Revisión de la mina de agua de Martín Pérez

En fechas recientes hemos vuelto a visitar la agua de Martín Pérez junto con los miembros de la Asociación de defensa del patrimonio Luis Reyes Calabazo, como actividad de campo para dar a conocer el Patrimonio arqueológico y natural de Carmona y en la que también se incluyó una conferencia sobre el proyecto de exploración y catalogación de las minas de agua de los Alcores Sevillanos que la AAES esta llevando a cabo. Se aprovecho la visita para realizar algunas fotos y un vídeo de esta bonita y curiosa mina de agua. Lo más destacable de la visita fue el descubrimiento de una primitiva vela hecha con cera de abeja y que parece que pudo ser utilizada para iluminar algunas labores de excavación. El estudio de esta vela puede aportar datos muy valiosos sobre la historia de la mina, intentaremos datarla. También se exploró un pozo sin duda asociado con la mina que esta completamente colmatado de sedimentos.

Cartél de las jornadas.
 Hemos observado algunas evidencias que parecen indicar que el pozo principal de la mina situado en el colector pudo ser excavado desde abajo, tal como sucede en la mina de Alcaudete. Por otro lado la vela puede ser un sistema alternativo a las lámparas de aceite, sabemos que en algunos momentos de la historia este escaseo tanto que se adoptaron estos sistemas de iluminación. Un primer estudio de la vela revela una gran antigüedad por la patina que la recubre y que la ha ennegrecido. Parece estar fabricada enrollando capas de cera de abeja que era ligeramente calentada previamente lo que no es un sistema muy común ya que lo normal era fabricarlas por inmersiones sucesivas en cera caliente. La mecha central ha desaparecido completamente al ser de fibras orgánicas. Creemos que esta vela ha de ser estudiada en profundidad y datada mediante carbono 14 para establecer su antigüedad con precisión.

Imágenes de la galería principal de la mina
Algunos de los lucernarios que hemos estudiado en esta mina resultaban muy pequeños para albergar una lámpara por lo que fueron claramente realizados para una vela. ¿Se excavó toda la mina con velas?, es una posibilidad pero hay lucernarios más grandes y cuyas huellas de humo, bien visibles en la roca, parecen pertenecer por su posición más a una lámpara de aceite que a una vela. La vela se encontraba entre los escombros de excavación de una pequeña galería lateral, suponemos que se cayó y no fue abandonada ya que las velas de cera eran caras en la antigüedad y no demasiado fáciles de conseguir. De hecho tanto en el Imperio Romano como en la Edad Media eran habituales las velas hechas de cebo o grasa animal mucho más baratas y fáciles de conseguir, el problema es que eran poco efectivas y despedían mucho humo de olor desagradable por lo que no eran adecuadas para excavar en una mina. Tenemos muchos estudios y pruebas sobre la iluminación de labores de excavación en minas mediante lucernas de aceite, durante el Imperio Romano y la Edad Media pero sobre velas no hay prácticamente nada y aquí radica la gran importancia que puede tener este hallazgo.
 Tambien se han localizado trazados sobre la roca que podrían ser inscripciones  pero que habrá que analizar con más detalle. En definitiva estamos ante una mina que todavía puede dar mucho de sí en cuanto su historia y origenes se referiere. Tenemos previsto volver para seguir revisando y buscando más pruebas que confirmen o desmientan las teorías iniciales que teníamos sobre esta mina.
Primitiva vela de cera hallada durante la exploración.
Posibles inscripciones.

la Mina de Agua de Alcalá y los Caños de Carmona.

 

La mina de agua de Alcalá de Guadaira  es sin duda una de las minas urbanas más extensa  y conocidas de Andalucía. Su importancia histórica cobra mayor  relevancia en base a su relación directa con los llamados Caños de Carmona,   un formidable acueducto de más de veinte kilómetros  en parte aéreo y en parte subterráneo que durante muchos siglos fue el principal abastecimiento de agua a Sevilla. En este caso se trata de una mina que ha sido siempre un elemento del subsuelo urbano, y es  que durante siglos la mina  fue también la fuente principal de abastecimiento de agua potable de Alcalá, estando el trazado de sus calles directamente relacionado con el de sus galerías, cuyas lumbreras distribuidas a distancias regulares de unos veinte metros , acabaron convirtiéndose en un sistema de pozos de abastecimiento para las viviendas  edificadas en la  Edad Media,  y así ha sido hasta tiempos recientes cuando los pozos han quedado en desuso por la contaminación de las aguas del acuífero. Es lógico  que una de  las calles principales de la población se llame  “Calle de la Mina”. El importante caudal que circulaba por la mina fue también utilizado para proporcionar fuerza motriz al conocido como “Molino de la Mina”, uno de los pocos molinos hipogeos que existen en España. La mayoría de los molinos alcalareños fueron construidos durante la ocupación islámica, sin descartar que ya existieran algunos en época romana  y reutilizados de manera intensiva  en la Edad Media cuando la localidad llegó a conocerse como “Alcalá de los panaderos”. No hay un elemento más representativo de la cultura harinera-panadera alcalareña como los innumerables molinos, movidos tanto por las aguas del Guadaira como por los manantiales subterráneos.

El castillo de Cheber y el Molino del Algarobo en Alcalá de Guadaira.

Foto: Manuel Bernal. 

Las condiciones hidrogeológicas del subsuelo de  Alcalá son bastante excepcionales y coinciden en general con las que existen en toda la cornisa de los Alcores. Las colinas alcalareñas  están formadas por un potente estrato de  sedimentos marinos del mioceno que han generado la característica  roca conocida como calcarenita. Con unos grosores que  a veces superan los  treinta metros y que  están asentadas  sobre un zócalo de margas azules sobre el que se retiene el agua formando importantes acuíferos. Tal acumulación de calcarenita ha generado una intensa explotación a lo largo del último siglo plasmado en forma de innumerables y antiestéticas canteras que han remodelado y caracterizado el paisaje alcalareño. La calcarenita molida a la que vulgarmente llamamos albero es una tierra muy apreciada en Andalucía por su capacidad drenante y que siempre ha estado  relacionada con los espectáculos taurinos y feriales.  Además la calcarenita es una importante materia prima para la fabricación de cementos, industria que también esta presente en la localidad. No hay un subsuelo con mejores condiciones para la excavación de minas de agua que este que esta presente en los Alcores; abundancia de agua subterránea y una roca fácil de excavar pero muy resistente al colapso. Realmente son varias las minas que existen en el subsuelo de Alcalá. A lo largo de las márgenes del Guadaira y en la zona de Oromana se localizan otra serie de conducciones menores que en muchos casos alimentaban molinos hidráulicos. Algunas tienen desarrollos importantes y tipologías similares a la mina principal pero sin relación física con ella. Pudieron ser originalmente minas de abastecimiento de pequeños núcleos urbanos o Villaes, sin descartar que algunas puedan tener un origen más reciente islámico o medieval. Actualmente están en proceso de estudio por parte de la Sociedad Espeleológica GEOS.

 Minas de Calcarenita en Alcalá de Guadaira. Foto: José Millán.

