La mina de agua de la Huerta de Martín Pérez

La llamada Huerta de Martín Pérez esta localizada unos dos kilómetros al Este de Carmona, en la Campiña. El acceso más directo  es tomar por  la antigua carretera N-IV que parte  de la llamada “Puerta de Sevilla” desde el  Casco Urbano en dirección a la autovía A-4,  recorridos unos tres kilómetros y antes de llegar a la  autovía parte un carril a nuestra izquierda que nos conduce al paraje conocido como “Cueva de la Batida”, que son unas  antiguas canteras de roca calcarenita explotadas en tiempos Romanos y Medievales. 

















Llegados al carril y recorridos unos ochocientos metros habremos de tomar por una bifurcación que sale  a nuestra derecha y que pasa por un túnel bajo la autovía .Saliendo del túnel estaremos en la finca, presidida por una fuente-abrevadero construida recientemente. El elemento más destacable del paisaje es su característico  torreón medieval y  por la que esta finca es tan conocida. En las proximidades del torreón existe una huerta y los restos de un gran caserío. La funcionalidad y origen del torreón sigue siendo a día de hoy incierta ya que no parece estar en un lugar idóneo para la vigilancia, bajo un cerro y no encima de él,  ni esta construido  con los materiales morfología y  consistencia  de otras torres de vigilancia existentes en la zona.
La torre tiene una planta rectangular de unos cinco metros de lado y una altura de casi seis metros. En la base se observan grandes sillares de roca calcarenita que realmente desentonan con el grueso de sus muros que  son de mampostería combinada en algunos puntos con ladrillo y que pueden ser restos de construcciones más antiguas. Los muros se hayan en gran parte enlucidos con mortero de cal y arena sobre los que se han incrustado en fresco fragmentos de cerámica y pequeñas piedras. Se observan remodelaciones en los muros que han reconfigurado  huecos de ventanas y puertas originales. No existe la cubierta superior que se ha derrumbado pero si se observan dos plantas en las que se conservan  restos de la estructura de vigas de madera de los forjados. La zona superior está almenada, lo que le confiere un carácter defensivo.
  
En el antiguo libro del “Repartimiento de Carmona” no se encuentran referencias expresas a esta finca de “Martín Pérez”  pero sí hay repobladores de la campiña con este nombre sin poderse concretar a  cual de ellos hace referencia, si es que hace referencia a alguno. Lo más probable es que se trate de una antigua torre de alquería restaurada en época medieval y entregada a caballeros o peones como donadío o heredamientos. En cuanto a su uso no se puede descartar que pudiera haber sido usada como molino y su situación próxima a un manantial de agua puede sugerir un carácter protector  del mismo, como sucede en otros emplazamientos. La finca ha estado habitada hasta épocas recientes. En una foto aérea del 2002 hemos apreciado que los edificios principales estaban aún en buenas condiciones, hoy están derruidos  quedando los restos de varias dependencias, un aljibe subterráneo dos  albercas y una huerta que sigue existiendo  en la actualidad. El agua que alimentaba toda la finca sale de la mina de agua  que nos ocupa.
En cuanto al carácter arqueológico de la finca como antiguo y continuado  lugar de poblamiento es muy notable. Aparece en las cartas arqueológicas como un posible asentamiento romano de Época Imperial, donde se han recogido, mezclados con cerámicas árabes y medievales  innumerables restos de ladrillo, tegulae y sigillata hispánica. (“Amores Carredano” y “Michel Ponsich”). Las evidencias reflejan que se trata sin duda de un primitivo asentamiento como mínimo de época romana  asociado a una importante fuente de agua que como en otros casos en los Alcores  mana de una mina excavada en la roca. Nosotros hemos localizado dos murallas de cerramiento, una en el lado Este y otra al Oeste, hacia el Norte la finca está cerrada por un cerro,  estando la mina en el eje central de la zona comprendida entre ambas murallas. También hemos localizado al Oeste de la finca y lindando con un gran arroyo que cruza paralelo a la autovía  muros de mampostería que aún siguen en pie e innumerables restos de muros desechos. Sin duda fue un asentamiento muy importante. No se puede  dejar de lado la posible  relación de este establecimiento con la cercana Cantera  de la Batida, situada a unos novecientos metros al Oeste. Una explotación de esta envergadura debería de tener asociado un núcleo urbano formado  por cientos de trabajadores. Las canteras se encuentran a mil setecientos metros del casco urbano de Carmona y esta finca, como ya hemos referido, dista menos de un kilómetro. Otro dato importante y que no debe ser casualidad  es  la cercanía del emplazamiento al trazado de  la Vía Augusta, trazado que se ha conservado hasta épocas recientes.

