Conferencia sobre minas de agua en la III Jornadas de historia de la Asociación Cultural Fuente del Sol

Concluidas las III Jornadas de Historia de la Asociación Cultural de Fuente del Sol del Viso, títulada «El agua y la ruta mágica de los Alcores» en las que fuimos invitados a dar una charla sobre las minas de agua en  los Alcores Sevillanos. La conferencia contó con mucho publico asistente que acogió con bastante interés el trabajo que estamos realizando en los Alcores sobre estas peculiares obras subterráneas y que estamos empeñados en poner en valor.

Doy las gracias a la Asociación por la invitación y al publico por asistir.

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Publicado un nuevo trabajo sobre las exploraciones en la Alfaguara del Cinojal.

Hemos publicado un nuevo trabajo que recopila todas las exploraciones de la AAES en el Sifón terminal de la Alfaguara del cinojal en la Sierra de las Nieves, desde el año 2009 al 2011. Lo podeis encontrar en la revista Gota a Gota de los compañeros de Villacarrillo.

https://docs.google.com/file/d/0B4JcDrAba_RPTHJaeUhCQktpek0/edit?usp=sharing

y en el blog «Cuevas y sifones andaluces».

http://sifonesandaluces.blogspot.com.es/2014/02/resumen-de-las-campanas-de-exploracion.html

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=MQCXfaL-X6g&w=560&h=315]

Exploraciones en el Cerro Alcojona en la Sierra de las Nieves

Durante el mes de Febrero hemos estado prospeccionando la zona del Cerro Alcojona en la Sierra de las Nieves para relocalizar y revisar algunas simas de la zona y valorar sus posibilidades de continuación, pongo algunas fotos fotos del pateo y exploración que hizimos  de la  «Sima de las Palomas», situada en la falda Sur del Cerro Alcojona. Se trata de un único pozo de uos 45 metros de profundidad. Tambien se han localizado algunas simas nuevas que habrá que ir explorando. las fotos son mias, de Ricardo Tamayo y de Marco.

 

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PROBANDO LAS LINTERNAS HP25 Y TK1 DE FENIX LIGHT EN LA SIMA DEL PERRO (GRANADA)

 Tras varios meses de gestiones , el año pasado la   Fenix Light http://www.fenixlight.com/About.aspx  seleccionó a la AAES  www.aaes.es  en el marco de la campaña de patrocinio denominada «Iluminando la noche al aire libre». Esta empresa se dedica a la fabricación de dispositivos de iluminación de alta calidad para actividades que se desarrollan en la naturaleza, utilizando para ello los LED http://es.wikipedia.org/wiki/Led  más innovadores.

La campaña consistía en proporcionar una serie de productos de la casa Fenix Light al equipo seleccionado, al objeto de que los usara en sus actividades, de forma que, por una parte, se probaran in situ, reportando las incidencias detectadas al fabricante, y, por otra, se diera a conocer la marca entre el colectivo.

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Contenido del paquete remitido por Fenix Light.

Finalmente, al tratarse de un equipo de espeleología, la AESS recibió una frontal HP25 http://www.fenixlight.com/ProductMore.aspx?id=86&tid=13&cid=2#.Uq4eF_TuLuM  y un foco TK41  http://www.fenixlight.com/ProductMore.aspx?id=22&tid=8&cid=1 , siendo sus características más sobre salientes las que se relacionan a continuación:

  • HP25:
    • Fuente iluminación: 2 LED Cree XP-E (2 posiciones: puntual y ambiente).
    • Flujo luminoso máximo: 360 lumens.
    • Tiempo máximo de funcionamiento: 220 h.
    • Alcance máximo: 153 m.
    • Resistencia al agua: IPX-6.
    • Resistencia al impacto: Caída de 1 m.
    • Alimentación: 4 pilas AA (de Ni-MH de 1,2 V o alcalinas de 1,5 V).
    • Peso: 183,5 g (sin pilas)
    • Sistema de bloqueo que impide el encendido accidental.

HP25

Frontal
HP25 de Fenix Light

  • TK41:
    • Fuente iluminación: 1 LED Cree XM-L U2.
    • Flujo luminoso máximo: 860 lumens.
    • Tiempo máximo de funcionamiento: 240 h.
    • Alcance máximo: 486 m.
    • Resistencia al agua: IPX-8 (sumergible 2 m).
    • Resistencia al impacto: Caída de 1 m.
    • Alimentación: 8 pilas AA (de Ni-MH de 1,2 V o alcalinas de 1,5 V).
    • Peso: 320 g (sin pilas)

TK41

Foco
TK41 de Fenix Light.

El primer lugar donde tuvimos ocasión de probar estas linternas fue la Sima del Perro, http://www.lentegi.es/lentegi/extranet/verContenido?al_tpu_pk=null&al_tmn_pk=17&al_men_pk=172&idPadre=null&as_ruta_men_pk=79,172  que se ubica en el término municipal de Lentegí  http://www.lentegi.es/lentegi/extranet/verContenido?

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Parte del equipo dentro de la cavidad.

En la boca de entrada de la cavidad, mientras esperábamos el turno para entrar, estuvimos montando y tomando contacto con el material de Fenix Light.