 

Plano medieval del trazado de los Caños de Carmona. (archivo histórico)
 Los conductos de la  mina  han sido excavados a pico en la roca calcarenita, desarrollándose durante muchos miles  de metros para recoger y canalizar el  agua de los caudalosos manantiales subterráneos que existen bajo el subsuelo de Alcalá. Es una obra de ingeniería hidráulica formidable   pero ¿Quiénes la construyeron?
  Fábrica abandonada del Adufe. Foto: José Millán

 Corría el año 1.172 cuando según el cronista musulmán Ibn Sahid  Al-sala, el entonces  Califa  de Sevilla Abud Yaqub Yusuf  ordenó restaurar una antigua canalización que transportaba agua hasta Sevilla y que en ese momento ya estaba en desuso. El acueducto recogía el agua  de las proximidades de  la entonces “qalat chabir” edificada sobre el río “ayra”, (“wadi ayra”) que era un importante bastión almohade que formaba parte del cinturón defensivo de la Sevilla islámica y con el tiempo acabaría siendo la actual Alcalá de Guadaira. Esta referencia histórica es suficientemente clara para la datación de la mina y es que, como suele  
pasar en todos los Alcores,  estamos ante un acueducto construido en el Alto Imperio Romano. De hecho la mina presenta diferentes modificaciones y reutilizaciones, cuya cronología aproximada queda  atestiguada por los diferentes elementos constructivos que podemos encontrar en las obras de entibado y refuerzo de determinadas zonas. La mina ha permanecido  en pleno uso hasta bien entrado el siglo XX. La  compañía inglesa conocida como “The Seville Water Works Company” la utilizó en el Siglo XIX para abastecer a la fábrica conocida como Adufe. Posteriormente pasó a estar gestionada por EMASESA que comercializó sus aguas y  permitió que la mina tuviera un mantenimiento periódico, al menos del sector de captación que esta bajo Alcalá ya que la galería de conducción a Sevilla fue destruida por las obras de los polígonos industriales que se construyeron en toda la zona. De esta época son los sellados de muchas lumbreras para evitar el taponamiento de los túneles con escombros y sedimentos. En años recientes la mina ha caído en desuso en gran medida por la contaminación de sus aguas y esto ha hecho que se deteriore rápidamente y no ya por la falta de mantenimiento sino por obras y remodelaciones de terreno que no han respetado su integridad.
 trazado aproximado de los  Caños de Carmona desde la Mina de Alcalá a Sevilla
 Imágenes de los Caños de Carmona antes de su demolición.
 Los orígenes de Alcalá son ha día de hoy inciertos. http://es.wikipedia.org/wiki/Alcal%C3%A1_de_Guada%C3%ADra .Toda la zona de los Alcores fue intensamente ocupada desde el Paleolítico, si bien los primeros asentamientos  que generaron en núcleos urbanos de cierta entidad se produjeron en la Edad del Cobre hace 4.500 años, como bien evidencian las necrópolis megalíticas cercanas como la de Gandul.  En el caso de Alcalá es de suponer que todos los antiguos asentamientos  hubieron de agruparse en torno al río y al  el cerro donde se levanta hoy día el castillo, lugar que es intensamente poblado hasta hace 3.500 años. Las pocas evidencias arqueológicas existentes  constatan una importante ocupación romana alto imperial y es sobre los restos de esta ocupación sobre los que se levantan los restos del castillo actual. Una gran fortificación de factura mudéjar y conocida en la antigüedad  como “El castillo de Geber” en honor del gran alquimista “El Gueber”,  nombre latinizado de Abu Musa Yabir Alsufi Hayyan,  importante e influyente personaje que vivió a caballo  entre  el siglo sexto y séptimo ,cosa que sabemos gracias a las alusiones del ya mencionado cronista  Ibn Sahid  Al-sala.
  En dos lápidas  de origen romano encontradas en los muros del castillo y  estudiadas por Rodrigo Caro se puede leer el nombre de  Ordo Hienipensium, en alusión a la ciudad de  Hienipa, asentamiento que hubo de existir en lo que hoy es Alcalá. El hecho de que el vocablo  Hienipa derive  del griego y no del latín  hace suponer a algunos historiadores  que hubo de ser fundada por griegos focenses que establecieron importantes asentamientos  a lo largo de toda Andalucía  durante el siglo sexto antes de Cristo, hecho que aunque puede ser  probable no ha sido corroborado  por la arqueología. Lo que si parece más que probable es  que ya desde tiempos de conolización romana (lo fue sin duda en época islámica)  Alcalá fuera un importante y estratégico bastión militar, rodeado de grandes Villaes y  asociado a la protección de la ciudad de Hispalis, pero no sólo eso, también debió ser uno de sus  principales suministros de agua. El hecho de que  Hienipa no fuera una gran metrópolis ya que no se ha conservado vestigios que así lo indiquen como anfiteatros, circos o grandes necrópolis hace injustificable la necesidad de  excavar  una mina de abastecimiento de agua de tal envergadura.  La mina de Alcalá  habría de abastecer una gran capital y no un pequeño asentamiento  y esta no puede ser otra que la gran  Hispalis romana. La gran fortificación almohade “qalat chabir” es conquistada por los castellanos en el 1.247. y sigue siendo un simple bastión militar hasta el año 1.280 en el que el Rey Alfonso XII le otorga Carta de Poblamiento, constituyéndose la llamada Villa de Alcalá. Es entonces cuando la ciudad se desarrolla extendiéndose desde el cerro del castillo a las llanuras circundantes y generando el trazado urbano actual, condicionado en parte por el trazado de la mina que se convirtió en la red principal de abastecimiento de agua.
Plano Esquemático de los trazados principales de la Mina de Alcalá.

Dibujo: José Millán.
 La mina ha sido objeto de diferentes estudios y mediciones. Hemos encontrado referencias de exploraciones con carácter espeleológico realizadas en el año 1977 por parte del grupo SAEX (Sociedad Ateneistica de Exploraciones). http://hemeroteca.abcdesevilla.es/detalle.stm
En años posteriores son destacables  las que hizo el alcalareño Vicente Romero Gutiérrez en los años ochenta o los que ha realizado más recientemente Francisco García Rivero. La mina también ha suscitado interés bioespeleológico en base a curiosos peces y anguilas ciegos encontrados en sus aguas, adaptados a la vida en la oscuridad total.  Tuve el privilegio de asistir a una de las  múltiples conferencias que  Vicente Romero organizó en Alcalá sobre la mina, ilustrada con toda una serie de fotografías de los diferentes sectores del acueducto. Además de las conferencias Vicente Romero publicó numerosos artículos en el periódico Alcalá Semanal donde relataba con detalle las diferentes incursiones en las galerías y donde daba cuenta de su trazado a lo largo del casco urbano y de los sectores que se dirigían desde el colector del Zacatin (situados en las afueras del pueblo) hacia Sevilla. Dedujo que la mina habría de ser romana en base a sus características y a los ladrillos que componían las bóvedas de refuerzo en los sectores entibados. Las charlas con Vicente Romero despertaron mi curiosidad por las minas y durante unos años estuve  también realizando incursiones e investigaciones en la mina, fruto de las cuales son las topografías, gráficos y fotos que publico en este trabajo. Mas recientemente el  grupo espeleológico GEOS, en base a un convenio de colaboración firmado con el Ayuntamiento ha estado realizando estudios y topografías de las galerías desde hace más de diez años, trabajo que se ha plasmado en diferentes publicaciones y conferencias.http://www.traianvs.net/pdfs/2010_08_geos.pdf

Gracias a las crónicas de Vicente Romero, que exploró las galerías años antes de que algunos tramos fueran destruidos, sabemos que la galería principal recogía el agua de  caudalosos manantiales subterráneos que él considero el origen de la mina y que afloraban  bajo la desaparecida ermita medieval  de Santa Lucía, cuya localización exacta (la ermita fue destruida en el siglo XIX, y se conocía sólo su emplazamiento aproximado)  ha sido confirmada gracias a unas excavaciones arqueológicas que han desenterrado parte de sus muros en la  zona conocida como “Los cercadillos” en las proximidades del recinto ferial. Junto a la ermita ha sido también excavada una necrópolis romana de los siglos III al IV después de Cristo.
http://www.arqueologiamedieval.com/noticias1/1131/alcala-confirman-la-ubicacion-exacta-de-la-ermita-medieval-de-santa-lucia.

«Los Cercadillos». Lugar donde se encontraba la Ermita de Santa Lucía y el origen de la mina.

Foto: José Millán.

 

Teatro Gutierrez de Alba , situado sobre El Molino de la Mina.

