En fechas recientes hemos podido concluir toda la exploración y topografía de esta interesante zona de la mina. Inicialmente realizábamos el acceso por un pozo de 25 metros situado en el margen de la carretera y cuya cabecera, realizada con grandes piedras encajadas no ofrecía demasiada seguridad. Casualmente pudimos conocer y presentarnos al dueño de la finca por la que discurre la mina desde este punto, D. José Romero que se interesó por nuestros trabajos y nos permitió el acceso por los pozos que están en el interior de la finca que si bien tienen una factura similar presentan un estado más estable y seguro que el pozo de la carretera. Estas exploraciones han permitido topografiar completamente el sector de la mina que discurre desde el pozo nº 67, taponado por escombros hasta el manantial, sumando un total de 210 metros de galería. Igualmente han permitido explorar y topografiar por completo la que hemos llamado Cueva del Manantial , una gran cavidad natural a la que se accede por una pequeña gatera situada en el techo de la galería y que ha resultado tener un desarrollo total de 153 metros.
Conversando con el dueño de la finca D.José Romero en los momentos previos a la exploración.
Foto: Manuel Bernal.
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El sector de galería topografiado tiene una altura reducida que en principio es de entre 1.30 a 1.20 metros, siendo el ancho estandar de unos 65 cm. Creemos que esta altura puede ser debida a la acumulación de sedimentos debida al taponamiento del pozo, encontramos los lucernarios típicos espaciados a distancias de unos 60 cm. y las marcas de los picos indican una excavación hacia el manantial. Destacable en este sector es el hallazgo de una cruz tallada de la que ya dimos cuenta en un anterior artículo y de un pequeño fragmento de mineral de hierro que identificamos como pirita y que ha sido analizado para intentar concretar su uso y origen. El mineral tiene un alto porcentaje de hierro, más de un ochenta por ciento, y apenas cobre que sólo esta en trazas por lo que no se trata de una calcopirita. El desgaste que presenta por uno de sus bordes induce a pensar que pudo ser usado como mechero, ya que al golpear este mineral de hierro con un pedernal se producen chispas que pueden encender una yesca o mecha , al encontrase en la base de un pozo sería parte del sistema de encendido de las lucernas de aceite.
Fragmento de mineral de hierro hayado en la base de uno de los pozos y que pudo haber sido usado como encendedor.
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Desde el pozo 67 al final de la mina encontramos cuatro nuevos pozos que están distribuidos a distancias de 47,3. 36,95. 44,8. y 54,37, distancias que parecen algo arbitrarias si bien están próximas a las encontradas en otros sectores anteriores. Todos los pozos son rectangulares y estan alineados con la galería tienen unas dimensiones similares de 1.30X0.90 netros y cuentan con mechinales para el apoyo de los pies.
Descendiendo un pozo o putei. En la zona final de la mina la profundidad de estos pozos alcanza los 25 metros
Foto :Manuel Bernal.
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En cuanto al trazado la galería mantiene en principio un rumbo más o menos constante de unos 45º, con ligeros quiebros que parecen producto de pequeños errores en el rumbo de excavación, tras 84 metros de desarrollo y llegados al pozo 69 la galería gira hacia los 17 grados y así se recorren 42 metros más, distancia a la que por correlación con el resto debería estar un pozo, pero en vez de un pozo encontramos un giro de 90º y una galería de escaso desarrollo que sale hacia la izquierda, me pregunto si en este punto estaban buscando conectar con un pozo al que finalmente no localizaron, de hecho tras un sinuoso recorrido de unos treinta metros enlaza la galería con el pozo nº 70. que esta muy desplazado de este punto ¿Estamos ante un gran error en el rumbo de excavación que hubo de ser corregido con treinta metros de galería auxiliar o se trata de un sistema para frenar la corriente de agua?, me cuesta trabajo creer que pudieran equivocarse de tal manera, máxime cuando vemos que otros tramos de galería están excavados con rumbos muy precisos. Sabemos que a veces se utilizaban estos quiebros de 90ª y galerías trazadas con formas sinuosas para frenar la fuerte corriente de agua. Además tenemos la misteriosa galería ciega, tiene apenas unos metros y no parece conectar con ningún manantial, no es una “equivocación” como las que existen en otros sectores de la mina porque no fue cegada con piedras de la excavación, quisieron dejarla abierta y se me ocurre que podría servir como galería decantadora de limos, de hecho el suelo de la misma esta completamente cubierto de arcillas.