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Toma de contacto con el material de Fenix Light.

El HP25 se utilizó como frontal auxiliar, ya que todos llevábamos el nuestro montado en el casco. Se empleó en pasajes estrechos en que resultaba imprescindible quitarse el casco para poder pasar y también como luz de relleno del primer plano en algunas de las fotografías tomadas durante los trabajos realizados en la sima.

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Uso de HP25 como luz de relleno en primer plano.

El foco TK41 se ha revelado como una herramienta muy útil como luz de apoyo en fotografía, cuando es necesario iluminar fondos y grandes volúmenes.

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Uso de TK41 para iluminar un gran pozo.

Asimismo, se ha usado para ver techos y zonas colgadas, al objeto de detectar ventanas, así como iluminar pasos estrechos o desfondados, para ver si continuaban.

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Parte del equipo antes de retomar una escalada.

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Iluminando el techo con el TK41, para que el escalador elija hacia dónde dirigirse.

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Revisión de un paso estrecho, para tratar de ver si al otro lado existe continuación.

Ambos productos de Fenix Light quedan en posesión de la AAES, con la intención de sacarles el mayor partido y poder probarlos en unas condiciones tan exigentes como las que nos encontramos bajo tierra.

Tras una puesta en común, hemos sacado las siguientes conclusiones:

  • Positivas:
    • HP25:

v     Flujo luminoso más intenso de lo nos esperábamos.

v     Facilidad de colocación de la banda.

v     Posibilidad de colocar la caja de pilas en dos posiciones, permitiendo que se proteja de la mejor manera el cable de tirones.

v     Las pilas que usa (pilas AA) se encuentran fácilmente en cualquier sitio.

v     Protección de botones para que no se encienda por accidente.

v     Gran amplitud de la inclinación de la luz.

v     Posibilidad de compatibilizar ambas luces (ambiente y puntual).

v     Caja de pilas de tamaño lo más ajustado posible a las pilas usadas.

v     Protección contra humedad, por lo que se puede usar en las cuevas.

  • TK41:

v     Gran flujo luminoso.

v     Las pilas que usa (pilas AA) se encuentran fácilmente en cualquier sitio.

v     Protección contra humedad, por lo que se puede usar en las cuevas.

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La otra posición de montaje de la banda nos gustó más, porque permite llevar más protegido el cable.

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Comprobamos que la inclinación de la luz tiene una gran amplitud.

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La caja de pilas no resulta aparatosa colocada en el casco.

  • Negativas:
    • HP25:

v     Hay que llevar la caja de pilas en la cabeza.

v     La caja de pilas se abre con dificultad cuando está manchada de barro.

v     Para devolver a la posición inicial la inclinación de la luz, en ocasiones hay que hacerlo con brusquedad, ya que se atasca.

v     La protección para prevenir encendido accidental puede resultar un problema en caso de necesitar encenderla en caso de emergencia.

  • TK41:

v     El punto de luz es demasiado focalizado.

v     El cristal que protege el LED se raya con facilidad.

v     Se calienta bastante sin llevar mucho tiempo encendido.

v     Dada la cantidad de pilas que necesita (8 pilas AA), resulta bastante pesado.

v     No se puede llevar colgada del arnés de pecho, sino metida en una bolsita auxiliar.

Por el momento, las mejoras que pensamos que se podrían hacer en ambos productos para su uso en espeleología son las siguientes:

  • HP25:
    • Cable que permita llevar la caja de pilas.
    • Encendido más accesible.
    • Apertura de la caja de pilas más fácil en caso de que no esté limpia.
  • TK41:
    • Difusor que permita la opción de contar con luz ambiente y no sólo puntual.
    • Agarre o clip de sujeción.
    • Bolsita auxiliar de transporte.

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Antes de volver a superficie.

Texto y fotografías: Pilar Orche amaré.

La mina de agua de los Manantiales de la Piedad en el Puerto de Santa María

En fechas recientes hemos sido invitados por nuestro compañero Eugenio Belgrano a explorar la conocida como Mina de Agua del manantial de la Piedad en el Puerto de Santamaría, una de los abastecimientos de agua más importantes de Cádiz desde el siglo XVII. La mina es realmente interesante y representa todo un hito en la historia de la ingeniería hidráulica en Andalucía. Por desgracia actualmente esta en desuso y se encuentra en un lamentable estado de abandono y degradación. Es increíble que desde las instituciones no se pongan medios para proteger esta colosal infraestructura donde esta enterrada parte de la historia de Cádiz. Por desgracia esto suele ser una constante en lo que a patrimonio histórico se refiere en Andalucía, sobre todo si a estructuras y canalizaciones subterráneas se refiere.

          Entrada a la mina junto a un pozo de registro.