Foto: José Millán.
El Molino de la Mina. Foto: José Millán

Desde Santa Lucía la mina discurría  bajo el casco urbano pasando por el Molino de la Mina donde sus aguas eran utilizadas para mover sus rodeznos y desde aquí hacia el colector del Zacatín, lugar situado  las afueras del pueblo y justo al lado de la antigua carretera de Alcalá a Sevilla, que discurre paralela al río y donde hoy día se haya situada la  «Venta de los Ponis»  y  donde antiguamente estuvieron los lavaderos públicos  de los que sólo queda la galería subterránea  que los alimentaba que  como puede suponerse esta excavada  desde la mina.

El Zacatín. Zona donde se encuentra el colector de la mina. antes de ir hacia Sevilla

Foto: José Millán.

El recorrido total de este sector es de algo más de dos kilómetros, sin contar las bifurcaciones que existen y que captan manantiales secundarios. En el Zacatín, las aguas de Santa Lucía se unían  a las que transportaba una nueva galería que actualmente esta muy destruida por taponamientos y derrumbes y que según Vicente Romero recogía las aguas de unos importantes manantiales situados en las proximidades de la parroquia de San Sebastián (que fue el antiguo hospital de Alcalá). Este sector tiene un desarrollo algo menor y como sucede en la anterior galería cuenta con varias bifurcaciones que parecen captar agua de manantiales menores.

Lumbreras de la galería del Zacatín tras un rebaje del terreno .Foto: José Millán

Tiene la particularidad de que en un determinado punto se ha hecho descender la galería unos cinco metros para adaptarla al nivel de la de Santa Lucía que discurre a una cota más baja. Desde el Zacatín se desarrolla la  galería que se dirige hacia Sevilla siguiendo paralela a la carretera Sevilla-Alcalá en donde aún  se pueden ver las lumbreras en uno de sus  márgenes tapadas con unas características cúpulas. En este tramo hay una captación moderna que deriva el agua hacia la fábrica del Adufe, ya abandonada. La mina pasaba  por la zona conocida como Venta de la Liebre que es donde esta el cruce entre la antigua carretera Alcalá- Sevilla y la SE-30   y luego se dirigía  hacia lo que hoy día es el Polígono la Red, donde hasta tiempos relativamente recientes existió una caseta de registro de la mina o “arca de agua”.

Antigua carretera Alcalá-Sevilla. A la derecha se ven las lumbreras de la mina, espacidas cada veinte metros

Foto: José Millán.

 

Detalle de una lumbrera

La orografía del terreno, en suave pendiente hacia Sevilla provoca  que las galerías  y lumbreras vayan siendo cada vez menos profundas  hasta que acaban por salir al exterior, punto donde las aguas eran recogidas por una acequia y luego por los soberbios Caños de Carmona. Sabemos que la conducción discurría por las tierras de la barriada de Torreblanca, que por algo fue bautizada como “Torreblanca de los Caños” y que en este punto ya debería ir por un canal superficial ya que se encuentra a unos siete kilómetros del Zacatín y según nuestras estimaciones, considerando la profundidad de la galería en el Zacatín y  la pendiente hacia Sevilla no habría más de tres kilómetros de mina subterránea. Todo el tramo de mina desde la venta de la Liebre al polígono la Red  ha sido destruido por las obras de los polígonos industriales.

Galerías de la Mina de Agua de Alcalá.
Foto: José Millán

Lo que conocemos como el Acueducto de los Caños estaba compuesto por  410 arcos de   ladrillo y en algunos sitios a doble altura  y si cada arco tenía unos cuatro  metros de luz la longitud total del acueducto debería ser  de 1.640 metros. De los Caños sólo quedan unos pocos restos, concretamente tres tramos de unos cinco arcos dentro del casco urbano de Sevilla. Fue demolido en el año 1911 por la ampliación urbanística de la ciudad.http://es.wikipedia.org/wiki/Ca%C3%B1os_de_Carmona,

Se cree que el acueducto fue construido cuando Julio Cesar fue cuestor de Hispalis de  los años 68 a 65 antes de Cristo, junto con las murallas de la ciudad. Fue restaurado, como ya hemos referido, por orden del califa de Sevilla Abud Yacub Yusuf  en el año 1.171 y posteriormente en el siglo XIV, añadiendo algunos arcos más. Hasta que fue demolido estuvo en pleno uso proporcionando un caudal de agua potable de unos 5.000 m3.

Galería con un canal central . Foto: José Millán.

 

Lumbrera.Foto: José Millán.

En total, y contando todos los tramos subterráneos y aéreos podemos considerar al acueducto como una infraestructura de conducción hidráulica  de más de veinte kilómetros de desarrollo, por lo que creo que debería ser merecidamente considerado como una de las grandes obras de ingeniería hidráulica del Imperio romano en Andalucía. Lo increíble y penoso  del caso es que, no sólo este patrimonio único en Andalucía no acaba de estar debidamente reconocido sino que, como diferentes asociaciones llevan años denunciando, hoy día se siguen destruyendo y dañando las galerías subterráneas  de una manera impune y vergonzosa.

En cuanto a las características morfológicas de la mina que discurre bajo Alcalá  podemos distinguir tres sectores bien diferenciados:
Galería revestida .Foto: José Millán
La galería de Santa Lucía al Zacatin:

 Esta galería tiene una longitud  de más de  dos kilómetros y  se desarrolla en el eje Norte-Sur discurriendo en su mayor parte bajo el casco Urbano. Las galerías tienen unas dimensiones medias de 1,80X60 cm. Presenta tramos, algunos de más de cien metros, donde no hay lumbreras y donde hay lumbreras estas se sitúan a una distancia de entre 19 y 21 metros, guardando los patrones normales. La profundidad de las lumbreras varía con la orografía del terreno ya que la galería se mantiene horizontal con una ligera pendiente de no más de un 6 ó 7%. Las profundidades de las lumbreras van de los  8 a los 18 metros. Las encontramos tanto de sección rectangular como circular y no suelen tener más de dos metros de diámetro o lado. Existen varios tramos de refuerzo realizados  con bóvedas de medio punto de ladrillo, una de estas estructuras tiene más de treinta metros. Son sectores donde claramente existen betas de material blando y fue necesario entibar. Podemos encontrar ladrillos  de diferentes épocas y morfologías, desde el ladrillo ordinario romano de 29,6X22X0,6 cm. a ladrillos árabes y medievales utilizados en las diferentes restauraciones o en menor medida ladrillos especiales en forma de cuña o con bordes que deben ser originales. La galería tiene varias bifurcaciones de no mucho desarrollo que parecen en su mayoría más recientes que la galería principal. Es en este sector don encontramos el “Molino de la Mina”, justo debajo del Teatro Gutiérrez de Alba, situado en la Calle Nuestra Señora del Águila. Frente a la puerta principal del teatro existe una trampilla con un pozo de unos tres metros  que da acceso a la rampa que baja al molino y por donde antaño se sacaban los carros de harina a la calle, de hecho el teatro esta edificado sobre los cimientos de la antigua  casa del molinero. Este sector de la mina es el que mejor estado de conservación presenta gracias a las intervenciones de EMASESA. El molino de la mina es una obra muy singular y de origen y antiguedad incierta. Por los materiales con que esta construido ha de ser medieval. Es un molino de funcionamiento clasíco a base de atarjea y cubo para aprovechar el salto de agua por lo que está construido en dos niveles. Es un molino único en España y sólo se conoce uno parecido en Suiza.

