimos en articulos anteriores como en las galerías iniciales de la mina había patrones entre pozos de unos 18 metros, que no es más que la mitad de un Actus o, como decíamos también 12 passus (1 passus son cinco pies, aproximadamente 1,5 metros).

Los sentidos de excavación que podemos deducir de  las marcas de picos y disposición de los lucernarios es la que dejan  dos equipos excavando desde sentidos contrarios hasta encontrase en un punto  intermedio entre pozos y no necesariamente el centro. En algunos casos son visibles los errores en el rumbo que fueron subsanados con  quiebros antes de los puntos de unión  . Puede que utilizaran el sonido para excavar en la dirección correcta cuando los dos equipos  se acercaban, máxime si lo hacian siguiendo una galería natural preexistente.
En algunos puntos donde la mina  cambia de rumbo  se cegó el tramo de  galería ya construido  con piedras procedentes de las labores de  excavación , girando  el frente de mina hacia una nueva  dirección . En algunos casos  estos conductos sellados estan por encima  del lecho de  la galería. Esto  apoya la idea de  que se excavara  en algunos casos siguiendo  veneros de agua  y que se abortaba y cambiara  de rumbo  cuando no se conseguía  el resultado esperado que no es más que seguir el camino de  los veneros principales.

Ejemplo de enlace de galerías entre los pozos P43 Y P44
Galería completamente taponada con piedras procedentes de la excavación en un cruce ¿equivocación o reconfiguración de la mina?.

 A unos 450 metros desde el cruce y a 870 desde los molinos encontramos una bifurcación a la izquierda (única de este sector) que a los 8 metros de desarrollo  conecta por un pozo vertical de unos dos metros a un  nivel superior compuesto por un entramado de galerías de dimensiones normales , 1.70 de alto por 0.50  de ancho, con un desarrollo total  de unos 60 metros y que se superponen a la  galería inferior. La finalidad de estos conductos es encauzar  el agua de una galería o venero  natural de gran tamaño que a día de hoy esta seca. La mina  lo corta perpendicularmente quedando el conducto «colgado» a ambos lados de la galería. Hemos explorado unos cincuenta metros de esta cueva  sin llegar al final porque la mala consistencia de la roca nos hizo desistir.  El hecho de que este gran manantial este situado a  unos dos metros por encima del nivel  de la mina nos induce a pensar  que en períodos más secos (como el actual) acabara  por desecarse o disminuir enormemente su caudal , puede que esto provocara la búsqueda de   un nuevo  manatial más caudaloso  localizado previamente desde el exterior  y conducido  por la  larga galería que precede a  este punto. ¿se reconfiguró entonces la mina en una época posterior a su construcción  reexcavando las galerías y  ajustando la profundidad a la del nuevo manantial? . En definitiva nos preguntamos si estamos ante dos fases constructivas separadas en el tiempo o no. Habrá que investigar algo más para descubrirlo.

Recreación tridimensional de la zona inicial de la  galería del nacimiento donde se observa el manantial seco situado sobre la galería que divide este tramo en dos sectores con diferentes dimensiones y morfología

La galería que empieza tras este cruce nos va dando algunas pistas que nos indican  que estamos en  otro sector o fase  de la mina. Las alturas pasan bruscamente de los 4 metros al patrón normal de entre 1.70 y 1.80 metros. Los sentidos de excavación son únicos hacia el interior y ya  no hay evidencias de  dos equipos excavando en sentidos contrarios. Todas las distancias entre puteis  se incrementan  hasta los 40 ó 42 metros, hecho que puede ser provocado por el aumento a más de 20 metros  de  la profundidad  de los puteis al elevarse la cota del terreno. Distanciarlos  más   disminuye el número y por lo tanto el enorme costo de excavar puteis  tan profundos. Consideremos   que, como pasa en todas las minas estudidas  la galería se ha excavado prácticamente horizontal y que  de hecho hay apenas un metro de diferencia de cotas entre  la galería en los molinos y la que tiene en la punta de la mina a 1.600 metros de distancia. Si se eleva el terreno, aumenta la profundidad de la mina.
En este caso y por excavasrse en un sentido único   los errores en el rumbo  se manifiestan en la proximidad de los puteis,  donde se aprecian pequeños quiebros de escasos metros en los puntos de unión. Algunos de los puteis   están   situados fuera de la galería y no sobre ella como es habitual  lo que podría ser fruto de estos errores citados.

Avanzaremos más de seiscientos metros desde este punto  hasta llegar al pozo taponado por escombros, el pozo número 67,  sin encontrar ninguna otra bifurcación ni galerías cegadas o “errores”, ni tramos curvos,  lo que pone de manifiesto que este largo sector (de unos 800 metros)  se excavó con la única finalidad de conectar la mina con un nuevo manantial  que ya estaría localizado previamente  por técnicas zahoríes probablemente.
El agua de la mina circula  por un hueco entre los escombros de la base inferior del pozo . Desde este punto hasta el final de la mina y como ya hemos referido la exploración se realizó  accediendo por un pozo posterior, el número 68.

Sector final de la galería del manantial antes de llegar al pozo taponado, son claramente visibles las señales de los picos y el sentido de excavación así como las marcas de diferentes niveles de agua muy superiores al de la actualidad.

  La profundidad del pozo 68 es  de unos 23 metros.  La cabecera esta formada, como suele ser habitual por piedras irregulares  dispuestas en hileras  sin ningún tipo de argamasa lo que no nos daba mucha confianza  ya que un golpe podría hacerlas caer. Retirarlas resultaba muy complicado sin provocar el  derrumbe y posible taponamiento por lo que  optamos por utilizar un trípode con el que  descender por el centro del pozo sin tocar las paredes. El trípode  fue cedido, como en otras ocasiones por nuestro compañero  José Manuel Gordillo, dueño de la  empresa EASTAV, miembro de la AAES y participante de esta exploración.

