Este último fin de semana, aprovechando que la cueva de la Minilla está, por la falta de lluvias, en unos niveles de agua mínimos, se ha organizado un nuevo ataque al sifón terminal.
La última vez que estuvimos en la cavidad se había podido echar un vistazo con un biberón al último sifón comprobando su clara continuidad en una galería que se abría a 19 metros de fondo y ascendente lo que podía dar a entender que podría ser un sifón corto y salir en pocos metros a galería aérea.
Con objeto de aclarar esta incógnita y así poder organizar una campaña en condiciones se ha vuelto al sifón con algo más de medios. Con la ayuda de tres porteadores, un equipo de tres espeleobuceadores hemos vuelto a superar el primer sifón, que ahora tiene unos diez metros y entre los tres hemos porteado un equipo de dos biberones hasta la punta de exploración. El sifón intermedio no llegaba en esta ocasión a sifonar, lo que facilitó el acceso a la punta, eso sí, esta vez el rapell hasta el agua era mayor debido a la bajada del nivel de agua del pozo en unos tres metros. Se ha intentado reequipar el pozo pero los spits no sirven en la descompuesta roca de las paredes por lo que será necesario hacerlo con un taladro eléctrico y otro tipo de anclajes. Este hecho incrementa la dificultad porque el sifón no tiene orillas y hay que equiparse en el agua.
El sifón es en principio un pozo vertical por el que se desciende hasta los dieciséis metros de fondo,(diecinueve en la exploración hecha en Julio) punto donde arranca la galería. Se ha retomado la exploración en el último punto explorado y donde estaba amarrada la punta del guía, a veinte metros de desarrollo para continuar avanzando por una galería de unos dos metros de ancho por tres de alto a una profundidad que oscila por subidas y bajadas entre los 17 y 11 metros hasta alcanzar un desarrollo total de 80 metros. El hilo guía ha quedado atado a un saliente a catorce metros de fondo, delante sigue la galería con las mismas dimensiones y morfología.
Se trata sin duda de una galería de igual morfología que la precedente sólo que esta vez sumergida y que por su apariencia parece larga. Con esto ya sabemos que no estamos ante un sifón corto y que habrá que portear al menos cuatro botellas por buzo. El porteo del primer sifón hasta el último es lo más duro y no sólo por la distancia, unos trescientos metros, sino por una apreciable falta de oxigeno que hace que el esfuerzo del porteo se multiplique por dos. Esta falta de oxigeno es lógica en una atmósfera estanca, hermética y enrarecida, que es la que existe entre ambos sifones. La cavidad no tiene ningún acceso al exterior en esta zona. Publicamos un primer croquis del sifón que sumado a los quinientos metros ya explorados por el grupo GER de Ronda en el año 1995 da a la cavidad un desarrollo cercano a los 600 metros.
Espeleobuceadores: José María Cuesta, Ignacio Malibran y José Millán
Equipo de Apoyo: Baltasar Felguera, Ricardo Tamayo, Sandra Benitez.
Foto. Nacho Malibran
Topografía. Grupo GER, extraída del libro «Sierra de las Nieves Simas cuevas y barrancos», de Manuel J. Guerrero Sánchez.