Galería con un dique .Foto: José Millán

 

La galería de los manantiales de San Sebastián:

Esta galería aporta un importante caudal de agua al colector del Zacatin ,se encuentra mucho más deteriorada presentando diversos taponamientos y derrumbes. Se desarrolla en dirección Este para luego dividirse  en dos ramales a unos trescientos metros de desarrollo desde el Zacatin. La bifurcación toma  rumbo al Noroeste, hacia un manantial . En la zona del Zacatin encontramos derivaciones de la galería principal  destinadas a abastecer de agua a los antiguos lavaderos públicos, así como diversas captaciones recientes. También apreciamos algunas diferencias constructivas, siendo la más notable que  se desarrolle en dos niveles. Hay un punto en el que se hizo descender la galería unos cinco metros mediante un pozo y esto suponemos para buscar el mismo nivel que la que venía de Santa Lucía, esto implica que los manantiales de San Sebastián  estaban más altos que los de Santa Lucía y fue necesario hacer este salto para igualar niveles antes del colector del Zacatin. Otra diferencia morfológica es que esta galería  presenta una media de altura superior a los dos metros, llegando en algunos casos a los cuatro metros. A lo largo de la misma encontramos diferentes represas por lo que seguramente estas alturas fueran para almacenar agua.  Las anchuras si son coincidentes y las lumbreras se sitúan a los mismos patrones de distancia, de 18 a 21 metros y son preferentemente redondas. Otra particularidad es que es una galería con secciones muy cambiantes que en algunos puntos llega a ser en forma de huso o cuadradas, incluso hay tramos con una canal central excavada, cosa que no es propia de las galerías de origen romano por lo que pensamos que son modificaciones posteriores o son sectores más modernos, excavados en época islámica o medieval. Su trazado es sinuoso en muchos puntos por lo que se deduce que parte de la mina se excavó siguiendo un curso natural de agua. Es por tanto una galería puramente de captación,  que aporta agua  al colector principal siguiendo un venero natural  preexistente. Las profundidades de los pozos son mucho mayores llegando a los 18 metros, cosa debida a  la orografía del terreno, ya que la galería se desarrolla bajo un cerro. En esta galería no se aprecian refuerzos de ladrillo pero sí lucernarios a lo largo de todo el recorrido.

Sector de la galería de los manantiales de San Sebastian, donde se ha hecho descender la galería al nivel de la galería de Santa Lucía antes del colector del zacatin .

 

La galería del colector del Zacatin a Sevilla:
En este caso es una galería puramente de conducción por lo que presenta un rumbo  constante y lumbreras muy regulares a la distancia preestablecida de unos 19 a 21  metros (estas lumbreras son visibles en uno de los márgenes de la carretera de Alcalá a Sevilla y  están tapadas con pequeñas y características bóvedas), son pozos de secciones preferentemente redondas. Es una galería de la que sólo conocemos sus primeros metros ya que, como hemos comentado, ha sido en su mayor parte destruida,  pero lo que conocemos presenta una morfología y características muy similares a las galerías anteriores con unas secciones típicas de 2X0,70 metros. Desde esta galería se derivó el agua a la fábrica del Adufe, situada en las márgenes del Guadaira y es la que aportaba agua a los Caños de Carmona, su recorrido subterráneo habría de ser de al menos cuatro kilómetros ya que a parte de las lumbreras existía una gran caseta de registro o Arca de agua situada en lo que hoy es el Polígono la Red, situado a más de cuatro kilómetros del Zacatín, por lo tanto es sin duda el tramo de galería más largo.

 

Manantial en la Mina de agua de Alcalá.Foto: José Millán

Hay grandes paralelismos entre la mina de Alcalá y otras existentes  en los Alcores como la de Alcaudete,  http://minasdeagua.blogspot.com.es/2013/11/la-mina-de-agua-de-alcaudete.html tanto en morfologías constructivas (las distancias entre lumbreras y la tipología de los ladrillos de refuerzo son similares) como en materiales y esto es la prueba que debieron ser  construidas durante el mismo período que no es otro que el Alto Imperio Romano, sin embargo creo que la mina de Alcalá debe ser algo más antigua que la de Alcaudete ya que si aceptamos la cronología que se le atribuye a los caños de Carmona la mina debería también obedecer a esta cronología, es decir entre  los años 68 a 65 antes de Cristo. La mina de Alcaudete se construyó para mover molinos hidráulicos y esto no debió de ser hasta que los Alcores no hubieran alcanzado el suficiente desarrollo demográfico  para justificar una gran demanda de harina y esto no debió  de ser  al menos hasta finales del   Siglo I, cuando los Alcores estuvieron más intensamente poblados. Con lo cual podemos estar ante dos grandes obras hidráulicas del imperio romano con una diferencia cronológica de unos cien años. En este caso de Alcalá estamos ante  una mina de abastecimiento de una gran metrópolis  y en el caso de Alcaudete ante  una mina industrial para el movimiento de molinos hidráulicos. Las minas  industriales  tienen  ciertas  características peculiares que no tienen las minas de abastecimiento y es fundamentalmente  la gran altura a la que se excavan  las galerías principales con objeto de almacenar  una importante columna de agua.

Trazado aproximado de la Mina de Alcalá.

La longitud de la mina de Alcalá es sólo estimativa, ya que esta en parte destruida  pero debió alcanzar con seguridad los nueve kilómetros. La longitud total de la de  Alcaudete debe rondar los cinco kilómetros aunque podría ser más ya que todavía esta en exploración y medición .En resumen dos increíbles obras subterráneas que por desgracia no han sido reconocidas ni puestas en valor ni protegidas como lo que son. En el caso de Alcalá al menos hay estudios e iniciativas de  puesta en valor por parte del Ayuntamiento, a pesar de las agresiones que la mina sigue sufriendo. En el caso de la de Alcaudete es mucho más inverosímil y sangrante  ya que no hay ninguna institución ni organismo que tenga algún interés por la mina, más allá del que  tiene la Confederación Hidrográfica como acuífero o los propietarios de  las fincas colindantes como  suministro de agua. El hecho de que esta mina siga siendo el acuifero más importante de la zona y el nacimiento de una arroyo «El arroyo Alcaudete» ,  es lo que en parte  la ha preservado. La cosa llega a tal punto que la mina de Alcaudete  esta catalogada como árabe en algunas publicaciones  y es sencillamente porque nadie, hasta ahora, se ha molestado en catalogarla ni estudiarla. Como precedente habría que decir que  algo parecido sucedió con la Mina de Alcalá y Los Caños que durante años, fueron consideradas por algunos como  obras de origen islámico.

La Mina de agua de la Cartuja de Jerez

En este caso voy a traer a este blog uno de los muchos e  interesantes trabajos del  compañero y explorador del subsuelo de Cádiz, Eugenio Belgrano. http://cuevasdemariamocos.jimdo.com/
Eugenio lleva años investigando todo típo de túneles y estructuras subterráneas, tanto en el subsuelo de la ciudad de Cádiz como en diferentes enclaves de la provincia. En este caso traigo un articulo publicado en el diario digital «Cadiz directo», www.cadizdirecto.com sobre unos túneles de captación situados en la Cartuja de Jerez y que sin duda se trata de una mina de agua de origenes inciertos. La datación de los ladrillos que conforman el túnel apuntan al siglo XVII pero parecen existir evidencias de un origen muy anterior, puede que romano. A continuación pongo el articulo completo y un video de la exploración de la mina.