La mina de agua de los manantiales de la Piedad está situada a unos seis kilómetros al noroeste del Puerto de Santa María, en las proximidades del Cerro de san Cristóbal, lugar conocido por sus impresionantes canteras subterráneas de calcarenita concretamente en el llamado Pinar de La Piedad y a apenas quinientos metros de las excavaciones del Poblado Fenicio de Doña Blanca. En este caso se trata de una mina construida en el siglo XVI para abastecer de agua a la ciudad del Puerto de Santamaría e indirectamente a Cádiz, ciudades que no disponían en la antigüedad con un eficiente suministro de agua potable y donde era habitual abastecerse de agua de lluvia que era recogida en aljibes. En el caso de la ciudad de Cádiz, por ejemplo, sólo existía un manantial de agua potable que databa de época romana y conocido como “Pozo de la Jara”. Era habitual que el agua procedente de manantiales fuera vendida a los ciudadanos en barriles y normalmente a un alto precio. El gran crecimiento de las ciudades con la consecuente demanda de agua y la necesidad de abastecer tanto a la Armada como a la Flota de Indias que amarraban en los puertos de la Bahía de Cádiz obligó a la búsqueda y canalización de manantiales desde las sierras cercanas y este fue el caso de Los manantiales de la Piedad. En el año 1588 se acometen las primeras obras de captación y canalización subterránea que no consiguen la eficiencia necesaria debida, entre otras causas, a un incorrecto diseño de las galerías conductoras que no fueron dotadas de los registros necesarios para su mantenimiento. Durante un siglo la conducción funciona a duras penas, quedándose por fin obsoleta y casi sin utilidad a principios del S.XVII. 

                    galería excavada en la calcarenita.

En el año 1633, las crecientes necesidades de agua obligan a la Corona a ordenar que la mina fuese objeto de reformas para mejorar su funcionamiento. En estas reformas intervienen prestigiosos ingenieros de la época como Cristóbal Rojas o Cristóbal Aguilera (maestro de fuentes de Madrid). La mina empieza a dotarse entonces de una mejor infraestructura, añadiendo aliviaderos, pozos de registro (cauchiles), entibaciones y refuerzos con sillares y arcas de agua distribuidas a lo largo de la conducción (las arcas de agua son edificaciones de mayor tamaño que los registros y dotadas de escaleras para bajar a la mina, tienen  la función, a parte del acceso a la mina  de retener los limos y sedimentos). La conducción alcanza su máximo desarrollo y funcionalidad en el siglo XVIII en que se convierte por derecho en la obra hidráulica más importante de Cádiz, siendo entonces conocida como “La obra de la fuente” en alusión a la famosa “Fuente de las galeras reales”, donde se cargaba el agua tanto a los barcos que iban a las Indias como a los que suministraban agua a la ciudad de Cádiz. La gran importancia de esta obra compuesta por un acueducto subterráneo de más de cinco kilómetros de desarrollo se puede deducir de su presupuesto que ascendió a 1,8 millones de reales, una cantidad ingente para la época y que se pudo pagar, tal como pasaría hoy en día gracias al pago de una tarifa a los usuarios, que gracias a un elaborado y eficiente sistema de conducción urbana, recibían el agua en sus domicilios a trabes de cañerías.

                           galería con escalón lateral.

El desarrollo principal de la mina, tal como ha perdurado hasta hoy y su construcción quedan medianamente claros en base a escritos conservados de la época, lo que no sabemos es si cuando se iniciaron las obras en el S. XVI ya existía una captación más antigua ya que se han perdido los documentos de la obra original. La arqueología de la zona evidencia una primitiva ocupación paleolítica y neolítica, evidenciada por el hallazgo de instrumentos líticos en la zona. En los estratos inferiores del Poblado de Doña Blanca se han registrado fondos de cabañas de la última etapa de la Edad del Cobre (III milenio antes de Cristo). Hemos de destacar que durante nuestra exploración y en una galería de aspecto natural y en apariencia procedente del exterior que había sido sellada con un tabique (probablemente para evitar la contaminación con aportes exteriores del agua del manantial) encontramos fragmentos de silex tallado que según los arqueólogos consultados pueden datar del paleolítico superior y que probablemente llegaron por arrastre de un curso de agua  a la mina.

                       grafiti del año 1791.

Las excavaciones del poblado de Doña Blanca, situado a escasos quinientos metros de la mina han puesto de manifiesto un intenso y continuado asentamiento fenicio desde el S.VIII, hasta el S.III antes de Cristo, momento en que se produce la conquista romana de la Península Ibérica. No hay constancia de una ocupación romana de la zona (al menos del poblado) por lo que se supone que queda abandonado hasta época islámica en la que se construye en la zona una alquería almohade. Parece probable que toda la zona de San Cristóbal y concretamente ésta, conocida como Sidueña, fuera un importante enclave islámico. Algunos historiadores como Miguel Angel Borrego sitúan aquí la ciudad andalusí conocida como Shidûna, que con el tiempo daría origen al pago conocido finalmente como Sidueña. Se conservan escritos de un historiador árabe llamado Ahmad ibn Muhammad al-Razi que vivió en el siglo X y que parecen referirse a esta ciudad citada como “Xere Sadunia” y que la define como “llena de fuentes que echan muchas aguas”. Sea como fuere lo cierto es que las características de algunas de las galerías de captación excavadas directamente en la calcarenita deja la duda de un posible origen muy anterior al S.XVII , muy difícil de determinar por la gran cantidad de transformaciones que las galerías han sufrido con el paso de los siglos. 