La mina se sitúa en la zona alta de la finca, bajo la colina. Sus coordenadas aproximadas son: X. 2679442, Y.41521616, 158 m.s.n.m. El único pozo de acceso está protegido por una estructura de muros abierta y rectangular de unos dos metros de altura con una factura de apariencia medieval y compuesta de ladrillos de 25X12,5X0,4 cm. combinados con mampostería y cubierto con enlucido de mortero de cal. La tipología de los ladrillos parece apuntar a una época más recientes que la Medieval si bien es cierto que la estructura parece remodelada o restaurada partiendo de otra más antigua .Sin duda tiene una función protectora, pudiéndose apreciar que originalmente estaba rematada con una cubierta y cerrada con una puerta. El pozo está coronado con un brocal rectangular hecho de ladrillo de la misma tipología que los anteriores de 1 metro de alto y 1,20 de ancho. Sobre esta estructura ha crecido una gran higuera cuyo grueso tronco sirve de eficaz apoyo para descender el único pozo que nos lleva a la mina.Tiene sección circular y seis metros de profundidad.

En la base de este pozo que en el momento de la exploración estaba seco (creemos que en épocas de abundancia de agua la mina debe tener los niveles de agua mucho más altos) encontramos dos galerías en sentidos opuestos Norte-Sur. La galería Sur, que es la que va hacia la finca, esta completamente cegada, sobre el derrumbe se ven materiales de construcción modernos por lo que pensamos que el taponamiento ha sido reciente. En la pared lateral del pozo que da hacia el Este hay una galería que ha sido tabicada con ladrillo moderno y bajo la misma hay una «represa» hecha de este mismo material. Todo sugiere que los últimos habitantes del cortijo taponaron estos conductos para mantener un cierto nivel de agua en el pozo y no se llegara a secar. Como suele pasar en toda la zona los manantiales que alimentan la mina han debido de disminuir mucho su caudal en los últimos tiempos.

Desde la base del pozo arranca una galería con una dirección de 348º grados y sentido descendente que a los pocos metros alcanza el agua, tiene una altura de casi cuatro metros y un ancho que oscila entre los ochenta centímetros y el metro. La galería está excavada en un estrato de caliza tableada lo que le confiere a la galería una forma muy irregular en las paredes y plana en el techo. Se aprecian lucernarios excavados en la roca con marcas negras del hollín de la llama. Recorridos unos quince metros con un nivel de agua de más de un metro alcanzamos un colector formado por un ensanchamiento donde convergen cinco galerías contado también por la que venimos. Sobre esta sala se abre un pozo circular cerrado al exterior de un metro de diámetro y que arroja con el telémetro láser una altura de casi catorce metros.
De la pared derecha (Este), parte una galería con un nivel de agua muy alto. Hacia el Noroeste aparecen dos galerías casi paralelas  y a nuestra izquierda (Oeste) arranca una nueva galería que se ciega completamente a los pocos metros y que creemos puede estar asociada a un pozo sin continuidad  encontrado a unos treinta metros al Oeste de la mina. Tomando por la galería que se abre más al Oeste y que toma un rumbo de 294º grados, entraremos en un sector de secciones más reducidas de un metro y medio de alto por ochenta centímetros de ancho  y con una altura de agua de noventa centímetros. A los quince metros un recodo a la izquierda recoge agua de un manantial que brota del suelo y tras recorrer otros quince metros culmina en un quiebro de la galería en ángulo recto donde nace un nuevo manantial también del suelo. En este punto se aprecia una gran acumulación de fragmentos de roca  extraídos del lecho del manantial, seguramente para mejorar el caudal. Se aprecian señales de picos de hierro y lucernarios excavados en las paredes, a distancias de unos dos metros y alternando en pared derecha e izquierda. También se localizan excavaciones regulares  por encima del agua que por su disposición no parecen  lucernarios, sino muescas para poder andar sobre la galería sin mojarse.
Volviendo al colector y tomando por la galería que parte casi paralela a esta última  en un rumbo Noroeste de 341º grados entramos en un sector de secciones algo más grandes, más de dos metros de alto por uno de ancho,  por lo que pensamos que esta puede ser la continuidad de la galería principal de la mina, la altura del  agua en esta zona  llega hasta un metro sesenta . Recorreremos unos doce metros hasta un recodo donde nace un nuevo manantial. Es curioso que cada vez que la galería alcanza un manantial esta gire en un ángulo de 90º. Puede sugerir que se excavaba con un rumbo indefinido hasta conectar con un venero de agua que siempre cruzaba perpendicular a la galería excavada. Esta galería esta también llena de lucernarios y marcas de las llamas.