«CÁDIZDIRECTO/Eugenio Belgrano.- A través de la investigación cursada en el subsuelo de Cádiz, encuentro documentación de galerías subterráneas en ciudades de nuestro término provincial.
En este caso, en concreto, voy a hablar de la ciudad vecina de Jerez de la Frontera. Un joven investigador de allí, Francisco Jordi Páez, me hace llegar un croquis de un sistema de minas de captación de agua del año 1923 que iban desde la barriada de Los Albarizones hasta el Monasterio de La Cartuja.
Existen diversas leyendas acerca de estas galerías subterráneas, como la que iban desde el Monasterio hasta la Catedral, el cual recorrían los monjes del Convento o para huir en tiempos convulsos.
Las publicaciones de Manuel Romero Bejarano en el Diario de Jerezdescartan estas teorías, según sus investigaciones realizadas en el Archivo Municipal.
Según comenta, en 1543 se descubre de modo fortuito un sistema de captación de agua en la zona de Los Albarizones. La noticia llegó al Cabildo, diciéndose incluso que era una obra maravillosa “propia de moros o de gentiles”, así que ingeniaron un proyecto para enviar el agua hasta Jerez de la Frontera, pero no pudieron salvar el desnivel existente entre el manantial y la zona alta de Jerez, así que colocaron una fuente adosada a la Ermita de Guía que recibió el nombre de La Alcubilla. Los frailes decidieron desviar esta captación de agua hasta su Convento lo que originó que en1563 Jerez se quedara sin agua y con ello un gran pleito que acabaría a favor del Municipio.
Con toda esta información, me decido a investigar en el enclave de Los Albarizones una posible entrada a esta mina, con David Blanco, Antonio Melero y Francisco Jordi.
Después de una investigación de horas, localizo diferentes entradas a entramados subterráneos, así que decidí volver al día siguiente, con el equipo de seguridad apropiado.
Entramos en una mina que estaba en el patio de una casa de un vecino de Los Albarizones. La mina era de bóveda de medio cañón, con sus paredes y sus bóvedas de ladrillos toscos. La altura era de 1,60 metros y la anchura de 1 metro, teniendo cada metro una apertura en la pared para la captación de agua.
Lo extraño de esta galería fue que la dirección que tomaba no era en el monasterio, sino en el lado contrario. La primera parte de la galería, creo poder fecharla en el siglo XVII, pero en su tramo final que tenía unos 100 metros (en total la galería tiene 400 metros de recorrido) la forma constructiva cambia radicalmente y el revestimiento de las paredes de las bóvedas pasa a ser de sillares de forma irregular, pareciendo esa forma constructiva a algunos subterráneos romanos, así que estamos a la espera de poder realizar un estudio de todo el minado del entorno para poder tener una datación real de la cueva.



Estaremos atentos tanto a esta como a otras exploraciones que Eugenio realice en las minas de agua que existen en la provincia de Cádiz.

La mina de agua de la Huerta de Martín Pérez

La llamada Huerta de Martín Pérez esta localizada unos dos kilómetros al Este de Carmona, en la Campiña. El acceso más directo  es tomar por  la antigua carretera N-IV que parte  de la llamada “Puerta de Sevilla” desde el  Casco Urbano en dirección a la autovía A-4,  recorridos unos tres kilómetros y antes de llegar a la  autovía parte un carril a nuestra izquierda que nos conduce al paraje conocido como “Cueva de la Batida”, que son unas  antiguas canteras de roca calcarenita explotadas en tiempos Romanos y Medievales. 

















Llegados al carril y recorridos unos ochocientos metros habremos de tomar por una bifurcación que sale  a nuestra derecha y que pasa por un túnel bajo la autovía .Saliendo del túnel estaremos en la finca, presidida por una fuente-abrevadero construida recientemente. El elemento más destacable del paisaje es su característico  torreón medieval y  por la que esta finca es tan conocida. En las proximidades del torreón existe una huerta y los restos de un gran caserío. La funcionalidad y origen del torreón sigue siendo a día de hoy incierta ya que no parece estar en un lugar idóneo para la vigilancia, bajo un cerro y no encima de él,  ni esta construido  con los materiales morfología y  consistencia  de otras torres de vigilancia existentes en la zona.
La torre tiene una planta rectangular de unos cinco metros de lado y una altura de casi seis metros. En la base se observan grandes sillares de roca calcarenita que realmente desentonan con el grueso de sus muros que  son de mampostería combinada en algunos puntos con ladrillo y que pueden ser restos de construcciones más antiguas. Los muros se hayan en gran parte enlucidos con mortero de cal y arena sobre los que se han incrustado en fresco fragmentos de cerámica y pequeñas piedras. Se observan remodelaciones en los muros que han reconfigurado  huecos de ventanas y puertas originales. No existe la cubierta superior que se ha derrumbado pero si se observan dos plantas en las que se conservan  restos de la estructura de vigas de madera de los forjados. La zona superior está almenada, lo que le confiere un carácter defensivo.
  
En el antiguo libro del “Repartimiento de Carmona” no se encuentran referencias expresas a esta finca de “Martín Pérez”  pero sí hay repobladores de la campiña con este nombre sin poderse concretar a  cual de ellos hace referencia, si es que hace referencia a alguno. Lo más probable es que se trate de una antigua torre de alquería restaurada en época medieval y entregada a caballeros o peones como donadío o heredamientos. En cuanto a su uso no se puede descartar que pudiera haber sido usada como molino y su situación próxima a un manantial de agua puede sugerir un carácter protector  del mismo, como sucede en otros emplazamientos. La finca ha estado habitada hasta épocas recientes. En una foto aérea del 2002 hemos apreciado que los edificios principales estaban aún en buenas condiciones, hoy están derruidos  quedando los restos de varias dependencias, un aljibe subterráneo dos  albercas y una huerta que sigue existiendo  en la actualidad. El agua que alimentaba toda la finca sale de la mina de agua  que nos ocupa.
En cuanto al carácter arqueológico de la finca como antiguo y continuado  lugar de poblamiento es muy notable. Aparece en las cartas arqueológicas como un posible asentamiento romano de Época Imperial, donde se han recogido, mezclados con cerámicas árabes y medievales  innumerables restos de ladrillo, tegulae y sigillata hispánica. (“Amores Carredano” y “Michel Ponsich”). Las evidencias reflejan que se trata sin duda de un primitivo asentamiento como mínimo de época romana  asociado a una importante fuente de agua que como en otros casos en los Alcores  mana de una mina excavada en la roca. Nosotros hemos localizado dos murallas de cerramiento, una en el lado Este y otra al Oeste, hacia el Norte la finca está cerrada por un cerro,  estando la mina en el eje central de la zona comprendida entre ambas murallas. También hemos localizado al Oeste de la finca y lindando con un gran arroyo que cruza paralelo a la autovía  muros de mampostería que aún siguen en pie e innumerables restos de muros desechos. Sin duda fue un asentamiento muy importante. No se puede  dejar de lado la posible  relación de este establecimiento con la cercana Cantera  de la Batida, situada a unos novecientos metros al Oeste. Una explotación de esta envergadura debería de tener asociado un núcleo urbano formado  por cientos de trabajadores. Las canteras se encuentran a mil setecientos metros del casco urbano de Carmona y esta finca, como ya hemos referido, dista menos de un kilómetro. Otro dato importante y que no debe ser casualidad  es  la cercanía del emplazamiento al trazado de  la Vía Augusta, trazado que se ha conservado hasta épocas recientes.

La mina se sitúa en la zona alta de la finca, bajo la colina. Sus coordenadas aproximadas son: X. 2679442, Y.41521616, 158 m.s.n.m. El único pozo de acceso está protegido por una estructura de muros abierta y rectangular de unos dos metros de altura con una factura de apariencia medieval y compuesta de ladrillos de 25X12,5X0,4 cm. combinados con mampostería y cubierto con enlucido de mortero de cal. La tipología de los ladrillos parece apuntar a una época más recientes que la Medieval si bien es cierto que la estructura parece remodelada o restaurada partiendo de otra más antigua .Sin duda tiene una función protectora, pudiéndose apreciar que originalmente estaba rematada con una cubierta y cerrada con una puerta. El pozo está coronado con un brocal rectangular hecho de ladrillo de la misma tipología que los anteriores de 1 metro de alto y 1,20 de ancho. Sobre esta estructura ha crecido una gran higuera cuyo grueso tronco sirve de eficaz apoyo para descender el único pozo que nos lleva a la mina.Tiene sección circular y seis metros de profundidad.