                        galería con revestimiento lateral.

La mina esta compuesta por un primer sistema de galerías de captación, excavadas en la roca sedimentaria y a apenas cinco metros de profundidad. Los pozos de registro están coronados con edificios rectangulares construidos a base de bloques de cantería y cerrados con una bóveda, tienen unos 3 metros de altura y 1,5 metros de lado. Por el interior están enlucidos con un estuco de cal de color blanco que llega hasta el fondo de la mina. El acceso actual a la mina se realiza por un hueco generado por el derrumbe del techo de una bóveda situada cerca de un registro y que originariamente sería una sala lateral de la galería. Del el fondo de esta sala parte la mina en direcciones opuestas este-oeste. En esta zona la pared del fondo esta reforzada con un paramento de bloques de piedra y mortero, seguramente para evitar filtraciones o por contener betas de material inestable. Tomado en dirección oeste avanzamos por una galería excavada, de unos dos metros de altura y algo más de un metro de anchura que poco a poco va ganado altura. A tramos regulares aparecen pequeñas galerías laterales, de escaso desarrollo y situadas siempre en el lado derecho y de unas dimensiones más reducidas que la galería principal. La misión de estas excavaciones sería probablemente la de recoger agua desde filtraciones del mismo lecho de la galería.

                                     sala revestida con sillares y cimientos de arcos.

El agua es encauzada por un canal excavado en el fondo del conducto. Sobre la pared lateral se aprecian amontonamientos de escombros extraídos de la canal en labores de limpieza. Al recorrer unos cincuenta metros pasamos por un tramo de unos seis metros de largo construido con sillares y rematado con una bóveda de cañón, supongo que la finalidad es de refuerzo por alguna beta de material blando o como punto de separación entre dos sectores. Tras este paso la galería va ganando altura y cambia visiblemente su morfología inicial ya que se ha excavado dejando en el lateral izquierdo un gran escalón de casi dos metros de altura y un metro de fondo que parece destinado a facilitar el paso de personas sobre la conducción, además hay huecos regulares en la pared contraria que parecen destinados a la colocación de  vigas de madera, puede que para la instalación del  andamiaje necesario  para excavar la bóveda superior que llega a alcanzar los seis metros de altura. Tras recorrer unos metros la galería hace un pequeño quiebro y el escalón cambia a la pared contraria y se hace más elevado. La galería alcanza aquí sus máximas dimensiones  llegando a los seis  metros de altura y tres de anchura y  culminando en una pequeña sala de la cual parece que manaría agua en su día, ya que hoy, como el resto de la galería, esta completamente seco. Todo este sector parece, por su morfología, haber tenido una función de almacenamiento, de hecho se aprecian antiguos niveles de agua coincidentes con la altura del escalón, que en algunos puntos llega a los 2,5 metros. Puede que fuera el sector de la mina donde se almacenaba el agua para luego distribuirla.

  galería completamente revestida con sillares.

Volviendo sobre nuestros pasos y tomando el ramal que se dirige hacia el este entramos en un sector de menores dimensiones y que presenta continuos revestimientos con sillares de cantería exquisitamente tallados, tanto en los pozos de registro como en la pared derecha que está completamente sellada. Al poco llegamos a un cruce bajo un pozo de registro que conecta con la galería de conducción que llega al Puerto. Esta galería está completamente revestida con muros de sillares y ladrillos y  rematada con un arco de medio punto realizado con dobelas de cantería .Tiene una dimensiones medias de algo más de dos metros de altura por un metro de anchura. El agua va canalizada por una arqueta de unos veinte centímetros de fondo revestida con mortero. Presenta pozos de registro a distancias variables, en algunos casos más de doscientos metros. Existen dos arcas de aguas en este sector. La primera está en el mismo punto por donde accedemos a la mina , tiene los accesos tapiados y esta muy deteriorada, faltando la cubierta. La segunda se encuentra a unos trescientos metros de distancia siguiendo la galería y aún conserva la escalera de acceso al exterior y toda su estructura en pie. El resto de la galería recolectora que se desarrolla hacia el este tiene una morfología algo compleja y curiosa, está revestida con sillares en muchos puntos y en las paredes enlucidas con estuco se conservan, entre pintadas recientes, multitud de grafitis, algunos fechados desde el siglo XVII al XIX y realizados, la mayoría, por los ingenieros que visitaron la mina durante sus consecutivas reformas.

                              pozo de registro.

El  canal inferior está ejecutado en un lateral, dejando al otro lado un paso más amplio para transitar más cómodamente. Hay tramos completamente revestidos y tramos excavados en la roca, en la parte izquierda según avanzamos se abren una serie de salas de mayores dimensiones excavadas en la roca que conectan mediante pozos con un nivel de galerías inferiores situadas a unos tres metros por debajo del nivel que llevamos y paralelas a la galería principal. Estos conductos están en parte revestidos y en parte excavados a pico en la roca, no poseen canaleta y recogen el agua de un manantial que es el único aporte de agua que tiene actualmente la mina y que es captada actualmente por tuberías para abastecer a  localidades cercanas. En un tramo de galería sin revestir hemos encontrado posibles lucernarios que aún conservan las manchas de hollín de la llama. Lo curioso es que no están a lo largo de la galería y sólo en algunos puntos muy concretos lo que sugiere que quizás se colocaran para señalizar determinados puntos del trazado  y lógicamente no fueran el sistema de iluminación principal. Las lucernas de aceite son el sistema más primitivo de iluminación en minas y fueron ampliamente utilizadas como iluminación principal por los mineros romanos que dotaban a todas sus galerías de lucernarios. Con el tiempo fueron cayendo en desuso con el desarrollo de sistemas mucho más eficientes y de mayor autonomía aunque se continuaron utilizando puntualmente.

     sala lateral con un pozo de acceso a la galería inferior.