Sólo nos   queda por describir  la última de las galerías que parte del colector en dirección Noroeste con un rumbo inicial de 37º grados y que poco a poco gira hacia los 70º grados. Esta es la  galería  en  la que mayor altura de agua encontramos, casi dos metros en algún punto. Tras recorrer unos quince metros gira bruscamente hacia el Norte y culmina en una sala con dos manantiales que brotan del suelo. También apreciamos aquí los lucernarios con sus marcas bien visibles sobre la cálcarenita. La longitud total de la mina es de 81 metros y su profundidad desde la zona más alta que es el pozo vertical 15 metros.

Como conclusiones podríamos afirmar que estamos claramente ante una mina de abastecimiento de un núcleo urbano. Las evidencias arqueológicas a nivel de suelo  nos remontan al menos  a una ocupación romana (sin descartar un poblamiento anterior a falta de excavaciones) por lo que podríamos inferir y a falta de otro punto de agua conocido  en la zona que la mina hubo de ser construida por estos primeros pobladores. La mina tiene unos patrones morfológicos y constructivos  que encajan con la tipología de excavación romana. La ausencia de estructuras de ladrillo (salvo las del pozo de entrada que son recientes) no permite una datación más concluyente. Ha sido excavada con iluminación primitiva de lámparas de aceite (lucernas) y excavación de  lucernarios (huecos para apoyarlas) técnica típicamente romana. Existe una galería principal o  colector  sobre la que se abre un pozo (excavado para la extracción de materiales) y que recoge el agua de tres galerías recolectoras de corto desarrollo culminadas en  manantiales. Este pozo tiene casi quince metros de profundidad, esta sellado y tapado y nos ha sido imposible localizarlo por el exterior, aún sabiendo donde está no queda ninguna huella ni rastro del mismo. Las aguas convergen en este  colector y se encauzan hacia el pozo por el que accedemos a la mina. La gran altura de la galería principal sugiere que se buscó cierta función no sólo de conducción sino de almacenamiento de agua, muy adecuada para épocas de sequía. 
En la siguiente foto aérea se dibuja la mina en trazo rojo y la situación de los diferentes elementos encontrados, como el pozo ciego, los restos de murallas en color verde, la localización aproximada de los yacimientos y muros de mampostería y el recorrido aproximado que sigue el agua de la mina hacia la finca y que es impracticable en la actualidad en trazo amarillo. 
De la base del pozo de acceso parten lo que parecen dos galerías conductoras completamente cegadas  en la actualidad,  probablemente se hizo para  intentar mantener el nivel agua. Hay una represa de ladrillo  que así parece demostrarlo. Suponemos que bajo el nivel de esta represa se ha colocado una tubería que es la que conduce el agua  hasta la finca. Las direcciones de estas dos galerías sugieren los emplazamientos de los asentamientos a los que abastecía. El primero donde está el actual cortijo y donde en tiempos modernos  alimentaba un aljibe subterráneo  y hasta donde sigue llegando el agua en la actualidad,  encauzada por tuberías que riegan la huerta. Creemos que el cortijo está construido sobre el primitivo asentamiento romano. El segundo hacia el Este donde hemos encontrado también una muralla de cerramiento y restos de edificaciones romanas. Esta galería esta tapada con ladrillos y podría ser abierta para su exploración. 