En la base de este pozo que en el momento de la exploración estaba seco (creemos que en épocas de abundancia de agua la mina debe tener los niveles de agua mucho más altos) encontramos dos galerías en sentidos opuestos Norte-Sur. La galería Sur, que es la que va hacia la finca, esta completamente cegada, sobre el derrumbe se ven materiales de construcción modernos por lo que pensamos que el taponamiento ha sido reciente. En la pared lateral del pozo que da hacia el Este hay una galería que ha sido tabicada con ladrillo moderno y bajo la misma hay una «represa» hecha de este mismo material. Todo sugiere que los últimos habitantes del cortijo taponaron estos conductos para mantener un cierto nivel de agua en el pozo y no se llegara a secar. Como suele pasar en toda la zona los manantiales que alimentan la mina han debido de disminuir mucho su caudal en los últimos tiempos.

Desde la base del pozo arranca una galería con una dirección de 348º grados y sentido descendente que a los pocos metros alcanza el agua, tiene una altura de casi cuatro metros y un ancho que oscila entre los ochenta centímetros y el metro. La galería está excavada en un estrato de caliza tableada lo que le confiere a la galería una forma muy irregular en las paredes y plana en el techo. Se aprecian lucernarios excavados en la roca con marcas negras del hollín de la llama. Recorridos unos quince metros con un nivel de agua de más de un metro alcanzamos un colector formado por un ensanchamiento donde convergen cinco galerías contado también por la que venimos. Sobre esta sala se abre un pozo circular cerrado al exterior de un metro de diámetro y que arroja con el telémetro láser una altura de casi catorce metros.
De la pared derecha (Este), parte una galería con un nivel de agua muy alto. Hacia el Noroeste aparecen dos galerías casi paralelas  y a nuestra izquierda (Oeste) arranca una nueva galería que se ciega completamente a los pocos metros y que creemos puede estar asociada a un pozo sin continuidad  encontrado a unos treinta metros al Oeste de la mina. Tomando por la galería que se abre más al Oeste y que toma un rumbo de 294º grados, entraremos en un sector de secciones más reducidas de un metro y medio de alto por ochenta centímetros de ancho  y con una altura de agua de noventa centímetros. A los quince metros un recodo a la izquierda recoge agua de un manantial que brota del suelo y tras recorrer otros quince metros culmina en un quiebro de la galería en ángulo recto donde nace un nuevo manantial también del suelo. En este punto se aprecia una gran acumulación de fragmentos de roca  extraídos del lecho del manantial, seguramente para mejorar el caudal. Se aprecian señales de picos de hierro y lucernarios excavados en las paredes, a distancias de unos dos metros y alternando en pared derecha e izquierda. También se localizan excavaciones regulares  por encima del agua que por su disposición no parecen  lucernarios, sino muescas para poder andar sobre la galería sin mojarse.
Volviendo al colector y tomando por la galería que parte casi paralela a esta última  en un rumbo Noroeste de 341º grados entramos en un sector de secciones algo más grandes, más de dos metros de alto por uno de ancho,  por lo que pensamos que esta puede ser la continuidad de la galería principal de la mina, la altura del  agua en esta zona  llega hasta un metro sesenta . Recorreremos unos doce metros hasta un recodo donde nace un nuevo manantial. Es curioso que cada vez que la galería alcanza un manantial esta gire en un ángulo de 90º. Puede sugerir que se excavaba con un rumbo indefinido hasta conectar con un venero de agua que siempre cruzaba perpendicular a la galería excavada. Esta galería esta también llena de lucernarios y marcas de las llamas.

Sólo nos   queda por describir  la última de las galerías que parte del colector en dirección Noroeste con un rumbo inicial de 37º grados y que poco a poco gira hacia los 70º grados. Esta es la  galería  en  la que mayor altura de agua encontramos, casi dos metros en algún punto. Tras recorrer unos quince metros gira bruscamente hacia el Norte y culmina en una sala con dos manantiales que brotan del suelo. También apreciamos aquí los lucernarios con sus marcas bien visibles sobre la cálcarenita. La longitud total de la mina es de 81 metros y su profundidad desde la zona más alta que es el pozo vertical 15 metros.

Como conclusiones podríamos afirmar que estamos claramente ante una mina de abastecimiento de un núcleo urbano. Las evidencias arqueológicas a nivel de suelo  nos remontan al menos  a una ocupación romana (sin descartar un poblamiento anterior a falta de excavaciones) por lo que podríamos inferir y a falta de otro punto de agua conocido  en la zona que la mina hubo de ser construida por estos primeros pobladores. La mina tiene unos patrones morfológicos y constructivos  que encajan con la tipología de excavación romana. La ausencia de estructuras de ladrillo (salvo las del pozo de entrada que son recientes) no permite una datación más concluyente. Ha sido excavada con iluminación primitiva de lámparas de aceite (lucernas) y excavación de  lucernarios (huecos para apoyarlas) técnica típicamente romana. Existe una galería principal o  colector  sobre la que se abre un pozo (excavado para la extracción de materiales) y que recoge el agua de tres galerías recolectoras de corto desarrollo culminadas en  manantiales. Este pozo tiene casi quince metros de profundidad, esta sellado y tapado y nos ha sido imposible localizarlo por el exterior, aún sabiendo donde está no queda ninguna huella ni rastro del mismo. Las aguas convergen en este  colector y se encauzan hacia el pozo por el que accedemos a la mina. La gran altura de la galería principal sugiere que se buscó cierta función no sólo de conducción sino de almacenamiento de agua, muy adecuada para épocas de sequía. 
En la siguiente foto aérea se dibuja la mina en trazo rojo y la situación de los diferentes elementos encontrados, como el pozo ciego, los restos de murallas en color verde, la localización aproximada de los yacimientos y muros de mampostería y el recorrido aproximado que sigue el agua de la mina hacia la finca y que es impracticable en la actualidad en trazo amarillo. 
De la base del pozo de acceso parten lo que parecen dos galerías conductoras completamente cegadas  en la actualidad,  probablemente se hizo para  intentar mantener el nivel agua. Hay una represa de ladrillo  que así parece demostrarlo. Suponemos que bajo el nivel de esta represa se ha colocado una tubería que es la que conduce el agua  hasta la finca. Las direcciones de estas dos galerías sugieren los emplazamientos de los asentamientos a los que abastecía. El primero donde está el actual cortijo y donde en tiempos modernos  alimentaba un aljibe subterráneo  y hasta donde sigue llegando el agua en la actualidad,  encauzada por tuberías que riegan la huerta. Creemos que el cortijo está construido sobre el primitivo asentamiento romano. El segundo hacia el Este donde hemos encontrado también una muralla de cerramiento y restos de edificaciones romanas. Esta galería esta tapada con ladrillos y podría ser abierta para su exploración. 

Otro hecho importante y creo que destacable  es que parece que estamos ante una mina a medio construir o cuyo proyecto de ampliación se paró. Sabemos que la técnica constructiva sobre la que se desarrollaban las minas era la de primero construir pozos verticales que luego eran conectados con galerías horizontales.  Existe un pozo de unos siete metros de profundidad, cegado por escombros excavado al Oeste de la mina y una galería inacabada  que arranca desde el colector hacia este pozo buscando probablemente nuevos manantiales hacia el  Oeste y donde efectivamente sabemos que existen, ya que en las obras de la autovía (que pasa por esta zona) fue puesto al descubierto un manantial que actualmente es el que  abastece la fuente-abrevadero existente en la finca.   

Parece que en Época Medieval y hasta tiempos recientes  se protegió el manantial mediante estructuras de cerramiento y defensivas siendo la mayor prueba de ello el curioso   torreón con carácter marcadamente  militar. Puede que fuera un punto de agua de vital importancia en esta época y no dejo de pensar en su relación con la explotación próxima de la cantera de la  Batida y la importancia que también esta tuvo  en Época Medieval. Sin olvidarnos claro está de su relación con la Vía Augusta, calzada que perduró hasta época reciente como una vital vía de comunicación de la Carmo Romana , Islámica y Medieval.
La topografía de la mina ha sido realizada con Telémetro láser, brújula electrónica y clinómetro digital. Los datos han sido procesados con el programa para topografía subterránea «Visual  Topo» .El alzado y la planta han sido dibujados con el programa de dibujo Corel Draw.
Algunas de las fotos han sido realizadas por el compañero Manolo Bernal.