Como particularidad interesante es de estacar que es la primera vez que observamos en una mina de agua un nivel inferior. Se trata de un conducto que va paralelo al principal y que puede tener dos posibles funciones. La primera captar el agua que se pierde o filtra por el lecho de la galería principal, que no es completamente impermeable para que esta se pueda también aprovechar. Por otro lado el continuo descenso de los niveles freáticos en la zona a lo largo del tiempo ha acabado dejado seca la mina principal de tal forma que hoy sólo circula agua  por la zona inferior .Puede que este sector se excavara en una última etapa de la mina cuando este fenómeno de descenso del acuífero fue más evidente. Lo más destacable de toda esta zona por su belleza es un pozo colector cubierto con una formidable bóveda y realizado enteramente con sillares, sin ningún tipo de revestimiento y que forma parte de las últimas reformas realizadas en el S.XIX. A este pozo-colector llegaba el agua de una canalización exterior, abandonada en la actualidad. La zona final de la mina es una galería excavada en la roca, muy descompuesta por la acción de raíces y que parece una traída de agua de algún manantial hoy seco. Es un sector muy peligroso de explorar y curiosamente no ha sido revestido pero debió ser uno de los aportes mas importantes de la mina.

        galería inferior, zona sin revestir.

En resumen el sector de captación de la mina, bien diferenciado de las galerías de conducción que llegan al Puerto, tiene una longitud total de unos cuatrocientos metros. Esta constituido por un conjunto de conductos morfológicamente muy distintos y que captan agua de al menos dos manantiales situados en los extremos del sistema. El sector oeste presenta una morfología que parece indicada en gran medida para almacenar agua. El sector este son claramente galerías de captación y donde se ven las principales obras de revestimiento y consolidación. Se han excavado grandes salas laterales para facilitar la construcción del nivel inferior paralelo que capta agua de niveles más profundos y las recoge en pozos. En suma es un colector donde convergen al menos tres fuentes distintas de agua. Todo este sistema ha sido también dotado en tiempos recientes de un aporte exterior mediante una canalización aérea y cuyas aguas se unirían a las de la mina para desde aquí canalizarla por la galería de conducción hasta El Puerto.

galería de 5 kl. que llega al Puerto de Santa María.

Hemos encontrado un interesante trabajo en la “revista de historia del Puerto” en relación a estas minas firmado por Miguel ángel Caballero Sanchez y titulado “El primer abastecimiento integral de agua potable al Puerto de Santa María, (Siglo XVII), http://www.revistadehistoriade-elpuerto.org/contenido/revistas/37/37_estudios_01.pdf   Trabajo que recoge interesantes datos sobre las obras realizadas y su cronología, así como citas de los ingenieros en relación a la forma de construcción de las galerías. Por otro lado nuestro compañero Eugenio Belgrano http://cuevasdemariamocos.jimdo.com/, lleva ya algunos años explorando y recabando datos sobre esta mina que actualmente se encuentra en un lamentable estado de abandono y que ha reflejado en diferentes videos y publicaciones. Creo que una obra hidráulica de esta envergadura e importancia histórica debería ser protegida y puesta en valor. Hay determinado elementos en la mina muy interesantes y que son susceptibles de estudios más profundos como los innumerables grafitis que pueden proporcionar valiosos datos históricos o la realización de una planimetría detallada y estudio de todas las galerías que puedan aportar más detalles técnicos de esta grandiosa infraestructura subterránea. 

          pozo colector y bóveda de sillares del S.XIX.

Video grabado durante la exploración de la mina.

Visita a la mina de agua del manantial de la Piedad en el Puerto de Santamaría.

Prosiguiendo con las nuevas actividades de  «espeleominería»  hemos estado visitando la mina de agua del Manantial de la Piedad y las canteras de calcarenita del cerro de San Cristóbal  en el Puerto de Santamaría. Esta captación subterránea data del siglo dieciseis  y era uno de los principales  abastecimientos de agua  de Cádiz. Las galerías subterránes conducian el agua desde su afloramiento , cercano al Cerro de San Cristobal hasta la ciudad del Puerto donde alimentaba numerosas fuentes, entre ellas la conocida como «fuente de las galeras reales», donde se abastecía a las galeras que hacían la ruta a las Americas y se abastecía a la ciudad de Cádiz.
La mina tiene una longitud de al menos cinco   kilómetros, estando la galería  principal  cegada en la actualidad por lo que no se puede explorar entera. La mina tiene dos niveles y dos zonas bien diferenciadas, la de  captación de manantiales, excavada en la calcarenita  y que podría ser de origen fenicio o  romano, ya que esta enclavada al lado de una importante zona arqueológica que es el   poblado  fenicio  de Doña Blanca y otra zona revestida con sillares que son galerías de conducción. Estuvo en uso hasta el siglo diecinueve por lo que se observan muchas reformas y galerías de diferentes épocas. Para realizar esta actividad fuimos invitados por los  compañeros  Eugenio Belgrano, Antonio Melero y  David Blanco, investigadores del subsuelo de Cádiz. Daremos más detalles en nuestro blog sobre minas de agua. Os dejo enlaces a algunos trabajos de Eugenio Belgrano y algunas fotos de la actividad.