 Los poceros de la zona y buenos conocedores de la mina  nos había comentado que la galería existente tras este derrumbe se prolongaba  unos doscientos metros más hasta llegar a  la finca contigua a la  urbanización , que es una explotación agraria. En el final de la mina  se encontraba el nacimiento o lo que ellos llaman  “madre de la mina” por lo que para nosotros esta exploración era de máximo interés.

Accediendo con el trípode  por el pozo situado tras el derrumbe

 En la base del pozo  conectamos con la galería que es similar en morfología  a las precedentes salvo por su altura que en un principio es de 1,5 metros pero que va diminuyendo progresivamente hasta los 90 cm. parece  que debido  al relleno del lecho por acumulación de sedimentos  y no porque la galería se excavara a estas dimensiones, puede que el taponamiento precedente haya provocado esta acumulación de arenas . La galería esta excavada a pico curvo como las precedentes y  la dirección de excavación sigue siendo siempre hacia el manantial . Los lucernarios se distribuyen a distancias regulares de entre 30 cm. y 1 m. estando siempre situados en el lado izquierdo  lo que también delata el sentido de excavación. Destaca la  existencia de varios “quiebros” de la galería en ángulo recto y  cuya finalidad es claramente disminuir la velocidad del agua. La galería presenta antiguas marcas de niveles de agua muy altos y constantes. En la actualidad la altura de la lámina de agua es de apenas 15 cm. En esta exploración se realizan dos hayazagos interesantes ;  una cruz latina tallada en roca de unos treinta centímetros de longitud y que es  uno de los pocos grabados encontrados en la mina. Puede ser una cristianización o una marca de cantero, aunque esto último me parece poco probable porque la cruz no esta modificada. Hemos localizado  una cruz similar pero algo más pequeña tallada en la pared de  la zona inicial de la mina lo que apoya la teoría de la cruistianización y no necesariamente medieval ya que sabemos que el asentamiento agrícola de Alcaudete perduró incluso en época paleocristiana como delatan algunos hayazgos arqueólogicos  en la zona.

Tramo final de galería antes del manantial y cruz latina tallada en la roca

El segundo e interesante  hayazgo  es un pequeño fragmento de mineral de pirita, concretamente “pirrotina”,   que se encontró  introducido en un taladro hecho en la roca y que por supuesto no procede de los Alcores. Pudo ser utilizado   para taladrar la roca ya que tiene forma de  punta, quizás colocada al final de un mango de madera. Siempre hemos pensado que una mina como esta pudo  ser escavada por mineros y este pequeño fragmento de mineral de hierro  puede ser un nexo entre la minería de hierro y las minas de agua, como hipótesis resulta prometedora y puede abrir una nueva vía de investigación.

Tras recorrer unos cien metros y pasar bajo dos nuevos puteis  alcanzamos el  sector final de la mina elevandose  la  altura de la galaería  a más de cuatro metros y alcanzando  el nacimiento o lo que los poceros llaman  “madre”   y que no es  más  que un autentico  «río subterráneo» y en este caso con agua. Actualmente el agua brota de dos pequeñas oquedades situadas sobre el lecho de la mina aunque vemos claras evidencias de que el agua ha caido a chorros desde los techos.  La mina  se acaba bruscamente  en un tramo de galería  perfectamente rectangular  , esta forma de «terminar la obra» es muy similar a la encontrada en el manantial seco que hemos explorado con anterioridad . En el techo de esta  galería se abren dos accesos a una  cueva natural generada por la circulación del agua y que exploramos en parte . Nos sorprenden  sus dimensiones , que en algunos puntos llega a los cuatro  metros de anchura por tres  de altura.
Final de la galería del manantial, donde contacta con los manatiales y la cueva natural

Piedra de pirita hayada en el interior de un orificio en la roca.

Detalle de uno de los manantiales que abastecen la mina en el sector final.

Accediendo a la cueva natural por el techo de la galería final de la mina.

Seguimos destacando,  tras estas exploraciones,  que el  estado de conservación general de la mina es extraordinario en comparación con otras  de la zona,  y esto no puede ser más que porque ha sido utilizada y mantenida por los sucesivos asentamientos de Alcaudete  desde su construcción hasta hoy. La mayoría de puteis  ni siquiera cuentan con una cubierta, ni brocal alguno  encontradose abiertos a ras del suelo. No hay  constancia de que hayan sido utilizados (al menos la mayoría) como pozos de abastecimiento   por lo que simplemente han quedado como  pozos de registro por los que acceder a la mina para su mantenimiento. La mayoría han sido rematados con hiladas de piedras superpuestas sobre las que no descartamos que hubiera podido existir algún tipo de estructura hoy desaparecida ya que en algunos casos muy contados se conservan  cúpulas de mortero sore piedra o ladrillo muy típicas en los Alcores.

Aspecto general de la mayoría de puteis , sin ningún tipo de cubierta o brocal.

Putei cubierto con una cúpula de ladrillo y mortero de antiguedad incierta y  típicas en los Alcores

Desde  las  galerías iniciales encontramos  patrones de excavación similares a otras minas de origen romano como la de Alcalá de Guadaira , Gandúl o Trigeros  , a parte de la morfología, huellas de picos curvos o lucernarios distribuidos regularmente  las  distancias entre puteis se repiten siendo de unos 18 metros (60 pies o 12 passus), exceptuando la zona próxima a los molinos donde encontramos distancia algo menores y puntuales como 15, 12 ó 9 metros y en un caso excepcional   30 metros. Hemos encontrado algunos grabados en la roca como una cruz latina ya referida anteriormente y las letras «V» y «X» que podrian ser una numeración, de pozos o  de distancias. Tambien sabemos que hubo más pozos, al menos dos,  hacia la vega, en un tramo de galería de unos  setenta  metros y que ha día de hoy estan cegados.