Otro hecho importante y creo que destacable  es que parece que estamos ante una mina a medio construir o cuyo proyecto de ampliación se paró. Sabemos que la técnica constructiva sobre la que se desarrollaban las minas era la de primero construir pozos verticales que luego eran conectados con galerías horizontales.  Existe un pozo de unos siete metros de profundidad, cegado por escombros excavado al Oeste de la mina y una galería inacabada  que arranca desde el colector hacia este pozo buscando probablemente nuevos manantiales hacia el  Oeste y donde efectivamente sabemos que existen, ya que en las obras de la autovía (que pasa por esta zona) fue puesto al descubierto un manantial que actualmente es el que  abastece la fuente-abrevadero existente en la finca.   

Parece que en Época Medieval y hasta tiempos recientes  se protegió el manantial mediante estructuras de cerramiento y defensivas siendo la mayor prueba de ello el curioso   torreón con carácter marcadamente  militar. Puede que fuera un punto de agua de vital importancia en esta época y no dejo de pensar en su relación con la explotación próxima de la cantera de la  Batida y la importancia que también esta tuvo  en Época Medieval. Sin olvidarnos claro está de su relación con la Vía Augusta, calzada que perduró hasta época reciente como una vital vía de comunicación de la Carmo Romana , Islámica y Medieval.
La topografía de la mina ha sido realizada con Telémetro láser, brújula electrónica y clinómetro digital. Los datos han sido procesados con el programa para topografía subterránea «Visual  Topo» .El alzado y la planta han sido dibujados con el programa de dibujo Corel Draw.
Algunas de las fotos han sido realizadas por el compañero Manolo Bernal.


Fuentes consultadas:

AMORES CARREDANO, Fernando. Carta arqueológica de Los Alcores: Sevilla. Diputación Provincial, 1982. 84-500-8180-7.

PONSICH, Michel. Implantation rurale antique sur le Bas-Guadalquivir. V. I. 1974, 240.

«BASE DE DATOS DEL PATRIMONIO INMUEBLE DE ANDALUCÍA» Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, Consejería de Educación Cultura y Deporte . Junta de Andalucía.

«BLOG, LA OTRA CARMONA». http://laotracarmona.blogspot.com.es/2009/11/torre-de-la-huerta-de-martin-perez.html

«CASTILLOS NET» www.castillosnet.org

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La mina de agua de la finca de Trigueros en Carmona

Los Alcores Sevillanos son una peculiar formación geológica formada por suaves colinas generadas por la acumulación de materiales marinos durante el período Mioceno hace más de 5 millones de años. Materiales que han generado una conocida y utilizada roca “el Alcor”. Esta característica colina se desarrolla desde la localidad de Alcalá de Guadaira hasta Carmona donde alcanza su máxima altura a más de 200 metros sobre el nivel del mar. El Alcor es muy permeable y está asentado sobre rocas margosas que por su impermeabilidad generan grandes bolsas de agua y múltiples manantiales repartidos por toda la colina. La colina da paso a la vega o Campiña Sevillana, un terreno ideal para el cultivo. Estas características geofísicas tan favorables de Los Alcores han provocado una intensa ocupación a lo largo de los siglos generando un entorno arqueológico excepcional.














La finca de Trigeros  se haya situada a unos cuatro kilómetros del casco urbano de Carmona, sobre la colina de los Alcores, lindando con la vega, sus coordenadas aproximadas son: X. 263472  Y. 4085483,  Z. 137.  Es una zona  conocida en el  ámbito  arqueológico  por la existencia de asentamientos y necrópolis  prerromanos  y  sobre los que se superponen restos de ocupación romana . Proxímo a esta finca existe un famoso enclave excavado  hace más de un siglo por el famoso arqueólogo  Jorge  Bonsor conocido como «El Acebuchal» y donde  sacó a la luz  diversas piezas de ajuares considerados orientalizantes o  tartésicos  por la tipología de sus decoraciones, destacan no obstante los  maravillosos   ejemplares de baso campaniforme que acabaron en la colección de la Hispanic Society of New York. Estos hallazgos delatan, como en la mayoría de yacimientos de los Alcores, un importante e insistente poblamiento de la zona, al menos desde el calcolítico (3.000 años antes de Cristo). Sobre estos primitivos asentamientos se superpone  un importante habitad de época romana, atestiguado por los muchos enterramientos aparecidos en las cercanías  y por los múltiples restos de edificaciones que aún se conservan en la zona.   En la primera visita que realice a la finca en el año 1986 aún quedaban restos visibles de una estructura de piedra labrada, situada en las proximidades del cortijo y  que parecía un aljibe alimentado por una canalización a cielo abierto que provenía de otra  canalizacion subterránea procedente de la zona alta de la finca , paralela a la mina de agua estudidada y compuesta por túneles de apenas 50X50 cm. y por un total de cinco pequeños pozos que iban reduciendo su profundidad a medida que se acercaban a la Vega, adaptandose así a la pendiente del terreno y a distancias de 6,5, 12,8 y 14 metros. Las pequeñas dimensiones de las galerías suguieren que se trata de una canalización excavada desde arriba y luego tapada, dejando cada ciertos tramos pozos de registro.  Por desgracia a día de hoy ya no queda casi nada de estas canalizaciónes, han sido arrasadas para construir una huerta. Sólo hemos localizado uno de los pequeños pozos de registro por el que sigue circulando agua. Las siguientes imágenes son recientes  y pertenecen al   pequeño pozo  que queda y al interior de esta galería.