la Sima de la Navidad. (Sierra de las Nieves)

La Sima de la Navidad es una de las cavidades descubierta y explorada en la Sierra de la Nieves   por el desaparecido Espeleoclub Sevilla, en los año 90. Está situada en una zona muy interesante y con gran potencial como la cecana «Sima de la Calabaza», donde desde hace años se vienen realizando trabajos de desobstrucción. Hace algunos años que miembros de la AAES  la revisaron para buscar posibles continuidades en el colector final de la cavidad y no ha sido hasta ahora cuando se ha decidido volver a retomar dichos trabajos de desobstrucción, a la vez que se ha realizado un levantamiento topográfico de la cavidad. En principio parece que puede haber buenas perspectivas de continuidad, así que seguiremos trabajando en esta sima. Pongo la topografía y algunas imágenes tomadas durante la última salida.

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La mina de agua de Villaluenga.

Hemos estado en Villaluenga y Benaocaz con los compañeros Eugenio Belgrano y Antonio Melero, investigadores del subsuelo de Cádiz inspeccionando el llamado Kanat de Villaluenga , que es una conducción de agua subterránea de época árabe, para valorar  las posibilidades de exploración de estas galerías , si es que existen, ya que lo único visible en los registros que hay en los alrededores del pueblo  son conductos cerámicos. En una de las estructuras grandes  (la única con una trampilla de acceso) y que los lugareños llaman “la mina”  hemos descubierto una especie de profundo aljibe excavado en el terreno que podría tener galerías en el fondo. Si hay conductos subterráneos parece que habrá que explorarlos buceando. Se ha inspeccionado un pozo cercano al pueblo para comprobar la existencia de una galería y si esta existió alguna vez esta tapada. También hemos estado en Benaocaz para inspeccionar una pequeña mina de agua que abastece la fuente principal de la población. Volveremos a seguir explorando y desvelando misterios sobre estas interesantes estructuras hidráulicas. Hemos publicado un informe más extenso sobre el «Qanat de Villaluenga» en el blog sobre minas de agua:
pongo algunas fotos de la actividad.
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La mina de agua de Villaluenga del Rosario

Hace ya más de veinte años que frecuento la Localidad gaditana de Villaluenga del Rosario y casi siempre ha sido para explorar las numerosas cuevas que se encuentran en la zona. Villaluenga es una localidad excepcional, encuadrada en el mismo corazón del P.N. de Grazalema, rodeada por abruptas montañas al Oeste  y la formidable Manga hacia el Este.

                                foto. Diego Mendoza
En toda la zona existen claros vestigios de un intenso poblamiento en el Paleolítico superior y Neolítico, siendo un claro ejemplo las llamadas “Cuevas de la Manga”, cultura que aprovechó e utilizó intensamente los numerosos abrigos y cavidades de la zona. Existen también numerosas evidencias de poblamientos fenicios, íberos y romanos, como el caso de los yacimientos cercanos de Acinipo y Ocuri, perviviendo hasta nuestros días importantes vías de comunicación construidas en estas épocas como los restos de calzadas romanas que comunican Ubrique, Benaocaz y Villaluenga. Los orígenes de Villaluenga son inciertos y no se puede descartar que ya fuera un poblado íbero o romano antes de la llegada de los árabes que la ocupan desde el año 716 al 1.485 cuando es conquistada por Rodrigo Ponce de León.