Arriba las letras «V» y «X» grabadas sobre la pared de la galería y abajo una cruz latina, etos grabados se encuentran en los tramos iniciales de la mina. Foto cedida por  Pilar Orche

En el sector inicial de la mina se han realizado dieferentes obras de refuerzo por la mala calidad de la roca en los techos y algunas paredes , cabe destacar   dos espectaculares bóvedas de ladrillo de medio punto  sustentadas sobre muros de mampostería y  otras tres  similares pero con cubierta de piedras planas,  todas las labores estan  rejuntadas  con mortero de cal, salvo en un caso que las piedras están unidas con arcilla. En algunos rellenos  se han utilizado tégulas. Los ladrillos, como ya hemos referido en otros articulos son todos de tipología romana. Esta galería inicial es una galería sin quiebros, excavada siempre siguiendo un rumbo constante y con una altura extraordinaria , más de cinco metros en algunos puntos y siempre por encima de los cuatro metros . Encontramos un sólo cambio de rumbo   a los 340 metros de desarrollo y realizado , como suele ser habital,  en un pozo. Los pozos a veces servían para este fin que no es más que cambiar la dirección de la galería y llevar el conducto a donde se quería. Todos los pozos cuentan con “mechinales” laterales y suelen ser de sección rectangular , (sólo hay tres pozos circulares), también hemos encontrado estos mechinales en las galerías altas, espaciados cada pocos metros como sistema auxiliar para su construcción. Ya hemos comentado en otros articulos que hay evidencias de que algunos pozos fueron excavados desde abajo y esto puede deberse a la poca profundidad de la mina en este tramo, unos seis metros. La ausencia total en este sector inicial  de quiebros o errores de rumbo en la excavación podrían avalar la hipótesis de una excavación de puteis desde la galería y no desde el exterior . En este primer sector también resultan visibles varios “puenteos” y una posible reexcavación de 1,20 metros en profundidad para adaptar la mina a la cota de los manantiales más alejados y que hubo de ser realizada en un período posterior a la construcción de la mina. 

Muros  de mampostería rematados  con bóveda  de ladrillo situado en los tramos iniciales de la mina

En este primer sector cercano a los molinos también hemos  explorado  una galería de una sección más pequeña ,  0,80 m. de alto por 0,50 m. de ancho   y veinticinco metros de longitud  que daría servicio de agua a una de las fincas situadas en la zona, ya que culmina en un pequeño pozo que ha día de hoy esta completamente cegado. Hay evidencias arqueológicas (grandes sillares y materiales de construcción de origen romano)   de que la finca se construyó sobre los restos de una Villae  por lo que esta galería y pozo puede ser de servicio de agua  a este asentamiento. También hemos explorado  y topografiado  dos  galerías cercanas al inicio de la mina de dimensiones normales  y  que son dos aportes . Una de ellas es de  de corto desarrollo y culmina en un venero natural que aún sigue activo (seguramente estos son los veneros naturales por los que se guiaron los fossores en algunos tramos) . La otra es de mayor  desarrollo, unos cuatrocientos metros,  y se bifurca en dos ramales para recolectar  el agua de dos nuevos veneros de muy escaso caudal en la actualidad. Esta galería  ha sido cegada   recientemente a la altura de su conexión con la principal y  los pozos por los que podríamos acceder han sido tapados con grandes losas de hormigón. Por suerte fue explorada y topografiada  por mí  en el año 1995.

Venero de agua natural situado al final de una galería, creemos  que estos pequeños conductos podian servir de guía de excavación a los fossores.
Tramos iniciales de la Mina de Alcaudete desde los molinos.

Este sector que se desarrolla hacia el Noroeste y debajo de los terrenos de la finca de Alcaudete esta construido con dimensiones normales de galerías de 1,80X0,60, seis pies de alto por dos pies de ancho. Las distancias entre puteis  son de unos 36 metros (un Actus) . Recoge y encauza el agua de dos manantiales que convergen en un pozo colector. Aunque se topografió en el año 1995 tenemos pendiente su estudio detallado que sólo será posible entrando por uno de los pozos, ya que la unión con la galería principal ha sido cegada.
El sector inicial de la mina desemboca en la que llamamos Galería Norte y a todas luces el sector que primero se construyó. Esta galería se dirige a un manantial al que no hemos podido acceder por encontranos con un tapónamiento. Los sucesivos puenteos delatan que este sector ha sido modificado a lo largo del tiempo, seguramente por el descenso de los niveles freáticos,  cegando algunos tramos de las galerías iniciales y creando nuevos conductos algo más profundos , fue necesario  adaptar la mina  a los nuevos manantiales, quedando los originales secos y «colgados». Esto demuestra la importancia de la mina y su prolongada utilización a lo largo del tiempo ¿por qué había tanta necesidad de agua?, ¿por qué invertir tan ingente cantidad de esfuerzo durante probablemente cientos de años para mantener unos grandes caudales de agua?, como ya hemos dicho en otros articulos sólo se nos ocurre un motivo que es el de proporcionar ferza hidráulica con la que mover  molinos hidráulicos harineros.


Sector final de la Galería Norte donde se reflejan los sucesivos puenteos y una zona con quiebros para detener la velocidad del agua.

Ha día de hoy  ya tenemos topografíado la casi totalidad de los conductos artifiales accesibles de la mina que suman un total de 3.669 metros, quedando pendiente algunos tramos de corto desarrollo que podrián elevar el total a unos 4.000 metros y quedando también pendiente la  exploración  y topografia de los dos conductos naturales. Tambien tenemos constancia (gracias a las informaciones del Seprona) de la posible existencia de galerías tras el taponamiento  en el final de la Galería Norte y que aporta una gran parte del caudal de agua de la mina. Su exploración esta supeditada a que podamos conseguir los permisos necesarios ya que los pozos por los que acceder estan dentro de una finca privada. En definitiva pronto esperamos tener  concluida la exploración y topografía completa de la mina.