 En cuanto a la mina por desgracia  ha sido parcialmente destruida, estando completamente tapados los pozos principales y quedando sólo accesibles dos pequeños pozos terminales que están actualmente  inundados a consecuencia (suponemos)  del taponamiento de la salida natural del agua de la mina.
En el año 86  realicé un plano aproximado de la situación de la mina, de las acequias subterráneas y de los restos aún existentes junto al cortijo. El plano es el siguiente:

En el plano aparece una excavación de cuatro metros de profundidad , seis metros de anchura y veinte de largo realizada  para la colocación de un aljibe y donde quedó a la luz un corte del yacimiento  distinguiéndose muros y cimentaciones. Actualmente dicha excavación ha sido tapada. Adjunto una foto aérea extraída de  Google donde se puede ver la finca y el trazado aproximado de la mina de agua  con un trazo rojo. La pequeña canalización subterránea  está dibujada con un trazo azul. La canalización aérea y todavía visible en la foto aunque no a nivel de suelo y donde estaban las estructuras descritas esta en trazo verde . Como se puede ver  el agua era encauzada hacia donde hoy esta la finca. El trazo amarillo es el resto de muralla de factura árabe que aún existe en la finca y que aparece en la siguiente imagen. Esta claro que actual  finca esta edificada sobre restos de un asentamiento árabe conservandose algunas estructuras. En el interior del cortijo existe un pozo-aljibe elaborado con ladrillos que debe ser de esta época.

En cuanto a la excavación descrita  estaba en la zona donde hoy está la huerta y donde en la foto se señala con una marca de posición con el título «yacimiento romano tumbas y edificaciones» . A continuación transcribo  la descripción que hice entonces de lo que se apreciaba en el corte de la fosa:

 «Sobre el corte se aprecia un estrato muy superficial de 0,4 a 0,5 metros en el que se aprecian cerámicas de tipología reciente así como abundante materia orgánica. a unos 0,6 metros de profundidad aparecen dos muros rectangulares de un metro de grosor y dos de profundidad compuestos por bloques de piedra y argamasa, bajo los muros se aprecia un piso de piedras y tégulas. Parecen fondos de viviendas. Se ven paredes enlucidas y muchos fragmentos de cerámicas árabes y romanas (siguillata, cereamica gris, etc.) la potencia del estrato descrito es de 2,5 metros, debajo de él existe un estrato virgen de arcilla roja y la afloración de la roca calcárea. En la pared lateral de la fosa, a unos 2,4 metros he podido entresacar entre piedras y barro unos fragmentos de sílex con tratamiento de lascado. Cabe destacar  que , según me contó el propietario de la finca, durante la excavación apareció un enterramiento bajo una gran losa de mármol, sin labrar (esto ha sido algo común en la zona, de hecho al camino que baja a la finca se le llegó a denominar «el camino de los muertos», por la gran cantidad de enterramientos que salieron a la luz cuando este se construyó), no recordaba  ningún tipo de ajuar funerario.»

