Tras la última incursión realizada en la surgencia de Zarzalones sufrí un incidente descompresivo que me obligó a permanecer hospitalizado durante tres días y a tener que ser tratado en una cámara hiperbárica. Despues de analizado el suceso tengo muy claro que yo fuí el único culpable del mismo por un exceso de confianza y no aplicar todas las medidas y protocolos descompresivos necesarios, así que me lo tomo como un severo toque de atención que me ha hecho darme cuenta que en ningún caso podemos bajar la guardia en este tipo de inmersiones. Pongo una crónica de todo lo sucedido:
«El pasado fin de semana 25 de mayo sufrí un incidente descompresivo en la surgencia de Zarzalones, es el primero que tengo en 27 años que llevo buceando, afortunadamente todo a quedado en un gran susto y al día de hoy estoy prácticamente recuperado, aunque tendré que estar algún tiempo en dique seco. En estos días he tenido tiempo de analizar el suceso y buscar explicaciones. Los ordenadores que registraron mi perfil de buceo me han ayudado mucho a determinar que consecuencias me llevaron a sufrir el accidente y que hice mal. Soy de los que piensan que cuando ocurre un suceso de este tipo, sea accidente o incidente hay que centrarse en lo único positivo que se puede extraer del mismo y es la compresión del suceso, saber porqué paso y así poner todos los medios para evitarlo en un futuro, además creo que hay que divulgarlo porque puede ayudar a que a otros no les ocurra y por supuesto de que no te vuelva a ocurrir a ti.
Yo buceo con un rebreather semicerrado pasivo desde hace unos tres años, máquina que he utilizado fundamentalmente para inmersiones en cueva. En estos años he realizado muchas inmersiones con el rebreather, algunas con rangos de profundidades de hasta 60 metros y decos que en ocasiones han rondado los cien minutos, siempre descomprimiendo también en cerrado y sin ningún problema. He utilizado siempre EAN50 y oxigeno para la deco salvo en inmersiones con tiempos de deco cortos donde sólo he utilizado EAN50, la mayoría inmersiones de entrenamiento en el mar. En cuanto a las decos las he realizado mediante ratio-deco añadiendo factores de seguridad y haciendo maniobras de vaciado de fuelles entre cotas con la idea de compensar la caída de ppo2 que sufren estos rebreathers. Como instrumentos de control y a parte de un bottom-time llevo también un ordenador que me sirve de referencia para mis cálculos y por si se me va la hoya en una inmersión con perfil complicado.
El día del incidente era una inmersión de las que yo llamaría (equivocadamente según concluyo el día) de perfil simple. Éramos sólo dos buzos, yo iba en cerrado y mi compañero en abierto, el objetivo era tomar datos topográficos de un sector concreto de la cavidad. El primer error y creo que decisivo fue el de prescindir del oxigeno puro y considerar que con el tiempo de deco que iba a cumular no sería necesario (una botella menos que portear). Como mezcla de fondo llevaba un TX con poco helio 23/25 y EAN50 como gas de deco. Mi compañero que iba en abierto si llevaba una S-40 con oxigeno pero sólo con unos 80 bares. La idea era penetrar en los dos ramales principales de la surgencia tomado datos topográficos hasta un fondo máximo de -44 metros, fondo que sólo se toca en los últimos metros, el resto del recorrido vamos a un fondo no superior a -26 metros y los primeros 150 metros no pasa de -15. El desarrollo total de la inmersión ida-vuelta era de unos 450 metros, llevaba un torpedo más que nada para probarlo (lo tengo en período de pruebas) porque no me hacia falta para la actividad, de hecho lo dejé “aparcado” a mitad de recorrido para recogerlo a la vuelta. Mi compañero de buceo iba en abierto así que decidí tomar yo todos los datos ya que la autonomía del rebreather me permitía “entretenerme” mucho más para esta misión. Él se limitó a instalar el hilo topográfico, así que entró antes que yo, nos cruzamos a mitad de camino, nos dimos el “ok” y cada uno siguió con lo suyo. Todo fue muy bien, yo concluí el trabajo, recogí el torpedo y el hilo y nos reunimos en la parada de -6 metros unos ochenta minutos después de empezar la inmersión. He de decir que en este punto y concentrado como iba en tomar datos ya había cometido un primer error y era hacer el cambio a EAN50 a -16 y no a -21, así lo hice más que nada porque recoger el torpedo me obligaba a subir y luego bajar y no cambié la mezcla hasta estar ya en la galería de ascenso camino de la parada de -6. Supongo que esto me penalizó la deco pero no lo tuve en cuenta (exceso de confianza sin duda). En seis metros hice una deco de 25 minutos que contrasté con el ordenador, si en vez de EAN50 hubiese utilizado oxigeno puro seguro que el resultado no hubiera sido el que fue. Como ya he dicho al principio este fue sin duda el origen del accidente ya que cuando se lleva un rebreather pasivo el mejor gas y más seguro para la deco en el rango de los seis metros es sin duda el oxigeno que es el único gas que nos mantiene una ppo2, alta y constante en estas máquinas. La parada de seis metros esta a unos 60 metros de la calle, la salida es una galería grande con un fondo de unos -2 metros. Mi compañero acabó su deco y me lo comunica, yo le digo que salga si quiere y el se va hacia la salida (este es otro gran error que solemos cometer y es confiar demasiado en que en este tramo de salida no nos va