Mapa actualizado de las galerías de la Mina de Agua de Alcaudete sobre la foto aérea.

 Enlaces a videos relacionados con las exploraciones en Alcaudete.

Nuevas exploraciones en la mina de agua de la finca de Trigueros.

Después de varios meses de espera hemos podido volver entrar y explorar la mina de agua de la finca de Trigueros en Carmona que debido a un taponamiento de las galerías principales se encontraba inundada. El escaso régimen de lluvias del último año a provocado la desecación del manantial que nutre la mina y por lo tanto estas galerías han vuelto a quedar aéreas.
Por razones que el actual propietario desconoce hace ya algunos años se realizó un taponamiento con tierra del pozo colector y de gran parte de la galería principal. A parte de esta destrucción parcial la mina se encuentra muy contaminada por materiales arrojados por los pozos como latas, botellas, etc.





Detalle de uno de los dos pozos que aún quedan de la mina y la zona donde se encuentra dentro de la finca.

Esta incursión en la mina nos ha permitido estudiar con mayor detalle la galería que ya exploramos en el año 1986, tiempos en los que nuestros conocimientos sobre minas eran muy escasos. A pesar de la nefasta e inexplicable destrucción de parte de la mina al menos tenemos la suerte de que las características y elementos presentes en las galerías que aún existen, pueden aportarnos valiosos sobre los orígenes de la mina, su proceso constructivo y utilización. El acceso lo hemos realizado a traves de uno de los pozos (el de menor diámetro), porque era en el que el brocal de ladrillo moderno se encontraba en mejor estado.


Acceso por uno de los pozos

La galería esta excavada en la roca a pico de hierro y cincel, pico en las paredes y cincel y cuñas en los techos. Hay un sentido de excavación claro hacia el manantial o venero principal de la mina. Las huellas de los picos presentan un trazado curvo lo que concuerda con el tipo de herramienta que usaban los romanos en las excavaciones mineras o de cantería que solían ser curvados. Los lucernarios están distribuidos a distancias de no más de veinte centímetros, como sucede en algunas galerías de la mina de Alcaudete, distancias tan pequeñas que sugieren que, como en Alcaudete y en algunas minas de mineral romanas catalogadas en la Península podrían también haber servido como control de los turnos de excavación. Todos presentan las huellas del hollín de la llama marcado sobre la roca de color claro y tienen una profundidad de entre 9 y 11 cm. lo que concuerda con la longitud de las pequeñas lucernas de barro romanas. Las galerías excavadas en la roca son de tres tipologías; la galería común de dimensiones 1,80 X0,60 m. Un tramo donde la altura se ha reducido a 0.75 manteniendo la anchura, puede que con idea de represar el agua, y una pequeña galería de apenas 50 cm. de altura que se parece mucho a las pequeñas galerías de prospección que se excavan en las minas de mineral para buscar betas. De hecho acaba en un pequeño venero por lo que su función podría haber sido la misma, que no es más que buscar en este caso un venero de agua para conectarlo con la mina. El suelo esta cubierto de capas gruesas de caliza flotante (precipitada) lo que indica regímenes de agua muy estancada. Las secciones de todas estas galerías tienden a ser rectangulares. Los pozos se distancian entre sí a un patrón de unos 18 metros similar a los patrones que hay en alcaude o la mina de agua de Alcalá. 12 passus romanos = 17,7 metros.


La galería se encuentra contaminada por residuos arrojados por los pozos

La zona más interesante de lo que queda de mina es sin duda un tramo de galería artificial realizada con mampostería sin argamasa cubierta con bloques de mayor tamaño y tégulas. La pequeña sección de esta galería de apenas 30 cm. de anchura y poco más de un metro de altura sugiere que se ha construido desde arriba, excavando un hueco en la roca que luego se ha tapado. La hemos explorado sólo en parte ya que hay una zona con peligro de derrumbe que será necesario afianzar para alcanzar con seguridad el final. Sabemos que esta galería debe llegar hasta el manantial principal de la mina y la longitud medida hasta lo que parece un derrumbe es de unos veinte metros.


huellas de los picos de hierro y lucernario con señales de la llama

Esta galería tiene una tipología totalmente similar a las galerías artificiales que hemos encontrado en la mina de Alcaudete y su función ha de ser la misma que no es más que contener materiales blandos y evitar el colapso del conducto, como en el caso de la pequeña “galería de prospección”, el suelo de esta completamente concrecionado por caliza flotante que ha ido precipitando sucesivamente formando una gruesa capa y esto debe ser por el régimen constante de agua embalsada en la mina sin apenas circulación , lo que también nos da pistas sobre su funcionalidad como reservorio de agua.


Galería artificial parcialmente costruida con tégulas, el suelo esta cubierto de gruesas capas de caliza «flotante».

Sabemos por los estudios hechos sobre espeleotemas en cuevas que el grosor aproximado de caliza que se deposita por precipitación en unos mil años en condiciones favorables (como es el caso) puede ser de unos 10 cm. El grosor que he podido medir en el suelo llega a los 15 cm. en algunos puntos por lo que podríamos hacer una datación aproximada de la mina basándonos en estas formaciones calcáreas y por supuesto con una metodología de estudio precisa y utilizando métodos científicos. De hecho la datación por espeleotemas es una técnica que ya se viene poniendo en práctica en determinadas estructuras subterráneas muy antiguas.


pequeña galería de apenas 60 cm. de altura concreccionada con caliza flotante.

Como conclusión estamos ante una mina que parece construida utilizando las mismas técnicas que la de Alcaudete, incluidas las obras de refuerzo interiores, sólo que en este caso se trata de una pequeña mina de abastecimiento-almacenamiento de una comunidad y no una gran mina “industrial” de varios kilómetros.


las secciones de la galería son rectangulares.