Fuentes consultadas:

AMORES CARREDANO, Fernando. Carta arqueológica de Los Alcores: Sevilla. Diputación Provincial, 1982. 84-500-8180-7.

PONSICH, Michel. Implantation rurale antique sur le Bas-Guadalquivir. V. I. 1974, 240.

«BASE DE DATOS DEL PATRIMONIO INMUEBLE DE ANDALUCÍA» Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, Consejería de Educación Cultura y Deporte . Junta de Andalucía.

«BLOG, LA OTRA CARMONA». http://laotracarmona.blogspot.com.es/2009/11/torre-de-la-huerta-de-martin-perez.html

«CASTILLOS NET» www.castillosnet.org

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La mina de agua de la finca de Trigueros en Carmona

Los Alcores Sevillanos son una peculiar formación geológica formada por suaves colinas generadas por la acumulación de materiales marinos durante el período Mioceno hace más de 5 millones de años. Materiales que han generado una conocida y utilizada roca “el Alcor”. Esta característica colina se desarrolla desde la localidad de Alcalá de Guadaira hasta Carmona donde alcanza su máxima altura a más de 200 metros sobre el nivel del mar. El Alcor es muy permeable y está asentado sobre rocas margosas que por su impermeabilidad generan grandes bolsas de agua y múltiples manantiales repartidos por toda la colina. La colina da paso a la vega o Campiña Sevillana, un terreno ideal para el cultivo. Estas características geofísicas tan favorables de Los Alcores han provocado una intensa ocupación a lo largo de los siglos generando un entorno arqueológico excepcional.














La finca de Trigeros  se haya situada a unos cuatro kilómetros del casco urbano de Carmona, sobre la colina de los Alcores, lindando con la vega, sus coordenadas aproximadas son: X. 263472  Y. 4085483,  Z. 137.  Es una zona  conocida en el  ámbito  arqueológico  por la existencia de asentamientos y necrópolis  prerromanos  y  sobre los que se superponen restos de ocupación romana . Proxímo a esta finca existe un famoso enclave excavado  hace más de un siglo por el famoso arqueólogo  Jorge  Bonsor conocido como «El Acebuchal» y donde  sacó a la luz  diversas piezas de ajuares considerados orientalizantes o  tartésicos  por la tipología de sus decoraciones, destacan no obstante los  maravillosos   ejemplares de baso campaniforme que acabaron en la colección de la Hispanic Society of New York. Estos hallazgos delatan, como en la mayoría de yacimientos de los Alcores, un importante e insistente poblamiento de la zona, al menos desde el calcolítico (3.000 años antes de Cristo). Sobre estos primitivos asentamientos se superpone  un importante habitad de época romana, atestiguado por los muchos enterramientos aparecidos en las cercanías  y por los múltiples restos de edificaciones que aún se conservan en la zona.   En la primera visita que realice a la finca en el año 1986 aún quedaban restos visibles de una estructura de piedra labrada, situada en las proximidades del cortijo y  que parecía un aljibe alimentado por una canalización a cielo abierto que provenía de otra  canalizacion subterránea procedente de la zona alta de la finca , paralela a la mina de agua estudidada y compuesta por túneles de apenas 50X50 cm. y por un total de cinco pequeños pozos que iban reduciendo su profundidad a medida que se acercaban a la Vega, adaptandose así a la pendiente del terreno y a distancias de 6,5, 12,8 y 14 metros. Las pequeñas dimensiones de las galerías suguieren que se trata de una canalización excavada desde arriba y luego tapada, dejando cada ciertos tramos pozos de registro.  Por desgracia a día de hoy ya no queda casi nada de estas canalizaciónes, han sido arrasadas para construir una huerta. Sólo hemos localizado uno de los pequeños pozos de registro por el que sigue circulando agua. Las siguientes imágenes son recientes  y pertenecen al   pequeño pozo  que queda y al interior de esta galería.

 En cuanto a la mina por desgracia  ha sido parcialmente destruida, estando completamente tapados los pozos principales y quedando sólo accesibles dos pequeños pozos terminales que están actualmente  inundados a consecuencia (suponemos)  del taponamiento de la salida natural del agua de la mina.
En el año 86  realicé un plano aproximado de la situación de la mina, de las acequias subterráneas y de los restos aún existentes junto al cortijo. El plano es el siguiente:

En el plano aparece una excavación de cuatro metros de profundidad , seis metros de anchura y veinte de largo realizada  para la colocación de un aljibe y donde quedó a la luz un corte del yacimiento  distinguiéndose muros y cimentaciones. Actualmente dicha excavación ha sido tapada. Adjunto una foto aérea extraída de  Google donde se puede ver la finca y el trazado aproximado de la mina de agua  con un trazo rojo. La pequeña canalización subterránea  está dibujada con un trazo azul. La canalización aérea y todavía visible en la foto aunque no a nivel de suelo y donde estaban las estructuras descritas esta en trazo verde . Como se puede ver  el agua era encauzada hacia donde hoy esta la finca. El trazo amarillo es el resto de muralla de factura árabe que aún existe en la finca y que aparece en la siguiente imagen. Esta claro que actual  finca esta edificada sobre restos de un asentamiento árabe conservandose algunas estructuras. En el interior del cortijo existe un pozo-aljibe elaborado con ladrillos que debe ser de esta época.

En cuanto a la excavación descrita  estaba en la zona donde hoy está la huerta y donde en la foto se señala con una marca de posición con el título «yacimiento romano tumbas y edificaciones» . A continuación transcribo  la descripción que hice entonces de lo que se apreciaba en el corte de la fosa:

 «Sobre el corte se aprecia un estrato muy superficial de 0,4 a 0,5 metros en el que se aprecian cerámicas de tipología reciente así como abundante materia orgánica. a unos 0,6 metros de profundidad aparecen dos muros rectangulares de un metro de grosor y dos de profundidad compuestos por bloques de piedra y argamasa, bajo los muros se aprecia un piso de piedras y tégulas. Parecen fondos de viviendas. Se ven paredes enlucidas y muchos fragmentos de cerámicas árabes y romanas (siguillata, cereamica gris, etc.) la potencia del estrato descrito es de 2,5 metros, debajo de él existe un estrato virgen de arcilla roja y la afloración de la roca calcárea. En la pared lateral de la fosa, a unos 2,4 metros he podido entresacar entre piedras y barro unos fragmentos de sílex con tratamiento de lascado. Cabe destacar  que , según me contó el propietario de la finca, durante la excavación apareció un enterramiento bajo una gran losa de mármol, sin labrar (esto ha sido algo común en la zona, de hecho al camino que baja a la finca se le llegó a denominar «el camino de los muertos», por la gran cantidad de enterramientos que salieron a la luz cuando este se construyó), no recordaba  ningún tipo de ajuar funerario.»