En cuanto a la  mina objeto de este estudio ,adjunto el plano original  donde aparece denominada como  «Mina del Acebuchal»;  esta compuesta por un total de cinco pozos conectados con galerías. La longitud total que pudimos explorar es de unos 140 metros. La profundidad de los pozos es muy constante entre los 9 y 10 metros, algo completamente anómalo en una mina de agua ya que no se aprecia ninguna galería de conducción hacia el exterior pero ,como más adelante razono, creo que debería de existir. Parece que la funcionalidad de la mina era almacenar toda el agua de los manantiales en el pozo principal o colector, desde donde tendría que ser extraída al exterior o encauzada por algún conducto que no hemos localizado. 
Cuando se exploró en el año 86  el acceso a la mina era  una galería de apariencia moderna  excavada hasta el pozo principal o colector (el de mayor diámetro, unos 4 metros) de unos diez metros de longitud y cerrada en su parte superior con una bóveda de piedras. Esta galería parece posterior a la mina y fue realizada excavando una zanja que luego se cubrió con grandes losas de piedra y donde había una gran cantidad de mangueras , tuberías modernas y un pozo reciente. En el fondo de la galería una pequeña gatera  conecta con el pozo principal de la mina a unos dos metros sobre el nivel del agua. Actualmente esta entrada a la mina y el pozo principal  están  totalmente colmatados de arena y piedras pero  sigue  todavía visible la bóveda de piedras como se ve en la foto tomada por el compañero Aurelio Bonilla de la Asociación Fuente del Sol del Viso.
Del pozo principal parten dos galerías; una con dirección Noroeste con unas dimensiones de unos dos metros de alto por un metro de ancho y que a los pocos metros se ensancha en la pared lateral izquierda por la existencia de un manantial que brota del suelo, tras recorrer veinte metros se estrecha y  culmina en un nuevo manantial situado en la base de un pozo abierto de unos nueve metros de profundidad y apenas un metro de diámetro. Junto a este pozo existía un pozo paralelo .Este pozo se encuentra también totalmente tapado en la actualidad. Volviendo al pozo principal y tomando por la otra galería de dirección Noroeste recorreremos otros veinte metros por una galería similar hasta alcanzar un nuevo pozo de dimensiones más reducidas y del que   parten dos nuevas galerías la primera con dirección Norte  y que acaba por cegarse a los pocos metros por un derrumbe, se aprecia como de ella proviene un pequeño hilo de agua por lo que podríamos pensar que viene de un manantial.
La otra galería (principal) tienen unas dimensiones más reducidas 1,8X0,75m.  gira ligeramente  hacia el Oeste y tras recorrer 15 metros desemboca en un nuevo pozo también de pequeñas dimensiones (1m. de diámetro). Antes de llegar a este punto existe  un muro de piedras en un lateral que podría ser un conducto cegado o un refuerzo  para contener una beta de arcilla. En el pozo encontramos dos nuevas galerías ,  la primera con dirección Noroeste que a los pocos metros culmina en un manantial que brota de la pared pero que actualmente esta seco, sin pozo al exterior. La otra galería (principal) mantiene la misma dirección que la precedente y morfología similar pero a los pocos metros cambia bruscamente de altura pasando de medir 1,8 metros a 77 cm.
 Tras recorrer unos diez metros en estas dimensiones alcanzamos un nuevo pozo y recuperamos la altura de 1,8 metros  y  del que vuelven a salir dos galerías, una con dirección Noroeste de altura reducida (65 cm.) por la que se avanza con dificultad y que tras 17 metros alcanza una especie de cámara a la que no  pudimos acceder. El suelo en esta zona esta cubierto de finas placas de caliza precipitada que se rompen bajo nuestro peso, esto es debido a que esta galería trae un pequeño hilo de agua por lo que debe proceder de un manantial, aunque el caudal que fluye es mínimo. En cuanto a la  segunda galería (principal) mantiene un rumbo similar pero girando ligeramente al Norte, las paredes han sido reforzadas artificialmente con piedras y argamasa. El techo que en principio es de piedras planas acaba por ser de tégulas encajadas unas con otras. La galería fue reforzada para evitar su derrumbe. La construcción artificial tiene una altura de 70 cm. una anchura de 30 cm. y una longitud de 12 metros. La galería continúa pero no avanzamos más porque algunas tégulas parecen sueltas y hay peligro  de derrumbe.Todas las galerías presentan unas muescas o excavaciones sobre las paredes a distintas alturas llamados lucernarios para  sostener las lucernas de aceite  que iluminarían  las labores de excavación.