Siempre he sabido (por ser muy visibles)  de la existencia de una serie de antiguos registros elaborados con piedra y ladrillo,  distribuidos regularmente por la manga  y que formaban parte de un sistema de conducción hidráulico que  abastecía la población desde muy antiguo. Recientemente leí en un interesante  blog sobre Villaluenga llamado “Cuaderno de campo Payoyo” un articulo sobre lo que calificaba como  “qanat de Villaluenga”,
http://cuadernodecampopayoyo.blogspot.com.es/2009/11/un-paseo-por-la-mina-y-el-camino-de-
las.htmlel hecho de llamarlo qanat me llamo enormemente la atención ya que implica hablar de un sistema de galerías subterráneas y esto resultó realmente interesante y algo desconcertante para mi. ¿Será posible que haya estado tantos años tan cerca de una mina de agua y no haya conocido su existencia? En el blog no hablaba nada sobre estas supuestas galerías subterráneas, sólo se centraba en las estructuras o registros  y  como es lógico quise saber algo más. Consulté al compañero y amigo  espeleólogo Diego Mendoza,  gran conocedor de la zona y propietario de una casa en Villaluenga  que me mandó un interesante trabajo sobre este Kanat firmado por el arqueólogo  Alejandro Pérez Ordóñez para del Consejo Superior de Investigaciones  Científicas (CSIC)   y titulado “Infraestructuras hidráulicas andalusies en la Sierra de Cádiz”: El qanat de Villaluenga del Rosario”. http://digital.csic.es/bitstream/10261/29589/1/2010-10-10-QanatVillaluenga.pdf
 El trabajo es ciertamente interesante ya que recopila abundante e interesante  información sobre Villaluenga y su historia  deduciendo que  el origen de las infraestructuras hidráulicas debe ser islámico y es por este motivo por el que lo llama qanat. En su artículo aporta interesantes argumentos del arqueólogo  Basilio Pavón sobre las características de los qanat y su naturaleza. Lo que queda claro a parte de que un qanat es una obra de origen islámico para la captación y transporte de agua  es que  debe de estar constituido por galerías subterráneas.

En el articulo se describen  los diferentes registros y su trazado así como su peculiar arquitectura que la califica como  claramente andalusí  denominándolas qubba por paralelismo con otras estructuras similares de este período. Sobre el terreno se  distinguen  claramente dos tipos de estructuras muy bien diferenciadas y son sobre las que el autor basa su estudio; unas de pequeño tamaño que son claramente registros y otras de gran tamaño y funcionalidad incierta. La longitud total de las canalizaciones ronda el kilómetro.

Reconociendo la calidad e interés  de este trabajo en mi modesta opinión  le falta dar respuestas a  lo que a los investigadores del subsuelo más nos interesa ¿Qué tipo de galerías existen?, ¿Qué son las estructuras  de gran tamaño?, ¿son realmente islámicas o puede que pudieran ser anteriores y reutilizadas como pasa en otras zonas? ¿Hay sólo una conducción o son varias? Contestar a estas preguntas no resueltas nos motiva a realizar un estudio más conciso y centrado en el tipo de canalización y no en las estructuras que lo cubren y por lo tanto veíamos muy interesante su exploración para determinar si realmente estamos ante una qanat o mina de agua.

Con estas premisas nos hemos desplazado a Villaluenga   acompañados a parte de por miembros de la AAES por  los investigadores del subsuelo de Cádiz Eugenio Belgrano y Antonio Melero Godoy, dos compañeros con una amplia experiencia en la exploración de galerías subterráneas con idea de realizar una primera inspección y comprobar las posibilidades de exploración de este qanat. Las referencias que teníamos por parte de lugareños con los que habíamos consultado no eran muy halagüeñas ya que  nos indicaban que los registros habían sido en su mayoría cegados y nadie daba referencias de ninguna galería subterránea.
Ya sobre el terreno vamos inspeccionando todos los registros empezando desde la fuente principal del pueblo, donde llegan las aguas de la mina con un caudal importante en ese momento ya que en la zona ha estado lloviendo recientemente. Todos los registros cercanos al pueblo están completamente tapados excepto un pozo que esta algo desplazado del trazado y tiene una puerta de registro, no sabemos si tiene algo que ver con el acueducto ya que presenta una morfología muy distinta siendo una pequeña caseta rectangular, enlucida y encalada. En la web «Conoce tus fuentes» este pozo aparece designado  como «Pozo del Prado» y está calificado como surgencia.  En el fondo del pozo,  que esta lleno de agua hasta casi el borde observamos a trabes del agua cristalina  unos sospechosos arcos que podrían ser el arranque de un túnel. Como no podíamos quedarnos con la duda el compañero Antonio Melero se sumerge buscando dicha galería pero en el fondo del pozo sólo encuentra una cámara excavada en la roca de unos cuatro metros de anchura  y reforzada con arcos y muro de ladrillo si alguna vez existió un túnel esta tapado.

 La parte final del acueducto es una acequia elevada o “atarjea” para salvar el desnivel y la irregularidad del terreno y  por la que cae el agua hacia la fuente. Vamos siguiendo registros y no es hasta que no estamos a unos doscientos metros a  las afueras del casco Urbano cuando encontramos uno abierto. Lo que vemos es una arqueta a la que convergen tuberías cerámicas que van casi a ras de suelo, de hecho entre algunos registros se aprecia una estructura de piedras que protege dicha conducción ¿Dónde esta el qanat?. Los registros están perfectamente alineados y se dirigen hacia el Este espaciados unos cincuenta metros. A unos quinientos metros del casco urbano y sobre el trazado del acueducto  encontramos una primera estructura de mayores dimensiones completamente cerrada ya que la puerta ha sido clausurada con ladrillos ¿Qué hay bajo esta gran estructura? Es una construcción soberbia para una simple canalización de agua, tiene planta hexagonal realizada con ladrillo y esta cerrado con una magnifica bóveda también de ladrillo que alcanza unos seis metros de altura. Desde aquí observamos que al Norte, a unos cien metros, se levanta una estructura similar pero fuera de la línea de registros ¿es otra canalización?.