a pasar nada). Yo en ese momento estoy perfectamente acabo mi deco y me voy hacia la calle; es cuando estoy llegando fuera cuando empiezo a encontrarme mal, de repente noto un dolor en la zona lumbar que achaco a mis problemas de espalda ya que padezco lumbalgia y a veces me da la cara en alguna que otra inmersión, pero algo no va bien, me siento mareado me noto las piernas adormecidas así que en seguida entiendo que estoy sufriendo una ED. Cuando llego a la poza de entrada me encuentro realmente mal, pido ayuda a mi compañero que me ayuda a quitarme el equipo, esta muy asustado y yo intento tranquilizarlo, paso un buen rato en el agua relajándome y respirando el oxigeno que tenía mi compañero en su botella, cuando se acaba sigo con mi EAN 50, empiezo a encontrarme mejor, me salgo de la cueva por mis propios medios , me quito el traje seco y me tumbo con una botella de agua, no paro de beber, esto (como ya sabéis) es vital en caso de ED. Por mis síntomas sufro una ED neurológica, me afecta fundamentalmente a las piernas, me cuesta trabajo andar y tengo un terrible dolor de cabeza. Me quedo tumbado intentando recuperarme y la verdad es que empiezo a encontrarme mejor, mientras tanto José maría se pega un curro de muerte recogiendo el material, (el porteo de la surgencia al coche es de unos trescientos metros ) por el camino hace varias llamadas de teléfono a los compañeros que no habían podido venir y les explica lo sucedido, todos le aconsejan que me lleve a un hospital con cámara hiperbárica, él me pregunta constantemente por mi estado y no sabe muy bien que hacer , me dice de abandonar el equipo y llevarme al hospital y yo le digo que ni se le ocurra, que estoy cada vez mejor , no sé si sólo me estaba engañando a mi mismo no hago más que darle vueltas al coco y entiendo que la inmersión no ha sido muy agresiva y que la ED no puede ser muy fuerte, tengo esperanzas en que se me pase, por lo menos en que con algo de tiempo me voy a sentir mejor. Le digo a mi compañero que si no se me pasan los síntomas nos vamos al hospital en cuanto recojamos.
En la zona estaban los compañeros del Grupo Xtremedive de Murcia que habían venido a pasar el fin de semana y a conocer la cavidad y que providencialmente aparecen por la cueva ya que pensaban hacer una inmersión esa tarde. Ven mi estado y enseguida me traen una botella de oxigeno de su equipo, mantenemos una charla sobre lo que ha pasado y como me encuentro (ellos ya tienen experiencia en estos temas) y la conclusión lógica es que hay que llevarme a una cámara. Nos ayudan a terminar de recoger todo el equipo y a trasladarme al coche (me cuesta trabajo andar y tengo que parar cada pocos pasos), me tumbo en el asiento trasero y me llevan a Benalmádena, el punto más cercano con cámara hiperbárica, Josémaría conduce y Franjo Castejón de Xtremedive le acompaña de copiloto. Por el camino Franjo se encarga de contactar con los compañeros de Marbella, Alex y Rubio, que pertenecen al equipo de espeleobuceadores y de movilizar el protocolo de cámara. Vía teléfono piloto y copiloto van siguiendo instrucciones, tanto de los compañeros de Marbella como de la Guardia Civil para seguir el camino más corto a Benalmádena, que está a unos sesenta kilómetros y por carretera de montaña. El camino es un poco lioso y nos perdemos varias veces, se hace largo, muy largo, no paro de beber agua y respirar oxigeno y de vez en cuando vomito, sólo agua que era lo único que tenía en el estomago. En el hospital no esperan Rubio y Alex que ya han movilizado al médico hiperbárico y al operario de la cámara, tal como llego me hacen radiografías un escáner completo, analíticas etc. y me dejan en una camilla; al poco viene el médico y me dice que hay muy buenas noticias que los resultados dicen que no hay nada grave, que todo esta bien, luego a la cámara durante unas tres horas. Me dejan hospitalizado, a pesar de que mi estado general es bueno tengo problemas para andar pues me cuesta mantener el equilibrio y tengo mucho hormigueo en las piernas. Me meten cuatro veces en la cámara, en los dos días consecutivos y mi estado general mejora mucho pero el hormigueo persiste, a los tres días me dan el alta, a casa con unas pastillas para lo del hormigueo.
Bueno pues este es el resumen de lo ocurrido, toda una experiencia ya que me he estrenado doblemente, primero como accidentado hiperbárico y segundo como paciente de un hospital (a mis 49 años nunca había pisado un hospital más que como acompañante). Lo bueno de la experiencia es el ejemplar comportamiento de los compañeros que me ayudaron en la cueva y me acompañaron en el hospital, les estaré eternamente agradecido a todos: a José maría que tanto se lo curró durante el accidente y en las horas posteriores junto con Nacho que no dudó en desplazarse hasta Benalmádena esa misma tarde y estar allí hasta el día siguiente, también a los componentes de Xtreme Dive, Franjo, Iñigo, Nico, Sergio….. A todos los demás compañeros que acudieron al hospital a darme su apoyo y a interesarse por mi estado, Antonio, Rubio, Ricardo, José Pardo, Peska, Sandra, Alex, Roberto, a mi mujer Rosa que estuvo conmigo y a todos los que me han mandado su apoyo bien por teléfono o bien por la red que han sido muchos.«
Me alegro de que todo acabara en un gran susto, espero poder verte pronto por aquí en algún reportaje en la punta de zarzalones,
saludos de un Coino,