En cuanto a la  mina objeto de este estudio ,adjunto el plano original  donde aparece denominada como  «Mina del Acebuchal»;  esta compuesta por un total de cinco pozos conectados con galerías. La longitud total que pudimos explorar es de unos 140 metros. La profundidad de los pozos es muy constante entre los 9 y 10 metros, algo completamente anómalo en una mina de agua ya que no se aprecia ninguna galería de conducción hacia el exterior pero ,como más adelante razono, creo que debería de existir. Parece que la funcionalidad de la mina era almacenar toda el agua de los manantiales en el pozo principal o colector, desde donde tendría que ser extraída al exterior o encauzada por algún conducto que no hemos localizado. 
Cuando se exploró en el año 86  el acceso a la mina era  una galería de apariencia moderna  excavada hasta el pozo principal o colector (el de mayor diámetro, unos 4 metros) de unos diez metros de longitud y cerrada en su parte superior con una bóveda de piedras. Esta galería parece posterior a la mina y fue realizada excavando una zanja que luego se cubrió con grandes losas de piedra y donde había una gran cantidad de mangueras , tuberías modernas y un pozo reciente. En el fondo de la galería una pequeña gatera  conecta con el pozo principal de la mina a unos dos metros sobre el nivel del agua. Actualmente esta entrada a la mina y el pozo principal  están  totalmente colmatados de arena y piedras pero  sigue  todavía visible la bóveda de piedras como se ve en la foto tomada por el compañero Aurelio Bonilla de la Asociación Fuente del Sol del Viso.
Del pozo principal parten dos galerías; una con dirección Noroeste con unas dimensiones de unos dos metros de alto por un metro de ancho y que a los pocos metros se ensancha en la pared lateral izquierda por la existencia de un manantial que brota del suelo, tras recorrer veinte metros se estrecha y  culmina en un nuevo manantial situado en la base de un pozo abierto de unos nueve metros de profundidad y apenas un metro de diámetro. Junto a este pozo existía un pozo paralelo .Este pozo se encuentra también totalmente tapado en la actualidad. Volviendo al pozo principal y tomando por la otra galería de dirección Noroeste recorreremos otros veinte metros por una galería similar hasta alcanzar un nuevo pozo de dimensiones más reducidas y del que   parten dos nuevas galerías la primera con dirección Norte  y que acaba por cegarse a los pocos metros por un derrumbe, se aprecia como de ella proviene un pequeño hilo de agua por lo que podríamos pensar que viene de un manantial.
La otra galería (principal) tienen unas dimensiones más reducidas 1,8X0,75m.  gira ligeramente  hacia el Oeste y tras recorrer 15 metros desemboca en un nuevo pozo también de pequeñas dimensiones (1m. de diámetro). Antes de llegar a este punto existe  un muro de piedras en un lateral que podría ser un conducto cegado o un refuerzo  para contener una beta de arcilla. En el pozo encontramos dos nuevas galerías ,  la primera con dirección Noroeste que a los pocos metros culmina en un manantial que brota de la pared pero que actualmente esta seco, sin pozo al exterior. La otra galería (principal) mantiene la misma dirección que la precedente y morfología similar pero a los pocos metros cambia bruscamente de altura pasando de medir 1,8 metros a 77 cm.
 Tras recorrer unos diez metros en estas dimensiones alcanzamos un nuevo pozo y recuperamos la altura de 1,8 metros  y  del que vuelven a salir dos galerías, una con dirección Noroeste de altura reducida (65 cm.) por la que se avanza con dificultad y que tras 17 metros alcanza una especie de cámara a la que no  pudimos acceder. El suelo en esta zona esta cubierto de finas placas de caliza precipitada que se rompen bajo nuestro peso, esto es debido a que esta galería trae un pequeño hilo de agua por lo que debe proceder de un manantial, aunque el caudal que fluye es mínimo. En cuanto a la  segunda galería (principal) mantiene un rumbo similar pero girando ligeramente al Norte, las paredes han sido reforzadas artificialmente con piedras y argamasa. El techo que en principio es de piedras planas acaba por ser de tégulas encajadas unas con otras. La galería fue reforzada para evitar su derrumbe. La construcción artificial tiene una altura de 70 cm. una anchura de 30 cm. y una longitud de 12 metros. La galería continúa pero no avanzamos más porque algunas tégulas parecen sueltas y hay peligro  de derrumbe.Todas las galerías presentan unas muescas o excavaciones sobre las paredes a distintas alturas llamados lucernarios para  sostener las lucernas de aceite  que iluminarían  las labores de excavación.
Es evidente que esta mina fue construida para el abastecimiento de un asentamiento humano  de cierta importancia . No es fácil  determinar si las canalizaciones existentes son contemporáneas a la mina o posteriores, lo que  sí es claro que estas tienen la misión  de conducir el  agua hasta lo que hoy día es el cortijo y este (como se ve claramente) tiene cimientos árabes. Por la excavación y los restos que aún se ven sobre el terreno el asentamiento romano debía de estar más hacia la colina, justo por debajo de la mina de agua, lo que suguiere una asociación asentamiento romano-mina. Es curioso el «escalón» existente entre los últimos pozos  que parece destinado a conseguir  que el nivel de agua  de estos dos pozos finales de la mina tuviera siempre un nivel mínimo (así parece deducirse de las marcas de agua existentes). Otro hecho curioso es la excavación de una galería de apenas setenta centímetros de altura que conecta con un manatial. Excavar en estas dimensiones obliga a hacerlo tumbado y esto no debe ser nada fácil, de hecho no recuerdo ninguna otra mina donde haya encontrado galerías excavadas con estas dimensiones, esto es algo a lo que tendremos que buscar explicación. La distancia excavada en estas condiciones es de casi veinte metros y en este punto conecta con un espacio más amplio al que no pudimos acceder. Puede que conecte con otro sector de la mina inexplorado. La siguiente imagen es un perfil de la mina  realizado tambien en el año 86.
Las marcas de agua  delatan un nivel muy constante y que no inducen a pensar que la mina haya estado normalmente  inundada (cosa que sucedería si no existiera un rebosadero) por lo que me inclino a pensar que originalmente tendría un rebosadero, situado seguramente en la galería que parte del pozo principal y por la que entramos a la mina, esta galería ha sido muy modificada en épocas más recientes. La tipología de las galerías en cuanto a morfología y dimensiones son típicas de esta zona de Los Alcores. (Mina de agua de Alcalá, de Alcaudete, etc.) . La distancia entre lumbreras (pozos) oscila entre quince y  veinte metros lo que concuerda con el patrón que suele ser  habitual aquí en los Alcores y en otras partes del mundo (como en los Kanats de Iran). La construcción interna de refuerzo donde se han empleado tégulas y los lucernarios sugieren que la mina es de origen romano. La estructura y funcionalidad de la mina es clara y simple, hay una galería principal que recoge mediante galerías secundarias el agua de al menos cinco manantiales que se encauzan hacia una galería recolectora hasta  el pozo principal o colector. La galería principal acaba en una construcción artificial realizada para el refuerzo de las paredes y techo que no hemos llegado a superar pero que suponemos debe de de venir de un venero principal y quizás el más importante y caudaloso  de la mina.
La mina forma parte de todo un sistema de abastecimiento de agua construido por las colonias que aquí se establecieron durante siglos y es un patrimonio arqueólogico y cultural que debería ser puesto en valor y protegido. Los estudios de la mina no están ni mucho menos concluidos y sería necesario ampliarlos. El deficiente estado actual de la mina puede ser en parte subsanado por los propietarios de la finca. Nos  hemos puesto en contacto con el  actual propietario al que hemos comunicado tanto la existencia de esta mina como su estado y se ha interesado mucho  por el tema. La idea es intentar bajar el nivel de agua actual creando de nuevo un rebosadero y poder volver a visitar y reexplorar sus conductos hasta donde sea posible. Las novedades al respecto las iré reflejando en este blog.
Esta finca posee un patrimonio arqueológico excepcional. En una vista reciente de la AAES junto con la Asociación Fuente del Sol a la mina  pudimos localizar y explorar un silo calcolítico situado en las cercanías https://www.facebook.com/#!/juan.tirita.9/media_set?set=a.572052619472926.127380.100000045783757&type=1
y donde apareció un magnifico ejemplar de Chopping tool , tallado en un canto rodado.

Fuentes consultadas:
EL YACIMIENTO DE «EL ACEBUCHAL»(CARMONA,SEVILLA):UN ANÁLISIS DE LAS ESTRUCTURAS CALCOLÍTICAS A TRAVÉS DE LOS ESCRITOS INÉDITOS DE J.BONSOR E HISTORIOGRAFÍA.    María Lazarich Gozález, Inmaculada Ladrón de Guevara, Merecedes Rodriguez de Zuloaga, Milagrosa Sánchez Andreu.