Hemos de destacar el apoyo recibido para estas exploraciones del propietario de la finca D. Eduardo Mencos, que se ha mostrado muy interesado en la recuperación y puesta en valor de la mina, así como a José, el guarda, que ha colaborado en todas las actividades realizadas. Como objetivos futuros tenemos previsto la limpieza e intento de destaponamiento de las galerías cegadas así como la consolidación de la galería artificial para facilitar su total exploración y estudio.


plano de la mina donde se señalan las galerías que no estan taponadas.

Exploraciones en el Castillo de Luna en Mairena del Alcor

Tras el acuerdo llegado con el Ayuntamiento de Mairena del Alcor y siguiendo con nuestro proyecto de exploración de minas de agua en los Alcores Sevillanos hemos realizado una prospección de los pozos y posibles galerías que existen en el interior y alrededores del Castillo.

Existen multitud de dichos y leyendas en relación a  la existencia de conductos y pasadizos que desde el Castillo recorrían la población, cosa que dicho sea de paso  suele ser normal en todas las localidades  donde existe un castillo. Algunos aseguran que en tiempos se podía recorrer una galería de grandes dimensiones que servía de vía de escape a los moros y que llegaba hasta las afueras del pueblo, donde hoy día se encuentra el pabellón cubierto. También se escucha que desde el castillo partían conducciones de agua subterráneas hacia las fuentes de Alconchel y Gorda, e indirectamente a los molinos hidráulicos, cuyos restos aún perduran. ¿Qué hay en todo esto de verdad y cuanto es sólo leyenda?.

 

Patio de armas del Castillo de Luna. Fotos: Manuel Bernal.

     Dejando las leyendas a un lado y centrándonos en los hechos  el castillo parece ser  de origen mudejar, reutilizado y reconstruido  en la Edad Media, casi todo la construcción  original  que aún queda , cuatro torreones  y parte de la muralla que lo cerraba, son de esta época. El castillo esta enclavado en un lugar inmejorable, estratégicamente elevado y  dominando la Vega y la población, quedó en desuso y total avandono ya en el  siglo XVII ,cuando es saqueado y destruida parte de su estructura y torres defensivas. Cuando fué restaurado por el arqueólogo inglés  Gorge Bonsor eran sólo unas ruinas.

Es presumible que antes del castillo ya existiese algún tipo de estructura o asentamiento de origen romano ya que Gorge Bonsor, que  después de adquirirlo en 1902  lo  restauró y convirtió en su residencia ya encontró restos de una necrópolis romana que con toda seguridad habría de estar asociada a los importantes asentamientos que existieron en la zona. A parte de estos restos romanos han sido localizados varios silos en la zona de las canteras y fuera de las murallas  que parecen tener un origen muy anterior a la época medieval. En la actualidad se han venido llevando a cabo diferentes actuaciones tanto de consolidación-restauración como arqueológicas que han puesto en valor esta valiosa edificación.

Detalle de las murallas esteriores del foso y las canteras donde se han realizado actuaciones arqueológicas y donde han aprecido dos posibles silos. Fotos: Manuel Bernal.

 Las murallas del  castillo estan rodeadas por un foso defensivo  excavado en la calcarenita y  sobre el que las labores arqueológicas de los últimos tiempos han dejado al descubierto unas importantes canteras de origen incierto, aunque se presupone que hubieron de ser de  las que se extrajeron los sillares con los que se levantó la fortaleza  mudéjar, sin descartar que pudieran tener un primer origen romano, como tantas canteras situadas sobre el alcor.

Tanto las labores arqueológicas que ya realizó Bonsor hace más de cien años  como las actuales no han evidenciado la existencia de ningún pasadizo túnel o galería que corrobore las ya mencionadas leyendas, no obstante queríamos probar suerte y descartar que algunas de las minas de agua que seguro existen en el subsuelo de Mairena pudiera tener un acceso desde el Castillo.
Concertada una visita con la arqueóloga municipal Dña. Ana Gomez, que gestiona todo lo relacionado con el castillo nos dispusimos a explorar todo lo que fuera posible y que pudiera conducirnos a algún túnel subterráneo. Ana nos indicó cuales eran los tres únicos pozos dentro del recinto   que eran susceptibles de explorar y  nos pusimos manos a la obra.

Descendiendo al pozo del patio de armas.
En el antiguo patio de armas del castillo , existen dos pozos, uno esta en la zona central es muy profundo y se trata del principal abastecimiento de agua de la fortaleza por lo que debe ser el original desde tiempos mudéjares. Se sabe que Bonsor lo limpió y acondicionó cuando restauró el castillo y actualmente sigue teniendo un importante nivel de  agua. ¿Podría ser el acceso a una mina ? La única manera de saberlo era descender y comprobarlo.
La prospección del pozo sólo nos confirma que se trata de un pozo normal de  agua excavado en la calcarenita, de unos venticinco metros de profundidad  y que atraviesa todo el paquete calizo hasta contactar con un nivel freático. Desde la superficie de las aguas que están muy claras podemos apreciar al menos unos cinco metros de profundidad, no se aprecia ninguna galería lateral. El pozo tiene un pretil cuadrado hecho con ladrillos, su sección en principio  es redonda de unos dos metros de diámetro aunque a medida que descendemos parece tornarse rectangular y reduce su tamaño, se aprecian excavaciones en las paredes para el apoyo de los pies o de costeros, ha sido equipado con una escalera de hierro que se encuentra en mal estado y diferentes estructuras recientes  para la colocación de bombas eléctricas.