Tras esta estructura siguen los registros con el mismo espaciado recorriendo unos quinientos metros más hasta una nueva estructura de gran tamaño, esta vez rectangular y de similar altura. Por el camino hemos divisando, también hacia el Norte, otra gran estructura fuera de la línea de registros. Cobra fuerza la hipótesis de que estamos ante dos conducciones distintas pero ¿Dónde están los registros de la canalización que esta más al Norte? ¿Será en este caso un conducto subterráneo? En cuanto a la estructura rectangular es aquí donde parece que nace la canalización está en el punto más alejado y elevado del acueducto. Por desgracia también esta clausurada  pero deducimos que en su interior debe de existir un gran aljibe de captación, alimentado por manantiales o agua de escorrentía ya que se encuentra muy cerca del arroyo y bajo la ladera de un cerro. Vemos como brota agua a presión del suelo, así que debe estar a tope de carga. Existen un total de 16 registros pequeños y cuatro estructuras  grandes, dos de las cuales están fuera de la línea del acueducto y que sería lo próximo a inspeccionar.

La más cercana al pueblo esta también clausurada  con un muro de ladrillo pero en la más alejada existe una pequeña puerta de hierro por la que por fin podríamos ver que ocultaba, al menos una de las estructuras. Esta es también octogonal, de unos seis metros de lado más o menos lo mismo de altura. Tras los muros de ladrillo  se abre una cámara que  cubre  un pozo cuyas paredes han sido enlucidas con un mortero que parece hidrófugo y de aspecto bastante moderno. Las esquinas están reforzadas con arcos de medio punto. Esta claro que se trata de un aljibe. Lo interesante es que bajo las paredes y ya dentro del agua  se abre lo que parece una cavidad parcialmente natural o excavada de forma muy irregular . Le calculamos al menos unos seis metros de profundidad y en el fondo la claridad del agua dejaba ver lo que parece el arranque de dos galerías en direcciones opuestas. Puede que al final si exista una mina pero esta bajo las aguas. Habrá que volver más equipados ya que hay que descender con cuerda hasta el agua e inspeccionar el fondo de este aljibe, sólo así podremos salir de dudas.

Las conclusiones de esta primera exploración son alentadoras en el sentido de que no se ha descartado la existencia de conductos subterráneos. Parece claro que dentro de todo este sistema hidráulico hay elementos que sugieren que podemos estar  ante dos conducciones  distintas, no sabemos si de diferentes épocas. Los registros son de una canalización mediante tuberías que están alimentados por dos captaciones. Una alta y el inicio y fuente principal del acueducto y otra más abajo, a mitad de camino hacia la población. Estas captaciones están formadas por excavaciones en el terreno, buscando los niveles freáticos y se alimentan seguramente de surgencias  de agua naturales y del propio arroyo que discurre paralelo a los  registros. Estas captaciones son también aljibes y deben tener un cierto tamaño, y profundidad. Han sido cubiertos con estructuras muy elaboradas y costeadas (las cúpulas están ejecutadas con una gran destreza). Hay diferencias constructivas evidentes entre las cuatro estructuras y esto puede ser porque hayan sido remodeladas a lo largo del tiempo ya que se aprecian elementos mucho más modernos que los originales islámicos o porque se hayan construido en épocas diferentes.  Separado de esta captación hay dos estructuras que parecen aisladas y que son similares, no se aprecia la existencia de canalizaciones ni registros, bien porque hayan sido destruidos o porque nunca han existido y bajo ellos existan canalizaciones subterráneas. Todos estos puntos habrá que investigarlos. Creo que hasta que estas galerías subterráneas no sean descubiertas y se confirme la existencia de una mina de agua las estructuras hidráulicas de Villaluenga no debería de ser consideras como un  qanat, claro que esto es sólo una opinión personal. Sea lo que sea volveremos a seguir investigando y desvelando los misterios de esta curiosa obra de captación hidráulica. La siguiente foto aérea extraida de Google heart  muestra la localización de las estructuras grandes y el trazado de la canalización desde la fuente al punto de captación más alejado.

Fuentes consultadas:

Infraestructuras hidráulicas andalusies en la Sierra de Cádiz”: El qanat de Villaluenga del Rosario”. Alejandro Pérez Ordóñez.
Blog.»Cuaderno de campo Payoyo»
las.html
«Wikipedia», Villaluenga del Rosario.  
Web «CONOCE TUS FUENTES», Junta de Andalucía :

Obituario: Jam Christoph Wieczorek

 

JAM FOTO

Nuestro compañero Jan Christoph Wieczorek, nos dejó el día de navidad, tras trece días en la UCI por un  súbito problema cardiovascular, se nos fue no solo un amigo y compañero , también un trozo de la historia de la espeleología en Andalucía. Precursor de los actuales sistemas de desobstrucción, a el debemos el avance en innumerables cavidades de nuestra geografía, nos enseñó lo que sabía, ayudó y asesoró a los que fueron mejorando sus métodos, siempre desde la humildad y lejos del afán de protagonismo.

Tras incontables jornadas de exploración y convivencia, trabajo duro y divertidas anécdotas, siempre formará parte de nosotros.

Descansa en paz, compañero.