Desde el pozo nº70 la galería discurre en un rumbo uniforme de 20º hasta que recorridos 54 metros llegamos al pozo nº 71. En este pozo se produce un hecho peculiar y es la elevación de la galería desde el metro escaso a los cinco metros y, como en sectores anteriores, apreciamos un conducto natural preexistente en el techo. Es en este punto donde nace el manantial de varios boquetes situados en la pared y aquí culmina la galería y empieza la que hemos llamado Cueva del manantial. Desde el pozo 71 al final de la mina hay unos 67 metros de galería. Este tramo habría de servir de colector de las aguas del manantial y es por eso que se excavó a gran altura.
Zona final de la galería del manantial entre los pozos 69-70 y donde la altura apenas supera el metro.
Foto: José Millán.
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La Cueva del Manantial:
El acceso a la cueva se realiza desde el mismo lecho de la mina y a unos seis metros ante de terminar, donde habremos de trepar un par de metros por un caos de bloques y pasar una pequeña gatera que nos deja en las primeras salas de la cavidad. Realmente la mina ha cortado la galería estando esta divida en dos. La parte de más desarrollo y volumen discurre en dirección Este, se trata de una galería claramente freática de unas dimensiones considerables, 6 metros de ancho por tres de alto en su eje medio, el suelo esta ocupado por bloques de piedra de diferentes tamaños y gran cantidad de guano de murciélago.
Base del pozo nº 71, que da acceso a la zona final de la mina y a la cueva del manantial, arriba puede verse el tramo de galería final que alcanza una altura de 5 metros.
Foto: Manuel Bernal.
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acceso desde la mina a la Cueva del manantial.
Foto: Manuel Bernal.
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La galería discurre con sucesivas elevaciones y depresiones, típicas de los niveles freáticos formando varias salas que a los 70 metros de desarrollo aproximado queda cerrada por un derrumbe, entre los bloques y superando unas gateras podemos acceder a un nuevo sector de la galería que culmina tras unos veinte metros en una galería taponada por sedimentos por la que se escapa cierta corriente de aire y un sonido que parece agua circulando. De hecho el agua que llega al manantial de la mina circula bajo esta galería por conductos que son impenetrables. Aproximadamente a mitad de su desarrollo la galería ha sido cortada por un pozo de captación moderno que ahonda unos seis metros por debajo del lecho de la misma, hasta el nivel por el que circulan las aguas. No hemos llegado a bajar a la base de este pozo, que es redondo y tiene unos dos metros de diámetro pero hemos podido comprobar que mantiene un nivel de agua de al menos 1 metro.
Imágenes de la galería principal de la Cueva del Manantial.
Foto: Manuel bernal.
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Volviendo hacia la mina encontramos un paso elevado que conecta con el otro sector de la cueva, a este sector que discurre en dirección opuesta, es decir, Oeste, se accede por este paso o desde el mismo lecho de la mina trepando por una gatera, tiene un escaso desarrollo, a penas unos 13 metros y una dimensiones reducidas de 1,5 metros de altura por dos en la zona más ancha. Al final hay dos posibles continuidades pero impenetrables. En esta zona de la galería encontramos un afloramiento de calcita (caliza cristalizada) de una espectacular belleza.
Afloramiento de calcita en el sector Oeste de la cavidad.
Foto: Manuel Bernal
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La corriente de agua en la cavidad circula de Este a Oeste y como hemos comentado en la actualidad se limita a un pequeño caudal que, como hemos comprobado, se ve afectado por las captaciones de las fincas cercanas, existentes en las proximidades de la mina, llegando en épocas de máxima utilización de agua a casi secarse.
Las dos zonas finales de la cavidad en los sectores Este y Oeste, ambas con posibilidades de continuidad.
Foto: Manuel Bernal.
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Con estos trabajos damos por concluidas las exploraciones en este sector, si bien sería posible intentar desobstruir los pasos finales de la cavidad en sus dos sentidos, proyecto que quizás abordemos en un futuro.
Queremos dar las gracias a D. José Romero, que nos ha facilitado el acceso al interior de la finca y los pozos y también al arqueólogo D. Mark Hunt, que ha colaborado analizando muestras recogidas en la mina y finalmente publicamos la topografía completa de la Cueva del manantial.