Zona inferior del pozo del patio de armas justo encima del agua. Foto: Manuel Bernal

 El segundo pozo y más interesante  se localiza a pocos metros de este, en el interior de un seto del jardín, es cuadrado, de un metro de lado aproximadamente y da acceso a un gran silo escavado a pico en la roca. La profundidad del silo es de  unos siete metros y tiene un diámetro de al menos diez metros en su radio más ancho. Es un silo típico en su morfología acampanada muy común en los Alcores y que estan atestiguados desde época Calcolítica (5.000 años) , el fondo esta completamente relleno de sedimentos y restos cerámicos  que han sido parcialmente excavados (según parece fue Bonsor el responsable de esta excavación). La excavación esta realizada sobre aproximadamente la mitad del fondo del silo quedando un escalón de más de um metro entre los dos niveles, original y excavado. Encontramos sobresaliendo del suelo un par de «bolaños» de piedra utilizados como proyectiles de las catapultas y de los que han aparecido muchas unidades en las obras de remodelación del castillo.
En la pared acampanada existen dos pequeñas  hornacinas excavadas a diferentes alturas que podrían haber sido utilizadas para la colocación de lámparas y diferentes grafitis y señales. Cabe la posibilidad que hubiera sido utilizado en algún momento como mazmorra. Los restos que se aprecian en el relleno son de diferentes épocas, desde cerámicas muy recientes hasta otros restos de tipología islámica, incluyendo restos óseos de animales. Pero ni rastro de ningún túnel o pasadizo. A patición de Ana extraemos muestras del sedimento para su analisis y así poder determinar su uso como silo. Las paredes del silo practicamente  no presentan huellas de las herramientas utilizadas para su excavación y debe ser por puro desgaste. El pozo de acceso esta elaborada con sillares y ladrillos y presenta una especie de conducción cuadrada , como si en algún momento se hubiera utilizado tambien como aljibe. El hecho de que Bonzor lo excavara demuestra su interés ya que debe de ser una estructura muy primitiva, quizá pensó que podría ser anterior al castillo y podría albergar restos de los primeros asentamientos de la zona. Sobre las paredes se aprecian algunas inscripciones, la más curiosa esta situada sobre una de las hornacinas y en ella se distingen las letras «V» y «A» sepradas por unos pequeños circulos, otra son unas lineas verticales cruzadas por otra horizontal.

Accediendo al interior del silo
 

Imágenes del interior del silo. Foto: Manuel Bernal

El último de los pozos a investigar  esta fuera de  las murallas del castillo, junto al olivar que lo rodea. Su posición, en línea con los conductos subterráneos que deberian  llevan agua desde la fuente de Alconchel a los molinos nos pareció sumamente interesante. Según nos comentaron este pozo había sido durante años uno de los principales suministros de agua del olivar . El pozo se encontraba cerrado con una arqueta cuadrada de ladrillo y cemento y  chapa soldada , fue necesario cortar todas las cerraduras con una rotaflex y culminar el trabajo a cincel y machota.. El pozo resultó ser  de sección cuadrada de algo más de un metro  y con no  más de siete metros de profundidad, el fondo esta completamente seco y colmatado de arena, si alguna vez hubo aquí una mina esta completamente tapada. En el pozo quedan restos de tuberías y maquinarias para extraer agua, así como de una escalera de hierro.

Grafitis hayados en el interior del silo. Foto manuel Bernal.

Las conclusiones de esta exploración son obvias y es que ha día de hoy no existe ningún conducto o mina que tenga acceso desde el castillo y esto no quiere decir que no lo hubiera en algún momento claro está, aunque pensamos que es poco probable.
Parece seguro que el abastecimiento de agua en el interior del castillo estaba asegurado por el pozo principal por lo que no tiene sentido la existencia de galerías que llevaran agua al mismo.  En cuanto a lo del túnel de escape hasta las afueras del pueblo  pues es una leyenda muy recurrente pero que rarísima vez tiene algo de veracidad.

Abriendo y descendiendo al pozo del olivar.

Nuestra proxima actividad se va a centrar en intentar localizar e investigar la conocida como “mina de agua de Fuente Gorda” que según se dice lleva el agua de un paraje conocido como Huerta coquilla  hasta la fuente. Esta fuente es sin duda el principal manantial de Mairena y que cuenta durante todo el año con un elevado caudal.

Queremos agradecer a Dña. Ana Gómez  la ayuda prestada para esta exploración  que nos ha a asesorado e indicado los lugares a explorar y al concejal D. Juan Galocha que nos ha facilitado el acceso a los pozo s que estaban tapados. Durante la exploración fuimos entrevistados por la televisión local «Canal 12», a la que tambien agradecemos su interés por el tema, tanto por ets entrevista como por la realizada en su estudio unos días más tarde.
Incluyo un video con algunas imágenes de la exploración.

Los conductos subterráneos de la Fuente de Alconchel en Mairena del Alcor..




La AAES (Asociación Andaluza de Exploración Subterránea) ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Mairena del Alcor para la exploración de las antiguas  minas y canalizaciones de agua existentes bajo el casco urbano. Uno de los enclaves hídricos  más interesantes es la conocida como  “Fuente de Alconchel” que es  una de las fuentes  de abastecimiento históricamente más importantes de la población, tanto  por su posición estratégica en un sitio de paso desde la  Vega como por la abundancia y calidad de sus aguas. Sabemos que en este enclave existen varios conductos subterráneos en parte revestidos y en parte excavados en la roca que constituyen una interesante y poco conocida infraestructura  tanto de captación como de distribución de agua.  Este caudaloso manantial no sólo alimentó  la fuente, también proporcionó su caudal a los antiguos lavaderos públicos y a un aljibe del que se abastecía parte de la población. También sabemos  que  sus aguas eran  conducidas mediante galerías subterráneas a los antiguos molinos hidráulicos existentes en la Vega de Mairena.  El estudio de las conducciones de Alconchel se encuadra en el proyecto general de “Exploración y catalogación de las minas de agua en los Alcores Sevillanos” que la AAES viene llevando a cabo desde hace más de un año.



La Fuente de Alconchel.