Es evidente que esta mina fue construida para el abastecimiento de un asentamiento humano  de cierta importancia . No es fácil  determinar si las canalizaciones existentes son contemporáneas a la mina o posteriores, lo que  sí es claro que estas tienen la misión  de conducir el  agua hasta lo que hoy día es el cortijo y este (como se ve claramente) tiene cimientos árabes. Por la excavación y los restos que aún se ven sobre el terreno el asentamiento romano debía de estar más hacia la colina, justo por debajo de la mina de agua, lo que suguiere una asociación asentamiento romano-mina. Es curioso el «escalón» existente entre los últimos pozos  que parece destinado a conseguir  que el nivel de agua  de estos dos pozos finales de la mina tuviera siempre un nivel mínimo (así parece deducirse de las marcas de agua existentes). Otro hecho curioso es la excavación de una galería de apenas setenta centímetros de altura que conecta con un manatial. Excavar en estas dimensiones obliga a hacerlo tumbado y esto no debe ser nada fácil, de hecho no recuerdo ninguna otra mina donde haya encontrado galerías excavadas con estas dimensiones, esto es algo a lo que tendremos que buscar explicación. La distancia excavada en estas condiciones es de casi veinte metros y en este punto conecta con un espacio más amplio al que no pudimos acceder. Puede que conecte con otro sector de la mina inexplorado. La siguiente imagen es un perfil de la mina  realizado tambien en el año 86.
Las marcas de agua  delatan un nivel muy constante y que no inducen a pensar que la mina haya estado normalmente  inundada (cosa que sucedería si no existiera un rebosadero) por lo que me inclino a pensar que originalmente tendría un rebosadero, situado seguramente en la galería que parte del pozo principal y por la que entramos a la mina, esta galería ha sido muy modificada en épocas más recientes. La tipología de las galerías en cuanto a morfología y dimensiones son típicas de esta zona de Los Alcores. (Mina de agua de Alcalá, de Alcaudete, etc.) . La distancia entre lumbreras (pozos) oscila entre quince y  veinte metros lo que concuerda con el patrón que suele ser  habitual aquí en los Alcores y en otras partes del mundo (como en los Kanats de Iran). La construcción interna de refuerzo donde se han empleado tégulas y los lucernarios sugieren que la mina es de origen romano. La estructura y funcionalidad de la mina es clara y simple, hay una galería principal que recoge mediante galerías secundarias el agua de al menos cinco manantiales que se encauzan hacia una galería recolectora hasta  el pozo principal o colector. La galería principal acaba en una construcción artificial realizada para el refuerzo de las paredes y techo que no hemos llegado a superar pero que suponemos debe de de venir de un venero principal y quizás el más importante y caudaloso  de la mina.
La mina forma parte de todo un sistema de abastecimiento de agua construido por las colonias que aquí se establecieron durante siglos y es un patrimonio arqueólogico y cultural que debería ser puesto en valor y protegido. Los estudios de la mina no están ni mucho menos concluidos y sería necesario ampliarlos. El deficiente estado actual de la mina puede ser en parte subsanado por los propietarios de la finca. Nos  hemos puesto en contacto con el  actual propietario al que hemos comunicado tanto la existencia de esta mina como su estado y se ha interesado mucho  por el tema. La idea es intentar bajar el nivel de agua actual creando de nuevo un rebosadero y poder volver a visitar y reexplorar sus conductos hasta donde sea posible. Las novedades al respecto las iré reflejando en este blog.
Esta finca posee un patrimonio arqueológico excepcional. En una vista reciente de la AAES junto con la Asociación Fuente del Sol a la mina  pudimos localizar y explorar un silo calcolítico situado en las cercanías https://www.facebook.com/#!/juan.tirita.9/media_set?set=a.572052619472926.127380.100000045783757&type=1
y donde apareció un magnifico ejemplar de Chopping tool , tallado en un canto rodado.

Fuentes consultadas:
EL YACIMIENTO DE «EL ACEBUCHAL»(CARMONA,SEVILLA):UN ANÁLISIS DE LAS ESTRUCTURAS CALCOLÍTICAS A TRAVÉS DE LOS ESCRITOS INÉDITOS DE J.BONSOR E HISTORIOGRAFÍA.    María Lazarich Gozález, Inmaculada Ladrón de Guevara, Merecedes Rodriguez de Zuloaga, Milagrosa Sánchez Andreu.