Los orígenes de la Fuente de Alconchel  son ha día de hoy inciertos, si bien  la fuente que ha perdurado hasta  nuestros días parece  datar  del siglo XVII, siendo contemporánea a los restos de los molinos hidráulicos de la Vega.   El manantial que la abastece puede que  fuera utilizado ya en época romana ya que está  situado en las proximidades de los restos de un gran núcleo urbano de esta época enclavado  en el olivar de «Las Peñuelas» y parece probable su relación ya que es el punto de agua más importante de la zona. Los estudios realizados de la fuente y su entorno y las reformas acometidas recientemente por parte del Ayuntamiento pusieron en evidencia, a parte de unos antiguos lavaderos públicos que habían desaparecido por la construcción de un colegio y  que pudieron ser en parte  recuperados y puestos en valor, una serie de canalizaciones subterráneas que desde el manantial distribuían agua a la fuente  y a los molinos hidráulicos («Molinos de Campo»). Molinos que  también eran en su día alimentados por las aguas de la «Fuente Gorda», otro de los manantiales más importantes de la población.

Antiguos lavaderos públicos abastecidos por el agua de la fuente

 La fuente esta formada por un cuerpo de piedra caliza que genera  un pilar de unos cuatro metros de largo  alimentado por siete caños metálicos de color dorado. A la fuente esta asociado un gran abrevadero de casi treinta metros de longitud que evidencia la importancia estratégica que tuvo antaño el   lugar como sitio de paso.

detalle de la fuente, elaborada con piedra caliza

La fuente y su entorno han sufrido muchas remodelaciones y reformas a lo largo de la historia. Una de las más importantes de la que hay constancia se produjo en el año 1.890, sin que se sepa con precisión todo su alcance. En los años 40 se acometieron una serie de obras en la zona  cuyo objetivo  principal fue la construcción de un aljibe subterráneo abastecido por el manantial y  coronado por una caseta donde se colocaron las bombas eléctricas que suministraban agua a las calles Real y Ancha. De esta época debe de ser la caseta que cubre el manantial y toda la estructura de obra que esta adosada a la fuente así como la plaza y paseo que caracteriza a este lugar.

pozo de registro situado tras la fuente y que da acceso al conducto estudiado.
El manantial que suministra agua a la fuente y punto de máximo interés para nosotros esta situado a unos treinta metros al Este de la misma, se encuentra protegido por una caseta hecha de obra ,cerrada con una puerta metálica y edificada sobre una cavidad excavada en la roca de cuyo fondo brota el manantial, el desnivel existente de unos dos metros esta salvado  por una escalera también de obra. El acceso original al manantial era un pozo situado en la vertical del mismo y que ha día de hoy esta completamente tapado. En el mismo manantial se ha construido una represa de ladrillo para canalizar el agua.

El manantial de Alconchel, excavado en la roca y protegido por una estructura de obra a la que se accede por una escalera

Los conductos que hemos podido estudiar y que seguidamente describiremos  son tres, aunque sabemos que posiblemente existen otros conductos   a los que a día de hoy no hay ningún acceso.  Tenemos algunas fotos cedidas por Dña. Ana Gomez, arqueóloga municipal , de un pozo que en su día estaba en la zona de entrada a la plaza de la fuente y que en principio parece no tener que ver con los otros conductos estudiados  ya que  parece tener una profundidad mayor . Es un pozo típico de  sección rectangular, con huecos laterales para apoyo  y rematado por la parte superior con una bóveda de ladrillo y que podría ser la lumbrera de una mina. En las fotos  (hechas desde la coronación del pozo) se aprecia que en el fondo hay agua. Dicho pozo fue tapado y no hemos encontrado ningún otro acceso o registro  en la zona de la fuente.

imagen de un pozo situado en la zona de la fuente y que actualmente esta tapado.
foto cedida por Ana Gomez 

El manantial:

Sin duda era para nosotros el más prometedor ya que es aquí donde podría estar la autentica “mina de agua”. El agua brota de una cavidad de unos dos metros de ancho por medio metro de profundidad, el fondo esta muy colmatado por sedimentos y escombros por lo que su profundidad original debería  ser mucho mayor. Bajo el agua se aprecia el arranque de una galería de unos treinta centímetros de altura por medio metro de anchura, demasiado estrecha para forzarla buceando aunque cabía la posibilidad de extraer el sedimento del fondo para ampliar el paso.  Para intentar  la exploración de este conducto necesitabamos averiguar dos cuestiones : la primera si era un conducto completamente inundado o sólo un pequeño sifón que pudiera dar paso  a un conducto en parte aéreo y lo segundo si se trataba de un conducto natural o una galería artificial. La mejor opción para saber todo esto no era otra que la de introducir una cámara. La grabación ha revelado lo que parece un estrecho conducto de origen natural completamente inundado y que no tiene un tamaño que permita su exploración, además  el fondo es de limo. Por lo tanto parece  descartada la posibilidad de una mina de agua en este punto. No obstante queremos hacer una exploración exterior siguiendo el trazado de esta galería, que discurre por una finca privada  por si pudiera haber algún pozo que también pinchase con este venero, cosa posible  ya que sabemos que dentro de esta  finca hay captaciones de agua.

detalle del manantial de Alconchel.

Las galerías de conducción:

Desde la misma represa del manantial parte  una tubería cerámica que conduce el agua a una pequeña galería revestida que debió de ser construida desde arriba, mediante una zanja, esta ejecutada completamente con ladrillo y tiene unas dimensiones aproximadas de 88 cm. de alto por 64 de ancho. Las paredes están enlucidas con mortero y  rematadas por una bóveda de cañón de ladrillo tocho sin revestir  de 29,7X15, 3X0, 7 cm. unido con argamasa. El  suelo está ejecutado con ladrillos de 14X29X0, 5 cm. formando un cajón donde se ha  instalado una tubería cerámica  a la que se han prácticado una serie de pequeños registros   y  que esta rota por la parte superior en algunos tramos. Al poco de comenzar el túnel hay una bifurcación a la derecha que ha sido completamente tapada y que parece que ha sido reaprovechada para dirigir por ella  una tubería que parece más moderna y que es la que  hoy suministra agua a la fuente quedando el resto de la galería a partir de aquí completamente seca. En la misma entrada a esta galería y en un registro localizamos una antigua tubería de hierro que  cuenta con una llave de paso y que debe  ser la que suministra agua al aljibe, que como ya hemos comentado es de los años 40. Existe  otra bifurcación unos metros más adelante y  a la izquierda también tapada. Se observa que la estructura tuvo en su tiempo varios pozos de registro que se taparon y restos de acanaladuras para compuertas  que se abrían o cerraban.



galería revestida de conducción del manantial a la fuente.

Esta primera galería tiene una longitud total de 27.7 y una dirección en principio de 220º grados pero a los cinco metros gira a los 245º grados dirigiéndose a la fuente y   estando al final completamente taponada por escombros. Es sin duda la conducción original que transportaba el agua a la fuente. Cómo ya hemos referido el agua ya no circula por este conducto y lo hace  por una tubería más moderna paralela a esta conducción y no visible  que debió instalarse en las últimas reformas de la zona.

Detrás de la fuente se sitúa un pequeño pozo de registro  de unos dos metros de profundidad que conecta con el tramo de la antigua galería que suministraba  el agua a la fuente. Esta galería es igual a la precedente y según la topografía  es la misma, tiene apenas unos seis metros de longitud y una dirección de 115º grados hasta un taponamiento por escombros, que debe ser el otro lado del tapón anterior. El agua viene de una tubería más moderna que debe ser la salida de la que localizamos en el otro sector del conducto desde el manantial.

dos imágenes del tramo de galería al que se accede por el pozo de registro situado detrás de la fuente.

Existe un tercer conducto igual a estos de cuya existencia sólo  sabemos por referencias y que parece ser  el que transportaba el agua a los molinos.  Estaría situado al oeste de la fuente, y suponemos que debería recoger el agua sobrante de esta.

En cuanto a la datación de estos conductos en principio las dimensiones de los ladrillos tochos de la bóveda nos hizo albergar esperanzas de  un posible origen romano de la bóveda  y que pudiera tratarse de un conducto restaurado o modificado posteriormente, pero un estudio más detallado del mortero que los une que  presenta claramente yeso en su composición y la forma de ejecución del arco que tipológicamente es totalmente similar a otros conductos estudiados en Cádiz de los SXVI-XVII nos hace descartar esta hipótesis. Por lo tanto estos conductos deben ser de la misma época que la fuente que existe actualmente y no anteriores.

No se puede por lo tanto probar con los datos que tenemos  un origen romano o anterior  de este manantial  pero, como ya hemos comentado  parece probable que así pudiera haber sido. Si existieron otras infraestructuras hidráulicas  anteriores a las que hoy día existen han desaparecido por completo o aún no las hemos encontrado, presuponemos que los conductos que transportaban el agua a los  molinos y que no son accesibles deben ser similares a los que hemos estudiado.
Adjunto un enlace a un video grabado en los conductos estudiados.

Fuentes consultadas:
«El agua en Mairena, un patrimonio emeregente»
Ana Gómez Díaz/ José Manuel Jiménez Jiménez/ Ruben Mellado Troncoso.
Ayuntamiento de Mairena del Alcor.
https://www.academia.edu/3018129/El_agua_en_Mairena_del_Alcor._Un_patrimonio_emergente

Zarzalones 2014

El equipo de espeleobuceo de la AAES ha  comenzado una nueva  temporada de exploraciones en la surgencia de Zarzalones. El objetivo sigue siendo como en años anteriores conocer un poco más de esta impresionante cavidad. En cada inmersión descubrimos nuevas galerías que convierten a esta cueva en un autentico laberinto muy difícil de explorar y más aún de topografiar. Hay muchas más galerías de las que aparentemente parece y lo cierto es que casi todas no hacen más que conectar diferentes sectores, también sabemos que la mayoría de ellas ya han sido exploradas y topografiadas pero la ausencia de hilos guía y el hecho de que no se haya publicado aún una topografía algo más completa que la del año 2002  hace que no podamos estar completamente seguros de ello  (hay sectores en los que podemos encontrar hasta cinco conductos que parten de una misma zona). Algunas galerías secundarias son estrechas y tienen muchísimo sedimento lo que hace complicada su exploración. En esta última exploración se conecto la sala de la plazoleta a -41 m.  con la Galería Mayorga a -13 m.   a traves de un conducto en forma de rampa completamente cubierto por sedimentos de unos ochenta metros de longitud y con varias resctricciones que dificultaban la exploración por tener que avanzar en visibilidad prácticamente nula . Llegando a la zona superior de esta galería  y en la conexión con la Galería Mayorga encontramos un viejo hilo guía que conectaba con esta  y que suponemos  fue colocado por Jorge y David en sus exploraciones de este sector. Hemos seguido localizando galerías en la zona de Plazoleta- Galería Fedito, entre los -40 y -50 metros . Algunas galerías no tienen hilo y  en otras el hilo se encuentra atado en un saliente y sin continuidad. Suponemos que todas ellas han de ser conexiones entre Plazoleta- Mayorga y la galería  Fedito pero la única manera de confirmarlo es explorarlas en su totalidad. La complejidad de las exploraciones hace que las  inmersiones vallan  siendo cada vez más largas , superando los  180 minutos cuando se explora la zona Plazoleta-Mayorga-Fedito. En el caso de la zona profunda de la Galería Fedito cuya profundidad alcanza en algunos puntos los -75 metros las inmersiones superan los 240 minutos.
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